En estos tiempos de potenciales medidas arancelarias y pérdida de fuerza de la globalización, la circulación de personas por todo el mundo es algo a valorar. Y unos pasaportes, en función del país que sean, tienen más poder que otros. En Europa, donde los pasaportes de la Unión Europea son un bien codiciado por muchos, el español es uno de los más poderosos, según el ranking elaborado por RIF Trust, con la idea de dar pistas sobre los mejores pasaportes para los que quieran viajar, pero también para los que deseen conseguir uno.
De hecho, el CEO de RIF Trust, Mimoun Assraoui, aconseja cómo invertir en un pasaporte: «Sorprendentemente, la residencia por inversión ofrece más posibilidades de acceder a los principales pasaportes europeos que la ciudadanía por inversión». Y añade que «hay 29 países que forman el Espacio Schengen de la UE y los 27 países de la Unión Europea. Aunque hay solapamientos, estar en el Espacio Schengen no garantiza tu estatus comunitario y viceversa. Como residente en la UE, puede viajar libremente por el Espacio Schengen».
El director general de la entidad señala el valor del RIF TrustPassport Index: «Esta herramienta te permite comparar tu pasaporte de nacimiento con el que quieres adquirir», explica. Con un pasaporte de la Unión Europea, se puede vivir, estudiar y trabajar en cualquier lugar de la UE, recuerda.
La UE empezó con seis países a raíz del Tratado de Maastricht, que se firmó en 1992 y entró en vigor un año después. Desde entonces, ha crecido hasta incorporar a los 27 miembros actuales. Pero, ¿cuáles son los pasaportes más poderosos?
El primer puesto lo tiene España. Con el pasaporte español se puede viajar a 126 países sin visado. 31 se pueden visitar con visado a la llegada y 26 con visado electrónico.
En la misma línea están otros países como Suecia, Austria, Bélgica, Alemania, Francia, Italia o Irlanda. Según el índice, el pasaporte sueco, que garantiza viajar sin visado a 127 destinos, 29 con visado a la llegada y 26 a través de un eVisa. El pasaporte austriaco garantiza la entrada sin visado a 124 países, 31 mediante visado a la llegada, y 27 a través de un eVisa. El pasaporte belga le permite entrar en 126 destinos sin visado, 29 con visado a la llegada y 27 con eVisa. El francés le asegura la visita a 127 países sin visado, 29 mediante visado a la llegada, y 26 a través de un eVisa. Y el pasaporte alemán le permite acceder sin visado a 126 destinos, 30 mediante visado a la llegada y 26 con eVisa.
El pasaporte irlandés le permite visitar 121 países sin visado, 35 mediante visado a la llegada y 26 a través de un visado electrónico. El pasaporte italiano permite viajar a 126 destinos sin necesidad de visado, 30 con visado a la llegada y 26 con eVisa.
Un poco más abajo en la tabla se sitúan países como Portugal, Grecia, Polonia, Finlandia, Luxemburgo, Dinamarca, Hungría, República Checa, Croacia o Eslovaquia. Según el ranking, con el pasaporte portugués, se accede sin visado a 124 países, 30 mediante visado a la llegada, y 27 con un eVisa. Con un pasaporte griego, se entra en 122 destinos sin visado, 31 con visado a la llegada, y 28 a través de un eVisa. Y el pasaporte polaco garantiza la entrada sin visado a 121 destinos, 32 con visado a la llegada y 28 a través de un eVisa. El pasaporte finlandés garantiza la entrada a 126 países sin necesidad de visado, 29 con visado a la llegada y 26 con eVisa. El luxemburgués permite viajar a 125 destinos sin visado, a 30 con visado a la llegada y a 26 con un visado electrónico. El pasaporte danés permite acceder sin visado a 126 destinos, 30 con visado a la llegada y 26 con eVisa.
El pasaporte checo asegura la entrada a 121 destinos sin visado, 32 con visado a la llegada y 27 a través de un eVisa. Con el pasaporte húngaro se puede viajar a 120 países sin visado, 33 con visado a la llegada y 27 con eVisa. El pasaporte eslovaco ofrece acceso sin visado a 118 países, 33 con visado a la llegada y 28 con eVisa. El croata permite visitar 118 destinos sin visado, 33 con visado a la llegada y 28 con visado electrónico.
En puestos más inferiores están algunos países bálticos o de Europa del Este. El pasaporte lituano facilita la entrada a 117 destinos sin visado, 33 con visado a la llegada y 28 con visado electrónico. El pasaporte búlgaro garantiza la llegada a 116 países sin visado, 34 con visado a la llegada y 28 con visado electrónico. El estonio garantiza la llegada a 118 destinos sin visado, 33 gracias al visado a la llegada, y 27 en virtud de un visado electrónico. El pasaporte rumano permite visitar 117 destinos sin necesidad de visado, 33 mediante visado a la llegada, y 27 a través de un eVisa. Con pasaporte esloveno se puede entrar en 118 países sin visado, 32 con visado a la llegada y 27 con eVisa. El pasaporte letón garantiza el acceso a 117 países sin visado, 33 con visado a la llegada, y 27 con un eVisa. El pasaporte maltés y el chipriota empatan: con el primero se puede viajar a 122 países sin visado, 29 con visado a la llegada y 22 con visado electrónico. El segundo te garantiza la entrada a 121 destinos sin visado, 29 mediante un visado a la llegada, y 26 a través de un eVisa.
Residencia y ciudadanía por inversión
Cuatro de los 27 pasaportes de la UE pueden obtenerse invirtiendo en una nueva residencia o en una segunda nacionalidad. Así, el pasaporte de la Unión Europea se encuentra entre los documentos de viaje más fuertes según el índice de pasaportes. No hay mucha diferencia entre ellos en cuanto a acceso sin visado, pero la posibilidad de estudiar, viajar y trabajar en toda la UE es la mayor ventaja.
Los Golden Visas europeos son el mejor punto de entrada para un pasaporte de la UE. El Golden Visa griego permite obtener la nacionalidad y el pasaporte tras siete años de residencia. El visado de oro portugués es aún más rápido: cinco años después de solicitar la residencia. Con el Golden Visa español podrá optar al pasaporte número 1 de la Unión Europea. Se obtiene tras 10 años de residencia (dos si procede de América Latina o Filipinas). Sin embargo, esta residencia europea por inversión se está cerrando y solo hay hasta principios de abril de 2025 para solicitarla.
Para solicitar directamente la ciudadanía por inversión, sólo hay un programa europeo. Se trata de la naturalización excepcional del inversor maltés. Se conoce más comúnmente como MEIN.