Las correcciones del mercado no son un acontecimiento raro, suceden con bastante frecuencia. Por esta razón, un inversor típico tendrá seguramente que pasar por varias de ellas. Una corrección de mercado se define como una caída del 10% desde máximos.
La incertidumbre puede hacer que los inversores se desvíen de sus planes de asignación de activos cuando tratan de aislarse de la turbulencia generada durante una corrección. Sin embargo, tratar de evadir las consecuencias de estas correcciones puede llevar a cometer errores importantes.
Si tomamos como ejemplo la crisis financiera de 2008, en la que muchos inversores sufrieron importantes pérdidas, podemos comprobar cómo, si se hubieran mantenido, habrían recuperado todo lo perdido e incluso haber ganado algo. Es una pauta bien conocida, por lo que, aunque la pérdida que pueda estar sufriendo la cartera en la corrección sea significativa, es importante mantener la perspectiva a largo plazo.
No olvidemos que la pérdida no es efectiva a menos que se decida deshacer la posición, o solicitar un reembolso en el caso de un fondo.
Otra pauta bien conocida es que los peores y mejores días de mercados han sucedido con gran cercanía en el tiempo. Esto sugiere que la clave del éxito de una inversión es mantener el rumbo, sin hacer cambios bruscos en base a eventos macroeconómicos.
Pero mantener el rumbo no significa necesariamente que los inversores no deberían hacer nada. Los periodos de grandes pérdidas (o ganancias) pueden ser un buen momento para asegurarse de que las características de rentabilidad-riesgo de la cartera se mantienen alineadas con el objetivo de asignación de activos. De lo contrario, se debe considerar reajustar la cartera. Por tanto, mantener el rumbo y reajustar la cartera puede resultar beneficioso, mientras que alterar la asignación de activos puede salir caro.
De forma general, para capear la volatilidad, se pueden seguir algunas normas básicas. Una buena forma de aislar la cartera es mantener la diversificación, con exposición a acciones, bonos y mercados internacionales, de acuerdo con un plan de inversión en consonancia con la tolerancia al riesgo de cada inversor. Los bonos pueden actuar como flotadores, durante las bajadas, mientras que la exposición a mercados internacionales puede proporcionar acceso a mercados que pueden estar generando retornos positivos cuando otros retroceden.
Hay un viejo dicho que aconseja no comprobar nunca su cartera cuando las acciones están bajando. Tomar una decisión en base a un acontecimiento de mercado reciente con frecuencia resulta ser un error. Conviene ignorar el ruido.
Lo que sí puede hacerse es controlar lo que está a nuestro alcance, como son las comisiones, que pueden erosionar los retornos aún más. Algo que es particularmente desagradable cuando los mercados entran en corrección. Se puede también reevaluar la asignación de activos. Si las correcciones de mercados no le dejan dormir, este es un buen momento para reevaluar su tolerancia al riesgo.
Por último, es importante marcarse unas expectativas realistas. Para este año, por ejemplo, parece que la volatilidad va a seguir haciendo acto de presencia con frecuencia.
Paula Mercado, directora de análisis de VDOS Stochastics y quefondos.com