Las personas más longevas del mundo no van al gimnasio, ni corren maratones. Más al contrario, los movimientos naturales forman parte de su vida diaria, pese a que la mayoría de ellos han sido apartados de nuestras vidas. Los beneficios del entrenamiento de fuerza para la longevidad han sido confirmados por una investigación de la Facultad de medicina de Penn State, la Universidad de Sydney y la Universidad de Columbia.
Los movimientos naturales, como ir caminando al trabajo, subir las escaleras en lugar de coger el ascensor, ir a la compra andando en lugar de en el coche o hacer las tareas domésticas…son claves en nuestro actual modo de vida sedentario y contribuyen a una longevidad más saludable. El entrenamiento de fuerza tiene, además, importantes beneficios para nuestra salud ya que crea confianza, músculos y tejido sano. Además, es bueno para unas articulaciones estables, la prevención de lesiones y la pérdida de peso. A la hora de comenzar un entrenamiento de fuerza, es recomendable poner en práctica los siguientes consejos:
-La técnica lo es todo Si no aprende a levantar peso consciente de su respiración, postura y limitaciones, puede forzar un músculo o romper un tendón. Es preferible acudir a un entrenador o aprender de forma autónoma a través de vídeos online antes de comenzar.
-Desafíese No se sentirá más fuerte levantando el mismo peso día tras día, repetición tras repetición. Para que sus músculos se fortalezcan, debe desafiarlos, gradualmente con pesos más pesados. La cantidad de peso «correcta» siempre variará, pero este principio sigue siendo el mismo: deberías poder hacer diez o más repeticiones con forma perfecta, siendo las dos últimas una lucha real.
-¿Dentro o fuera del gimnasio? En la combinación puede estar el éxito. Utilizar las máquinas de un gimnasio generalmente tiene un precio. Sin embargo, el levantamiento de peso libre puede realizarse en cualquier momento y lugar. Ambos pueden funcionar si se trabaja, intensa, consistentemente, prestando la atención adecuada a la forma y la respiración. Los ejercicios de peso corporal (sentadillas, flexiones, estocadas) también deberían ser parte de su rutina, por lo que es inteligente consultar con alguien que sepa cuándo comienza.
-Espere dolor El dolor que se puede esperar tras un buen entrenamiento se llama DOMS, dolor muscular de aparición retardada que no es exactamente lo mismo que el dolor en sentido estricto.
–Conozca su cuerpo Dedique un poco de tiempo a observar los dibujos anatómicos para conocer mejor su cuerpo. Esto le ayudará a crear y ejecutar un ejercicio equilibrado: de adelante hacia atrás, de lado a lado, empujando y tirando, expandiéndose y contrayéndose.
-Sea eficiente Un entrenamiento de 20 minutos puede ser tan bueno como un entrenamiento de 40 minutos, si sabes lo que está haciendo y por qué. Estudie y experimente hasta que encuentre una rutina que despierte su alegría. Si logra hacerlo dos o tres veces a la semana, con el tiempo su cuerpo cambiará notablemente, a menos que celebre cada entrenamiento con dos barras de granola y tres cervezas.
-Lo que no se utiliza, se pierde Es una verdad incómoda que a medida que envejecemos, perdemos músculo y nos debilitamos a menos que hagamos el esfuerzo de mantenernos fuertes, flexibles y ágiles.