El barco español VO70 “MAPFRE” encara el tramo final de su intento de establecer un nuevo récord sobre la Ruta del Descubrimiento de Colón. Tras entrar en torno a mediodía en el Triángulo de las Bermudas, la embarcación española encara las últimas 500 millas a San Salvador, en las Islas Bahamas, informó la organización en un comunicado.
Tras haber trasluchado de nuevo esta mañana, el barco “MAPFRE” apunta ahora con su proa hacia la República Dominicana. “Calculamos que volveremos a trasluchar en unas 180 millas y pondremos así rumbo a San Salvador”, decía esta misma mañana el patrón Fernando Echávarri. “Los partes de momento son buenos aunque queda el tramo final, fuera de los vientos Alisios, lo que nos puede complicar la situación”, apuntaba por su parte uno de los trimmer a bordo, el asturiano Fernando Rivero.
Los registros de las últimas 24 horas indican que el barco ha recorrido, aproximadamente, 458 millas a una velocidad media de 19 nudos.
Signos de tierra que ayudaron a Colón
Al Norte de donde está ahora el “MAPFRE” se encuentra el Mar de los Sargazos, una región del Atlántico septentrional que se extiende entre los meridianos 70º y 40º O y los paralelos 25º y 35º N. A pesar de estar bastante al Norte de la isla de San Salvador, puerto de desembarque de la expedición de Colón en el continente americano, las carabelas “Niña” y “Pinta” y la nao “Santa María” entraron y navegaron en él antes de divisar tierra.
En el “MAPFRE” han tenido su propia reminiscencia de dicho mar y del Almirante Colón: “¡Hemos visto sargazos!”, escribía Fernando Rivero. “Son unas algas que flotan a la deriva, sobre todo en el Mar de los Sargazos, y que a Colón le sirvieron para evitar un motín a bordo provocado por la impaciencia de la tripulación por ver tierra, diciendo que si había algas flotando es porque estaban cerca de tierra…”.
Una de las características del viaje descubridor de Colón a América fueron precisamente los motines vividos a bordo, que el Almirante, ayudado por Pinzón, tuvo que sofocar. El principal problema durante todo el viaje fue el de la incertidumbre, sentimiento fomentado, según apunta el Doctor en Historia de América Jesús Varela, por la falta de ocupaciones, que llevaba a la tripulación a hacerse demasiadas preguntas. Ello influyó en su estado de ánimo, provocando hasta tres tumultos importantes a bordo.
Pensando en una buena comida
A punto de cumplirse ocho días desde su paso por La Gomera, en general la tripulación se encuentra bien aunque el cansancio empieza a hacer mella y, como no, ya han saltado las típicas charlas acerca de qué comerán a su llegada a tierra: “Ya tenemos ganas de llegar y ya han salido conversaciones en las que pensamos en qué comeremos cada uno al pisar tierra: que si una hamburguesa, que si un trozo de carne, un helado, una bebida bien fría… Cosas que, en definitiva, no tenemos aquí…”, ha dicho el murciano Diego Fructuoso.