Esperamos una fuerte remontada de los mercados emergentes post pandemia en 2021

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Foto cedidaCharles Wilson. Charles Wilson

Hace un año, las acciones de mercados emergentes tenían buenas perspectivas para firmar un 2020 fuerte, pero la pandemia acabó dejando a los mercados globales sumidos en el desconcierto. Sin embargo, tras este annus horribilis, ahora los emergentes están posicionados incluso más favorablemente para el año que está por delante. 

Los motores estructurales que están soportando a las acciones emergentes siguen intactos, al tiempo que los vientos de cola cíclicos son ahora más fuertes de lo que eran antes del ‘cisne negro’ de la Covid-19. El comportamiento del índice MSCI Emerging Markets en los últimos meses refleja este sentimiento alcista, superando a las acciones de países desarrollados, pero un vistazo por debajo de la superficie revela que se están gestando rotaciones a nivel regional, sectorial y por estilos. Un acercamiento equilibrado entre factores growth y value puede ayudar a exprimir más de una recuperación amplia, aunque desigual, del mercado.

En las bolsas emergentes suelen ser frecuentes las rotaciones entre el value y el growth

Gráfico 1

Source: Bloomberg

La renta disponible al alza y la expansión de la clase media en el mundo en vías de desarrollo están alimentando modelos de crecimiento cada vez más poderosos, basados en el consumo interno. Al mismo tiempo, la expansión de los índices PMI refleja una recuperación de los sectores más sensibles al ciclo, incluyendo energía y materiales. Esto es favorable para los países emergentes exportadores de materiales industriales y productos manufacturados en medio de la tendencia mundial hacia la recuperación del stock.

Las inyecciones de liquidez masivas a nivel global, las tasas altamente acomodaticias en todo el mundo, un dólar más débil, la aceleración del crecimiento global y, claramente, el desarrollo y distribución de vacunas son todos factores positivos para las acciones emergentes este año.

En el frente de las divisas, desde la Crisis Global Financiera de 2008, el ‘billete verde’ ha ganado terreno. Europa tuvo que lidiar con la crisis de la deuda soberana entre 2010 y 2012, por lo que la Fed no dio pistas de que quería endurecer su política monetaria hasta 2013, desatando el “Taper Tantrum”. La Fed empezó a reducir su balance pocos años después y a finales de 2016 empezó a subir los tipos de interés lentamente, hasta tocar techo en el 2,5% en 2019. Pero ahora los tipos están cerca de cero, donde la Fed dice que se mantendrán al menos hasta finales de 2023. El Dollar Index ha caído un 13% desde su máximo de marzo por debajo del umbral de 90 puntos, mitigando significativamente el riesgo de depreciación de divisas emergentes para los inversores en dólares.  

En respuesta al impacto deflacionario de la pandemia, los bancos centrales de países desarrollados y emergentes han recortado sus tipos de interés. Aunque muchos también han aprobado estímulos fiscales, las economías desarrolladas han impulsado un mayor déficit. De hecho, la combinación de estímulos monetarios y fiscales solo en EE. UU. supone más de 10 billones de dólares, cerca del 50% de su PIB. Como las economías emergentes no tienen el estatus de divisa reserva, no pueden permitirse tener unos déficits fiscales tan profundos. Pero eso significa que muchos se han adentrado en la pandemia con déficits más pequeños y un endeudamiento más bajo, por lo que no tendrán que portear la pesada carga de deuda que pesa sobre las economías avanzadas.

No hay dudas de que la acción sincronizada de política monetaria global y los estímulos fiscales crean un entorno poderoso para el crecimiento global. Pero se espera que los mercados emergentes se recuperen más rápido. Según estimaciones del consenso de Bloomberg, tras caer un 0,8% en 2020 se espera que los mercados emergentes se expandan un 5,1% en 2021 y que China, la segunda economía mundial, se alce un 8,2%. Se calcula que las economías desarrolladas avancen un 3,2% este año, insuficiente para recuperarse de la contracción estimada en el 3,5% de 2020.

El crecimiento de los beneficios debería ser robusto globalmente en 2021 gracias a la citada recuperación de la demanda, recuperación del stock y la comparativa extremadamente fácil con respecto al año anterior en muchos sectores. Pero el crecimiento de los beneficios debería ser especialmente fuerte en los mercados emergentes, al permitir un dólar más débil que brillen los beneficios con divisa local subyacente, y que en muchos casos superen las ganancias previstas en economías desarrolladas.

 

El crecimiento estimado de beneficios en la mayoría de los países emergentes supera al de índices internacionales

Basado en el BPA estimado por Bloomberg (next annual) a 18/12/2020

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Fuente:  Bloomberg

Al mismo tiempo, las reformas estructurales y las inversiones realizadas para mejorar la producción hechas en países emergentes en los últimos años también son contribuidores materiales a la recuperación. Por ejemplo, India implementó una largamente necesitada reforma sobre el impuesto a bienes y servicios, un Código de Insolvencia y Quiebra crucial, la liberalización de la inversión directa de extranjeros y un montón de iniciativas para la inclusión financiera. Brasil reformó la fiscalidad de su sistema de pensiones y la desregulación redujo los onerosos costes corporativos. China ha tomado las riendas para frenar los desequilibrios de su balanza fiscal y el shadow banking, y ha contenido el uso de estímulos financiados con deuda.

Cientos de millones de personas de países emergentes ascenderán a la clase media en 2021. Se espera que esta movilidad social crezca un 6% anual, si no más. La demanda de bienes y servicios de clase media, desde vivienda a electrodomésticos de marca blanca, educación y ocio, tiene una proyección de crecimiento mucho más larga que la de los mercados desarrollados, más maduros. La digitalización significa que pueden saltarse el gasto en infraestructuras costosas, por ejemplo, eligiendo banda ancha wireless en vez de cable.

Para realizar una gestión del riesgo segura y sensata, creemos que se necesita un acercamiento basado en el análisis fundamental, caso por caso, que esté equilibrado estadísticamente y que sea disciplinado. Esto proporciona protección frente a caídas del mercado para cuando se producen desplomes o aparece un cisne negro. Por tanto, ayuda a generar interés compuesto, lo que permite partir de una base más elevada una vez que regresa la recuperación, o que se produce una rotación de estilos entre el growth y el value, como suele pasar en mercados emergentes.  

 

 

Thornburg Investment Management es una gestora independiente de inversión global fundada en 1982 que ofrece una gama de soluciones multiestratégicas para instituciones y asesores financieros de todo el mundo. Es una empresa reconocida como líder en inversion en renta fija, acciones y activos alternativos  que supervisa 45 000 millones de dólares (43 500 millones de dólares en activos bajo gestión y  otros 1800 millones en activos asesorados)a través de fondos de inversión, cuentas institucionales, cuentas separadas para inversores individuales de alto patrimonio y fondos UCITS para inversores no estadounidenses (datos a 31 de diciembre de 2020). Thornburg fue fundada en 1982 y su sede central se encuentra en Santa Fe, Nuevo México, EE. UU, con oficinas adicionales en Londres, Hong Kong, y Shanghái.

 

Para más información, por favor visite www.thornburg.com

Una mirada distinta a la comparativa entre renta variable americana y europea

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Vincent Mercadier
Foto cedidaVincent Mercadier, responsable de Multiassets & Equity de Tikehau IM. Vincent Mercadier

Desde 2010, y en especial durante estos últimos años, la superioridad de la renta variable americana en comparación con la europea ha sido la tónica dominante en los mercados. Si echamos un vistazo a los rendimientos de los índices más representativos de cada geografía nos encontramos con una más que llamativa diferencia. Por un lado, el S&P500, índice que captura aproximadamente un 80% de la capitalización bursátil de EE.UU., obtuvo un rendimiento del 229% desde el 1 de enero de 2010 hasta el 31 de diciembre de 2020. En cambio, si miramos el recorrido de su homólogo europeo, el EuroStoxx600, su crecimiento se reduce a cerca de un cuarto, 55%.

Índices EEUU- Europa

Desde Tikehau Capital achacamos esta espectacular diferencia a dos factores fundamentales. En primer lugar, los beneficios por acción de las compañías pertenecientes al índice norteamericano han crecido, a pesar del impacto de la pandemia, un 93% en estos últimos diez años, desde los 51,48 a los 99,35 dólares. Mientras que por el contrario, en el caso del índice que engloba las 600 compañías más grandes de Europa, el BPA medio de sus componentes se ha desplomado un 31% desde 2010. Por otro lado, si echamos un vistazo a las valoraciones, observaremos cómo los inversores han recompensado ese comportamiento en términos de beneficio. En concreto, si nos centramos en el ratio precio-beneficio (cíclicamente ajustado), el EuroStoxx600 mantiene aproximadamente los mismo niveles de comienzos de década – CAPE 16,7x –, mientras que para el S&P500 esta métrica se ha disparado un 47% en los últimos diez años –CAPE 26,3x–.

BPA

 

S&P vs Eurostoxx

Estas dos vertientes –beneficios y valoraciones– nos dejan un panorama complejo en renta variable. En el actual mercado, el inversor deberá discernir entre apostar por unos beneficios crecientes en EE.UU. o por una valoración más atractiva en Europa. Es decir, una discusión similar a la que se ha repetido durante el final del año pasado en torno a la rotación de activos. ¿Invertimos en aquellos valores más interesantes en términos de precio –value– o en aquellos que más están creciendo en resultados –growth–?

Sin embargo, nuestra visión es ligeramente diferente. En las actuales condiciones de mercado, no creemos que haya que elegir entre crecimiento y valor o entre EE.UU. y Europa. Gracias a un profundo proceso de análisis y a una cartera concentrada, nuestro objetivo es encontrar empresas con unos beneficios robustos y una valoración razonable sin importar su geografía.

Para el fondo Tikehau International Cross Assets partimos de 11.000 compañías listadas y a través de una serie de filtros cuantitativos y financieros y un completo análisis fundamental aterrizamos a un universo de inversión de unas 70 compañías (30 en Europa y 40 en EE.UU.) que consideramos atractivas tanto en precio como en rentabilidad.

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Como observamos en la tabla superior, los niveles de rentabilidad sobre capital empleado de las empresas de nuestro universo de inversión están casi dos veces por encima de las que presentan las compañías del S&P500 y el EuroStoxx600. Lo mismo sucede con el margen sobre EBIT y el margen bruto, con una superioridad notable respecto de lo que nos muestran la media de las compañías de ambos índices. Finalmente, otorgamos una gran relevancia a los niveles de apalancamiento, y, nuevamente, las empresas que conforman nuestro universo de inversión tienen 3,3 veces menos deuda neta sobre FCF que la media del índice americano y 4,8 veces menos en el caso del europeo.

Por todo ello, con una posición del 40% en renta variable europea, a pesar del mal comportamiento de sus índices, el Tikehau International Cross Assets ha sabido mantener una actuación bastante sólida durante los últimos seis años, influido por el rendimiento positivo de las acciones de nuestro universo de inversión.

Rendimiento

Por lo tanto, gracias a nuestro proceso de inversión diferenciado, podemos ser agnósticos en términos geográficos, manteniendo el foco en lo que bajo nuestro punto de vista es importante:

  • Un modelo de negocio que entendamos, con retornos sobre el capital empleado atractivos y duraderos gracias a una posición con ventajas competitivas y fuentes de crecimiento continuo.
  • Un equipo directivo alineado con los partícipes de nuestros fondos, capaces de demostrar una asignación eficiente del capital.
  • Una valoración que asumamos razonable y que nos permita una tasa interna de retorno (TIR) atractiva a 5 años.

 

Tribuna de Vincent Mercadier, responsable de estrategias balanced y de renta variable en Tikehau Capital.

En 2020, las afores prefirieron las inversiones alternativas globales sobre las locales

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Photo: PixaHive CC0. Foto:

En 2020, las inversiones en capital privado por parte de las afores continuaron con su dinamismo de años anteriores, siendo mayor la atención global que local. Mientras que en 2020 las inversiones en capital privado local a través de los CKDs significaron compromisos totales por 1.100 millones de dólares (mdd); las inversiones globales a través de los CERPIs fueron prácticamente el doble al llegar a los 2.097 mdd. En 2020 se emitieron 5 CKDs y 17 CERPIs.

A través de 49 CERPIS las afores terminaron 2020 con 9.714 mdd de capital comprometido, donde solo el 25% ha sido llamado. En 2018, año en el que se autorizaron las inversiones alternativas globales para las afores, el capital comprometido llego a 4.991 mdd; un año después (2019) se sumaron otros 2.425 mdd y ya en 2020 se agregaron otros 2.097 mdd, logrando mantenerse los compromisos por arriba de los 2 mil mdd en los últimos dos años.

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El capital llamado apenas alcanza los 2.444 mdd al cierre de 2020 y su evolución ha sido paulatina en los últimos años. En 2018 fueron llamados 1.427 mdd; en 2019 se sumaron 668 millones de dólares y en 2020 otros 302 mdd, por lo que faltarían por llamar 7.270 mdd para canalizarlos a proyectos globales de capital privado.

Estas inversiones se han orientado al sector de fondos de fondos que representa el 80% de los recursos captados, seguido del sector de capital privado con 11% y el sector de infraestructura con 7%. Es muy probable que en el sector de fondos de fondos haya una diversidad de sectores y de proyectos, ya que esta información no es pública.

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Los activos en administración de las afores terminaron el año en 237.196 mdd de los cuales 5,7% son inversiones alternativas tanto locales como globales. De manera particular, las inversiones globales apenas significan el 1% a valor de mercado o 4% si se consideran los recursos comprometidos.

Los activos en administración de las afores aumentaron un 12% en dólares en 2020 al pasar de 211.837 a 237.196 mdd que significan el 20,4% del PIB.  Es interesante observar que mientras en 2019 las inversiones alternativas locales y globales de las Afores fueron el 6,1%, un año después tuvieron una ligera baja para terminar en 5,7%. Si bien hubo un pequeño descenso de un año al otro, el crecimiento en los activos en administración provocó que el porcentaje se redujera y esto precisamente es lo que les dará un mayor dinamismo a estas inversiones buscando opciones competitivas ajustadas al riesgo.

Preqin el principal analista de fondos de capital privado a nivel global, estima que la industria de activos alternativos continuará creciendo y alcance más de 17 billones de dólares (trillones en inglés) para 2025, lo que supone registrar una tasa de crecimiento anual compuesto del 9,8% (tasa CAGR) y un aumento general del 60%.

Preqin considera que los sectores de capital privado y la deuda privada, serán los responsables de impulsar el crecimiento de los activos alternativos durante los próximos cinco años, registrando un aumento de sus activos bajo gestión del 16% y del 11% anualmente. De hecho, apunta que el capital privado acabará representando el 53% de la industria de inversión alternativa en 2025.

Para el 2021, se podría esperar que las afores mantengan el dinamismo de las inversiones globales en 2 mil mdd como se ha visto en los últimos años.

Columna de Arturo Hanono

“Gamma Squeeze”: el por qué más que nunca se justifica la gestión activa en inversiones y un asesor financiero

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Hace mucho que los mercados financieros dejaron de ser un juego de suma cero. Si bien sabemos que nunca los retornos de los activos financieros han sido una distribución normal (la pérdida máxima podía ser del 100%, mientras que las ganancias, técnicamente, no tienen techo), durante años y en lo que podríamos llamar, condiciones estables, sí que se parecía a una normal. Sin embargo, con el desarrollo de un mercado de derivados cada vez más sofisticado y con un apalancamiento que está a la orden del día, ya el mercado ni siquiera parece una distribución normal: las pérdidas son pocas pero muy pronunciadas, mientras que las ganancias pueden ser muy altas pero son episodios relativamente aislados.

Con un mercado de opciones call que en la semana final de enero alcanzó un volumen transado diario de más de 38 millones de opciones, el mercado ya no responde solo a los fundamentales de cada acción, sino al impulso de todas las variables financieras involucradas. Especialmente, a las fuerzas del apalancamiento que magnifican los movimientos hacia arriba o hacia abajo de los valores financieros.

Mucho ya se ha dicho sobre la “novela” de la acción de GameStop, el foro de Reddit, los cortos de los Hedge Funds, y cómo de manera organizada se logró que una acción subiera como espuma en contra de todas las predicciones que se pudieran tener sobre la misma. Sin embargo, la locura de encontrar en un mismo episodio conceptos que para la mayoría de inversionistas no eran tan del común, como un ‘Short Squeeze’ y mucho menos un ‘Gamma Squeeze’, empezaron a ganar relevancia. Y se empezó a tener un conocimiento más profundo de cómo funciona el tema de cuando sube el precio de una opción, cómo por regulación federal un market maker de opciones tiene que permanecer “market neutral” y por ello, se magnificó el incremento del precio de una acción al tener que salir a comprar, muchos actores a manos llenas, una acción que tenía poco flotante.

Mi reflexión de estos días viene sobre lo que esto representa para un inversionista. Muchos clientes preguntaron por GameStop (creo yo de manera lógica) y muchos hasta alcanzaron a emocionarse, pensando que entrar en el pico de la euforia les garantizaba una ganancia rápida, alta y repetir la historia de aquellos que, invirtiendo 50.000U dólares, obtenían un capital de más de 10 millones.

Claramente, estas historias tan vendedoras, son totalmente aisladas y requieren de que una serie de variables funcionen al mismo tiempo: el tiempo, el apalancamiento, entre otras. Y no en pocos casos, lo que no sale a la luz pública son aquellos que invirtieron a casi 500 dólares por acción y que hoy ven (al momento de escribir esto), que el precio de la misma cae a niveles de 120…esto realmente es el común denominador para la mayoría de los inversionistas que no entienden cómo funcionaba el tema, no los que se volvieron multimillonarios (estos últimos, son la excepción).

Justo es aquí donde entra la labor de un asesor financiero y su cliente. Evitar esos momentos de euforia sin fundamento, evitar que comentan errores que pueden ser muy costosos, garantizar que sigan su plan financiero, son la labor del asesor. Son estos momentos de un mercado muy alto, donde hacer dinero parece muy fácil (y donde todo el mundo luce muy inteligente), que la labor del asesor es fundamental. Y es realmente importante explicarle al cliente todo, desde un short squeeze  hasta la importancia en estos momentos, de un manager de gestión activa…y este es el otro punto de reflexión.

Durante años hubo una fuerte tendencia a comprar activos como ETF o fondos índice, ya que detractores de la gestión activa argumentaban que un administrador no generaba valor, pero sí altos costos. La verdad es que no. Un gestor tenderá a escoger los valores dentro de la cartera que mejor perspectiva tengan de acuerdo a una filosofía de inversión de dicho manager. También tenderá a evitar valores que pueden estar sobrevalorados o cuya perspectiva no sea tan clara, lo cual es una aproximación muy diferente a la de una inversión pasiva: esta tiene que seguir al pie de la letra lo que haga el índice, con un margen de maniobra cero o casi cero.

Y siempre me parece útil contar el caso de Tesla: entró al índice S&P 500 como una de las acciones de mayor capitalización, y todos los instrumentos pasivos tuvieron que comprar acciones para seguir esa inclusión de Tesla. Sin entrar en polémicas de esta empresa, pues no es el objetivo, supongamos que Tesla mañana corrige una buena parte de la subida de precio en bolsa, lo cual impactará al índice en su totalidad. A diferencia de una estrategia pasiva (que se llevaría toda la caída), un manager activo puede maniobrar de mejor manera este tipo de desajustes.

Si bien un manager puede tener como benchmark el S&P 500, también tiene la posibilidad de desviarse del mismo de una manera importante, hacer localización de activos de una manera más eficiente entre sectores, etc, y generar valor justo cuando las cosas empiecen a complicarse (en este mismo espacio, semanas atrás, argumenté que quisiera que mi manager tuviera un Tracking Error muy grande vs el benchmark, cuando el momento llegara). Realmente, es en este momento de euforia máxima, como la que estamos viviendo, que una combinación de un buen asesor financiero con un manager que tome decisiones sobre el fondo de inversión, que son más que justificadas. Diría, ¡que son ganadoras!

No es que las inversiones pasivas estén mal, ni mucho menos. Son muy útiles para la construcción núcleo de un portafolio, pero es en la incertidumbre cuando un gestor activo, te puede dar unos réditos muy grandes.

 

Manuel Felipe García Ospina es vicepresidente Wealth Management de Skandia

 

¿Podría el Bitcoin llegar a ser una moneda?

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Hablar del Bitcoin se ha vuelto algo de casi todos los días. El tema sale en noticias, redes y con uno que otro cliente. Sin embargo, tratar el tema no es sencillo ya que es un problema con muchas aristas. Dado esto, lo que pretende este comentario no es resolver el problema de si el Bitcoin es una burbuja, si está bien valuado o no, o si es el mayor esquema Ponzi que ha visto la humanidad. No. En estas pocas hojas intentaré contestar una cuestión más fundamental, más de largo plazo: ¿podría Bitcoin llegar a ser una moneda?

Creo que responder esta pregunta es darle al problema una solución con mayor sentido, y no solo responder si va a bajar o a subir la siguiente semana. Si el Bitcoin puede llegar a ser aceptado como una moneda universal (como lo es el USD, EUR, GBP, o incluso el MXN), entonces su supervivencia está asegurada. Si la respuesta es que no llegaría nunca a ser considerado como moneda, entonces su existencia está condenada pues su mera razón de ser perdería sentido.

Dicho lo anterior, empecemos respondiendo ¿qué es el Bitcoin? ¿el Bitcoin es una “moneda digital”, es decir, no existe de manera física en el mundo real. Utiliza una tecnología nueva llamada blockchain, y su funcionamiento ha entusiasmado a más de uno bajo la promesa de revolucionar la forma en la que el dinero existe y funciona a lo largo del mundo. El funcionamiento detallado de bitcoin escapa al objetivo de este análisis, por lo que no profundizaré en él. Sin embargo, sí es importante recalcar que la sola presencia del bitcoin, y de la tecnología que lo hace funcionar, ha servido para que diversos gobiernos piensen seriamente en sacar su propia moneda digital. En este sentido, yo sí creo que, en el futuro no muy lejano, la moneda digital será la forma más común de pago alrededor del mundo. Pero ¿el Bitcoin cabe en este mundo del futuro?

Para que un objeto, tangible o intangible, sea considerado como una moneda, debe tener 3 elementos: 1) Debe servir como medio de pago o intercambio; 2) Debe tener la capacidad de guardar valor; 3) Debe ser usada como una unidad de medida. Revisemos cada una de estas características y apliquémosla al bitcoin para ver si las posee o no.

Medio de pago

El Bitcoin fue creado principalmente como un medio de pago, es decir, se utiliza como “objeto de cambio” para adquirir bienes y servicios, y a su vez, el receptor de bitcoin puede usarlo para comprar otros bienes y servicios.

De hecho, cuando se habla de bitcoin como medio de pago se resaltan ciertas características por las cuales sus usuarios le confieren un valor agregado, como por ejemplo la posibilidad de hacer transacciones anónimamente y sin que el sistema financiero intervenga.

Asimismo, muchas instituciones reconocidas, como PayPal, han incluido al bitcoin dentro de su anaquel de “monedas” para realizar pagos, por lo que pagar o recibir Bitcoin se ha vuelto aún más sencillo. De hecho, una encuesta realizada en EE.UU. por una subsidiaria de Munich Re, encontró que el 36% de los pequeños y medianos negocios aceptan algún tipo de criptomonedas como medio de pago, por lo que su uso se ha ido extendiendo.

Sin embargo, como medio de pago, el bitcoin aún está muy lejos de los grandes jugadores. Mientras la tecnología detrás de Bitcoin procesa alrededor de 5 transacciones por segundo, Visa procesa 1,700. En ese sentido, el bitcoin tiene un problema de escalabilidad enorme para poder competir seriamente con las empresas que dominan el mercado de pagos.

A pesar de lo anterior, éste es el principal argumento que los entusiastas del bitcoin usan para defenderlo como la moneda del futuro, es decir, que sirve como medio generalizado de pago. Sin embargo, este argumento por si solo no se sostiene, pues aún debe cumplir con otros requisitos, como ser capaz de guardar valor, o bien, ser considerado como una unidad de medida. Veamos, entonces, si cumple con estas características.

Guardar Valor

De nada sirve tener un objeto que nos sirva como medio de cambio si no es capaz de preservar su valor. Si hay alguna duda de que este objeto pueda mantener su valor, entonces este objeto se convierte inmediatamente en una “papa caliente”. La gente lo recibirá con cierto recelo, y buscará deshacerse de él tan pronto como sea posible.

Lo anterior me lleva a hablar de las monedas fiduciarias (o fiat money). En pocas palabras, las monedas fiduciarias son monedas que no están respaldadas por oro, o por algún otro metal “precioso”. En la actualidad, prácticamente todas las monedas son fiduciarias. El desligue respecto al oro empezó a raíz del rompimiento de los acuerdos de Bretton Woods en 1971 y el gasto excesivo de EE.UU. debido a la guerra de Vietnam. A partir de ahí, el patrón oro se deshecho y se empezó a adoptar la fluctuación libre de una moneda fiduciaria.

Entonces, ¿las monedas actuales no están respaldadas por nada? ¿Son aire caliente? Pues no. Si bien el respaldo de una moneda actual no es uno-a-uno respecto a reservas (u otras medidas), es un respaldo basado en la actividad económica interna de un país, poderío económico a nivel global, sus prospectos de crecimiento, su nivel de actividad económica global (balanza comercial), entre otros. Es por eso que predecir un tipo de cambio es muy complicado. Las variables que inciden en él son enormes, y la mayoría tienen que ver con valores fundamentales de una economía (y otras tantas con valores especulativos que imprimen la volatilidad diaria de las monedas).

Por ejemplo, en el peor momento de la crisis por la pandemia, vimos al peso llegar a niveles de $25 por USD, es decir, el mundo esperaba una ralentización económica en México (interna y externa), por lo que el peso “perdió valor”, es decir, el mundo veía (y sigue viendo) al valor del peso ligado con la actividad económica del país. Ese es el respaldo de una moneda. Si México desapareciera de la noche a la mañana, el peso perdería todo su valor, pues no habría nada que respaldara su circulación.

Entonces, ¿Qué pasa con el Bitcoin? Decir que el bitcoin no es una “moneda” fiduciaria es falso. Detrás del Bitcoin está la confianza de las personas que lo usan, ergo, depende de la fe (de ahí la palabra “fiduciaria”) de sus usuarios. Ahora bien, como “moneda” fiduciaria, ¿Qué lo respalda, además de la fe de sus usuarios? La respuesta es nada.

Se podría argumentar que las transacciones en bitcoin han crecido, y que hay una actividad económica detrás “importante” en Bitcoin. Sin embargo, toda actividad en Bitcoin termina siendo reflejada en algún país, con su propia moneda fiduciaria, por lo que el comercio en bitcoin es solo un “puente anónimo” entre el país A y el país B.

En este sentido, no hay un respaldo económico detrás del Bitcoin. No hay un país cuya moneda oficial sea Bitcoin y, por lo tanto, el respaldo económico a la criptomoneda fiduciaria es una ilusión. Esto me lleva a tocar el último tema: ¿Bitcoin es una unidad de medida?

Unidad de medida

Una moneda como unidad de medida sirve como parámetro para darle valor a las cosas. Por ejemplo, en México, un kilo de arroz cuesta $35 pesos, y cuando se plantea así no hay confusión acerca de su valor. Sin embargo, si te dicen que un kilo de arroz cuesta 0.6 kilos de frijoles, la confusión sería bastante grande. Asimismo, las empresas pagan sueldos en pesos, no en kilos de frijoles y el gobierno cobra impuestos en pesos, no en kilos de frijoles. ¿Por qué? Porque en México el peso es la unidad de medida, y no el kilo de frijoles. Esto a primera vista suena obvio, incluso tonto. Sin embargo, es de vital importancia.

Dado esto, ¿el Bitcoin es una unidad de medida? La respuesta es un contundente no. Un bien o servicio que pueda ser pagado en Bitcoin va a tener un valor fijo en USD (o pesos), y la cantidad de Bitcoins que tengas que pagar por él variará según el tipo de cambio al día. Es decir, el precio en Bitcoins es el que se ajusta y no el precio en USD (o pesos).

¿Por qué sucede esto? Porque los participantes en el mercado tienen su ingreso en monedas fiduciarias, es decir, sus ingresos, sus ahorros, etc. están en USD (o pesos), y esa es su unidad de medida. Si de repente, el Bitcoin se aprecia contra el USD, el participante del mercado preferirá usar USD para comprar bienes y servicios en lugar de Bitcoins, y sus USD serán aceptados.

Es decir, mientras una comunidad económicamente importante a nivel global no empiece a recibir ingresos, pagar impuestos, ahorrar, pensar y soñar en Bitcoin, entonces el valor de los bienes y servicios estarán ligados a una moneda fiduciaria, y no al Bitcoin, ya que no habrá actividad económica real que respalde el valor del Bitcoin; y para que esto suceda, varios gobiernos a nivel global tendrían que adoptar al Bitcoin como moneda oficial, y eso es prácticamente imposible. En ese sentido, Bitcoin no es una unidad de medida.

Mucho ojo. No confundir las criptomonedas con las monedas digitales que varios gobiernos quieren sacar. Las monedas digitales “nacionales” seguirán estando respaldadas por la actividad económica de ese país, y su valor deberá ser el mismo al valor de la moneda física.

Entonces, ¿Podría el Bitcoin llegar a ser una moneda?

Dado todo lo expuesto, la respuesta es no. Si bien realiza de manera efectiva su trabajo como medio de pago, no es un vehículo capaz de guardar valor, y no es considerado como una unidad de medida, es decir, su valor de mercado estará intrínsecamente ligado a otras monedas.

Y, dado que el Bitcoin fue diseñado para ser la “moneda del futuro”, su existencia como tal está condenada al fracaso. Quizás, más adelante, se regule su uso y permanezca como otro medio de pago disponible dentro del sistema financiero global, pero, como moneda en todo su derecho, es prácticamente imposible que sobreviva.

¿Debo o no comprar Bitcoin?

Todo lo anterior convierte al Bitcoin en un objeto de especulación. Bajará y subirá dependiendo de la voluntad de los participantes en el mercado para cambiar de manos Bitcoins, y no por su valor fundamental intrínseco.

En este sentido, es mi opinión que Bitcoin no debería ser considerado como “objeto de inversión”, sino como un “activo” meramente especulativo. Participar o no en dicho mercado dependerá de la aversión al riesgo de cada individuo y, en caso de participar, deberá hacerlo con la mayor cautela y con actitud estoica, muy al estilo de Séneca (parafraseo): la tranquilidad radica en poseer cosas con el ánimo siempre dispuesto a perderlas.

 

Por Luis Gonzali, CFA. VP/co-director de Inversiones en Franklin Templeton México

La inflación, las nuevas emisiones y las valoraciones harán que 2021 sea el año de los convertibles

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Pixabay CC0 Public Domain. La inflación, las nuevas emisiones y la valoración harán que 2021 sea el año de los convertibles

Los convertibles siguen ofreciendo buenas rentabilidades ajustadas al riesgo y habitualmente generan un rendimiento sólido en las fases iniciales de recuperación económica. En 2021, la evolución de esta clase de activo se sustentará en cinco variables:

Los convertibles son un buen complemento de la renta variable

Los convertibles pueden servir para mejorar una asignación tradicional a la renta variable por medio de la convexidad. Este tipo de activos suelen captar entre el 40%-70% de las subidas y entre el 20%-50% de los retrocesos de la renta variable, lo que le convierte en una buena fuente de diversificación, especialmente cuando el entorno del mercado es más volátil*.

La actividad de fusiones y adquisiciones contribuirá de manera positiva

Desde nuestro punto de vista, las valoraciones de los activos de riesgo son elevadas, si bien la euforia es lógica dada la normalización económica tras la fuerte recesión que experimentaron las economías mundiales en 2020. En 2021, la trayectoria está siendo positiva, lo que proporcionará un entorno favorable para los activos de riesgo. Además, es poco probable que los bancos centrales se desvíen de su postura acomodaticia. En este contexto, esperamos un aumento de la actividad de fusiones y adquisiciones, lo que es un buen augurio para esta clase de activos.

La inflación aumentará, lo que acentúa el atractivo estructural de los convertibles

Se prevé que la inflación aumente, lo que acentuará aún más la pendiente de la curva de rendimiento. Sin embargo, se trata de un reflejo de la recuperación del crecimiento y, en consecuencia, no creemos que sea el momento de aumentar la adversidad al riesgo. En este contexto, los convertibles proporcionan una protección de la duración en entornos de subida de tipos por su correlación negativa con los bonos del Estado. Sin embargo, también están posicionados para participar de las subidas del mercado de renta variable, por su correlación positiva con ésta y los bonos corporativos. Por este motivo, este año creemos que la renta variable será el principal motor de la rentabilidad de los convertibles.

Las valoraciones de los convertibles se mantienen fuertes 

Las valoraciones siguen siendo sólidas, respaldadas por la mayor volatilidad prevista en el mercado, que creemos que se mantendrá hasta mediados de 2021, impulsada por el aumento de la incidencia del coronavirus. Los convertibles se mantienen un 0,9% más baratos en relación con el valor de mercado, lo que sigue siendo inferior a los niveles máximos de hace un año, cuando los convertibles cotizaban con una prima del 0,4% respecto al valor de mercado*.

Las nuevas emisiones siguen siendo una buena fuente de oportunidades

La cantidad significativa de nuevas emisiones ha sido un gran apoyo para los convertibles: en 2020 se produjeron 138.000 millones de dólares de nuevas emisiones por medio de 269 operaciones, marcando un máximo histórico. Las nuevas emisiones nos brindan la oportunidad de acceder a nuevos valores en una amplia gama de sectores industriales para reemplazar los valores existentes que han empezado a comportarse de manera demasiado similar a los bonos soberanos o la renta variable. Esta flexibilidad es clave dado nuestro foco en mantener un perfil equilibrado y el 62% del fondo refleja las nuevas emisiones en las que participamos durante 2020 y lo que va de 2021. Las perspectivas siguen siendo favorables porque esperamos que este año las empresas aceleren sus esfuerzos de captación de capital para posicionarse ante la pandemia y planificar el crecimiento futuro**.

Nuestro fondo, Mirabaud Sustainable Convertibles Global, está posicionado en el segmento de convertibles que captura la mayor convexidad, con un 80% en bonos con perfiles equilibrados, un 17% en perfiles de bonos que se asemejan más a la renta fija y un 3% en perfiles que se asemejan más a la renta variable**.

Además de los factores de sustento mencionados, nos centramos en seis enfoques clave:

Un claro enfoque en la sostenibilidad: a lo largo del último año, el equipo de inversión en convertibles ha mantenido contactos con más de 30 compañías en relación a los criterios ESG. Dos tercios de los valores del fondo se sitúan en la primera mitad de nuestro universo en factores ESG, de acuerdo con nuestra metodología interna.

Menor sensibilidad a la renta variable: nuestra estrategia es menos similar a la de la renta variable, ya que hemos reducido la sensibilidad al 50%, en comparación con el 58% del índice de referencia (Refinitiv Global Focus CB Hedged US)***. Dada la posibilidad de volatilidad en los próximos meses, derivada de los posibles problemas con la distribución de las vacunas y las tasas de infección de Covid-19, es probable que se produzca un retroceso en los mercados de renta variable en algún momento, especialmente teniendo en cuenta que en algunos sectores que están las valoraciones están tirando en exceso por lo alto. Sin embargo, mantenemos la tranquilidad ante esta posibilidad, ya que también proporcionará diversas oportunidades de compra. El avance de los programas de vacunación desbloqueará sectores como el de servicios, que se verá favorecido por el aumento de las tasas de ahorro durante la pandemia. Por todo ello, cualquier corrección del mercado proporcionará un buen punto de reentrada para aumentar la sensibilidad a la renta variable.

Composición de la Renta Fija: esperamos que los activos de menor duración y mayor yield superen a los de calidad y larga duración en 2021. Además, las tasas de impago siguen siendo bajas para los convertibles. Por ejemplo, los convertibles estadounidenses experimentaron una tasa de impago del 2,2% en 2020, tres veces menos que el 6,5% registrado en el mercado de high yield*. La estrategia tiene una duración actual de 3,8 años, con una calificación crediticia equivalente a la de S&P BB+, con una cartera compuesta por un 42% en investment grade y un 48% en high yield**.

Hemos ampliado la diversidad regional: las medidas de estímulo sin precedentes de los bancos centrales conducirán a un dólar estadounidense más débil, que históricamente ha proporcionado fuertes vientos de cola a las empresas extranjeras. En consecuencia, hemos aumentado las asignaciones a Japón y Asia y Japón, con una posición sobreponderada del 8% y el 7%, respectivamente. Por el contrario, el fondo está infraponderado un 6% en EE.UU. y tiene una posición infraponderada del 9% en Europa.

Diversificación del sector: sigue habiendo un importante desequilibrio sectorial en el índice de referencia del Fondo, ya que la tecnología, la sanidad y el consumo discrecional representan alrededor del 56% del total de los activos de referencia. Esto significa que la selección sigue siendo clave. El impacto de las nuevas variantes del virus ha retrasado las operaciones procíclicas que estaban en marcha. Nuestra preferencia se desplaza de nuevo hacia los refugios seguros de COVID-19 hasta que el despliegue de la vacuna comience a tener un impacto tangible.

Enfoque en la pequeña y mediana capitalización: el fondo tiene una ponderación del 62% en empresas de pequeña y mediana capitalización con una capitalización de mercado inferior a $5bn, frente a una posición del 6% en el índice de referencia en la misma clase de activos. Esto refleja el elevado coeficiente de participación activa y la alta exposición del Fondo fuera del índice de referencia, del 67%***. 

Dado que esperamos más retos y oportunidades en los próximos meses, los convertibles deberían ser un activo ideal para los inversores que buscan un perfil de riesgo-rendimiento en un punto medio entre la renta fija y variable.

Mirabaud AM - convertibles

Tribuna de Nicolas Crémieux, gerente principal de Mirabaud Sustainable Convertibles Global

 

Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Para más información sobre rentabilidades históricas y riesgos asociados a este Subfondo, consulte la Sección la web www.mirabaud.com/es.

*Fuente: Mirabaud Asset Management

**Fuente: Mirabaud Asset Management, 31 December 2020.

***31 December 2020. The benchmark for the Sustainable Convertibles Global Strategy is Refinitiv Global Focus CB Hedged US. The benchmark is shown for comparison purposes only.

Voto por la acción climática

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voto por la accion climatica BMO
Pixabay CC0 Public Domain. voto por la accion climatica BMO

A falta de 12 meses para que se celebren las cruciales negociaciones contra el cambio climático en la COP26 (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), está cobrando fuerza la ambición de limitar el aumento de la temperatura mundial en no más de 1,5 °C. Lograr este objetivo implicaría alcanzar a nivel global unos niveles netos de emisiones de gases de efecto invernadero antes del año 2050, así como a una reducción del 50% de las emisiones para 2030.

La necesidad de actuar de manera urgente

En BMO Global Asset Management, como parte de nuestra iniciativa Net Zero Asset Managers, nos hemos comprometido a alcanzar las emisiones cero en nuestras inversiones antes del 2050

En esta línea de acción, estamos trabajando con otros inversores con el objetivo de instar a empresas a alinear sus decisiones con metas climáticas. Sin embargo, el simple diálogo no es suficiente, más aún cuando algunas empresas no cumplen ni siquiera con requisitos básicos o se resisten a adoptar compromisos más ambiciosos.

Apoyar la acción climática mediante proxy voting

Consideramos que la movilización de nuestro poder de voto es esencial para una gestión climática eficiente. Hemos desarrollado una política de voto destinada a promover la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono. Es importante destacar que nuestra política de voto no se limita a las decisiones tomadas por accionistas en torno al clima, sino que también comprende aquellas decisiones de carácter organizativo.

En las rondas de votación de 2020, pusimos en marcha un proceso enfocado a identificar las empresas participadas que se han quedado atrás en su gestión de riesgos climáticos. En aquellas entidades donde encontramos un comportamiento rezagado respecto al clima, votamos en contra de ciertas resoluciones empresariales, tales como la reelección de directores.

Esperamos que nuestro sistema evolucione a medida que las buenas prácticas emergentes en materia de clima sean reconocidas y adoptadas en distintos mercados. Dicha evolución comprenderá el establecimiento de expectativas más estrictas para un mayor número de empresas y sectores.

Votar contra los rezagados

En el año 2020, nos propusimos enviar una señal clara a nuestras empresas participadas en seis sectores clave: la inacción ante el cambio climático no es una opción. Los seis sectores afectados son los siguientes:

  • petróleo y gas,
  • minería y metales,
  • materiales,
  • servicios eléctricos,
  • transporte y automóviles,
  • instituciones financieras.

En el momento de redactar este informe, hemos mostrado nuestra preocupación por medio de 61 propuestas administrativas lanzadas en 58 reuniones empresariales. En estas reuniones nuestro voto osciló entre la oposición, la abstención o el apoyo bajo condiciones específicas de cara a la votación del año siguiente. La dinámica de votación reveló que ciertas empresas no estaban a la altura de nuestras expectativas en mayor o menor grado.

Hablemos de riesgo

El valor de las inversiones y los ingresos derivados de ellas pueden subir y bajar de igual manera, por lo que podría darse el caso de que los inversores no recuperasen la cantidad original invertida.

Los puntos de vista y las opiniones reflejadas en esta columna pertenecen a BMO Global Asset Managment y, como tales, no deben entenderse de manera expresa como recomendaciones o solicitudes de compra o venta de empresas que puedan ser mencionadas.

La información, opiniones, estimaciones y previsiones descritas en esta columna proceden de fuentes consideradas fiables, pudiendo cambiar en cualquier momento.

Tribuna de Vicki Bakhshi, directora de inversión responsable; Kalina Lazarova, directora de inversión responsable; y Derek IP, analista y asociado sénior de inversión responsable en BMO Global Asset Management

Para conocer más sobre BMO Global Asset Management, puede visitar su LinkedIn en este enlace.

Sostenibilidad frente a criterios ESG: evitar la burbuja «verde»

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Louis Larere

Si bien los participantes del mercado reconocen cada vez más la importancia del análisis no financiero para entender el funcionamiento de las empresas e invertir en ellas, sigue habiendo confusión con respecto a la nueva terminología. Mientras esperamos un marco claro que quedará definido en el Reglamento sobre taxonomía de la UE relativo al etiquetado de los productos financieros sostenibles —que adquirirá carácter de ley a finales de 2021—, creemos que es importante ser conscientes de las limitaciones de las calificaciones y de la conveniencia de evitar los títulos «verdes» que presentan valoraciones caras en la actualidad.

Nuestro principal objetivo es diferenciar la integración de los criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (en inglés, ESG) de la inversión sostenible.

Resulta importante entender cómo se atribuyen las calificaciones ESG. Si bien los parámetros relativos al aspecto del buen gobierno (derecho de voto, independencia del Consejo, número de mujeres en puestos directivos, etc.) se pueden comparar fácilmente entre los distintos sectores, no ocurre lo mismo con los parámetros medioambientales y sociales. Resulta difícil comparar el desempeño social o medioambiental de un fabricante de automóviles con amplias necesidades de activos y mano de obra, con el de una empresa de diseño de programas informáticos. Por ello, es comprensible que los proveedores de calificaciones ESG únicamente realicen comparaciones y clasificaciones de empresas dentro de sectores específicos. Las agencias de calificación otorgan a cada parámetro un peso diferente dependiendo del sector. Este razonamiento es sencillo de aplicar en sectores claramente definidos como el de los proveedores de automóviles, pero no lo es tanto en el caso de las sociedades de cartera diversificadas que cuentan con negocios de diversos sectores.

Los dos inconvenientes de las calificaciones

Estamos convencidos de que efectuar las debidas comprobaciones en materia de criterios ESG conduce a una mejor comprensión de los riesgos y oportunidades, pero nos mostramos reticentes a la hora de tener en cuenta exclusivamente las calificaciones por dos razones.

En primer lugar, los proveedores de calificaciones ESG tienden a mostrar discrepancias. Les cuesta mucho más ponerse de acuerdo sobre normas específicas relacionadas con las emisiones de CO2 y las horas de formación de los empleados, por ejemplo, de lo que les cuesta a sus homólogos, las agencias de calificación crediticia, fijar normas concretas relacionadas con el apalancamiento y la liquidez. En consecuencia, las calificaciones de las compañías de análisis de criterios ESG para una misma empresa muestran una escasa correlación, de tan solo un 61 % (la horquilla oscila entre el 40 % y el 70 %), según un reciente estudio de la Sloan Business School del MIT. A modo de contexto, el número equiparable relativo a las calificaciones crediticias arroja un 99 %. En su explicación sobre esta discrepancia, el estudio afirma lo siguiente: «El 53 % de esta discrepancia proviene de que las agencias de calificación miden las mismas categorías de manera diferente, y el 47 % de la discrepancia proviene de la agregación de datos comunes utilizando diferentes normas».

En segundo lugar, consideramos que el enfoque basado en el grupo de homólogos que aplican los proveedores de calificaciones ESG es engañoso. Realizar comparaciones únicamente en un sector específico puede enmascarar las repercusiones que una compañía tiene en el mundo. Por ejemplo, MSCI ESG Rating otorga calificaciones de AAA, AA y A, respectivamente, al productor de petróleo Galp Energia, al fabricante de armamento BAE Systems y al operador de apuestas William Hill. Sin embargo, MSCI brinda al conglomerado sanitario Fresenius una calificación de tan solo BBB, situándolo en la mitad inferior del sector sanitario debido a un caso de corrupción y a un deficiente historial de gestión del personal. No obstante, cabe recordar que Fresenius es un negocio totalmente alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, según Vigeo Eiris, otra agencia de calificación según criterios ESG.

Parece bastante claro que la verdadera sostenibilidad y la obtención de elevadas calificaciones ESG son dos cosas muy diferentes. Una empresa puede ser un mal ciudadano corporativo en un sector sostenible y viceversa.

Buscar mejoras en el plano de la sostenibilidad

En Zadig, describimos nuestra filosofía de ISR como «sostenibilidad a un precio razonable». La palabra «sostenibilidad» es importante, ya que nuestro objetivo principal es invertir en empresas que o bien están abordando de manera significativa temáticas de sostenibilidad (salud, eficiencia energética, economía circular, educación, etc.) o bien están en fase de transición para ser empresas más sostenibles. Aunque nos gustan los «líderes verdes» de hoy día, creemos que los inversores deben desempeñar un papel a la hora de fomentar que las empresas sean más sostenibles.

De hecho, creemos que las empresas que progresan en el ámbito de la sostenibilidad ofrecen las oportunidades más interesantes, tanto en términos de repercusión en la sociedad como de rentabilidad para los inversores. Un buen ejemplo de ello es Stora Enso, el proveedor finlandés de soluciones renovables en el segmento de papel y embalaje. Hace solo 15 años, solía obtener más del 70 % de sus beneficios de la fabricación de papel, un negocio que está lejos de ser sostenible. Hoy día, la mitad del valor de la empresa se deriva de sus bosques, que absorben alrededor de tres millones de toneladas de CO2 al año, un número que está creciendo en paralelo al tamaño de los bosques. Estimamos que la anticuada producción de papel representará tan sólo el 10 % de los beneficios de la empresa a partir de 2021, a medida que cierra fábricas o las utiliza para otros fines.

Esta filosofía no significa que el análisis de criterios ESG no sea fundamental en nuestro proceso. Todo lo contrario: el análisis ESG es una parte integral del proceso de selección de títulos de todos los fondos de Zadig. Establecemos un horizonte a dos o tres años vista para las compañías que efectúan mejoras drásticas. De este modo, diferenciamos nuestras carteras de las de nuestros competidores y evitamos los peligros de una «burbuja verde».

Tribuna de Louis Larere, gestor de carteras de ISR en Zadig Asset Management (socio de iM Global Partner desde enero de 2020).

 

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Sólo para fines de debate: la información y los datos contenidos en el presente documento no constituyen en modo alguno una oferta o recomendación o asesoramiento para la compra o venta de instrumentos financieros.

 

Las principales tendencias para 2021, el año en el que la economía global superará el COVID-19

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Pixabay CC0 Public Domain. El papel clave de los ETFs en una cartera: diversifican, descorrelacionan y otorgan liquidez y transparencia

El análisis de Mirabaud Asset Management destaca las previsiones cautelosamente optimistas de la economía global para 2021. Si bien asistiremos a un crecimiento dispar con unas tasas de desempleo todavía altas en muchos países, se prevé un crecimiento del 5% de la actividad económica mundial.

En este escenario, juegan un papel fundamental los bancos centrales que, gracias a la intervención política, representan hoy el 29% del PIB mundial, acercándose a los 13 billones de dólares.

Desde nuestro punto de vista, hay tres factores clave en los que basamos nuestras perspectivas para este año: la llegada de la vacuna contra el COVID-19, la resolución del Brexit y el cambio de presidencia en Estados Unidos.

Análisis macro de Mirabaud AM

A nivel mundial, esperamos una recuperación cíclica, con un mayor impulso económico desde Estados Unidos, la recuperación de Europa tras su actual bloqueo, y un crecimiento de Asia que seguirá siendo sólido.

En cuanto a la renta variable global, cabe destacar el comportamiento de las acciones asiáticas. Esta región, exceptuando a la India, seguirá recuperándose con fuerza, especialmente durante el primer semestre del año. Asimismo, es previsible que se suavicen las tensiones con el nuevo gobierno de Estados Unidos. Las economías asiáticas se han visto menos sacudidas por la pandemia, al recuperarse antes. Por ello, su consumo se ha revitalizado antes y el aumento de la demanda global ha beneficiado a su economía.

Por otro lado, en Europa también prevemos una recuperación cíclica -con una fuerte demanda de productos europeos por parte de Asia- y un claro sesgo positivo hacia las pequeñas y medianas empresas, tanto en la zona euro como en Suiza. Para nuestros expertos, estas empresas son las que más se beneficiarán del repunte del ciclo económica, así como de los nuevos estímulos que se están produciendo y que se aplicarán en la zona euro. En este sentido, destacamos las buenas perspectivas de las pequeñas empresas, muchas de las cuales -a pesar de la pandemia- han mejorado la eficiencia, reducido los costes, acelerado los procesos de reestructuración y mejorado sus balances.

Con respecto a los mercados de renta fija, mantenemos una posición de cautela. El gasto fiscal impulsará las expectativas de inflación en 2021, lo que también podría empujar a los bancos centrales a ser menos acomodaticios. El crédito seguirá ofreciendo un exceso de rentabilidad frente a los bonos soberanos, con un carry positivo y unos diferenciales aún bajos. También asignamos parte de la cartera a la deuda emergente de corta duración y a los bonos de alto rendimiento. En cuanto a divisas, nuestros expertos destacan la alta probabilidad de que el dólar estadounidense siga siendo débil.

En relación a España, esperamos que la economía se recupere con fuerza, sobre todo a partir de la desaparición de las medidas de distanciamiento social y la llegada del turismo. Este sector, que representa alrededor del 15% de la actividad económica total, se beneficiará de la recuperación. Además, los últimos indicadores sugieren que la actividad en el sector industrial sigue la tendencia de recuperación mundial, mientras que el de servicios parece más protegido con las actuales medidas de confinamiento.

La asignación sectorial y temática continuará siendo clave

La llegada de la vacuna permitirá la reapertura de las economías del mundo, en particular para los sectores fuertemente afectados por la crisis como, por ejemplo, hoteles, restaurantes, ocio y transporte. Asimismo, se espera que el crecimiento económico y de las ganancias sea fuerte para el próximo año y que apoye a los mercados de valores.

Este entorno de crecimiento y de depreciación del dólar estadounidense beneficiará a los mercados emergentes, que podrían recuperarse a nivel mundial. Por otra parte, las acciones cíclicas deberían tener un mejor rendimiento que las acciones defensivas. 

En cuanto a la asignación por sectores, nuestra recomendación son los sectores industriales y de infraestructuras, que consideramos que se beneficiarán del estímulo fiscal. Somos positivos en cuanto a la tecnología mundial y vemos a muchas grandes empresas tecnológicas como claras ganadoras de la crisis COVID-19, especialmente a las centradas en digitalización y tecnología en la nube.

También somos positivos en cuanto a las pequeñas y medianas empresas en Europa y Estados Unidos. Su mayor sensibilidad al ciclo les permitirá superar a las empresas de gran capitalización.

En cuanto a la asignación temática, somos muy optimistas con el tema cambio climático, y en especial con el subtema energías renovables. El ecommerce, la tecnología disruptiva y el envejecimiento de la población también son otros temas que muestran un gran potencial de crecimiento.

Tribuna de Gero Jung, economista jefe de Mirabaud

La ventaja de contar con un equipo local en Asia, de la mano de Nordea

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de S. Hermann & F. Richter. Aberdeen Standard Investments

Los países asiáticos están emergiendo de la situación de COVID-19 mucho más en forma, económica y socialmente, que otras partes del mundo. Esto le da a la región una ventaja para crecer, encabezada por China. Se espera que la región se recupere más rápido y crezca más rápido que el resto del mundo.

Con una mayor demanda interna, particularmente en China, los países asiáticos han aumentado el comercio entre sí, percibiéndose una fuerte demanda de productos tecnológicos de Taiwán y Corea del Sur, lo que ayuda a la economía de estos países cuya mayor fortaleza es la exportación.

Uno de los fondos de inversión de la categoría VDOS de renta variable internacional Asia ex-Japón que mejor comportamiento tuvo durante 2020, tanto por rentabilidad como por volatilidad es Nordea 1-Asia ex Japan equity fund, revalorizándose un 21,42% en su clase BP en euros.

Tiene como objetivo preservar capital y generar una rentabilidad adecuada a largo plazo, invirtiendo principalmente en acciones de Asia. Se gestiona siguiendo el International Focus Equities Concept, un proceso de inversión centrado en el análisis profundo de los fundamentales de las empresas a la hora de seleccionar valores. Es un proceso inversor que busca identificar empresas con valoraciones atractivas y fundamentales sólidos, que estén infravaloradas  con respecto a su potencial de generación de flujos de caja.

La gestora principal de la cartera del fondo es Kenglin Tan, CFA, directora general y gestora senior del equipo de renta variable. Con sede en Hong Kong, ella es la principal responsable de analizar y seleccionar acciones para las carteras de Asia ex-Japón, Asia Pacífico y ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático). También trabaja en estrecha colaboración con otros gestores de cartera que cubren los mercados de la región del norte de Asia.

Kenglin tiene experiencia en análisis de acciones que cotizan en las bolsas de Hong Kong, Taiwán, la región de la ASEAN y Australia. Antes de incorporarse a Manulife Investment Management trabajó para JS Cresvale International (Hong Kong) y Pheim Asset Management. Kenglin tiene una licenciatura en Administración de Empresas con especialización en finanzas, por la Universidad de Putra, en Malasia, y cuenta con la certificación CFA.

La estrategia de gestión del fondo se basa en un enfoque fundamental de inversión para la selección de acciones. El proceso de inversión está diseñado para producir valor añadido, al permitir que el equipo gestor del fondo acceda a análisis e ideas de inversión procedentes del proceso central de análisis de la gestora. Los amplios recursos locales de la empresa en toda Asia y la habilidad para seleccionar de forma ascendente, de abajo hacia arriba, son fundamentales para capturar plenamente estas oportunidades de inversión.

La gestora principal de la cartera implementa la estrategia dentro de sus limitaciones y directrices. Los especialistas por país y sector se concentran en el análisis y la identificación de empresas adecuadas para el universo de la estrategia, mediante la consideración de diferentes criterios de selección y valoraciones de mercado. Todas las asignaciones por valor, sector y país son responsabilidad de la gestora principal de la cartera. El dinámico proceso de toma de decisiones del equipo incluye una revisión constante de las novedades macro y micro, correspondiendo las acciones seleccionadas para su inclusión en la estrategia a las ideas de mayor convicción, resultantes de este extenso proceso de investigación.

La cartera resultante incluye entre sus mayores posiciones acciones de Samsung Electronics (8,89%), Taiwan Semiconductor Manufacturing (8,64%), Alibaba Group Holding (7,79%), Tencent Holdings (7,68%) y Ping An insurance Group Co of China (3,12%). Por sector, tecnología de la Información (9,46%), consumo básico (2,51%), industrial (1,22%) y servicios de comunicación (0,62%) representan los mayores pesos, mientras que, por país, las mayores ponderaciones corresponden a Corea (2,55%), Taiwán (2,35%), Vietnam (1,20%), Indonesia (0,55%) y Singapur (0,12%).

La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2017, 2019 y 2020. A tres años, su dato de volatilidad es del 19,73%, reduciéndose hasta 17,41% a un año, lo que lo posiciona entre los mejores de su categoría por volatilidad en este último periodo, en el quintil cinco. También a un año, su Sharpe es de 1,36 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 8,86 %. Aplica a sus partícipes una comisión fija del 1,50 %. 

Durante el inicio del brote de COVID-19 las economías de Asia ex-Japón lograron evitar una grave conmoción del sistema gracias a la rápida respuesta fiscal de los gobiernos. De cara al futuro, el consenso estima que las economías de Asia ex-Japón crecerán a un ritmo del 5,5% en 2021. El crecimiento en China e India se estima que sea de entre el 8% y el 9%, superando al de otros países de la región. Si bien la cifra de crecimiento absoluto parece alta, es necesario señalar que se compara con una base anormalmente baja en 2020.

En general, el equipo gestor espera que la recuperación económica en la región sea gradual y desigual. El estrés económico de 2020 puede hacer notar sus repercusiones durante 2021, por lo que esperan ver un deterioro de la calidad de los activos de crédito a lo largo del año, particularmente en sectores con una debilidad prolongada en los ingresos. Dada la dispersión de las estimaciones de consenso para el crecimiento del PIB en toda la región de Asia, el equipo gestor se centrará en las tendencias estructurales clave que ganen interés en 2021, en lugar de ser excesivamente optimistas sobre una rápida recuperación.

Entre estas tendencias señalan: 1) la amplia adopción de la tecnología 5G, 2) el cambio climático y el desarrollo sostenible, 3) deslocalización de la producción y reubicación de nuevas fábricas en la región, 4) la automatización de la fabricación y 5) la digitalización de la economía del Sudeste asiático.

 

Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS