Uno de cada dos internautas (el 51%) ya paga por servicios de televisión, según la décima edición del informe anual «Televidente 2.0» que revela cómo las nuevas propuestas para acceder a contenidos audiovisuales han supuesto una caída de entorno al 15% en el acceso a contenidos “pirata” en los dos últimos años. Según este estudio, la penetración de la televisión de pago en España es del 33%, muy por debajo del 56% de Alemania, el 62% de Reino Unido, el 76% de Francia y el 86% de Portugal.
Y ello pese a que el número de clientes de televisión de pago en España se ha multiplicado por 1,6 en los últimos 3 años, al pasar de 3,8 millones a finales de 2013 a 6,1 millones a cierre de 2016.
Ese 51% de internautas que pagan por ver televisión lo conforman el 42% que lo hace a través de suscripciones a plataformas IPTV (los servicios de televisión de los operadores de telecomunicaciones sobre fibra y ADSL) y el 9% que son clientes de servicios OTT como HBO o Netflix. El informe revela un panorama de convivencia entre ambas plataformas, de forma que un 16% de internautas mantiene el pago sobre ambos tipos de servicio.
¿Alguien ve la tele?
El informe pone de manifiesto que el consumo de la emisión lineal tradicional pierde fuerza frente al consumo diferido y a la carta y, de hecho, los internautas declaran que sólo el 53% del total de sus consumos son desde la televisión lineal, sea desde canales TDT o desde el lineal de la televisión de pago. El resto se reparte entre las distintas opciones de consumo, como vídeo bajo demanda, grabadores y servicios de recuperación, aplicaciones, streaming y descargas piratas.
En cuanto a Youtube, que desde hace años es una de las principales plataformas de consumo audiovisual, se ha observado un ligero descenso en penetración (4%), uso en dispositivos y consumo que se puede achacar a una población internauta que crece en los segmentos de mayor edad y la aparición de nuevas ofertas de contenidos relevantes para los usuarios.
Por dispositivos, la televisión conectada (smart TV) y el «smartphone» (teléfono inteligente) consolidan sus posiciones como dispositivos de consumo, la primera para el consumo audiovisual no lineal y el segundo como acceso para consumo audiovisual. De hecho, el 29% de los usuarios utilizan el «smartphone» para el consumo audiovisual durante 4 o más horas a la semana, mientras que la mitad de los hogares internautas dispone ya de una smart TV.