El pasado 30 de noviembre, el Victoria and Albert Museum de Londres, situado en el corazón de la capital británica, acogió la gala de los premios Tusk por la conservación de África.
Apadrinados por el Príncipe Guillermo y patrocinados por Investec Asset Management, los galardones reconocen cada año el trabajo de los individuos que con su trabajo en la naturaleza y las comunidades en África protege el futuro del medio ambiente en el continente.
“En primer lugar, quisiera agradecer el incalculable apoyo de todas las empresas patrocinadoras de Tusks, en particular a Investec, sin los cuales estos premios no serían posibles”, afirmó el Príncipe Guillermo en su discurso en la gala.
John Kahekwa fue el ganador del Premio Príncipe Guillermo por la conservación de África.
John dirige, junto con su mujer Odette, una ONG llamada Pole Pole Foundation, que significa en swahili ‘Despacio, despacio’. Con un presupuesto muy reducido, la fundación trabaja para educar y capacitar a las comunidades alrededor del Parque Nacional Kahuzi-Biega, creando un ambiente donde tanto los seres humanos como la vida silvestre pueden florecer.
Cathy Dreyer ganó el premio Tusk.
El trabajo de Cathy ha provocado directamente a la aparición de nuevas poblaciones de rinocerontes negros. Además, en Sudáfrica, el país con la mayor población de rinocerontes que todavía lucha contra la mayor tasa de caza furtiva, Cathy ofrece protección vital para esta especie en el futuro. Detrás de su éxito está su acercamiento a la vida: «cuánto más difícil es la batalla, más dulce es la victoria», dice.
El premio Tusk Wildlife Ranger fue a parar a manos de Manuel Sacaia.
Como guardabosque y pastor en la reserva natural de Luando, Manuel y sus compañeros rastrean y protegen al antílope, y dado que la reserva no cuenta con ningún vehículo, eso significa caminatas de hasta 50 kilómetros. Y, por supuesto, el peligro de los cazadores furtivos está siempre presente. «Las armas y las trampas están siempre ahí», dice Manuel.