Este Mundial de fútbol está siendo bastante inesperado tras haber caído eliminadas las grandes candidatas a ganarlo, como Alemania, Portugal o España. Igualmente inesperado es el beneficio económico que puede lograr el país anfitrión. Habitualmente los líderes políticos creen que las inversiones suponen un gran beneficio, tanto a corto plazo como a largo, no obstante es difícil medir su impacto real.
“La repercusión a corto plazo puede medirse con mayor precisión, tomando en cuenta el impulso financiero general, el gasto extra en alojamiento y en el sector minorista, los impuestos directos recaudados de las entradas, las comisiones e ingresos de los jugadores y la repercusión positiva del empleo creado durante ciertos meses antes y después de la cita deportiva”, señala Ken Van Weyenberg, Head of CPM Asset Allocation de Candriam.
Respeto a qué beneficios puede sacar Rusia, Van Weyenberg, destaca que este está siendo uno de los Mundiales más caros de la historia. Según un estudio, el coste estimado del evento sería de 13.000 millones de dólares, de los cuales el 70% ha salido de los presupuestos públicos. De esos 13.000 millones de dólares, más de 4.000 se han invertido en instalaciones deportivas (estadios) y casi 7.000 en mejoras del transporte (remodelación de los principales aeropuertos, autopistas y medidas de seguridad).
“Estas inversiones, que vienen realizándose regularmente en los últimos años, desde 2013, y para la Copa del Mundo tendrán una repercusión a corto plazo en la economía rusa en el segundo y el tercer trimestre de este año. La economía se beneficiará de un crecimiento temporal del empleo y del consumo de las 3,5 millones de personas que han comprado entradas para ver los partidos del Mundial. Los anteriores campeonatos muestran que los visitantes de la Copa del Mundo gastan hasta el doble que los turistas habituales en alojamiento, comida, bebida y otros conceptos. Dentro de las concesiones de los estadios brasileños durante el Mundial de 2014, la FIFA registró más de 800.000 servicios de comida, más de tres millones de cervezas, dos millones de refrescos y unos 750.000 snacks”, afirma Van Weyenberg.
El beneficio económico estimado para Rusia sumará entre un 0,2% y un 0,3% extra al crecimiento del PIB anual de 2018, lo que parece concordar con anteriores torneos. El beneficio económico a corto plazo de Brasil se estimó entre el 0,2 % y el 0,7 % del PIB total, aunque las cifras oficiales todavía no se han publicado, mientras que, según KPGM, Sudáfrica creció un 0,5 % extra en 2010 gracias a la Copa del Mundo.
Beneficio a largo plazo
“Estimar el posible beneficio a largo plazo es más difícil”, advierte Van Weyenberg. De todas formas, Rusia es optimista. Un informe de la repercusión económica que se prevé que tenga el Mundial en la economía rusa cita un impulso para el PIB del país de cerca de 31.000 millones de dólares durante los 10 años que van desde 2013 hasta 2023, o alrededor de un 2 % del PIB total.
Según Van Weyenberg, “aunque es difícil averiguar si dichas predicciones son realistas, es obvio que la Copa del Mundo aportará a Rusia unas mejores instalaciones deportivas, una mejora del transporte público y posiblemente más visitas de turistas internacionales durante el año que transcurra desde la celebración del mundial, gracias a la mejora de la reputación internacional”.
Por desgracia para los rusos, la economía consiste en mucho más que simplemente recoger los beneficios a corto plazo de acoger un acontecimiento deportivo mundial. En su opinión, la economía rusa sigue siendo muy dependiente de los precios del petróleo y el gas y de su exportación, que habían disminuido en los últimos años hasta fines de 2016.
Los riesgos rusos
“Además, las sanciones económicas internacionales impuestas por Occidente, principalmente Estados Unidos y la Unión Europea, en respuesta a la anexión de Crimea en 2014, perjudican al crecimiento económico, dado que la cuota de exportación de productos de petróleo y gas de Rusia cayó del 65 % en 2014 al 55 % en 2017. El crecimiento del PIB real se estima en sólo en un 2 % en 2017 y seguramente permanezca por debajo de dicho dato, aunque cerca de él, en los dos próximos años. El alza de precios del petróleo es claramente beneficioso para la economía, pero es demasiado importante como para obviar la importancia de nuevas sanciones de Estados Unidos o la Unión Europea, los riesgos geopolíticos o la dependencia de las exportaciones de materias primas, lo que justifica una opinión cautelosa hacia los activos rusos”, concluye.