El 4 de julio no se podrá festejar en las playas de Florida debido a que el estado rompió su propio récord de nuevos casos diarios de COVID-19 en la mayoría de los días de la semana pasada.
Florida también rompió su propio récord de pruebas el viernes, administrando más de 78.000 tests. Políticos conservadores, incluido el presidente Donald Trump y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, han atribuido los recientes aumentos a las tasas más altas de pruebas.
Independientemente de la razón, el aumento alarmante en los casos ha obligado a DeSantis y otros funcionarios del gobierno a reconsiderar los planes de reapertura del estado. El viernes, DeSantis emitió una orden que prohíbe que todos los bares sirvan alcohol, y el sábado, el condado de Miami-Dade anunció que cerrará todas las playas para el fin de semana del 4 de julio.
Según la declaración del alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos A. Giménez: «El cierre puede extenderse si las condiciones no mejoran y las personas no siguen las nuevas reglas normales que requieren que se usen máscaras siempre dentro de los establecimientos comerciales y al aire libre cuando la distancia social de por lo menos 6 pies no es posible».