Acabo de terminar de leer “La solución de los telómeros” un libro interesantísimo sobre los telómeros, escrito por Elizabeth Blackburn, premio Nobel y experta en biología molecular, y por la psicóloga Elissa Epel. Para los que queremos vivir 100 años (o más), con buena salud, los telómeros son extremadamente importantes, pero ¿por qué?
En pocas palabras, los telómeros son una especie de “capuchas” que tenemos al final de cada cromosoma que protegen su información genética y permiten a las células reproducirse de forma ordenada e impecable. Las autoras comparan los telómeros al protector de plástico que generalmente hay al final de los lazos de un zapato. Cuando este se gasta, los lazos se deshilachan y se echan a perder. Parece que con nuestras células pasa lo mismo: cuando el telómero se gasta las células dejan de reproducirse y nos hacemos viejos.
Todas las células necesitan telómeros sanos y largos para reproducirse bien. Por ejemplo, en origen todos tenemos el pelo blanco y el color (rubio, castaño, negro) viene dado por la información genética que se contiene en las células de los folículos pilosos. Cuando los telómeros de los folículos del pelo se desgastan, dejan de reproducirse y… salen las canas, uno de los primeros síntomas externos de envejecimiento.
Por supuesto, lo del pelo es lo de menos. Mucho más importante es proteger los telómeros de las súper células encargadas de nuestro sistema inmunológico. En estas células tenemos la clave para vivir más años y sobre todo, vivir más años en un estado bueno de salud. La gran noticia es que si bien con la edad los telómeros tienden a acortarse, el proceso no es absolutamente irreversible. Podemos proteger nuestros telómeros e incluso alargarlos siguiendo una serie de pautas en las que inciden muchos factores.
Después de leer el libro entero, y a modo de resumen muy simplificado, los telómeros responden de forma negativa a los siguientes factores (y por este orden):
–Estrés: es el peor enemigo de los telómeros, sobre todo el estrés continuado. Para combatirlo recomiendan ser más comprensivo con los demás y con uno mismo, cultivar las relaciones sociales y practicar la meditación.
-La falta de sueño: dormir bien es fundamental para mantener unos telómeros sanos.
-El sedentarismo: no hace falta matarse en el gimnasio, de hecho, si nos ceñimos a la salud de los telómeros, resulta hasta contraproducente. Lo mejor es hacer 45 minutos de ejercicio cardiovascular suave como mínimo tres veces a la semana (pasear a buen ritmo puede valer) y tratar de incorporar la actividad física a nuestra vida diaria (olvidarse del ascensor, ir andando a trabajar o bajarse un par de paradas antes, pasear con el perro o con los niños, etc).
-La comida basura: los aditivos, las grasas saturadas, los alimentos precocinados y el azúcar son malos para los telómeros. Los alimentos integrales, las frutas, las verduras, y el omega-3, ayudan a preservarlos
-Los químicos medioambientales: el cadmio y el plomo, presentes en el humo del tabaco, son muy nocivos para los telómeros. Pero también otros químicos que se encuentran en la mayor parte de los productos de limpieza y de higiene personal que utilizamos a diario. Busca una certificación verde de la que te fíes y trata de llenar tu cesta de la compra con detergentes y cosméticos biológicos
Esta lista está muy simplificada, por eso si esto te interesa mejorar la salud de tus telómeros y los de tu familia, por favor no dejes de leer el libro entero. Hay muchísimos consejos prácticos y sensatos para mantener unos telómeros largos y sanos. No hace falta tener una talla 36, ni correr maratones, ni dejar el alcohol. En resumen, no hace falta sufrir, pero sí cambiar algunos hábitos. Además, cuanto antes se practiquen estos hábitos saludables, mucho mejor. Pensemos en los niños y lo importante que es proteger sus telómeros antes de que empiecen a acortarse.
Yo ya me he puesto manos a la obra. Acabo de abrir tres cajas de Amazon Prime llenas de productos de limpieza libres de productos químicos y ya me siento un paso más cerca de proteger mis telómeros y los de mi familia. Mañana empiezo con todo lo demás.