El estilo de inversión growth apuesta por aquellas compañías denominadas de crecimiento, empresas en fase de expansión y que se considera que pueden continuar creciendo de forma significativa en los años siguientes.
El entorno en el que operan estas compañías es cambiante y tiene mucha competencia, por lo que este estilo de inversión busca identificar a las empresas ganadoras, las que presentan un producto o servicio de gran valor añadido. Un ejemplo de este tipo de compañías son las tecnológicas.
La inversión growth espera altos rendimientos en las fases expansivas del ciclo económico, cuando se realizan inversiones en proyectos nuevos e innovadores.
Sin embargo, este estilo de inversión no suele ofrecer rentabilidad vía dividendo a sus accionistas, puesto que este tipo de empresas pueden no reportar beneficios hasta que no alcanzan cierta madurez.