Este año hemos pasado mucho tiempo en nuestras casas. Esto ha llevado a que la parejas tengan que reinventar sus pactos de convivencia. La utilización del espacio, la limpieza y el orden, fueron puntos de tensión en un escenario de incertidumbre emocional cómo fueron los primeros meses de la pandemia.
La terapeuta Carmen Luz Méndez, directora del Instituto de Terapia Familiar de Santiago de Chile, conversó con “Visión de Lideres” de Itaú, y aseguró que vivimos un “shock” que implicó cambiar completamente la pauta de comportamiento a la que desde hace muchos años, estaban acostumbrados matrimonios y familias.
“Tuvieron que partir desde cero”, explicó la experta, lo que se tradujo en un peak de consultas a raíz de casos de angustia, insomnio y exceso de control en las parejas. En base a esto, la profesional brindó una serie de consejos.
Según la psicóloga, es importante separar a la relación de los problemas externos, que en un escenario de normalidad se vivían en el trabajo. Además, hay que disfrutar de los espacios en pareja.
Por otro lado, según la psicóloga, los mayores niveles de angustia se dieron a partir de abril y mayo. Sin embargo, observa que esos niveles de angustia se han elevado tras el desconfinamiento. Nuevamente el esquema cambia por completo: uno quiere cuidarse más, el otro volver a la vida normal. Lo importante dice Méndez es, aunque cueste, entender que los dos tienen la razón. Hay que darse cuenta de que la pandemia implica renovar el acuerdo de pareja constantemente.
El Aspecto Legal
Esta situaciones que describe Mendez pudo habernos llevado a pensar en escaparnos como una solución, ¿pero podemos huir sin tener problemas legales? Más allá de esta parodia inicial, a continuación les brindaremos algunos consejos, no para separarse, sino que para vivir en armonía sin pensar en las cosas de las que deben ocuparse los abogados, sobre todos para quienes no tienen pensado casarse, aconseja el portal Klipinger.
Algunas parejas les gusta la flexibilidad de la convivencia, ya que les da la oportunidad de conocer a su pareja y luego decidir si quieren avanzar hacia el matrimonio. Y a pesar de las muchas ventajas financieras del matrimonio, como impuestos más bajos y beneficios de jubilación y del Seguro Social potencialmente mayores, la gente está cohabitando más que nunca.
Según el Pew Research Center, el número de parejas que cohabitan aumentó un 29% entre 2007 y 2016. Hay varias razones para esto. Las personas mayores de 50 años, que son el grupo de edad de más rápido crecimiento que opta por vivir juntas en lugar de casarse, quieren los beneficios de una pareja íntima sin las limitaciones legales que implica el matrimonio. Por el contrario, los millennials prefieren vivir juntos para centrarse en sus carreras antes de establecerse y muchos quieren establecer una base sólida para el matrimonio, consigna Klipinger.
¿Qué es un acuerdo de convivencia y por qué es necesario?
Esta figura legal varía de nombre y alguna característica dependiendo del país donde se implemente. Sin embargo, la naturaleza del mismo coincide en todos los países occidentales. En este caso, se utiliza el ejemplo de EE.UU., pero de todas maneras siempre debe consultar con un abogado de confianza.
Un acuerdo de convivencia es un contrato entre dos personas que están en relación y viven juntas pero que no están casadas. Los buenos acuerdos de convivencia se elaboran, idealmente, desde el principio y tratan cuestiones relacionadas con la propiedad, las deudas, las herencias, otras consideraciones de planificación patrimonial y las decisiones de atención médica. A medida que sus vidas se entrelazan más, puede ser más complicado y costoso resolver estos problemas si hay una ruptura o si usted o su pareja fallecen después de vivir juntos durante muchos años, expone Klipinger.
Hay varias cosas que debe incluir un acuerdo de convivencia, y esos detalles dependerán de sus circunstancias, como su edad y niveles de riqueza. Las personas mayores generalmente tienen más activos y vidas financieras más complejas y es más probable que se beneficien más de la protección que brinda un acuerdo de convivencia.
El acuerdo debe incluir disposiciones detalladas sobre las propiedades que tienen al momento de sellar el acuerdo, las que puedan adquirir en el futuro y las disposiciones de la misma en caso de una de sus muertes o una ruptura, asegura el portal.
Debe analizar quién es responsable de los ahorros para la jubilación y cómo se dividirían, las directivas de atención médica y los problemas que involucran a sus hijos o hijos de relaciones anteriores. También debe analizar la capacidad de generación de ingresos de cada parte y las expectativas que rodean el apoyo financiero mutuo.
Algunos se preguntan si deberían invertir tiempo y dinero en un acuerdo de convivencia. Tenga en cuenta que los acuerdos de convivencia pueden ser económicos en comparación con los posibles honorarios legales si hay una ruptura o una muerte sin un acuerdo vigente, concluye el informe de Klipinger.