La falta de deseo sexual se define como un bajo nivel de interés en las prácticas sexuales. Esta alteración en la respuesta sexual, al igual que las disfunciones en la excitación y el orgasmo, pueden deberse a alguna afección física, por lo que siempre se recomienda acudir a un especialista. Pero, además, intervienen factores psicológicos como el estrés y el cansancio, por lo que alejarnos de la rutina, como suele pasar con la llegada del verano, es el aliciente idóneo para explorar la intimidad y nuevas alternativas lúdicas en pareja.
Esta disminución del deseo sexual puede afectar a cualquier persona, ya que todos estamos expuestos al estrés del día a día, la falta tiempo en pareja o de habilidades eróticas, entre otros. Sin embargo, existe una mayor incidencia en el caso de las mujeres, desde las más jóvenes hasta la pre y posmenopausia, y entre las causas que disminuyen la libido se encuentran el reajuste hormonal y psicológico en la etapa de postparto y, en algunas mujeres, la toma de determinados anticonceptivos hormonales.
“Estas dos situaciones que se dan en la mujer, junto con la pre y posmenopausia, son los momentos en los que el deseo sexual disminuye notoriamente. Pero no sólo eso, sino que, cada vez más, la sexualidad se convierte en algo tan extraordinario que huye de lo cotidiano, y como tenemos una vida cotidiana, acabamos huyendo de una sexualidad satisfactoria. Es crucial que las mujeres pregunten a los especialistas sobre estas cuestiones, y también nosotros, debemos tener un papel proactivo en la consulta”, explica Francisca Molero, ginecóloga y sexóloga del Instituto de Sexología de Barcelona.
En este sentido, muchos profesionales sanitarios son aún reacios a preguntar a sus pacientes acerca de su vida sexual y la calidad de sus relaciones, pese a que este tipo de consultas podrían ayudar a diagnosticar de manera efectiva cualquier disfunción. La proactividad de los médicos es fundamental, ya que, aunque muchas mujeres se muestran tímidas al hablar abiertamente de estos aspectos si no se les pregunta explícitamente, pueden desconocer si lo que les ocurre es normal y, sobre todo, si existen soluciones para ello.
Por este motivo, el equipo de expertos de Procare Health ha querido arrojar luz sobre estas situaciones en las que se experimenta una menor actividad sexual, y cómo pueden ser prevenidas y paliadas.
Postparto: Este es uno de los periodos en los que la mujer sufre más a nivel tanto físico, por la recuperación que necesita tras el embarazo y el parto, como mental, ya que durante este tiempo la atención se vuelca por completo en el recién nacido. Por este motivo el propio cuerpo reduce su libido debido, principalmente, a esa atención extra hacia el bebé, la preocupación generada por su supervivencia y, en última instancia, por el propio agotamiento del organismo, por lo que los momentos de pareja se ven afectados.
Uso de anticonceptivos hormonales: su versión más conocida, la píldora, usada por aproximadamente el 17% de las mujeres españolas, así como el resto de las presentaciones como el anillo vaginal, los parches, etc., contienen diversas hormonas o análogos que disminuyen la liberación de hormonas propias de la mujer con el fin de evitar la ovulación. Entre sus posibles efectos secundarios se encuentra la pérdida de libido. “Nuestro día a día es muy rápido, disponemos de mucha información y no nos da tiempo a interiorizar y meditar las sensaciones. Para incluir la actividad sexual en nuestros hábitos cotidianos, debemos introducir novedad, juegos, y podemos ayudarnos con geles que ayuden a focalizar y amplificar las sensaciones, en otras palabras, conectar la mente y los órganos sexuales. Además, los profesionales tenemos mayor necesidad de evidencias en este tipo de formulaciones de origen natural, y por ello recomendamos aquellos que avalan científicamente que funcionan”, explica Molero.
Así, entre las recomendaciones que los expertos hacen para mejorar las relaciones durante estos momentos están:
Momentos de tranquilidad. Sobre todo, en etapas de mucho estrés, y en particular, cuando hay un recién nacido en casa, los momentos de intimidad de la pareja son escasos. Por este motivo es importante buscar un espacio en el que relajarse y centrarse en la pareja con el fin de retomar la intimidad perdida.
Juegos y estímulos. El uso de elementos de entretenimiento aplicados a las relaciones sexuales puede ayudar también a recuperar el interés, saliendo de la rutina y convirtiendo ese momento en algo diferente y especial. Se pueden incluir otros elementos en las relaciones que aporten mayor fantasía: novelas o películas eróticas, velas aromáticas, etc. Con ellos se podrá aumentar la excitación y aportar novedad al momento.
Clima propicio. La primavera y el verano son las dos estaciones del año más propensas a favorecer las relaciones sexuales. El calor, el mayor número de horas de luz o los días libres ayudan a recrear momentos y situaciones perdidas en los meses anteriores, en los que la intimidad de la pareja se vio afectada.
Consulta a un especialista: estos problemas son muy comunes, por lo que no es nada raro pasar por ellos, y hoy se dispone de soluciones de origen natural que demuestran ser efectivas para actuar de forma eficaz y agradable, sin tener que preocuparse por posibles efectos secundarios.
Sea cual sea el motivo de la pérdida de libido o la etapa de la vida que se esté afrontando, el primer paso es siempre acudir a un especialista. Los médicos son los primeros que pueden ayudar a descubrir cuál es el problema y cuáles son las medidas a emplear para paliarlo. En cualquier caso, el apoyo dentro de la pareja será esencial para afrontar cualquier problema.