Hace unos días se ha celebrado el Día Mundial contra el Párkinson, una enfermedad neurodegenerativa cuya incidencia se ha disparado durante los últimos años y que merma notablemente la calidad de vida de quien la padece. Solo en España el número de afectados supera los 160.000 y la cifra alcanza los siete millones en todo el mundo. Además, se estima que será la enfermedad grave más común dentro de veinte años y que en 2040 la padecerán hasta 12 millones de personas.
Sin embargo y tal y como apunta el comparador de seguros de salud Acierto.com, el envejecimiento de la población influye en estas cantidades. En 30 años, el porcentaje de habitantes mayores de 60 años se va duplicar y la esperanza de vida aumentará considerablemente.
¿Cuándo aparece y por qué?
El párkinson suele aparecer a partir de los 50 años de edad. Solo en el 20% de las ocasiones la patología se detecta entre los 40 y los 45 años. La parte “positiva” es que puede empezar a manifestarse hasta veinte años antes de la aparición de síntomas motores.
Si bien no existen causas determinantes para su desarrollo, sí encontramos ciertos factores de riesgo. Por ejemplo, la edad, así como los factores medioambientales y genéticos. No obstante, solo entre el 5% y el 10% de los diagnósticos tienen origen genético. Respecto al entorno, algunos estudios establecen como riesgo el haber estado en contacto continuado con pesticidas, herbicidas y similares.
Abordaje y cirugía contra la enfermedad del Parkinson
1 de cada 5 afectados por enfermedades graves prefiere tratarse con un seguro privado. Entre las razones para decantarse por la sanidad privada se encuentra la reducción de los tiempos de espera frente a la Seguridad Social y la facilidad de acceso a las pruebas diagnósticas y especialistas, así como a las intervenciones quirúrgicas.
Además, en el caso del párkinson, la cirugía permite controlar e incluso atenuar los síntomas hasta en 8 de cada 10 ocasiones. Lo que hace es reducir las alteraciones motoras, los temblores y la rigidez, y retrasar la evolución de la enfermedad. Precisamente por esto, los expertos inciden en la necesidad de una intervención temprana, pues los beneficios que ofrece la operación precoz superan a los riesgos. Los más beneficiados, eso sí, son los pacientes jóvenes y no se recomienda en aquellos que han superado la barrera de los ochenta, aunque depende de cada caso. Al margen de la cirugía también debe darse un tratamiento farmacológico.
Volviendo a las pólizas, el párkinson está considerado como una enfermedad grave. Es por eso que ha de abordarse con un seguro de enfermedades graves. Ahora bien, cabe comentar que no todas las aseguradoras lo cubren. Deberemos contar con una cobertura completa. También hay que matizar que la edad del paciente resulta clave a la hora de contratar un seguro y que la mayoría de aseguradoras rechazan a los pacientes mayores de 65 años.
Otra opción interesante sería contar con un plan de pensiones que contemple la incapacidad laboral. Eso sí, estaríamos hablando del párkinson en una fase avanzada y convertido en un trastorno incapacitante.
Detectarla a tiempo, clave
Tras lo comentado, resulta evidente que detectarla a tiempo es clave. Por eso el comparador de seguros de salud ha recopilado algunas de las señales de la enfermedad. Puede comenzar con cansancio, malestar general, e incluso temblores muy ligeros durante las primeras horas del día. La dificultad para levantarse de una silla, el tono de voz bajo y la caligrafía apretada son otros indicativos. También se puede manifestar con dolores musculares e incluso calambres.
La lentitud para realizar las labores cotidianas, en especial las que demandan más precisión puede ser otra de las señales. Más allá de los trastornos motores también pueden darse alteraciones en la función cognitiva, dolor, alucinaciones, trastorno del control de los impulsos, disfunción del sistema nervioso autónomo y depresión. Para prevenir los expertos recomiendan llevar una vida saludable: alimentarse bien, practicar ejercicio con regularidad y dormir adecuadamente.
Para acabar, será fundamental informarse con el objetivo de desmitificar algunas cuestiones, como que el párkinson solo afecta a los ancianos o que siempre da síntomas, ya que una quinta parte de los casos son asintomáticos. Este conocimiento, asimismo, favorece la integración de aquellos que lo sufren y contribuye a acabar con el estigma social.