San Francisco ha conseguido este año el primer puesto en el Índice de Ciudades Globales de Schroders, impulsada por su industria de capital riesgo. Boston, su homóloga de la costa este de EE.UU., ocupa el segundo puesto, y Londres, el tercero. Según explican desde la gestora, este índice clasifica las ciudades mundiales según cuatro criterios clave: economía, medio ambiente, innovación y transporte. También pretende identificar las ciudades que combinan el dinamismo económico con universidades de categoría mundial, políticas medioambientales con visión de futuro y excelentes infraestructuras de transporte.
En este sentido, el liderazgo de San Francisco se produce tras la introducción de una puntuación específica del capital riesgo (venture capital) en el índice, indican desde la gestora. «En resumen, la medición de la innovación, que anteriormente evaluaba la fortaleza de las universidades de una ciudad, ahora también controla la cantidad de financiación vía capital riesgo dirigidas a las empresas de una ubicación específica», matizan. En este sentido, San Francisco, como centro neurálgico de la innovación tecnológica, y Boston, como centro de innovación biomédica, han visto mejorar su clasificación gracias a la introducción de esta puntuación.
En opinión de Hugo Machin, gestor de Schroders Global Cities, el ascenso de San Francisco al primer puesto, así como los buenos resultados de varias ciudades de la costa oeste de EE.UU., como Seattle y Los Ángeles, pueden resultar sorprendentes, dada la migración neta hacia las ciudades del «cinturón del sol» del país. «Sin embargo, la introducción de una puntuación teniendo en cuenta la financiación vía capital riesgo ha impulsado significativamente sus posiciones. El índice ahora muestra que, a pesar del impacto de la pandemia y del trabajo a distancia, las ciudades siguen siendo los motores de la economía mundial. Su capacidad para proporcionar espacios de colaboración para el trabajo y ofrecer fantásticos restaurantes, teatros y experiencias comerciales es inigualable. En este contexto, las ciudades deberán contar con excelentes conexiones de transporte, viviendas asequibles, espacios verdes y sólidas instituciones educativas para seguir siendo relevantes. Además, la política gubernamental deberá apoyar el desarrollo de edificios con excelentes credenciales de sostenibilidad», explica.
Otros movimientos interesantes reflejados en la edición de este año del índice son San Diego y Berlín, ya que ambas obtuvieron buenas puntuaciones en financiación vía capital riesgo y política medioambiental. Además, cuatro ciudades chinas también se situaron entre las 30 primeras, a pesar de los conocidos problemas causados por los confinamientos. Según el índice, gracias a la solidez de las universidades chinas y el éxito de las industrias tecnológicas, estas ciudades han mantenido sus posiciones. Por su parte, las ciudades indias e indonesias también ascendieron rápidamente en la clasificación. Concretamente, ciudades como Bombay, Kuala Lumpur y Yakarta se han beneficiado de una mayor atención a la tecnología y la innovación, así como de una mano de obra altamente cualificada.
Índice Schroders de Ciudades Globales