El apalancamiento financiero consiste en la utilización de dinero prestado para financiar la compra de activos, con la expectativa de que los ingresos o la ganancia de capital del nuevo activo superarán en el futuro el coste del préstamo recibido.
En la mayoría de los casos, el prestamista pondrá un límite en cuanto al riesgo que está dispuesto a asumir e indicará un límite en cuanto al alcance de apalancamiento que permitirá. En el caso de los préstamos respaldados por activos, la entidad financiera que otorga el préstamo utilizará los activos como garantía hasta que el prestatario devuelva el préstamo. En el caso de un préstamo de flujos de efectivo, la solvencia general de la empresa se utiliza para respaldar el préstamo.
Para financiar la adquisición de activos (edificios, maquinaria….) una empresa puede utilizar capital (recursos propios) o deuda (recursos ajenos). Si se decide por utilizar deuda, incurrirá como hemos visto en costes fijos. Por ejemplo, supongamos que la Empresa A quiere adquirir un activo que cuesta 100.000 euros. Si la empresa opta por la primera opción, de utilizar capital, será la dueña del 100% del activo y no tendrá que abonar intereses. Si el activo se aprecia en un 30%, el valor del activo aumentará a 130.000 y la compañía obtendrá un beneficio de 30.000 euros. Del mismo modo, si se deprecia en un 30%, el valor del activo será de 70.000 euros y la compañía incurrirá en una pérdida de 30.000.
Alternativamente, la compañía decide tomar la segunda opción y financiar el activo usando 50% de acciones comunes y 50% de deuda. Si el activo se aprecia en un 30%, el valor del activo será de 130.000 euros, lo que significa que, si la compañía paga la deuda de 50.000 euros, le quedarán 80.000, quedando un beneficio de 30.000. Del mismo modo, si el activo se deprecia en un 30%, el activo se valorará en 70.000 euros, lo que significa que después de pagar la deuda de 50.000, se quedará con 20.000 euros, suponiendo una pérdida de 30.000 (50.000 – 20.000).
Para determinar la cantidad de apalancamiento financiero de una entidad se utiliza el coeficiente de endeudamiento (debt-to-equity ratio) que indica la proporción de deuda de la compañía respecto a su capital. El coeficiente de endeudamiento se utiliza para determinar la cantidad de apalancamiento financiero de una entidad, y muestra la proporción de deuda respecto al capital de la compañía.
Es un indicador muy utilizado por el equipo directivo de la compañía, así como por entidades que puedan considerar otorgarle un préstamo, o por bonistas, accionistas y otras partes interesadas en entender el nivel de riesgo en la estructura de capital de la compañía. Muestra la probabilidad de que la empresa pueda cumplir con sus obligaciones de deuda, así como si su nivel de apalancamiento se sitúa a un nivel razonable. El coeficiente de endeudamiento se calcula como el total de deuda dividida por el capital total (deuda total/capital total).
La deuda total, en este caso, se refiere a los pasivos corrientes de la empresa (deudas que la compañía tiene la intención de pagar en el plazo de un año o menos) y a los pasivos a largo plazo (deudas con un vencimiento de más de un año). El capital se refiere al capital del accionariado (el importe que los accionistas han invertido en la empresa) más el importe de las ganancias retenidas (el importe que la empresa retuvo de sus beneficios).
Las empresas del sector manufacturero suelen tener coeficiente de endeudamiento más alto que las empresas de servicios, lo que refleja la mayor cantidad de inversión del sector manufacturero en maquinaria y otros activos. El valor que tenga el coeficiente de endeudamiento depende, por tanto, del tipo de actividad o sector en que se encuadra la compañía. Un coeficiente alto no es necesariamente un dato negativo, dependerá de la capacidad que la compañía tenga para rentabilizar su inversión.
Riesgos del apalancamiento financiero
Aunque el apalancamiento financiero puede dar lugar a mayores ganancias para una empresa, también puede resultar en pérdidas desproporcionadas. Las pérdidas pueden ocurrir cuando los pagos de intereses sobrecarguen las finanzas de la empresa porque los rendimientos del activo no sean suficientes, algo que puede ocurrir cuando el activo disminuye su valor o los tipos de interés suben a niveles difícilmente manejables.