Los puentes de invierno llegan con viento, nieve, lluvias y frío, pero eso no es un problema para los viajeros que, una vez llegan a su destino, están más que preparados para abrocharse su abrigo y disfrutar de Europa. Por ello, WowTrip, especialista en viajes sorpresa, comparte algunos consejos relacionados con los destinos que pueden hacer del viaje una experiencia aún mejor cuando el mal tiempo se convierte en un inconveniente. La compañía especialista en viajes sorpresa selecciona estas cuatro ciudades fantásticas que sí o sí, hay que visitar para ponerle al mal tiempo, la mejor cara:
Londres
La capital inglesa tiene más cosas para ofrecer además del clásico plan de compras, tan típico de los puentes de invierno. Si hace mucho frío, puedes aprovechar para visitar alguno de sus museos insólitos (más allá del Británico o el de Historia Natural), como el Pollock’s Toy Museum, que conseguirá que vuelvas a la infancia con juegos de mesa, casas de muñecas, juguetes antiguos o incluso, coleccionables de hace 3.000 años. Está cerca de la estación de metro de Goodge Street Station. ¿Y si llueve o hay niebla? Es el momento perfecto para seguir los pasos de Jack el Destripador en distintos puntos del barrio de Whitechapel. Puedes terminar el tour tomando una pinta en el famoso Ten Bells, que te llevará a los años en los que, The Ripper, seleccionaba a sus víctimas…
Dublín
Irlanda, en general, tiene algo muy característico: la lluvia. El tiempo es muy cambiante, pero siempre termina por hacer aparición el agua, y si no tienes paraguas, estás perdido. Ahora sí, también esa meteorología contribuye (y mucho) a darle a Dublín un encanto especial. Además de visitar los museos, hay un plan al que la lluvia le brinda casi magia: hacer la excursión del castillo y las dos catedrales. Por un lado, el Castillo de Dublín, que conserva una torre del S.XIII y cuenta con un Salón del Trono y un Salón de San Patricio, en los que puedes imaginar muy fácilmente cómo era la vida antigua en la ciudad. Además, la Catedral de St Patricks y la Catedral de la Santísima Trinidad, muy cerca la una de la otra, pierden autenticidad con sol. Las tres visitas pueden llevarte unas 3 horas, y así estar a cubierto mientras Dublín muestra su delicioso juego con la lluvia.
Berlín
En invierno, el frío de Berlín puede dejarte realmente helado. Sin embargo, es una ciudad llena de encanto y con muchas opciones para disfrutarla aun con mal tiempo: está muy bien conectada, tiene muchos planes y una gastronomía envidiable (y nada cara). Entrar en calor en una terraza tomando algo es posible porque tienen estufas en la mayoría de los establecimientos. Pero, además, hay algo interesante… ¿Se te había ocurrido disfrutar de una sesión de cine local? Por un lado, en la capital alemana estrenan algunos largometrajes antes que en España, y en versión original (para ello, busca que ponga “OmU”, que significa «Original mit Untertitel».) Por otro lado, si fuera cine local en alemán, siempre está subtitulado al inglés. La capital europea del cine ofrece distintas salas llenas de encanto y reconocimiento internacional. Visita el Kino (Cine) Babylon Mitte, ubicado cerca de Alexanderplatz, con cartelera desde 1929. También puedes acudir a salas en 3D o internacionales. ¿Se te había ocurrido pasar un fin de semana sorpresa y, además, de película?
Viena
No podemos negar que este destino es el navideño por excelencia, con mercadillos, nieve casi asegurada, pista de patinaje, iluminación espectacular y… ambientazo. La ciudad, pese al frío, jamás se aletarga. Es más, gracias a las bajas temperaturas, recobra ese encanto que se busca en el turismo de invierno. Es fácil entrar en calor con el vino dulce caliente y contagiarse de la alegría pre-navideña de estos momentos. Y… ¿cómo no? no puedes perderte una sesión de ópera. Hora y media antes de la función se abren las taquillas, y a un precio imbatible (a unos 4 euros). Hacer la cola puede ser un poco tedioso, pero entrarás en calor seguro en una de las funciones más famosas del mundo y será, sin duda, una experiencia inolvidable.