El doctor en nutrición Christpher Gardener, de la Universidad de Stanford, aclara en un reciente artículo algunos mitos sobre la leche, un alimento que se ha pasado a ser de lo más polémico. Uno ya no sabe qué hacer cada mañana cuando va a desayunar. ¿Elijo leche entera o descremada? ¿Mejor si la tomo de almendra? ¿O de soja? ¿Vaca o cabra? Este es un resumen de sus consejos:
¿Es necesaria la leche para la formación de los huesos y la prevención de fracturas?
En países como Japón e India donde la población es predominantemente intolerante a la lactosa, la ingesta de leche es baja, y las tasas de fracturas de cadera también. Pero en muchas de esas culturas se llevan a cabo más actividades de fuerza, como el acarreo de bultos pesados. Para fortalecer los huesos es mejor llevar una vida físicamente activa que beber leche. Además, hay muchos estudios que demuestran que la ingesta de leche mejora la densidad ósea, pero no está claro que prevenga las fracturas.
¿Los niños necesitan beber leche?
Leche materna sí, es extremadamente importante. Otros tipos de leche, no tanto. En todo caso, siempre será mejor que beban leche a que beban sodas, pero siempre que la leche no esté azucarada, especialmente en las leches con base vegetal, como la de almendra o de soja. En casos de intolerancia a la lactosa, ésta deberá evitarse siempre.
¿La leche descremada adelgaza?
El mito de que la leche desnatada adelgaza se vino abajo con el estudio realizado por la Universidad de Harvard sobre la dieta de 100.000 enfermeras durante 30 años. No se pudo establecer una relación entre la evolución de su peso y si bebían leche entera, desnatada o semidesnatada.
¿Leche fresca o pasteurizada?
Los partidarios de la leche fresca alegan que la pasteurización destruye bacterias “buenas” en la leche. Gardner cree que la bondad de esas bacterias es difícil de demostrar. Respecto a la hipótesis de que la leche fresca es más fácil de digerir, un estudio liderado por Gardner demuestra que las personas intolerantes a la lactosa padecen los mismos síntomas con la leche fresca que con la pasteurizada.