Durante los momentos más duros de la pandemia, innumerables ciudades impusieron cuarentena a sus habitantes con una sola salvedad, poder salir a hacer la compra. Ahora que la normalidad vuelve poco a poco, si uno observa las facturas de sus últimas compras la reflexión es inevitable: el coste de vida ha subido.
Según la última encuesta mundial realizada por Ipsos a 18.000 personas de 26 países de todo el mundo, el 63% de población mundial reconoce que los precios de de alimentos, bienes y servicios ha aumentado para ellos y sus familias desde que comenzó el brote de coronavirus. Esta percepción es más alta en los mercados emergentes de Argentina y Turquía (86%), Chile, México y Sudáfrica (80%).
“Parece razonable que como resultado del confinamiento, que implica más personas permaneciendo durante más tiempo al interior de las viviendas, los costes de servicios variables como luz, agua, gas y en algunos casos cuentas telefónicas deban incrementarse resultado de un mayor consumo”, explica Jorge López, country manager de Ipsos Chile.
La encuesta refleja aquellos bienes que aumentaron más su precio, según la percepción de los encuestados. Por ejemplo, las facturas de servicios como el agua, electricidad, gas, servicios de teléfono / TV / internet, es el segundo mayor gasto que la gente dice que aumentó en un promedio del 39%. En países como Turquía (74%), Chile (68%) y Malasia (65%) la percepción es mayor.
Frente a este tema, el director de Ipsos en Chile plantea que el desafío para las empresas que entregan estos servicios es “proponer flexibilidad en los pagos de las cuentas a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, sea mediante suspensiones de pago o reducciones parciales de tarifas, y mostrar un desempeño impecable frente a sus usuarios. Porque la percepción de tarifas elevadas sumadas a pobres desempeños de servicio es la peor de las combinaciones para cualquier empresa”.
Otros costes que una parte importante de las personas dijeron que aumentaron son para el cuidado personal y los productos y servicios corporales (28%), seguidos de los productos y servicios de atención médica (27%) y de entretenimiento (25%).
Si bien los costes en general aumentaron o se mantuvieron igual, hay algunas áreas donde una parte significativa de las personas dice que los costes han disminuido. Más de un tercio (36%) dijo que el transporte, como el uso de vehículos, autobuses, trenes y gasto en combustible, ha disminuido, probablemente como resultado de menos viajes, ya que las restricciones obligaron a las personas a trabajar desde sus hogares. La mayoría de las personas en Turquía (56%) lo mencionaron, seguido de Malasia (52%), Gran Bretaña (51%) y Canadá (50%).
Respecto a las razones del aumento de los precios, la mitad (50%) dijo que era porque tenían que comprar artículos más caros o pagar los gastos de envío debido al cierre de tiendas y la escasez de suministros desde COVID-19. Pero al mismo tiempo, una proporción igual de personas en todo el mundo no está de acuerdo.
En términos de gastar más para hacer frente a los efectos del aislamiento, más de una cuarta parte a nivel mundial (27%) dijo que compró nuevos y más o mejores bienes y servicios para aliviar los bloqueos y el distanciamiento social. Esta percepción es más alta en Perú (45%), Turquía (37%), Chile (35%), Argentina (34%), Arabia Saudita y Canadá (32%). Las personas en Europa tenían más probabilidades de estar en desacuerdo con Hungría (89%), Alemania (86%) y Rusia (82%) en la cima.