Las empresas muestran un compromiso insuficiente con el cambio climático. De acuerdo con el 72% de los jóvenes encuestados por Boston Consulting Group, las compañías no están haciendo lo suficiente. Tras el Foro Económico Mundial, Davos se ha convertido en una importante plataforma para los jóvenes, don afirmar sus aspiraciones ambientales. Mientras, Donald Trump se refirió a ellos como “eternos catastrofistas” y calificó los riesgos del cambio climático como “ predicciones de apocalipsis” un discurso que, según Olivier de Berranger, director de Gestión de Activos de La Financière de l’Echiquier, es “inaceptable y retrógrado para las jóvenes generaciones, que siguen ejerciendo presión sobre los gobiernos y, en concreto, sobre sus futuros empleadores”.
“¿Qué hay más natural que utilizar el suelo neutral helvético para fijar los objetivos de otro tipo de neutralidad: la neutralidad de carbono?”, plantea de Berranger. Esto es lo que ha hecho el grupo farmacéutico AstraZeneca anunciando que neutralizará sus emisiones de dióxido de carbono de aquí a 2025 y reducirá su huella de carbono hasta niveles negativos en su cadena de valor de aquí a 2030. Para ello, el grupo solo utilizará energías renovables y sustituirá completamente su flota con vehículos eléctricos. Además, la compañía emprenderá un programa de reforestación («AZ Forest»), que prevé la plantación de 50 millones de árboles (de los cuales, un millón en Francia) en los cinco próximos años. A este anuncio le siguen los de otras muchas empresas como Starbucks, o Microsoft.
Ahora bien, de Berranger señala la importancia de entender qué significa ser neutro en carbono. Esto se consigue cuando “se emite la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera de la que se retira por distintas vías, lo que deja un balance cero, también denominado huella cero de carbono”, según la definición de la Comisión Europea. Esta neutralidad de carbono resulta esencial para limitar el calentamiento global a 1,5ºC , un umbral que el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) considera seguro. Existen pocos “sumideros de carbono”: los bosques, los océanos y las técnicas de captura y retención de carbono, medidas que no están lo suficientemente desarrolladas debido a su excesivo coste. “Sin embargo, compensar esto con la plantación de árboles debería utilizarse como último recurso, solamente para abordar las emisiones remanentes que no han podido eliminarse de otro modo”, advierte de Berranger.
Asimismo, la Unión Europea se ha propuesto alcanzar la neutralidad de carbono antes de 2050, por lo que de Berranger subraya la necesidad de que cada empresa ponga su grano de arena para conseguir este objetivo. “Estamos convencidos de que las empresas con visión de futuro y ambiciosas respecto a los desafíos climáticos serán las que atraerán el capital”, afirma el experto. Según de Berranger, la anticipación de los riesgos climáticos y los costes asociados o la capacidad para traducir el desafío climático en una oportunidad mediante la propuesta de soluciones, se convertirán en un atractivo universo de inversión, una fuente de oportunidades y rentabilidad para los gestores de activos y los ahorradores.