El legendario Mercado de San Miguel de Madrid, ciudad en la que abrió sus puertas en 1916, acaba de llegar al Bayfront Park de Miami para acercar a la ciudad del sol una muestra de la gastronomía española hasta enero. “La Feria del Mercado de San Miguel” se presenta en Miami en forma de gran carpa abierta, ocupada por diferentes quioscos y carritos temáticos rodeados de mesas –altas y bajas-, en la que adquirir y degustar una gran variedad de propuestas de diez de la mañana a diez de la noche todos los días –hasta las 12 viernes y sábados-.
La oferta incluye platos típicos de la gastronomía española junto con otros de proveedores locales (panaderos, agricultores, artesanos), en creaciones para disfrutar in situ -o llevarse a casa-, acompañadas de alguna de las bebidas que la gran barra circular central ofrece (cervezas españolas y otras bebidas típicas, como “rebujito” o “tinto de verano” o -los tan de moda en Madrid- gin tonics). Los precios varían desde los 2 a 5 dólares de las tapas, pintxos o montaditos, hasta los 8 en que arrancan la paella, carne, pescado y cocas, con un ticket medio que ronda los 18 dólares.
En la inauguración celebrada el pasado viernes, el alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, se congratuló de que un lugar tan turístico y emblemático de Madrid -que a él mismo le gusta visitar- se instalase aquí; el alcalde de la ciudad, Tomás Regalado, dio la bienvenida a la iniciativa proclamando el día 25 de septiembre «día de la feria del mercado de San Miguel»; y el cónsul General de España, Cándido Creis, señaló que no sólo se vende gastronomía sino la forma de compartir la mesa y «marca España».
Todos ellos cortaron la banda inaugural –compuesta por longanizas- en presencia de números invitados y algunos rostros famosos junto con la presidenta del mercado de San Miguel, Montserrat Valle, quien dijo que «la elección de Miami como primera parada era obvia, pues ninguna ciudad del mundo ha vivido una integración tan clara entre la cultura hispana y la americana». Miami ha sido la ciudad elegida por “la feria”, una versión pop-up del famosísimo mercado madrileño inspirada en los mercados itinerantes europeos, como primera parada de una gira que llevará el concepto alrededor del mundo.
Qué comer
Un quiosco dedicado a los arroces, con paella o arroz negro entres sus platos estrella; un segundo con todo tipo de pescado, que ofrece gambas, langosta, mejillones o atún, entre otros; un horno en que degustar “cocas” con escalibada, anchoas, queso y cebolla o tomate y pimientos; y el rincón de la carne, donde solomillos, brochetas de cerdo en adobo, chuletones o hamburguesas de pavo y ternera hacen las delicias de los más hambrientos, enmarcan el gran espacio cubierto iluminado como una caseta de la feria.
En los carritos, que se encuentran distribuidos aquí y allá, podemos elegir desde croquetas a calamares fritos al estilo andaluz, pasando por distintos tipos de queso (manchego, de tetilla, de Mahon y de cabra), embutidos (chorizo cular, salchichón malagueño, morcilla de cebolla y longanizas), una variedad de encurtidos típicos en solitario –aceitunas arbequinas- o combinados formando las deliciosas “gildas”, las “bombas” o los “lagartos”, aceite de oliva o vinagreta.
Los montaditos y pintxos también encuentran su espacio en esta feria, junto con una amplia oferta de tortillas o un carro dedicado al jamón 5 jotas. Gazpacho, ajoblanco, zumos, ensaladas y postres completan la oferta disponible hasta enero.