Los retos económicos que afronta la economía europea van a requerir, sin duda, «una gran parte de capital privado». Así lo cree Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV, que en el Foro CREO destacó la reactivación de las salidas a bolsa, pero también destacó la necesidad «de actuar en la parte de la demanda».
Buenaventura parte de la premisa de que «la forma en la que invertimos nuestros ahorros los españoles y los europeos es mejorable», en la tanto que se adolece de visión de largo plazo en forma de más presencia de renta variable en las carteras de los inversores: «De todos los activos que tienen los fondos de inversión españoles, las acciones no llegan al 30% mientras que un 64% del patrimonio se invierte en renta fija, principalmente deuda pública», recordó, para concluir que «hay mucho camino por recorrer para alinear las inversiones a las necesidades de los ciudadanos».
Aquí, las medidas destinadas a los ahorradores y a la necesaria ampliación de la base de los inversores vienen de la mano de la Retail Investment Strategy (RIS) de la UE, una iniciativa ha quedado aparcada hasta que se reactive el próximo periodo parlamentario europeo tras las recientes elecciones, según el presidente de la CNMV. Buenaventura admitió que algunos de los aspectos que pretende impulsar la RIS han alcanzado gran controversia, «especialmente en el ámbito de la prohibición de las retrocesiones de comisiones o del concepto de value for money».
Pero también es consciente de que contiene otras propuestas muy interesantes encaminadas a transformar la experiencia del cliente de servicios financieros, ya que la información al cliente sigue proporcionándose como en la era del papel, «cuando estamos ya en una era digital».
En este sentido, apunta que el esquema de protección e información al inversor «puede llegar a ser mucho más eficaz con el uso de herramientas audiovisuales, de canales interactivos», y puso como ejemplo que «un vídeo de dos minutos puede ser más informativo que un documento de 50 páginas». Es más, incluso «la incorporación de la inteligencia artificial puede suponer una potenciación del asesoramiento y mejorar sustancialmente la calidad y la eficiencia del servicio al cliente».
Buenaventura también se refirió al término “finanzas abiertas”, incluido en la RIS, «como un primer paso para facilitar la “experiencia de usuario” en el campo de los inversores minoristas. Su finalidad es impulsar que el cliente financiero pueda comparar ofertas, combinar distintos proveedores o incluso cambiar de proveedor de servicios financieros con un menor coste. «La comercialización de servicios de inversión es probablemente una de las más reguladas en Europa y si el cliente puede pedir asesoramiento a otros proveedores o solicitar información comparada reduciendo el coste en tiempo y en preguntas que cada proveedor debe hacerle, habremos ganado mucho», aseguró Buenaventura.
Y puso como ejemplo la portabilidad digital del perfil del cliente -en términos de cartera, experiencia inversora y conocimientos-. «De esta manera se anima a una transformación del sistema de comercialización actual por otro más abierto y con ello, beneficiar la competencia real y acercar a los activos financieros a nuevos inversores», aseguró.