Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 han sido contaminados por las protestas, la recesión económica y un escándalo político masivo. La historia reciente del auge y caída de Brasil puede explicarse desde el prisma de la elite del país, pues los multimillonarios son el corazón de la economía y con su riqueza pueden comprar un inmenso poder político.
En 2010, un periodista estadounidense de Bloomberg News con sede en Sao Paulo, Alex Cuadros, quedó fascinado y horrorizado a la vez por el lujo excesivo del que fue testigo. Mientras los brasileños noveau rich de finales del siglo XIX emulaban el estilo francés, ahora es en Estados Unidos, en particular en Miami, donde mucha de la riqueza de América Latina es invertida. En este universo paralelo de millonarios, Alex Cuadros comenzó a conocer la escalera de lujos que envuelve a la elite brasileña: aviones privados, obras de arte y coches exclusivos, bienes inmobiliarios y restaurantes de lujo. En este universo los nombres que aparecían en el índice de Bloomberg Billionaires tenían que preocuparse constantemente por un potencial secuestro y la protección de los miembros de su familia.
En su último libro: “Brazillionaires: Wealth, Power, Decadence, and Hope in an American Country”, el autor habla del auge de las materias primas que desencadenó el surgimiento de los multimillonarios brasileños, incluyendo al magnate de la minería Eike Batista, fundador de OGX Petroleo e Gas, quien en 2012 con 30.000 millones de dólares era el octavo hombre más rico del mundo y a mitad de 2013 había perdido su fortuna, envuelto en un escándalo.
Las dos maneras probadas y testadas de convertirse en rico en la economía brasileña eran a través de la política o de los contratos públicos, mientras muchos de los multimillonarios que Cuadros repasa se vieron sumidos en escándalos de corrupción, el dicho brasileño “roba, pero haz” resume la tolerancia pública hacia este tipo de comportamientos. Entre otros multimillonarios, el libro habla de Paulo Maluf, el constructor de una de las mayores autopistas del país, la Minhocão, o gusano grande, de Blairo Maggi, uno de los barones de las plantaciones de soja y exgobernador del estado de Mato Grosso que rutinariamente está en lucha con los ecologistas por cuestiones de deforestación, de Roberto Marinho, creador de la red de comunicaciones y contenido audiovisual Globo TV, de Edir Macedo fundador de la iglesia Universal del Reino de Dios y Jorge Paulo Lemann, accionista de la cervecería AmBev, Burger King, Heinz y Kraft Foods.