Una de cada ocho mujeres fue diagnosticada con cáncer de mama en España en 2018. Este tipo de tumor, el más habitual en el sexo femenino, representa el 28,7% de los diagnósticos de cáncer en nuestro país, habiéndose detectado más de 32.820 nuevos casos el pasado año.
Para 2019, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que surgirán cerca de 32.500 nuevos casos de cáncer. “A pesar de que cada año aumentan los casos de cáncer de mama en España, la tasa de mortalidad es una de las más bajas, ya que es un tumor que puede tratarse en cualquiera de sus fases”, señala Alvar Ocano, gerente médico de Aegon. “La detección temprana y el tratamiento adecuado de este tumor es vital y gracias a ello las perspectivas de supervivencia de esta enfermedad son cada vez más altas, alcanzando el 90% de los casos”, aseguran desde la gerencia médica de Aegon. “Sin embargo, es importante recordar que a pesar de que nosotros padecemos la enfermedad, no estamos solos”.
Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, Aegon ha publicado una serie de pautas para ayudar a los familiares de un paciente diagnosticado con cáncer de mama a tratar a sus seres queridos.
Promover la actividad física y el descanso
Durante el tratamiento de tumores como el cáncer de mama, el sistema inmunológico debe fortalecerse para poder afrontar la medicación recetada y recuperarse con éxito. Entre otros efectos secundarios, algunos tratamientos para curar el cáncer provocan cansancio, fatiga y desgana, lo que origina en ocasiones sentimientos negativos ante la posibilidad de curarse.
Desde Aegon destacan la importancia de ayudar a los pacientes a mantener un estilo de vida activo y saludable. Aunque cada caso es diferente, es recomendable realizar ejercicio físico moderado mientras se pueda, con el fin de paliar los efectos secundarios del tratamiento. “El ejercicio no solo puede mejorar el estado de fatiga consecuencia del tratamiento, sino también preparar al paciente para volver a una rutina de ejercicio físico una vez se encuentre curado”, comentan desde la gerencia médica de Aegon. “Además, es labor de las personas cercanas mantener al paciente activo y animado, ayudando a reducir las probabilidades de sufrir depresión o verse rodeado de sentimientos negativos que, a largo plazo, pueden repercutir no solo en su salud mental, sino también en su salud física”.
Asimismo, el descanso es vital para empezar el día con energía. Por ello, para una persona que padece de cansancio y fatiga habitualmente, es recomendable crear un plan de actividades durante el día que le permita llegar a la cama más cansado. En caso de que haya dificultades para dormir, desde Aegon también recomiendan masajes y baños calientes antes de acostarse, antes que recurrir a medicamentos para combatir el insomnio.
Proteínas y carbohidratos, fuente de energía para el sistema inmunológico
Cuando convivimos con una persona que se encuentra luchando contra el cáncer de mama, debemos comprender que los medicamentos para tratar esta enfermedad pueden ser, en ocasiones, agresivos para el cuerpo humano. Entre los efectos secundarios se encuentran las náuseas, falta de apetito y una disminución notable de la fuerza con la que el sistema inmunológico se defiende de las infecciones.
Por ello, llevar una alimentación sana y rica en determinados nutrientes es importante para sobrellevar el proceso exitosamente. “Cuando una persona se somete a un tratamiento fuerte, su cuerpo necesita más energía para afrontarlo y para recuperarse adecuadamente”, señala Alvar Ocano. Por ello, el doctor recomienda realizar comidas a menudo en cantidades moderadas, así como consumir una mayor ingesta de proteínas, carbohidratos y lácteos.
Hay situaciones, sin embargo, en las que las náuseas son tan fuertes que los pacientes prefieren no comer. “En esos casos, no es un problema. Se recomienda comer aquello que más te apetezca cuando se tenga apetito y no forzar al cuerpo a ingerir alimentos que puede no aceptar del todo bien”.
Una buena higiene personal contra infecciones
Los tratamientos destinados a curar el cáncer de mama tienen como consecuencia principal la bajada de las defensas del paciente. Por esa razón, para mantener alejadas las infecciones, el cuidado diario de la higiene personal es una rutina obligatoria para los pacientes. “La higiene no es algo que deban tener en cuanto solo los enfermos. Los familiares o amigos que vayan a tener contacto con el paciente deben cumplir también con unas normas de higiene”, señala Ocano.
Por otro lado, desde Aegon recuerdan que los alimentos manipulados deben de ser lavados cuidadosamente. Los pacientes de cáncer son más propensos a padecer infecciones, pues su sistema inmunológico tiende a debilitarse raíz del tratamiento. Por ello, deben de protegerse más cuidadosamente contra virus y bacterias.
Cuidados de la piel
Los distintos tratamientos, tanto por cirugía como las terapias hormonales e incluso la quimioterapia, tienen también efectos secundarios sobre la piel. En muchos casos es a causa de una rutina de alimentación diferente a la que solíamos tener, que tiene como consecuencia el enrojecimiento, la sequedad de la piel o la hiperpigmentación. En estos casos, se deben evita cremas con químicos fuertes, depilaciones, peelings, pegamentos o tatuajes que puedan ser demasiado agresivos con la piel.
En casos en los que el tratamiento se realice mediante cirugía (retirando el tejido cancerígeno), existe el riesgo de desarrollar un linfedema, una acumulación del líquido en el brazo que genera el aumento del tamaño del mismo. En estos casos, si los familiares tienen los conocimientos suficientes es posible promover la circulación de líquidos mediante drenajes linfáticos.
Afrontamiento activo y positivo
“Un buen ajuste emocional favorece un mejor pronóstico”, recuerda Alvar Ocano. “No debemos temer a la ayuda psicológica para los momentos difíciles. El apoyo externo puede ayudarnos a enfrentar una enfermedad con fortaleza y convicción y una buena actitud es un pilar fundamental para mantener la calidad de vida durante el proceso”, señala. Además, Ocano recuerda que “no estamos solos en el proceso”. La familia, los amigos y las personas más cercanas a nosotros serán pilares que nos apoyarán durante todo el tratamiento.
Los especialistas de Aegon recomiendan un estilo de afrontamiento activo de la enfermedad, en el que predomine la aceptación y la búsqueda de soluciones para curarse lo antes posible tanto por parte del paciente como de sus allegados. “Aunque sintamos tristeza o angustia, aprender a gestionar los sentimientos negativos y ser capaz de pedir ayuda es un paso hacia la mejoría, no solo física, sino también mental”, afirma Ocano.