A la mayoría de la gente le cuesta reflexionar sobre el futuro, especialmente cuando se trata de pensar en qué puede pasar cuando faltemos. Pensar en la sucesión es un tema delicado que, aunque preocupa, no suele estar entre las prioridades del presente. «Nuestros sentimientos y emociones hacen que se deje para otro momento decisiones sobre asuntos y momentos que no nos queremos plantear, como es el caso de abordar la herencia», aseguran desde Abante.
En la firma explican que el ser humano actúa así porque «tiene estructuras cerebrales de millones de años que están diseñadas para que pensemos siempre en el corto plazo, lo que nos hace visualizar el presente en primera en persona y el futuro, en tercera». Y añaden que esta forma de vivir más en el presente «lleva a no tratar asuntos que pueden suceder a largo plazo, como es el caso de la sucesión».
Pero la pandemia de COVID-19 ha supuesto algún cambio en esta forma de actuar. En Abante reconocen que las cifras reflejan que la gran mayoría de los españoles no ha hecho testamento: antes de la pandemia, solo el 8% de los españoles tenía testamento y, en la actualidad, ese porcentaje se ha elevado al 13%. «Aunque supone un ligero incremento, la cifra sigue sorprendiendo, sobre todo si se tiene en cuenta que realizar un testamento es algo relativamente sencillo y económico», aseguran en la firma.
Cuando se piensa en planificar la herencia, se tiende a pensar, en primer lugar, en el testamento. Y, aunque este documento «es una herramienta útil que sí debemos realizar, no es suficiente por sí misma a la hora de trazar un plan sucesorio y patrimonial que permita tomar las mejores decisiones, tanto para el presente como para el día de mañana», aseguran en Abante.
Cómo planificar la sucesión
Una forma de planificar la sucesión en el presente es traspasar en vida parte del patrimonio. Pero, tanto si se planea hacer una donación en vida como en organizar el patrimonio para la herencia, es necesario responder a unas preguntas que ayudarán a pensar con claridad lo que se quiere. Serían cuestiones como: ¿qué quiero para mí?; ¿Cuánto dinero voy a necesitar para vivir en el futuro como deseo?; ¿Estoy teniendo en cuenta que el día de mañana puede que sufra una dependencia o una enfermedad que me requiera contar con más recursos económicos?; ¿Qué le pasaría a mi cónyuge si yo fallezco ahora?; ¿Es suficiente con el testamento que he hecho o con el seguro que tengo contratado? etcétera.
Los motivos más comunes para realizar donaciones son ayudar económicamente a los hijos en un momento dado o traspasarles parte del patrimonio ante las expectativas de posibles subidas impositivas. «Antes de tomar una decisión de esta envergadura, debemos pararnos a reflexionar cómo afecta a nuestro proyecto biográfico, ya que la fiscalidad no debería ser el principal motivo por el que hacer una donación«, aseguran en Abante.
En la realización de los números hay que contemplar qué pasaría si se viviese más años de lo esperado o si los gastos aumentan por una posible dependencia, «ya que tanto la longevidad como la dependencia tendrán un impacto significativo en el proyecto biográfico». Además, resulta conveniente «contextualizar qué implicaciones tiene dicho aumento impositivo para determinar cuánto tendremos que pagar si se realiza la donación y cuánto será el ahorro en el futuro en caso de hacer la misma».
Productos financieros para planificar la herencia
Hay algunos productos de ahorro y de inversión, como los seguros de vida y los planes de pensiones, que se puedan emplear como herramienta para planificar nuestra sucesión.
Los seguros de vida quedan fuera de la masa hereditaria: el tomador de un seguro podría dejar como beneficiario a la persona que quisiera. Pero en Abante alertan de que los abogados advierten de que utilizar los seguros para evitar la legítima, puede dar lugar a reclamaciones por parte de los herederos forzosos, que podrían reclamar las primas pagadas.
Respecto a los planes de pensiones, hay que tener en cuenta que el partícipe puede designar al beneficiario o los beneficiarios en las cantidades que él quiera y, si no, los derechos consolidados pasarían a ser de los herederos legales. Un aspecto muy importante que no hay que olvidar es que esos derechos consolidados no tributan en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, sino que siguen la misma regla fiscal que los planes de pensiones, es decir, pasarían a considerarse rendimientos del trabajo del beneficiario, tributando, así, en el IRPF.
José Manuel Tara, Regional Manager Iberia & Latam en Onelife, también mencionó en el evento Aseafi Alternative Investsments al unit linked como fórmula para llevar a cabo la sucesión patrimonial, ya que «permite planificar la transmisión del patrimonio con flexibilidad y discreción, pero al mismo tiempo permite la posibilidad de modificarlo cuando se desee». Ofrece, según Tara, las ventajas de instrumentos de inversión tradicionales, como las sicavs o los SIFs y las de vehículos de transmisión patromonial (trusts) «no eficientes fiscalmente en España». Además, «se trata de un instrumento flexible para la distribución del patrimonio familiar, con la posibilidad de establecer cláusulas de beneficiarios personalizadas».
En la aseguradora Forward You dan seis claves para entender los unit linked:
1.- Flexibilidad de inversión. Ofrece a los asegurados una serie de productos que, en función de sus evaluaciones de riesgo, permiten adaptar su estrategia de inversión a sus objetivos. Los unit linked son transparentes, ya que los asegurados pueden seguir fácilmente la rentabilidad de los fondos subyacentes y sus costes asociados, así como las condiciones de sus productos.
2.- Tomador, no partícipe. Se trata de un seguro de ahorro vinculado a una cesta de fondos (renta variable o renta fija) y en el que el tomador asume el riesgo de la inversión. Es un vehículo en el que las aportaciones realizadas, más allá del pago de la prima del seguro, se destinan a la inversión en un fondo o cartera de inversión.
3.- Participación en los rendimientos del fondo. A diferencia de los seguros de vida tradicionales con tipos de interés fijos, las inversiones unit linked tienen la posibilidad de obtener mayores rendimientos en función de la rentabilidad de los fondos subyacentes, lo que se convierte en una gran herramienta para la planificación financiera personal y familiar a largo plazo, ofreciendo además ventajas adicionales.
4.- Cobertura en caso de fallecimiento. Además de los fondos de inversión y sus rendimientos, los asegurados tienen la opción de invertir en un producto que incluso puede incluir un pago en caso de fallecimiento. Al igual que en el seguro de vida tradicional, el tomador puede elegir quién cobrará el seguro en caso de fallecimiento si su producto incluye este tipo de coberturas.
5.- Ventajas fiscales. Sólo pagará impuestos sobre los rendimientos de la póliza en caso de rescate parcial o total, no sobre el importe total del mismo, y algunas regiones pueden incluso presentar ventajas a efectos del impuesto sobre el patrimonio. La flexibilidad de los productos de seguros unit linked también puede ser una herramienta para optimizar el impuesto de sucesiones y donaciones cuando se utilizan para planificar la sucesión.
6.- Posibilidad de cambiar de fondo. Por lo general, los asegurados de unit linked pueden cambiar los fondos y estrategias en los que invierten. Esta flexibilidad les permite ajustar su cartera de inversiones en función de las condiciones del mercado o de la evolución de sus objetivos financieros.