Elegir una vivienda no es una tarea fácil. Su ubicación, la conexión con el transporte público, las zonas verdes y el acceso a servicios básicos y públicos, como colegios, médicos u ocio, son algunos de los aspectos que todos sopesamos a la hora de elegir nuestra casa. Pero, ¿y qué hay de la calidad del aire?
Según una encuesta elaborada por DWS, en colaboración con Global Action Plan (GAP), más del 50% de los inquilinos afirman que sería más probable que renovaran su contrato de arrendamiento si el inmueble se hubiera gestionado para minimizar la contaminación atmosférica, aunque ello supusiera pagar más. Esta es la principal conclusión del informe “El valor del aire limpio”, que surge a raíz de encuestar a más 5.000 participantes distribuidos por Alemania, Países Bajos y Reino Unido.
En opinión de los autores de este estudio, las conclusiones revelan significativas oportunidades para que los administradores y los propietarios institucionales de inmuebles mejoren la calidad del aire para los inquilinos residenciales a través de la concienciación y las estrategias de gestión de activos. Por ejemplo, la encuesta muestra que los inquilinos consideran a los propietarios muy responsables de la gestión de la calidad del aire en sus viviendas, pero muy pocos han recibido información o asesoramiento sobre la contaminación atmosférica por parte de los propietarios.
Además, más de la mitad de los inquilinos reconoce estar preocupados por el impacto de la contaminación atmosférica en su salud, pero tienen un bajo nivel de conocimiento sobre las medidas disponibles para minimizar su exposición a la contaminación atmosférica tanto en interiores como en exteriores.
“Está claro que el valor del aire limpio es una prioridad significativa para los inquilinos, y tomar medidas activas para influir positivamente en la calidad del aire es, por tanto, una responsabilidad que los propietarios deben abordar para seguir satisfaciendo las necesidades de los inquilinos residenciales. Por tanto, los inversores institucionales que dan prioridad a la calidad del aire pueden contribuir directamente a mejorar la salud y el bienestar general de los inquilinos y sus familias”, apunta Jessica Hardman, Head of European Portfolio Management de Real Estate en DWS.
Por su parte, Larissa Lockwood, directora de Clean Air en Global Action Plan, añade: “Los administradores están en una posición ideal para desempeñar un papel importante a la hora de educar a los inquilinos sobre la calidad del aire en sus propiedades y en los alrededores, y de ofrecer soluciones de bienestar a los problemas relacionados con la calidad del aire. A falta de directivas legislativas claras, creemos que corresponde a los propietarios de viviendas e inmuebles colaborar proactivamente con sus inquilinos y otras partes interesadas clave para crear un entorno de vida seguro y saludable”.