El COVID-19 ha roto los esquemas de las empresas premiando a aquellas que son capaces de adaptarse con rapidez. Según la última encuesta publicada por HSBC, las compañías en todo el mundo realizan cambios operacionales significativos para ser más resilientes, tras ver que sus modelos de negocio no eran lo suficientemente para enfrentarse a los efectos de la pandemia del COVID-19.
De acuerdo con la encuesta Resiliencia Navigator: Hacia una reconstrucción efectiva, realizada en 2.604 empresas en 14 países y territorios del mundo, muchas de ellas descuidaron, antes de la contingencia, planes en materia de tecnología, finanzas y sustentabilidad. El 47% de ellas consideró que pudo haber estado más preparado para enfrentarse a los desafíos de los últimos meses.
Según indican las conclusiones, para algunos, el trabajo remoto expuso debilidades en sus planes de continuidad, por lo que en los últimos seis meses, herramientas como el internet de alta velocidad y de videoconferencia fueron muy utilizadas. Incluso, la inversión en tecnología e innovación destaca hoy como una prioridad para los próximos cinco años para los países con un 28% de las respuestas.
Asimismo, la disponibilidad de flujo de efectivo fue también un desafío, ya que sólo 43% de las empresas consultadas dijo haber realizado pasos previos para fortalecer su posición financiera.
“La crisis ha obligado a muchas empresas a adaptarse, y casi dos tercios (63%) ya han realizado cambios en sus operaciones. Casi la mitad de las empresas de los 14 mercados (44%) dijo que cambiará aún más sus productos y servicios, ya sea diversificando o modificando su oferta a las necesidades del mercado”, señalan las conclusiones del informe.
De acuerdo con los resultados de la encuesta global, en el largo plazo, los planes de negocios de las empresas ahora requieren un profesionales más ágiles, para enfrentarse a un trabajo más flexible, e incluso cambios en las instalaciones de producción y oficina, además de un mayor enfoque en la tecnología y la sustentabilidad.
¿Qué aspectos mejorar?
Los encuestados reconocen e identifican las áreas en las que tendrán que trabajar tras esta pandemia. Por ejemplo, más de dos tercios (69%) consideran que la tecnología hará posible que el trabajo flexible sea una práctica estándar y un tercio (34%) espera reducir sus viajes aéreos.
Además, seis de cada 10 encuestados (61%) piensan que la colaboración virtual se convertirá en una práctica estándar en los próximos dos años; 57% dice que las reuniones virtuales, internas y externas, están aquí para quedarse incluso después de que se cancelen las medidas de cierre. Por último, destaca la sostenibilidad como motor para impulsar la recuperación: más de nueve de cada 10 (91%) expresan que podrían rediseñar sus negocios y hacer que sus cadenas de suministro sean más sustentables.
“Las empresas no están esperando a que se les diga cómo reconstruirse mejor; ya están en ello. La tragedia social y el enorme daño económico causados por el COVID-19 han acelerado los planes de transformación de las empresas y han llevado a las interdependencias de las relaciones al pensamiento de los líderes empresariales. La historia nos muestra que algunas empresas pueden fracasar para salir de una recesión, por lo cual es vital que sus tomadores de decisiones sigan adelante en sus esfuerzos para hacer que sus compañías sean más ágiles y resilientes», señala Barry O’Byrne, director global de Banca de Empresas de HSBC.
Apoyo entre empresas, un factor de sobrevivencia
La encuesta global de HSBC también señala que hubo una colaboración importante entre las empresas durante la crisis, lo que ha sido clave para la supervivencia de muchas de ellas. Según HSBC, el 55% de las compañías afirmaron que compartieron intercambio de información, experiencias y conocimientos, el 51% relajó sus condiciones de pago y el 36% colaboró con otras empresas para hacer posible que siguieran llevando sus productos a sus clientes.
La encuesta también identifica una serie de cambios que las empresas de los 14 países esperan hacer en sus cadenas de suministro en los próximos dos años en un intento por aumentar la transparencia y la seguridad. Por ejemplo, tres de cada diez (29%) desean diversificar su cadena de suministro y trabajar con más socios, y una cuarta parte quiere trabajar con empresas en mercados más estables (26%). Por el contrario, un tercio planea restringir o acortar sus cadenas de suministro para reducir el riesgo.
Por último, más de dos tercios (67%) planean aumentar la seguridad de su cadena de suministro identificando y asegurando proveedores críticos (31%), y tres de cada diez planean revisar la capacidad de sus proveedores para resistir futuras crisis.