En términos de educación financiera, a España todavía le queda mucho camino por recorrer. Según un estudio publicado por EFPA en 2021, los ciudadanos de nuestro país suspenden en lo que a nociones sobre finanzas se refiere, obteniendo 4,5 puntos sobre 10. Además, el último informe PISA, que mide el rendimiento académico de adolescentes entre 13 y 15 años de los países de la OCDE, pone de relieve a su vez los escasos conocimientos de la juventud en el terreno del dinero y la economía, situando a los españoles 13 puntos por debajo de la media de la Unión Europea.
Con el objetivo de reformar los conocimientos de la población ING ha elaborado un listado con 10 conceptos financieros básicos con los que es necesario familiarizarse para una gestión eficaz y segura de la economía personal.
IBAN y BIC
En líneas generales, el código IBAN (International Bank Account Number) es el identificador que tiene cada cuenta corriente en una zona de pagos en euros. Así, conociendo el IBAN se pueden realizar pagos y transferencias en cualquier país de la zona SEPA (acrónimo de Single Euro Payments Area), con la misma funcionalidad de un pago nacional.
Mientras que el código BIC (Bank Identifier Code) o código SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) identifican al banco beneficiario de una transferencia, al banco destinatario de ese movimiento de fondos. Ambos códigos son necesarios para realizar pagos o transferencias en el resto del mundo, fuera del ámbito SEPA.
Cargo y abono
Una cuenta puede disminuir o incrementar su saldo dependiendo de las operaciones que se realicen. Estos movimientos tienen un nombre: cargo y abono. Así, los cargos son operaciones de retirada de efectivo de una cuenta corriente. Los abonos, por su parte, son ingresos realizados a una cuenta bancaria que aumentan su saldo.
Préstamo y crédito
En los préstamos personales, el banco entrega una cantidad de dinero fija al cliente al principio de la operación, que deberá devolver con intereses. Mientras que, en el crédito, la entidad bancaria pone a disposición del usuario una cantidad de dinero, que se va concediendo según las necesidades de este, durante un determinado periodo de tiempo.
Cuenta remunerada y depósito a plazo fijo
Los depósitos a plazo fijo exigen inmovilizar una cantidad de capital durante un periodo de tiempo fijado de antemano. Si queremos recuperarlo antes de la fecha de vencimiento, tendremos que pagar una penalización, que reducirá los intereses que hayamos recibido hasta ese momento.
En el caso de las cuentas remuneradas, estas ofrecen intereses desde el primer euro y sin plazo, lo que hace que, a diferencia de los primeros, se pueda disponer del dinero de forma prácticamente inmediata. Por ello, los depósitos a plazo fijo suelen ofrecen una mayor rentabilidad que las cuentas remuneradas.
Tarjeta de débito y de crédito
Con las de tarjetas de débito se puede retirar dinero del cajero o hacer operaciones a través de internet con cargo a la cuenta corriente o libreta de ahorros, es decir, utilizando el dinero que realmente se posee. El límite de dinero que se puede sacar con estas tarjetas lo marca el saldo disponible en el momento de su retirada.
Por contra, las tarjetas de crédito son aquellas que emite el banco a nombre de una determinada persona para que pueda usarlas para comprar y efectuar pagos a crédito, esto es, con dinero que no es realmente suyo, sino que se trata de préstamos que el banco nos concede.