El ahorro para la jubilación se ha convertido en una necesidad para los trabajadores que quieran mantener su poder adquisitivo cuando se retiren. La pensión pública sigue estando asegurada, pero la duda reside en la cuantía final que corresponderá a los trabajadores actuales ante las dificultades para mantener la sostenibilidad del modelo actual en el largo plazo, como consecuencia del incremento de la esperanza de vida, la caída de la natalidad y la inestabilidad del mercado laboral.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las pensiones españolas se sitúan en la cima europea a nivel de generosidad, en concreto, los terceros de la lista. La tasa de reemplazo en términos netos, es decir, descontando el pago de IRPF de las prestaciones, además del propio impuesto sobre la renta y las cotizaciones sociales de los salarios, extrae que la pensión media española supone el 89,2% del salario medio.
Con el objetivo de mantener un nivel de vida equiparable al resto de nuestra vida, EFPA España ha elaborado una serie de consejos para optimizar los ahorros de cara a esta importante etapa:
1.- Empezar a ahorrar lo antes posible
Cuanto antes se empiece a ahorrar, el esfuerzo será menor. Los jóvenes que acceden al mercado laboral por primera vez deberían reservar una parte de su salario a ahorrar para la jubilación. Evidentemente, el coste de la vida no deja mucho margen, teniendo en cuenta el importe de los salarios, pero las aportaciones periódicas -por muy pequeñas que sean- tienen la ventaja de que se pueden adaptar en cada momento a la situación personal del ahorrador y que cuentan como aliado con el interés compuesto -aquel que se genera sobre el capital y los intereses ya obtenidos anteriormente de forma que se van acumulando para generar más intereses-.
2.- Buscar la mejor alternativa según el perfil de ahorrador
Históricamente, siempre se ha recurrido a los planes de pensiones como el vehículo diseñado específicamente para ahorrar para la jubilación. Pero también existen otras opciones disponibles como los planes de previsión asegurados (PPAs), los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) o los seguros de vida ahorro. No obstante, ante las dificultades para lograr rentabilidades competitivas en algunos de estos productos, los fondos de inversión se configuran como una magnífica alternativa para ahorrar a largo plazo, gracias a su gestión profesional, su seguridad y la diversificación que permiten.
3.- Probar métodos de ahorro
Si no resulta sencillo ahorrar día a día, se pueden probar algunos métodos de ahorro. Un ejemplo es la regla del 50-30-20. El 50% de tus ingresos deben estar destinados a los gastos básicos, como el alquiler, la comida, etc. El 30%, a gastos personales, como el ocio o los caprichos y el 20% restante debe destinarse al ahorro.
4.- Controlar con préstamos y deudas
Hipotecas, préstamos, financiación de compras… todos estos vehículos o servicios resultan atractivos y necesarios en la mayoría de las situaciones, pero hay que tener en cuenta todos los intereses en los que se incurre con ellos y que hacen que el desembolso final sea mucho mayor. Aunque siempre es necesario analizar la situación financiera del individuo, pagar al contado permitiría reducir el gasto global y poder destinar esa diferencia al ahorro. En el caso de tener préstamos, es también interesante realizar revisiones periódicas de los mismos, que permitan analizar si interesa renegociar las condiciones, amortizar parte del capital, modificar la duración, etc.
5.- Contar con asesoramiento financiero profesional
Si se quiere continuar con el nivel de vida que se tiene en la actualidad, resulta fundamental apostar por un buen asesoramiento profesional. Es necesario que un asesor financiero cualificado acompañe al ahorrador a la hora de contar con toda la información, antes de tomar cualquier decisión de ahorro e inversión y así sacar el mayor rendimiento a nuestros ahorros y asegurar una jubilación tranquila para nosotros y para nuestra familia.