Las emociones tienen un fuerte impacto en las decisiones de inversión. Para entender cómo funcionan a lo largo de todo el proceso de inversión, es requisito indispensable aprender psicología financiera. De esta manera, el inversor conoce los problemas de comportamiento y las barreras psicológicas más frecuentes a los que se enfrenta y, por lo tanto, permite analizar los sesgos a la hora de tomar decisiones y, por consiguiente, aprender las mejores herramientas y estrategias para poder evitarlos.
La psicología financiera analiza la personalidad y el comportamiento humano para comprender cómo éste influye a la hora de tomar decisiones de inversión, ya que estas decisiones están fundamentadas, en muchas ocasiones, en aspectos específicos de la personalidad de cada persona.
Una forma de adentrarse en este mundo de la psicología financiera es a través de BrainVestor, una app gratuita de Cobas Asset Management que tiene como objetivo acompañar a los inversores en las distintas etapas de inversión y proporcionarles herramientas y técnicas pertenecientes al campo de la psicología financiera. En definitiva, los mejores inversores son aquellos que se conocen a sí mismos: sus fortalezas, sus expectativas, sus necesidades y los sesgos que les influyen a la hora de invertir.
Cobas Asset Management entró en este terreno a raíz de una frase del famoso analista financiero e inversor Benjamin Graham: “El principal problema del inversor, e incluso su peor enemigo, es él mismo”. La firma profundizó en las finanzas conductuales bajo la influencia de Vernon Smith y Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía en 2002. Ambos académicos -economista el primero y psicólogo el segundo- observaran que ciertos comportamientos psicológicos hacen que las decisiones financieras no sean tan racionales como la teoría del homo economicus pregonaba.
Conocerse a sí mismo
El contenido del curso de BrainVestor ha sido diseñado con expertos en finanzas, psicología, coaching e inversión para que el interesado sea capaz de crecer como inversor value. Con el curso se aprende sobre neuroeconomía, psicología y filosofía value.
Pero las enseñanzas que incluye la app no se ciñen únicamente al ámbito teórico, pues también cuenta con una potente parte práctica. A través de una metodología “learning by doing”, el inversor puede aprender de forma dinámica y divertida a través de ejercicios, juegos y tests al final de cada módulo del curso.
El inversor que entra en el mundo de la psicología financiera a través de BrainVestor no está solo en el camino de conocerse a sí mismo. La app pone a disposición del alumno un mentor que le ayudará en todo momento a llevar a cabo su propio plan de acción en el que podrá poner en práctica todo lo aprendido.
Asimismo, el alumno puede reforzar sus conocimientos con talleres presenciales y online, impartidos por expertos, sobre autoconocimiento, sesgos del inversor o neurociencia. No solo incluye un calendario de los talleres más próximos, sino que la app también ofrece los talleres de meses pasados.
Cobas Asset Management dio a conocer las conclusiones de su segundo estudio sobre psicología financiera partiendo de los resultados recogidos en BrainVestor con varias conclusiones que dejan patentes los efectos de la psicología financiera.
De acuerdo con el análisis de tendencia de inversión,la firma observó, entre otros factores, que existe una mayor inclinación por los fondos de renta variable (55,3%), frente a los fondos indexados (23,8%) y los mixtos (10,8%). Además, un 59,8% de los usuarios de BrainVestor tiene un perfil de largo plazo -estiman que darán uso a su inversión a partir de 10 años- frente a un 27,3% que opta por el medio plazo -entre los próximos 5 y 10 años-.
El estudio también desvela que para el 70,4% de los encuestados, la palabra riesgo significa oportunidad o ganancia, por lo que afirman que aprovecharían a invertir más cuando el mercado sufre un gran descenso (72,5%) frente a un 24,1% que dejaría las inversiones tal y como están y solo un 3,3% venderían sus posiciones.
En definitiva, a mayor conocimiento financiero del inversor, se observa una mayor asunción de riesgos, así como una menor aversión a las pérdidas y más tendencia a invertir a largo plazo y mayor porcentaje de inversión del propio patrimonio.