La Unión Europea quiere vigilar que las medidas de excepcionalidad tomadas por los gobiernos ante el COVID-19 no se conviertan en una excusa para vulnerar los derechos humanos. En concreto, el Parlamento Europeo ha analizado las limitaciones de algunos derechos fundamentales.
Según apuntan desde finReg360, algunas de las medidas aprobadas, como las restricciones a la circulación, son muy eficaces para frenar el brote y, con ello, defender el derecho a la salud y la vida de los más vulnerables. “Los acuerdos internacionales permiten la limitación proporcionada de los derechos con garantías rigurosa y muy controladas para evitar el abuso”, explican.
Este análisis se ha hecho tomando como referencia la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos.
- Restricción de la libertad de circulación. La mayoría de los países han adoptado esta medida, salvo Corea del Sur y Japón. Inicialmente, la OMS la tachó de ineficaz a largo plazo y muy perturbadora del orden económico y social, y abogaba mejor por la identificación de los casos, el control de los contactos y el aislamiento. Todavía hoy los especialistas médicos discuten si una restricción tan drástica como la impuesta en China es necesaria y proporcionada.
- Limitaciones de la libertad de expresión. La desinformación dificulta la lucha y erosiona la confianza en las autoridades públicas. Por ello, países como Sudáfrica sancionan a quienes difunden noticias falsas. Sin embargo, esta limitación puede dificultar los esfuerzos para combatirla (por ejemplo, el descontrol inicial del brote en China estuvo agravado por la supresión de la libertad de expresión).
- Erosión de la democracia en el mundo. Muchos estados han declarado el estado de emergencia, que les permite adoptar medidas urgentes y radicales.Sin embargo, existe un riesgo de que no se deroguen cuando dejen de ser necesarias.
- Aumento de la xenofobia. Hay una preocupación creciente por los ataques contra personas provenientes de países con un contagio generalizado.
- Limitación del derecho a la intimidad. Para contener la pandemia, es necesario conocer su naturaleza, cómo se propaga, a quién infecta y a quién enferma gravemente. Corea del Sur fue la pionera en utilizar apps móviles para crear un mapa público de concentración de los casos. Singapur e Israel utilizan herramientas de vigilancia digital de la cuarentena y el confinamiento.
- Recesión económica. Existe un riesgo evidente para las personas más vulnerables, especialmente en los países más pobres, las zonas de guerra (como en Siria, Gaza o el Yemen o los campamentos de refugiados y desplazados internos). Además, el cierre de fronteras impide el derecho de asilo. En este sentido, la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados no permite suspender la prohibición de devolver a los refugiados y solicitantes de asilo que corren el riesgo de ser perseguidos, aunque no impide cerrar las fronteras.
En este sentido, y mirando dentro de las fronteras de la Unión Europea, los eurodiputados reclaman solidaridad y medidas para prevenir la crisis de COVID-19 en los campos de refugiados. En concreto, la situación en la frontera greco-turca se intensificó a principios de marzo cuando Turquía abrió sus fronteras a los solicitantes de asilo y refugiados al romper el pacto migratorio de 2016 con la UE.
En una reunión virtual, la comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo discutió con el gobierno griego la situación actual en esta frontera y cómo evitar que esta crisis humanitaria se convierta en un problema de salud pública. La Comisión Europea, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) y la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA) se unieron a los eurodiputados para destacar la importancia de la solidaridad y la unidad de la Unión Europea para ayudar a mitigar la creciente crisis.
Medidas adoptadas
Junto con los Estados miembros y las agencias de la UE, la Comisión Europea ha establecido un plan de contingencia de emergencia, supervisa regularmente la situación y ha adoptado nuevas medidas. Se han puesto en marcha dos intervenciones fronterizas rápidas, se han desplegado guardias fronterizos adicionales y Grecia activó el Mecanismo de Protección Civil, lo que se ha traducido en el envío al país de más de 90.000 artículos de asistencia a los campamentos desde otros Estados miembros.
“Todos los migrantes que llegan a los puntos críticos se someten a un control de salud obligatorio. Las personas recién llegadas o rescatadas se mantienen en áreas separadas hasta que se completa su evaluación médica”, explican desde el Parlamento Europeo.
La Comisión ha asignado un presupuesto de 350 millones de euros en apoyo continuo a Grecia, a donde llegan la mayoría de los refugiados y migrantes, de los cuales 50 millones serán para atención médica. Después de una supervisión médica, 1.600 menores no acompañados que se encuentran actualmente en los puntos críticos de las islas, serán reubicados hacia otros países de la UE: Alemania, Francia, Portugal, Finlandia, Lituania, Croacia, Irlanda y Luxemburgo. Algunos viajarán a Luxemburgo la próxima semana.
“Con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Frontex, se ha establecido un esquema voluntario para alentar a las personas a regresar a sus países de origen”, comentan al respecto.