Hace una semana, el 26 de mayo, las puertas de las oficinas de IPG en San Diego y Miami volvieron a abrir. Esta reapertura fue el resultado de un arduo trabajo de planeación que empezó el día que cerraron, buscando aplanar la curva.
Rocio Harb, directora en IPG y a cargo de la oficina de Miami, habló con Funds Society sobre cómo la organización y el tener todo bien planeado antes de la apertura fueron clave en su regreso.
En su opinión, es muy importante el “planear, hablar con el edificio, hablar con los empleados, hacer research, ver cómo están los daycares, ya que no puedes abrir y esperar que las madres regresen a trabajar cuando no hay day care o escuela”. Pero en general, están “súper contentos de volver a la oficina. A pesar de que el funcionamiento desde casa era positivo, el estar face-to-face y emocionalmente saber que estas llegando a una normalidad, te hace sentir bien”, comenta.
La oficina de San Diego abrió con 10 personas y Miami con tres y “poco a poco se esperan añadir entre 5 a 10 en San Diego y en Miami. Las puertas están abiertas para cuando los asesores quieran regresar”. La directiva espera estar a tope para mediados de julio, “si todo sigue como hasta ahora y no se ha dado una segunda ola de contagios”, claro está.
A la hora de llegar al edificio, deben de seguir algunas medidas, por ejemplo, solo pueden haber dos personas en el ascensor. Al entrar a la oficina se encuentran con termómetros, guantes, mascarillas y gel antibacterial. El proceso que deben seguir es el de ponerse hand sanitizer, luego tomarse la temperatura y anotar su nombre, fecha y temperatura. Después, deben cambiar la máscara y guantes usados por unos nuevos y ya pueden acceder a la oficina.
Los locales fueron redecorados para mantener el distanciamiento, incluyendo el uso de plexiglasses en las áreas abiertas, nos comenta Harb, añadiendo que debido a que empezaron la preparación del regreso hace meses, también cuentan con un stock importante de insumos de prevención como las mascarillas guantes y gel antibacterial. Además, aunque la mayoría en Miami cuenta con oficinas privadas, “cuando uno sale de su propia oficina, para ir al baño o lo que sea, se debe usar una máscara”.
Para Harb, el haber tenido la experiencia del trabajo remoto fue enriquecedor desde el punto de vista de que “aprendimos que funcionamos bastante bien y que en calidad sí podríamos seguir trabajando desde casa, pero el abrir fue un tema más emocional que necesario. El tener una fecha de abrir una oficina y que los advisors sepan que pueden regresar sirve a todo el mundo emocionalmente”, señala comentando que también desde el lado tecnológico se incorporaron nuevas herramientas al día a día de la empresa.
Para ella, el face-to-face era lo que más extrañaba. “Esta oficina tiene tres años pero el equipo se conoce desde hace más de 10. Somos amigos, somos una familia y la verdad es que nos extrañábamos, el vernos, charlar y compartir nuestras experiencias. Con San Diego tenemos una llamada con todo el staff cada dos semanas así que hay bastante contacto, pero el vernos, es totalmente diferente».
Para otras empresas que planean abrir, Harb reitera que lo que mejor les funcionó fue el empezar a planear pronto y tener un guideline bastante detallado, el cual fue seguido vía llamada con todos los empleados para resolver sus dudas. “Se debe trabajar mucho en hacer research, guidelines y surveys para dar tranquilidad a tus coworkers”, concluye.