Cuando se trata de adicción a la tecnología, hay muchos mitos y exageraciones difundidos en diversos medios que no interpretan correctamente los estudios científicos, asegura Curious, la newsletter del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que trata de promover la curiosidad a través de la exploración de nuestra vida cotidiana.
Muchas veces se publican artículos acerca de la adicción a la tecnología con títulos sensacionalistas y conclusiones exageradas que no se corresponden con la evidencia científica vinculada a la psicología de la atención, las adicciones y el bienestar digital.
Siri Helle, una psicóloga, escritora y autora, identificó cuatro formas en que los medios tergiversan la adicción a la tecnología.
- Confundir la correlación con la causalidad. Puede resultar tentador concluir que el tiempo frente a una pantalla causa depresión, pero la relación también puede funcionar al revés: las personas deprimidas tienden a pasar más tiempo relajándose con las pantallas.
- Sobredimensionar efectos. En la mayoría de los estudios, el tiempo en redes sociales solo explica alrededor del 0,4% de los síntomas depresivos en adolescentes. En comparación, desayunar o dormir lo suficiente parece tener tres veces mayor impacto en el bienestar. Una buena regla general es averiguar si un resultado científico provee de una muestra lo suficientemente grande como para ser relevante.
- Centrarse solo en lo negativo. Leemos mucho sobre cómo el uso pasivo de las redes sociales causa envidia y no tanto sobre cómo se la interacción con personas en línea puede mejorar estados de ánimo y fortalecer relaciones existentes. Los medios terminan alimentando el lado negativo de la historia porque eso es lo que tendemos a querer escuchar.
- Medicalizar reacciones psicológicas normales. La dopamina no es cocaína en el cerebro. Su liberación es perfectamente sana y natural. Y sentirse emocionado por el próximo episodio de una serie o una notificación no es un caso de adicción a la tecnología.
La distracción no es una adicción. Para desarrollar una adicción real deben coincidir muchos factores. Revisar demasiado el teléfono antes que una adicción a la tecnología es síntoma de ceder ante una distracción.
El uso problemático de pantallas tiene desventajas, muchas de las cuales han sido verificadas científicamente. Por ejemplo, las notificaciones push disminuyen el rendimiento laboral y el desplazarse pasivamente por redes sociales puede generar ansiedad. Pero, en general, los efectos de las pantallas en el bienestar no son tan malos como los medios de comunicación hacen pensar.
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