Algunos estudios cifran la economía sumergida en España en más de 200.000 millones de euros, y otros consideran que supera por poco los 120.000 millones y que la recaudación perdida está en torno a los 40.000 millones. Para los expertos del Consejo General de Economistas, después de realizar los necesarios ajustes por las simetrías y duplicidades, esta pérdida de recaudación podría rondar los 26.000 millones de euros.
Para el presidente del Consejo General Economistas, Valentín Pich, el importe del fraude fiscal es el resultado de una función multivariable. Según Pich, “en el fraude fiscal inciden aspectos inmateriales –como la educación de la ciudadanía, la eficiencia en el gasto o el ejemplo de los responsables políticos–, y otros más tangibles –como la fortaleza de las agencias tributarias, las consecuencias de las comprobaciones administrativas o de la regularización para declaraciones fuera de plazo, la claridad normativa o la estabilidad de las normas y de los criterios interpretativos–”.
Teniendo en cuenta que para la disminución del fraude fiscal no existen recetas mágicas, los expertos del Consejo General de Economistas han realizado 20 propuestas para intentar reducirlo, entre las que destacan las siguientes:
-Mejorar la forma de trabajar de las Agencias tributarias, instruyendo expedientes administrativos más sólidos
-Facilitar las regularizaciones espontáneas de acuerdo con el régimen general previsto en la Ley General Tributaria para las declaraciones que se presentan fuera de plazo
-Intentar reducir los tiempos de resolución en los procesos de revisión
-Tutelar de manera especial a los nuevos empresarios
-Hacer una rápida difusión de criterios interpretativos
-Intensificar la relación cooperativa
-Fijar objetivos de las Administraciones tributarias a medio y largo plazo
-Potenciar la educación ciudadana a este respecto
-Potenciar la utilización de medios electrónicos
-Intensificar la cooperación internacional