Las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en España y en el mundo. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 28,8% de las defunciones en 2017 fueron a causa de enfermedades del sistema circulatorio. Es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres, por detrás de los tumores. De todas estas patologías, cerca de la mitad de los casos son causados por hipertensión arterial, según afirma Alvar Ocano, gerente médico de Aegon.
“La hipertensión, es decir, la presión arterial alta, es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular y es prácticamente asintomática. Padecerla implica el aumento de las posibilidades de sufrir ataques del corazón y accidentes cardiovasculares cerebrales, debidos en muchos casos a una obstrucción que impide que la sangre llegue al corazón”, asegura el Dr. Ocano.
En España, más del 40% de los españoles padece hipertensión arterial, según un estudio de Di@bet, por ello Aegon ha elaborado una serie de consejos para cuidar de nuestra salud arterial y estar preparado para reaccionar ante cualquier situación.
Controlar los parámetros de la presión arterial
La presión arterial es la fuerza ejercida por la sangre contra las arterias, que favorece el movimiento de la sangre por los vasos sanguíneos para abastecer de oxígeno a todo el cuerpo. Para mantener un buen estado de salud es importante mantener la presión entre unos rangos establecidos y para ello se utiliza un tensiómetro, recuerdan desde Aegon.
Los tensiómetros electrónicos que podemos usar hoy día arrojan tres valores que toda persona debe controlar para mantener su presión arterial. En primer lugar, la presión sistólica, es decir, la fuerza con la que la sangre presiona las arterias en cada latido, debe ser inferior a 140 mm Hg, siendo 120 mm Hg el nivel normal. En segundo lugar, la presión diastólica, referida a la presión de la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos cuando el corazón está en reposo, debe mantenerse en niveles inferiores a 90 mm Hg (comúnmente 80 mm Hg). Finalmente, es importante controlar la frecuencia cardíaca, conocida como pulsaciones, que debe ser inferior a las 100 pulsaciones por minutos en adultos en reposo.
“La presión arterial debe medirse en reposo, poco después de levantarse o siempre a la misma hora y utilizar en cada ocasión el mismo tensiómetro”, recomienda el doctor.
Más deporte, menos alcohol y nada de tabaco
El ejercicio físico es un factor clave a la hora de controlar la hipertensión arterial, en muchos casos sin necesidad de recurrir a un tratamiento farmacológico. “Para mantener un estilo de vida sano y activo, es recomendable practicar al menos entre 30 y 60 minutos de ejercicio aeróbico moderado o caminar a buen ritmo al menos cinco días a la semana”, recomiendan desde la gerencia médica de Aegon.
Asimismo, el tabaco y el alcohol son factores de riesgo que promueven el desarrollo de hipertensión. En el caso del tabaco, lo recomendable es dejarlo por completo, recuerda Alvar Ocano. El alcohol, por su parte, cuenta con un máximo que equivale a dos vasos pequeños de vino o cerveza en hombres y uno en mujeres.
Frutas, verduras y mucha fibra
La primera recomendación para una persona que padece hipertensión arterial es reducir el consumo de sal e incluso evitarla por completo. “Lo recomendable es consumir como mucho 5 o 6 gramos de sal al día y evitar los alimentos procesados o enlatados porque contienen muchas cantidades de sal”.
Asimismo, se recomienda reducir el tamaño de las porciones, consumir más vegetales y frutas frescas o con bajo contenido en sodio y optar por los cereales integrales como fuente de fibra, que ayudan a regular la presión arterial. “El ajo y la cebolla actúan como vasodilatadores de arterias y capilares, favoreciendo la buena circulación de la sangre”, afirma Ocano.
Entre otros alimentos, el menú de los pacientes hipertensos incluye aceite de oliva; legumbres en todas sus formas; pescado azul; alimentos ricos en potasio, pues favorece la eliminación del sodio por la orina; y apio y alcachofa, por sus propiedades diuréticas naturales. Por el contrario, es preferible reducir el consumo de cafeína, pues aumenta la presión arterial, y evitar las carnes rojas, los alimentos procesados, los embutidos y aquellos que contengan picante.
Reducir el sobrepeso
El sobrepeso es uno de los principales factores que favorecen el aumento de la presión arterial, principalmente la conocida como obesidad abdominal. En este caso, la llamada “grasa visceral” se encuentra localizada en la zona del abdomen y la cintura y rodea a los principales órganos.
Alvar Ocano recomienda que, en estos casos, el perímetro abdominal debe intentar reducirse hasta encontrarse por debajo de los 88 centímetros en mujeres y 102 centímetros en hombres. “Por cada 10 kilos de más, la presión arterial puede aumentar entre 2 y 3 mm Hg. Por eso recomendamos combinar una dieta sana y ejercicio moderado diario para mantener el IMC por debajo de 24,9 y evitar el desarrollo de otras enfermedades como diabetes o colesterol, que a su vez también aumentan el riesgo cardiovascular”, aconseja el médico.
Otras enfermedades
Además de los factores de riesgo comportamentales, existen otras enfermedades que puede favorecer el desarrollo de hipertensión y que deben ser controlados para mantener una buena salud cardiovascular. Es el caso, por ejemplo, de la hipercolesterolemia, es decir, niveles de colesterol que superan los 200 mg/dl. En estas situaciones, desde la gerencia médica de Aegon recomiendan reducir grasas saturadas y trans y aumentar el consumo de fibra y otros alimentos como el aguacate o los frutos secos.
Otra de las enfermedades más comunes entre personas con hipertensión arterial es la diabetes. Para controlar los niveles de glucosa en sangre se debe observar la cantidad de hemoglobina glicosilada, que debe encontrarse por debajo del 6,5%. Asimismo, para regular el azúcar se recomienda consumir alimentos que favorezcan la absorción lenta de los azúcares en el intestino, como la canela y los frutos secos.