La época navideña trae una atmósfera mágica de alegría y celebración. Pero también de desafíos para las finanzas, por lo que ahorrar con anticipación se vuelve crucial. Asimismo, la Navidad supone un buen momento para reflexionar sobre la salud financiera y de hacer propósitos financieros de cara al nuevo año.
Para lograrlo, varias firmas ofrecen sus recomendaciones de cara a conseguir aumentar el ahorro y fiscalizar los gastos. Los efectos de las subidas de los tipos de interés y la escalada de la cesta de la compra obligan a las familias a encarar 2024 con expectación e incertidumbre. Toni Cárdenas, gestor y analista de Caja Ingenieros, apunta que “el sector financiero tiene la responsabilidad de transmitir a la sociedad unos principios de educación financiera que enseñen a ahorrar y a tomar decisiones que promuevan un bienestar económico y social”.
Bajo esta premisa, aconseja que el 50% de los ingresos deben destinarse a necesidades primarias. La gestión de los gastos es el punto más importante, según el experto, y el que más dificultades presenta, así que recuerda que la regla del 50/30/20 es uno de los métodos más sencillos para ahorrar el 20% de los ingresos anuales.
Esta metodología se basa en un control estricto de los ingresos y los gastos y detalla con precisión qué porcentaje se debe destinar a cada cuestión. Para ello, el primer paso es dividir los gastos en tres categorías y porcentajes: las necesidades primarias tienen que representar el 50% de los ingresos; los caprichos deberían suponer no más del 30%, y un 20%, iría destinado al ahorro. Una de las claves de este método es la inversión de los principios básicos de las finanzas que, tal y como asegura Cárdenas, “permite a las personas conocer cuál es el dinero real que deben destinar a gastos fijos como la vivienda, la alimentación, los recibos del agua o el colegio de los hijos”.
Siguiendo esta regla, un 30% del sueldo se puede destinar a gastos diarios o puntuales que son prescindibles y que, en su mayoría, están relacionados con cuestiones de ocio. En esta parcela de gasto es también muy importante tener en cuenta el valor que tiene realizar un consumo responsable. “Todas nuestras compras y transacciones generan un impacto social y ambiental que debemos considerar” explica el experto. En consecuencia, realizar compras conscientes y evitar aquellas que son impulsivas e innecesarias contribuye a preservar la economía personal y evita aumentar el impacto que las transacciones financieras generan en el planeta.
Finalmente, gracias a esta distribución de los gastos, es posible obtener un ahorro del 20% del salario neto anual. “Conocer el ahorro real que una persona va a tener le permite tener una mayor planificación financiera y establecer metas reales de cara a futuros movimientos u oportunidades de inversión” reconocen desde Caja Ingenieros.
Este manual de gasto no debe ser el único para lograr una mayor eficiencia financiera. En Caser Saving & Investment Solutions han elaborado una guía de consejos para la planificación y gestión de las finanzas personales en función de la etapa de la vida del consumidor, ya que cada fase de la vida enfrenta diferentes desafíos y oportunidades.
En el ciclo de vida inicial, la firma aconseja reforzar la educación financiera. Por ejemplo, en la temporada navideña, la educación financiera se vuelve un regalo valioso para capacitar a los jóvenes en la gestión eficiente de sus recursos, la toma de decisiones financieras sólidas y la prevención de problemas económicos. De esta manera, se fomenta la estabilidad financiera y el bienestar a largo plazo. En esta fase, establecer un registro cuidadoso de gastos y evitar el endeudamiento excesivo se convierten en metas esenciales.
En el ciclo de vida adulta, la prioridad es diversificar el ahorro para gastar sin perjudicar los planes futuros. La estrategia del ahorro adquiere una atención especial en esta etapa de vida. Saber diversificar los ahorros y mantenerse fiel a un plan permitirá poder ser más laxos en épocas como Navidad sin riesgo a que los planes de ahorro a largo plazo se vean mermados.
Dentro de las opciones más destacadas se encuentran los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) y los planes de previsión asegurados (PPAs), según la firma. Los primeros son perfectos para aquellos que buscan una inversión segura y estable a lo largo del tiempo, además de brindar flexibilidad para adaptar los pagos a las necesidades y objetivos financieros individuales. Por otro lado, los PPAs son productos de ahorro con un enfoque en la jubilación permitiendo planificarla con confianza y tiempo. Del mismo modo, existen los Planes de Pensiones de Empleo, que se posicionan como una fórmula complementaria atractiva y necesaria de cara a la jubilación.
La clave en esta etapa es contar con un enfoque diversificado, pensando en el largo plazo y siguiendo una hoja de ruta financiera que prevea etapas de mayor gasto, como la Navidad. Si se tiene previsión y claridad en esos dos focos, el éxito financiero en la etapa adulta está prácticamente asegurado
Durante el ciclo de vida sénior, el foco del ahorro cambia. El objetivo principal en esta etapa es mantener los beneficios logrados hasta el momento, por lo que es importante contar con planes a largo plazo que permitan tener bajo riesgo y un beneficio asegurado.
Para esta fase de la vida existe una herramienta muy útil en algunas ocasiones y que permite convertir el ahorro inmobiliario en liquidez para complementar los ingresos en la jubilación: la hipoteca inversa, un producto que permite a quienes son propietarios de viviendas mayores de 65 años liberar el valor de su propiedad y recibir pagos periódicos o un único desembolso. Este producto cuenta con una regulación que protege al usuario, lo que incluye medidas como el asesoramiento obligatorio independiente proporcionado por profesionales del sector.