La etapa universitaria deja una huella imborrable en todas las personas, pero esa huella también se plasma en los bolsillos. Es una época en la que se afrontan muchos gastos y se tienen pocos ingresos. Según un estudio elaborado por la Universidad de Salamanca (USAL), la vivienda es la partida que supone un mayor desembolso, concretamente un 32,29% de la cuota total estudiantil. Le siguen las visitas al supermercado, cuyo gasto supone un 12,47% del total, y el consumo en bares y restaurantes, con casi un 9% del presupuesto.
Estos gastos son ahora más fáciles de controlar gracias a la banca móvil. Y es que uno de los principales problemas que tienen los jóvenes para ahorrar es el no disponer de una cuenta diferente en la que depositar sus ahorros y así ver cuáles son sus verdaderos gastos e ingresos.
Con la banca móvil, “cualquier gasto se comunica al instante a través de una notificación. La posibilidad de tener todo en la aplicación me permite controlar en tiempo real cada euro que gasto. Así sé lo que desembolso en cada momento y de cuánto dinero dispongo”, asegura Martín Allende, estudiante que vive fuera de casa de sus padres.
Dadas las facilidades de control financiero que permite la banca móvil, expertos de N26, el primer banco móvil global, han elaborado cinco claves con las que los estudiantes universitarios pueden ahorrar al gestionar su dinero desde el smartphone:
Controlar los gastos en tiempo real. Uno de los servicios más valorados por los universitarios usuarios de la banca móvil es poder consultar a golpe de clic los movimientos de la tarjeta, incluso en tiempo real gracias a las notificaciones. Muchos de ellos, como Martín Allende, reconocen que no están cómodos usando efectivo. “Siempre pago con tarjeta o con el móvil. Tener todo en la app me da más fiabilidad porque con efectivo no sé lo que tengo y lo que no. En el móvil quedan registrados todos mis pagos, y los puedo consultar en cualquier momento desde mi smartphone”, apunta.
Crear metas de ahorro. Cada vez son más las entidades que permiten abrir huchas virtuales o espacios compartidos de forma gratuita para apartar dinero de la cuenta principal. Simplemente hay que crear una subcuenta, indicar el importe exacto que se necesita para cumplir una meta – un viaje con amigos o el pago del alquiler- y realizar traspasos al nuevo espacio. Además de visualizar el porcentaje de meta que se lleva conseguido, se podrá añadir participantes con los que ahorrar y gastar juntos para cumplir objetivos.
Ahorrar en transporte. El transporte es un gasto fijo que se lleva parte del presupuesto mensual de los universitarios. Contemplar las diferentes alternativas disponibles en la ciudad es clave, especialmente ahora que, gracias a los acuerdos que realiza la banca móvil con apps de movilidad urbana, especialmente patinetes y bicicletas, es posible acudir a la universidad sin depender del coche o el transporte público. Cada vez son más los descuentos que ofrecen las grandes marcas de movilidad al utilizar un banco móvil como método de pago.
Eliminar las comisiones al visitar a amigos erasmus. A la hora de descubrir mundo y hacer escapadas, no hay quien supere el espíritu aventurero de los universitarios, especialmente cuando hay amigos de Erasmus. Gracias a bancos como N26, los estudiantes pueden viajar al extranjero y ahorrar ya que no existen comisiones al pagar en el extranjero, aunque sea en divisas poco comunes. De hecho, Miguel Gutiérrez, estudiante de ingeniería naval, y Ricardo Goizueta, que acaba de terminar un máster financiero en Analistas Financieros Internacionales (AFI), reconocen que el hecho de que una entidad no cobre comisiones es uno de los tres aspectos que los jóvenes tienen en cuenta para elegir una entidad financiera.
Aprovechar los descuentos. Conseguir dinero extra por invitar a un amigo a usar esa misma entidad o disfrutar de promociones de descuentos por pagar con una tarjeta en concreto, es otra de las posibilidades que ofrece la banca móvil para ahorrar sin renunciar a nada.