¿Se protegen los hogares españoles ante la pérdida de uno de sus miembros? ¿Hay diferencia entre hombres y mujeres? ¿Se han concienciado las mujeres de cuál es su peso en la economía doméstica? ¿Cómo se protege? La Fundación AXA ha realizado un estudio que desvela la desprotección financiera que viven los hogares debido a la brecha existente entre los ingresos que aporta la mujer y su nivel de protección. De hecho, pese a que el 47% de las mujeres activas tiene empleo sólo contratan el 38% de los seguros de vida riesgo.
Hace 30 años, cuando la tasa de empleo de las mujeres españolas era del 24%, el porcentaje de seguros en manos femeninas que cubrían la contingencia de enfermedad o fallecimiento era del 12%. En la actualidad, con una tasa del 43%, el volumen de productos de vida riesgo en manos de mujeres es del 38%. “Los datos nos hacen pensar que la incorporación plena al mercado laboral de las mujeres ha tenido como consecuencia una mayor concienciación de la importancia de su aportación salarial a la economía familiar, lo que ha llevado aparejado a su vez un aumento de los seguros que cubren la posibilidad de prescindir de su salario. El crecimiento de ambas variables, por tanto, ha sido paralelo”, afirma Jesús Carmona, director de Vida, Salud y Accidentes. “Pero aunque en algunos años ha llegado a converger, la brecha de desprotección femenina ha vuelvo a ampliarse tras la crisis económica”, añade.
A mediados de los años noventa, tras la salida de la crisis económica de 1993, 27 de cada 100 mujeres activas tenían empleo y prácticamente ese era el mismo porcentaje de pólizas de vida en manos femeninas. Este fue un periodo de gran protección. Sin embargo, a partir de ese año, la tasa de empleo de las mujeres comenzó a crecer a un mayor ritmo que al que se protegían, coincidiendo la mayor brecha de desprotección con la reciente crisis económica, cuando a una tasa de empleo del 44% le correspondía un nivel de protección del 35%. En 2011 las mujeres volvieron a tomar una mayor conciencia de la necesidad de proteger económicamente a su familia, como demuestra el hecho de que tu tasa de empleo y el porcentaje de pólizas suscritas por estas volviera a aproximarse.
Sin embargo, en 2013 la brecha de desprotección femenina comenzó a abrirse de nuevo. Y en la actualidad continúa ampliándose. En 2017, de cada 100 mujeres activas 47 tenían empleo. Sin embargo, solo 38 de cada 100 pólizas estaban en sus manos.
Del informe de la Fundación AXA sobre Protección Financiera también se desprende que las mujeres que se protegen del riesgo de que su familia no pueda contar con su salario por enfermedad o fallecimiento, lo hacen por capitales superiores al de los hombres. Así, de media, los capitales cubiertos en caso de fallecimiento se sitúan entre 3 y 5 veces el salario medio anual para hombres; y entre 3,5 y 4,9 veces para mujeres. Baleares y Murcia son las Comunidades con una mayor protección de las mujeres trabajadoras. Allí, aquellas que han suscrito un seguro de vida riesgo para proteger a su familia en caso de enfermedad o fallecimiento, lo hacen con capitales que suponen casi 5 veces su salario. Lejos del País Vasco, donde los familiares de las mujeres aseguradas obtendrían, en caso de contingencia, 3,5 veces su salario.
Ahora bien, las mujeres de todas las Comunidades, salvo Madrid, tienen un ratio de capitales medios asegurados / salario medio superior al de los hombres; lo que significa que valoran mucho más que ellos su contribución a la economía familiar.
Ceutís y madrileños, los que más valoran su vida
En términos generales, en lo que respecta a hombres y mujeres, también se observan diferencias significativas por provincias en los capitales asegurados por fallecimiento. Mientras que Ceuta, Madrid y Barcelona presentan unos capitales medios de 132.000 euros y 115.000 euros respectivamente, en Lugo y Badajoz, se aseguran la vida por 72.000 y 77.000 euros respectivamente.
Por profesiones también se aprecia una disparidad a la hora de valorar sus vidas. Así, el sector sanitario es el que por mayores capitales se asegura, frente a encargados de taller, cocineros o camareros. En el análisis realizado por la Fundación AXA se observa que dentistas, especialistas médicos, pilotos y farmacéuticos suscriben pólizas de vida riesgo por importes superiores de media a 170.000 euros. En el lado apuesto, operarios o empleados del sector de la restauración, con capitales medios asegurados menores de 60.000 euros.