Las grasas están perdiendo su mala fama, especialmente las insaturadas. Pero, ¿se merecen esta buena prensa? Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Illinois realizado sobre
un grupo de 660 adultos metabólicamente sanos con sobrepeso u obesidad corrobora que el consumo de una dieta rica en grasas insaturadas ayuda a rebajar el colesterol hasta 10 puntos, pero no hay evidencia clara de que la sustitución de grasas malas por grasas buenas en la dieta ayude a adelgazar.
Las grasas saturadas se encuentran en productos de origen animal, como la carne roja y los lácteos, en especial en la mantequilla. Se asocian con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares así como con la ganancia de peso. Por el contrario, las grasas insaturadas se asocian con una reducción del colesterol LDL “malo”. Tanto las grasas monoinsaturadas (como las del aceite de oliva), como las poliinsaturadas (las de la nueces o el salmón), pertenecen a este grupo.
Este estudio revela que en realidad, si se toma una dieta rica en grasas, aunque sean grasas “buenas”, el colesterol global baja, pero la reducción del colesterol LDL (malo) es marginal. La otra conclusión es que, con independencia del tipo de grasa consumida, solo los individuos que siguieron una dieta baja en calorías lograron adelgazar.
El grupo objeto de este estudio no presentaba enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 o enfermedades cardiovasculares, pero como apunta la doctora Margarita Teran-Garcia, coautora de la
investigación, “sabemos que la salud metabólica en un contexto de obesidad puede no prevalecer en el tiempo, y que estos individuos tienen un riesgo más alto de desarrollar estas enfermedades”.
Más del 60% de la población en España sufre sobrepeso u obesidad. Esta tasa, altísima, está muy en línea con el resto de la Unión Europea y es algo inferior al 66% de Estados Unidos. El sobrepeso y la obesidad están ligados a un gran número de enfermedades “por lo que la reducción del colesterol total, aunque sea en tan solo 10 puntos, puede ser clínicamente beneficioso para prevenir la progresión de muchas de estas condiciones médicas”, asegura Teran-Garcia, pediatra y profesora de Desarrollo Humano y Estudio de la Familia.
Este estudio ha demostrado que el consumo de grasas insaturadas por si solas no arregla el problema, pero si se combina con la ingesta de menos calorías y una mayor actividad física, sí es eficaz para prevenir enfermedades relacionadas con la obesidad. “Esto puede conseguirse siguiendo algunos sencillos pasos, como cocinar siempre con aceite vegetal (preferiblemente de oliva), e incrementar el consumo de pescado, frutos secos, frutas y verduras”, concluye la doctora.
Referencia: Bridget A. Hannon, Sharon V. Thompson, Ruopeng An, Margarita Teran-Garcia. Clinical Outcomes of Dietary Replacement of Saturated Fatty Acids with Unsaturated Fat Sources in Adults with Overweight and Obesity: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Control Trials. Annals of Nutrition and Metabolism, 2017; 107 DOI: 10.1159/000477216