España tiene una de las esperanzas de vida más altas de la OCDE, además para 2050 se convertirá en uno de los países más envejecidos del mundo. Las últimas previsiones del INE indican que, para ese año, el 31,4% de la población en España tendrá más de 65 años y que el 11,6% tendrá más de 80.
Esta noticia entraña muchos retos para una sociedad y economía, pero también genera muchas oportunidades, así lo defienden desde la Fundación Edad&Vida en su informe “El dividendo de la longevidad. Salud es riqueza”, que cuantifica en cifras que las personas mayores no suponen un coste o una carga para los recursos públicos, la iniciativa privada o la sociedad en general. Según explica Mª José Abraham, directora general, Fundación Edad&Vida, es al contrario, su impacto social y económico es significativo en materia laboral y social siempre que se contemple una mayor inversión en materia de prevención en salud.
Este impacto positivo es lo que se ha denominado el dividendo de la longevidad. Para optimizar estos beneficios es necesario “establecer un acuerdo para invertir en salud de las personas y reconocer el valor económico de la misma; respaldar el trabajo de los trabajadores a medida que envejecen; aprovechar el creciente poder de los mayores como consumidores; y, reconocer las contribuciones no remuneradas de los mayores”, explica Abraham.
Durante la presentación del informe, en el II Foro de Envejecimiento, Carlos Bravo, Secretario Confederal de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO, destacó que el “envejecimiento dibuja una sociedad llena de oportunidades económicas para las que hay que desarrollar los servicios precisos, políticas públicas relevantes y una importante tarea de concienciación global”. No obstante, reconoció la necesidad de aumentar la inversión en dependencia hasta “más del doble de 0,7% del PIB actual para acabar con las listas de espera y dar cobertura a toda la población que lo necesite. Además, es preciso llegar a un 25% de la inversión sanitaria en atención primaria, especialmente por la labor de prevención, concienciación y detección de problemas relacionados con la salud de las personas mayores”.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), José Augusto García, empezó reflexionando sobre “el éxito social que representa el aumento de la esperanza de vida y el aumento de estos años con buena calidad de vida y en salud”. A su juicio, es preciso continuar con la promoción de un envejecimiento saludable mediante “el cambio de la imagen del envejecimiento y erradicación del edadismo, la creación de entornos amigables para las personas mayores y no únicamente accesibles, el diseño de sistemas sanitarios adecuados y ajustados a las necesidades reales de la población y, finalmente, establecer un adecuado sistema de provisión y cobertura de cuidados de larga duración y a la dependencia”.