El surf brasileño está en la cuenta regresiva para las Olimpiadas de Tokio 2020. Con cuatro títulos mundiales en los seis últimos años, los surfistas de Brasil están en la élite del deporte que este año debuta como disciplina olímpica. Once de los 34 primeros nombres del ranking de la Liga Mundial de Surf (WSL) son deportistas nacidos y entrenados en algunas de las más de dos mil playas del litoral brasileño de casi ocho mil kilómetros.
Gracias a la variedad de sus playas y su clima benigno, en Brasil el surf es un deporte accesible a miles de personas que empiezan como aficionados, quienes se suman a una tradición que data de los años 1930 del siglo XX. Tal es la potencia y competitividad de sus deportistas, que la prensa internacional acuñó el término «Brazilian Storm» para denominar a la generación de campeones como Gabriel Medina, Italo Ferreira, Adriano de Souza o Filipe Toledo, cuya presencia despunta en todas las competencias internacionales.
Brasil no es sólo fútbol, y la cosecha de éxitos internacionales de surfistas como Italo Ferreira (actual campeón mundial), Gabriel Medina y Adriano de Souza lo confirman. Formados como deportistas de élite en las playas de su país, la geografía brasileña ofrece una serie de condiciones excepcionales y únicas, como las siguientes: una amplia variedad de playas oceánicas, con olas que revientan rápido y fuerte, de cara hacia el Océano Atlántico.
Playas aptas para el surf ubicadas en centros urbanos o muy cerca de aquellos, lo que facilita el acceso a la práctica a todo tipo de aficionados, y amplía el semillero de aprendices y futuros surfistas profesionales.
Las playas más concurridas suelen ser imán para diversas comunidades deportivas tradicionales, como las de voley de playa, fútbol o futvoley, como sucede en Río de Janeiro, lo cual facilita los encuentros interdeportivos.
La infraestructura (iluminación nocturna de las playas, transporte público, hotelería, servicios de alquiler de equipos, clases, etc.) en algunos centros urbanos facilitan la práctica del surf y amplían su público.
Brasil ha creado una movida cultural ligada al surf, lo cual estimula al turismo especializado, y polos de atracción de patrocinantes que hacen sus pruebas y lanzamientos de nuevos equipos en reductos tradicionales como la capital del estado de Santa Catarina, Florianópolis.
La mayor parte de los polos de surf existentes en América Latina carecen de propuestas de entretenimiento, cultura y gastronomía sofisticada, a diferencia de lo que sucede en lugares emblemáticos de Brasil como Río de Janeiro, Bahía, el litoral de São Paulo o Florianópolis. Combinar surf y carnaval o surfy fiestas de San Juan (Festas Juninas) es una experiencia inolvidable.
Hay opciones para surfistas de todos los niveles adquisitivos: desde ir a entrenar en Metro o tomar un avión al exclusivo archipiélago pernambucano de Fernando de Noronha, de formación volcánica con olas y paisajes alucinantes.
Sol y buen clima la mayor parte del año en todo el país. Salvo en el sur, el invierno brasileño es apenas una caricia de brisa fresca: a Brasil no llegan huracanes, tornados, ni tormentas de nieve.
Potencia surfista -así como potencia futbolera- Brasil ofrece un amplísimo catálogo de playas paradisíacas para enfrentar las olas, y entrar en contacto con una arraigada cultura «surfer» de turismo playero sustentable. A continuación un ránking de las mejores playas para la práctica de surf en todo el territorio brasileño, según la agencia América Do Sul:
10- Praia da Regencia (Espirito Santo)
En la búsqueda de la ola perfecta ya son muchos los surfistas que se han acercado a esta playa, ubicada al norte del estado de Río de Janeiro. Allí los vientos fuertes de primavera (22 septiembre a 21 de diciembre) forman sus muy anheladas olas altas, anchas y tubulares. El paraje es aislado y tranquilo, en un estado célebre por sus reservas baturales y con buena conectividad aérea y vial en la capital del estado, Vitoria.
9- Praia do Tombo (São Paulo)
Hermosa playa de arenas blancas cuya formación geológica y mar fuerte conforman el oleaje perfecto para la practica del surf. Se trata de 900 metros de mar que en invierno (21 de junio a 22 de septiembre) brinda su mejor momento, tanto para principiantes como para expertos. Se encuentra en el municipio de Guarujá, a 72 kilómetros de Sao Paulo y es de fácil acceso. Sus exuberantes olas alcanzan los tres metros de altura, razón por la que suele ser sede de competencias locales e internacionales.
8- Itamambuca (São Paulo)
Está en el ranking mundial de mejores playas para practicar surf, pero sigue siendo un lugar “escondido” tanto para brasileños como para extranjeros. Hay que llegar primero a Ubatuba, municipio del estado de Sao Paulo ubicado a 214 km de la capital, y a 310 kilómetros en auto desde Rio de Janeiro. La mejor época para surfear es en invierno, momento en que las olas superan los tres metros.
7- Itacoatiara (Río de Janeiro)
Pese a estar muy cerca de la capital carioca, Itacoatiara brinda tranquilidad al viajero ocasional, y la posibilidad de explorar sus imponentes olas oceánicas de hasta cinco metros a los surfistas más osados. Itacoatiara se encuentra en la ciudad de Niterói, cuya principal vía de acceso es el puente que la comunica con Río de Janeiro. Es una playa extensa, de arenas doradas, con pequeñas y serenas piscinas naturales, que contrastan con la zona de bravo oleaje que puede llegar a ser peligrosa incluso para los deportistas mas diestros.
6- Praia da Silveira (Santa Catarina)
A 77 kilómetros de Florianópolis está el Municipio de Garopaba, y allí se localiza Praia Silveira, lugar de encuentro habitual de surfistas muy experimentados. Olas tubulares de tres metros en un mar rodeado de una vegetación selvática imponente conforman el paisaje de esta playa que cada año es sede de campeonatos nacionales e internacionales de surf. Si bien es accesible en auto hasta las cercanías, el acceso a la playa es por un camino escarpado. Receptiva todo el año, en la época de pesca (mayo-julio), es frecuente que se suspenda todo tipo de práctica deportiva acuática para recibir a los pescadores.
5- Praia de Itaúna (Río de Janeiro)
Desde Río, a solo a cien kilómetros en la ruta hacia Buzios se llega a Praia de Itaúna, no apta para niños, pero sí para surfistas dispuestos a sentir sus aguas heladas y constatar por qué este mar lleva con orgullo el apodo del “Maracaná del surf”.
4- Arpoador y Prainha (Río de Janeiro)
Celebrado por poetas y músicos, Ipanema es uno de los barrios icónicos de la zona sur de Río de Janeiro. Allí, casi como una isla en medio del paisaje, se encuentra la playa de Arpoador, muy concurrida por surfistas y por aspirantes, que llegan a ella en busca de sus rápidas y consistentes olas que alcanzan los cinco metros de altura. Dado que se encuentra en la populosa Río, suele estar llena de turistas que prolongan su estadía para disfrutar de los espectaculares atardeceres que se ven desde la Pedra do Apoardor. Invierno es la mejor época del año para surfear, y para evitar multitudes mejor ir por las mañana, de lunes a viernes; Prainha, pasando Barra de Tijuca, también es un clásico de los surfistas de la ciudad.
3- Maresías (São Paulo)
Sus enormes olas tubulares atraen a surfistas de todo el mundo. La vegetación exuberante que la rodea le otorga una magia especial que fascina a propios y visitantes. Maresías pertenece al Municipio de São Sebastião, a 180 kilómetros de Sao Paulo capital, y la conforman cinco kilómetros de playa que en verano se colman de turistas y en invierno ofrecen el mejor momento para remontar sus enormes olas. En verano, pese al sol y al calor, pueden caer lluvias repentinas; la ciudad es conocida también por su agitada vida nocturna.
2- Cacimba do Padre (Pernambuco)
Se trata de una preciosa playa desértica ubicada en la isla de Fernando de Noronha (sólo accesible por avión o velero desde Recife). Disfrutar de sus olas de cinco metros es más provechoso de enero a marzo. Dado que la llamada “esmeralda del Atlántico” es una zona de protección ambiental que solo permite el ingreso de una cantidad determinada de personas, el viaje debe planificarse con tiempo. Una vez en Noronha, sólo resta preguntar por Cacimba do Padre y llegar en cuentión de minutos, mitad en auto, mitad a pie.
1- Praia da Rosa (Santa Catarina)
A 90 kilómetros de la pujante Florianópolis -capital del estado- está la hermosa Praia do Rosa, muy concurrida durante el verano, y que le regala a los surfistas olas que alcanzan los dos metros de altura durante el mes de enero. Parte del municipio Imbituba, Praia da Rosa integra el circuito del Campeonato Mundial de surf y es uno de los destinos más recomendados por los campeones de esta disciplina. El avistamiento de ballenas es un hermoso espectáculo que otorga un plus a esta playa, el secreto mejor guardado de los conocedores, meca de la cultura surfer suramericana y coto de caza de las grandes marcas deportivas para el lanzamiento de sus novedades.