Pasamos más de un tercio de nuestra vida trabajando, pero muy pocas veces lo disfrutamos realmente. Nadie nos dice cómo hacerlo. Hay muchas personas que, sin importar su cargo, no solo evidencian no estar pasándolo bien, sino que incluso parecen frustradas. Otras, casi la mayoría, no están ni tristes ni contentas, piensan que «es lo que hay», que «hay que trabajar para ganarse el sustento» y que, cuanto más rápido pase el tiempo en el trabajo, mejor.
El libro «Por fin es lunes» de Pablo Claver ofrece recetas para pensar en positivo, poniendo pasión en lo que se hace, aprendiendo a manejar las preocupaciones, aprovechr el tiempo y mantener buenas relaciones interpersonales.
En primer lugar, Claver piensa que la felicidad laboral no le da tener el trabajo ideal porque, «éste casi nadie lo tiene». «La felicidad laboral depende de uno mismo y de la pasión que se le ponga al trabajo», explica el autor que, además, propone que, «si no está contento con lo que hace, le puede ayudar la técnica de pensar que está representando un papel en una película».
Otra de las recomendaciones es no martirizarse haciendo comparaciones con lo que ganan unos y otros y el reconocimiento profesional que puedan tener. «Casi siempre hay personas con tus capacidades que están peor que tú» afirma Claver en este libro.
Uno de los grandes obstáculos a la hora de ser feliz y disfrutar con nuestro trabajo es la relación con nuestros jefes. En este sentido, Claver ofrece tres consejos para poder mejorar esa relación. El primero es que en vez de acudir con problemas a una reunión con nuestro jefe, vayamos a verle con alguna propuesta de solución. El segundo es muy sencillo y se trata de ponerse en sus zapatos de vez en cuando, intentando analizar las cosas como si fuéramos él. La tercera sugerencia es que cumplamos todo lo que le prometamos para luego no tener que incumplir eso a lo que nos hems comprometido.
Para las situaciones más complejas del trabajo, Claver aconseja prepararlas muy bien, y antes de que ocurran, visualizar que ya han terminado y han salido muy bien. Y si tenemos algún pensamiento negativo sobre esa situación, es preferible dejarlo salir tal y como entró, siendo consciente del pensamiento negativo, pero sin juzgar a nadie.