Según un nuevo libro publicado por la Fundación para el Avance de la Libertad, bajo los auspicios del Institute of Economic Affairs londinense, es necesario replantearse la fiscalidad. Con pocas excepciones, la presión fiscal en todo Occidente está alcanzando sus niveles más altos en muchas décadas. En el caso concreto del Reino Unido, es la mayor en 70 años y se prevé que siga aumentando en la nueva legislatura recién iniciada tras las elecciones. En España, la escasa renta disponible tras el pago de impuestos ahoga a empresas y, sobre todo, a particulares mientras los impuestos indirectos son también asfixiantes.
En su ‘Introducción a la fiscalidad’, el prestigioso economista británico Eamonn Butler analiza los argumentos morales contra los impuestos excesivamente altos, recorre los tributos que causan mayor o menor daño, expone por qué los impuestos suelen estar mal diseñados y plantea formas alternativas de financiar los servicios públicos. Subraya Butler que, aunque la fiscalidad sea necesaria para financiar los servicios públicos esenciales, el sistema actual es a menudo injusto, incierto e ineficaz. Propone reformas para impulsar el crecimiento haciendo hincapié en impuestos con tipos bajos, bases amplias y distorsiones limitadas.
Butler se muestra especialmente crítico con el impuesto sobre los beneficios, y afirma que gravarlos desincentiva el ahorro y la inversión, lo que se traduce en menor productividad, salarios más bajos y un menor crecimiento. Por ejemplo, en el contexto estadounidense el aumento de los tramos superiores del impuesto reduciría el PIB del país. El libro también critica el impuesto de Sociedades y los impuestos sobre las transferencias patrimoniales por encontrarse, según Butler, entre los que más desincentivan el crecimiento.
El libro cuestiona la idea de que los impuestos progresivos sobre la renta sean siempre justos o beneficiosos. Butler señala que unos tipos marginales elevados para las rentas más altas pueden reducir los ingresos fiscales a través de la evasión o la disminución de la actividad económica. Así, elevar el tipo máximo del impuesto sobre la renta reduciría el PIB total en casi tres veces los ingresos recaudados.
Butler señala la «Curva de Rahn», que demuestra que, a partir de cierto punto, un mayor gasto público financiado con impuestos conduce a un crecimiento más débil. Por ejemplo, un aumento del 1% de los tipos impositivos marginales provoca una reducción del 8% de las patentes presentadas por los inventores más destacados.
Butler también se pregunta si es correcto «obligar a la gente a vivir con la triste idea de que están financiando cosas que consideran perversas, incluso asesinas». Por ejemplo, a los pacifistas se les exige que paguen el ejército. «Los impuestos pueden ser necesarios, pero siguen dependiendo del uso de la fuerza», recalca el autor siguiendo el argumento moral a favor de mantener los impuestos lo más bajos posible.
El libro concluye explorando alternativas a los impuestos para financiar los servicios públicos esenciales, como las tasas a los usuarios, la provisión privada y una mejor utilización de los activos estatales. Butler sostiene que reduciendo la presión fiscal global y rediseñando el sistema, las economías podrían liberar un importante potencial de crecimiento, beneficiando tanto a las finanzas públicas como a la prosperidad individual.
Afirma Eamonn Butler, autor del nuevo libro Introducción a la fiscalidad publicado por la Fundación para el Avance de la Libertad, que «todos sabemos que los impuestos son un mal necesario, pero no dejan de ser un mal. Invariablemente tienen consecuencias perjudiciales imprevistas para la empresa y el crecimiento económico, y pueden suponer una carga desproporcionada para las personas con menos capacidad para soportarla. Y su funcionamiento también puede plantear problemas éticos».