Seis factores que explican por qué el aumento de la liquidez no conlleva un aumento del PIB en Estados Unidos

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Pixabay CC0 Public DomainBenjamin Davies. Benjamin Davies

Pese a que la pandemia mundial sigue haciendo estragos, los economistas prevén que la economía estadounidense registre un fuerte crecimiento en 2021: muchos pronósticos se sitúan por encima del 6%. En un contexto de estímulos monetarios y fiscales y un año de demanda latente, ese resultado es posible, pero creemos que peca de optimista. Las expectativas alentadoras del mercado son comprensibles, pero, si bien pensamos que habrá un rebote, creemos que no será tan robusto como esperan algunos. Aunque habrá un fuerte crecimiento, hay una serie de factores, en nuestra opinión, que podrían limitar la actividad económica este año.

Los niveles de liquidez sin precedentes respaldarán sin duda la economía en cuanto los efectos de la pandemia empiecen a disiparse. Los ahorros acumulados por precaución por hogares y empresas podrán gastarse en cuanto el virus haya quedado atrás. Las compras de activos de la Reserva Federal estadounidense por 120.000 millones de dólares al mes han respaldado especialmente los mercados de activos de riesgo. Y los continuos estímulos fiscales han ayudado a colmar la brecha provocada por las medidas negativas para la economía adoptadas para contener la propagación del COVID-19.

Veamos cómo una parte del gasto público masivo podría «fugarse» del sistema, lo que se traduciría en un multiplicador fiscal más bajo. Efectivamente, en su análisis de la ley CARES por 2,3 billones de dólares, la Oficina de Presupuesto del Congreso estima que, por cada dólar que añade la ley al déficit fiscal estadounidense, el producto interior bruto solamente crece en 0,58 dólares. Aunque este tipo de estimaciones pueden resultar bastante erróneas, el caso es que una parte importante de la liquidez no se traerá consigo un incremento del PIB.

¿Dónde se producen las fugas?

  1. Los ahorros se están disparando: después de la crisis financiera mundial, la tasa de ahorro privado subió considerablemente al aumentar la aversión al riesgo de los hogares: de en torno a un 2% de la renta disponible de los consumidores antes de la crisis a más de un 8% en primavera de 2009. La pandemia, junto con los pagos masivos de transferencias públicas (y pocas oportunidades de gastar debido a la distancia social), hicieron que la tasa de ahorro privado se disparara por encima del 33% en abril de 2020, para luego estabilizarse en torno al 13%. (Hay que tener en cuenta que este nivel podría volver a aumentar, puesto que hay otra ronda de cheques de ayudas que aún está incidiendo en la economía, y pronto podría haber otra de más envergadura). El gobierno está colmando una brecha en las rentas de las personas, aunque si parte de esos ingresos acaba en forma de ahorros a largo plazo, no generará la actividad económica deseada. En vez de crear un estímulo, las ayudas funcionan más bien como un parche y como una manera de sanear los balances de los hogares a medio plazo. Esto no es malo, pero no impulsa necesariamente la economía a corto plazo.
  2. Las importaciones están repuntando: la pandemia ha provocado un incremento de las importaciones hacia Estados Unidos al no conseguir los productores nacionales satisfacer la demanda, puesto que muchos productos relacionados con el teletrabajo se fabrican en el extranjero. Una subida del déficit comercial menoscaba directamente el PIB estadounidense.
  3. Los impuestos podrían subir: en compases posteriores de este año, seguramente después de que se haya aprobado otro paquete de ayuda, el gobierno de Biden podría proponer revertir algunas partes de la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017. Las declaraciones del gobierno en materia tributaria han cambiado últimamente, si bien toda subida de impuestos significativa compensaría parcialmente los estímulos fiscales en otras áreas.
  4. La inflación debería repuntar: aunque no prevemos que, en próximas fechas, la inflación suba de manera duradera por encima del objetivo de la Fed, aún podría situarse algo por encima de la tasa anterior a la pandemia en 2019. Incluso una pequeña alza del ritmo de inflación catapultaría al alza el deflactor del PIB, lo que podría incidir en el PIB real y reducir a la vez la visibilidad de las inversiones empresariales.
  5. Será difícil evitar secuelas: aunque los programas de los gobiernos han ayudado a muchas empresas y hogares a evitar de momento quiebras, ejecuciones hipotecarias y desahucios, en algún momento estas políticas terminarán. Cuando esto suceda, no sería de extrañar que se observara cierto desapalancamiento de los hogares, las empresas y, en última instancia, los bancos, lo que provocaría secuelas en la economía, aunque prevemos que estas serían menos graves que después de la crisis financiera mundial. Por lo tanto, a corto plazo, dadas las restricciones de la capacidad y el menor potencial de crecimiento asociado a estas secuelas, podría resultar mucho más difícil alcanzar un crecimiento del 6% o superior.
  6. Las subidas de tipos supondrán un lastre: los tipos de interés han ido repuntando en los últimos meses y, si la tendencia continúa, los instintos animales tanto de los productores como de los consumidores seguramente se enfriarán.

Hay una enorme cantidad de liquidez en el sistema y, en nuestra opinión, es probable que una parte termine donde no hace falta. Creemos que lo que está pasando puede compararse con tratar de verter un gran cubo de agua por un embudo: si no se tiene cuidado, una parte se derramará.

Hay que cuestionar la sostenibilidad, con independencia de la fortaleza de la economía

Lo bien que se comporte la economía estadounidense en 2021 es importante, pero, dados los excesos que estamos viendo en los mercados, seguramente importa menos de lo que debería. Lo que sí importa es la capacidad del mercado para desafiar aparentemente la gravedad gracias a que las autoridades han distorsionado el superpoder del capitalismo: la asignación eficiente de unos recursos escasos.

El capitalismo requiere un umbral de rentabilidad, una referencia con respecto a la cual los inversores puedan evaluar una oportunidad, establecer con qué precio participarán y luego asignar su capital. Durante siglos, los proyectos más arriesgados han exigido un umbral de rentabilidad más alto y, por consiguiente, han recibido menos capital.

Pero todo esto cambió en marzo, cuando la Fed volvió a eliminar efectivamente el umbral de rentabilidad. Como sucedió después de la crisis financiera mundial, fue como si la gravedad perdiera su fuerza y los activos de riesgo dejaran de pesar, flotando de una punta de la estación espacial a la otra. Algunos ejemplos recientes y extremos de este fenómeno han sido cierto número de acciones proclamadas en foros de Internet cuyo precio se multiplicó por varias veces en pocos días, para volver a retroceder un 50% en un abrir y cerrar de ojos. Las autoridades tendrán que tomar medidas al final, restableciendo las fuerzas de la «gravedad» y, cuando lo hagan, seguramente cogerán a muchos inversores desprevenidos.

No vayan detrás de las pantallas informativas de la bolsa. En tiempos como estos, hace falta centrarse. Hay que concentrarse en unas pocas empresas, las que no tengan unos balances castigados y las que presenten unas propuestas de valor sólidas y que saldrán reforzadas de la pandemia en un entorno con menos competidores. Cuando la gravedad se restablezca, creemos que las carteras discrecionales con este tipo de empresas sobrevivirán mejor que la mayoría.

 

 

Columna de Robert M. Almeida, gestor de carteras y estratega de inversión mundial, y Erik S. Weismann, economista jefe en MFS Investment Management.

 

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América Latina: la revolución (no tan) silenciosa

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Pixabay CC0 Public Domain. América Latina: La revolución (no tan) silenciosa

En tiempos de incertidumbre electoral y vaivenes políticos en la mayor parte de la región, es bueno reflexionar sobre algunas tendencias que han venido desfilando inadvertidamente frente a nuestros ojos.

América Latina es conocida por su estrecha conexión con el mundo de los commodities: desde el petróleo y los minerales hasta la soja. Tradicionalmente las acciones que representaban a estos mercados eran por tanto mineras, petroleras y, en menor medida, financieras. No obstante, en los últimos 15 años han ocurrido cambios no menores.

La primera ola se produjo en Brasil, con el surgimiento del Nuovo Mercado y el incremento de las acciones expuestas al mercado doméstico. Como resultado, el índice MSCI de América Latina pasó de estar compuesto por una mitad en acciones de commodites y la otra en acciones domésticas, a un 27% en commodities, 68% doméstico, y un 5% vinculado con tecnología.

No obstante, estas cifras esconden una revolución vinculada con los sectores de la nueva economía. Ya sea por el tamaño de las empresas o por su decisión de listar en bolsas del mercado desarrollado donde hay más visibilidad al sector tecnológico, el índice MSCI no recoge su mayoría. Por tanto, cuando las consideramos dentro del universo de empresas con exposición a la región, el cambio frente al índice es impactante: mientras que el 58% de empresas se encuentra en el sector doméstico, el sector tecnológico ya se encuentra por encima del de commodities (22% vs 20%).

¿Qué efecto ha tenido la pandemia en esta tendencia? La ha acelerado. Se estima que el COVID 19 adelantó dos años la penetración del e-commerce, hoy equivalente al 8% de las ventas con una proyección de ser el 13% hacia el 2025.

Mercado Libre ilustra el punto. El “Amazon Latinoamericano” nació en Argentina en 1999, cotiza en el Nasdaq, y es la empresa latinoamericana con mayor capitalización bursátil, eclipsando a los grandes conglomerados financieros y las grandes empresas de commodities de la región. A pesar de su importancia, no es parte del índice MSCI y, por lo tanto, los ETFs y fondos pasivos que siguen este índice no tiene exposición a esta empresa.

¿Y qué pasa en los países más pequeños de la región? En el mundo de capital de riesgo ya encontramos algunas empresas andinas financiadas por los fondos más reputados en la industria internacional, como Rappi, y Cornershop (asociada con Uber). Y hay otras que, habiendo nacido en Brasil, su aspiración es convertirse, tal como Mercado Libre, en una plataforma regional, como Nubank, un banco digital que ya tiene presencia en Colombia y México. Su última valoración privada, 25.000 millones de dólares, equivale a más de dos veces la de los conglomerados financieros más grandes de la región andina.

Si las historias de Estados Unidos y China sirven de alguna guía, esta revolución tecnológica será cada vez más importante. Estas industrias están expuestas a menores requerimientos de capital físico, retornos crecientes a escala y efectos de red. Esto implica que las tasas de crecimiento pueden mantenerse altas por más tiempo y los competidores tienen un trabajo más difícil para cerrar la brecha. Por ello, en Credicorp Capital Asset Management esperamos que esta tendencia se acentúe hacia el 2025, cuando el sector de la nueva economía representará el 32% del universo mientras que el de commodities se habrá reducido al 12%.

Esta tendencia secular sugiere un escenario de mediano plazo prometedor para quien esté expuesto a acciones de la región. Esta ruta no será lineal y la región estará siempre sujeta a volatilidad. No obstante, la hace suficientemente atractiva para considerarla estructuralmente dentro de un portafolio diversificado que busque un crecimiento de su valor en el mediano plazo.

 

Orden en Estados Unidos, desorden en la UE

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Pixabay CC0 Public Domain. dpam

El primer semestre de 2021 pinta mal para el crecimiento de la UE, debido a las nuevas medidas de confinamiento. Se han registrado brotes de la tercera ola en las mayores economías de la eurozona, es decir Italia, Alemania y Francia, junto a la preocupante evolución en los países de Europa del Este.

Una situación que hace enarcar las cejas a más de uno. La debacle en el proceso de vacunación está siendo devastadora para la credibilidad de la Comisión Europea (CE). La puesta en duda de la capacidad del BCE para evitar el endurecimiento de las condiciones financieras resulta embarazosa.

¿Cuáles son las proyecciones del BCE de marzo de 2021? Se espera que el índice de precios de consumo armonizado se acerque al 1,5% en 2021 (desde el 0,3% en 2020), como resultado de efectos de base y temporales. El organismo considera que sólo «una pequeña parte de la mayor inflación tendrá un impacto más persistente».

Los expertos del BCE esperan una inflación del 1,2% en 2022 y del 1,4% en 2023. Las proyecciones para 2023 son las mismas que hicieron el pasado diciembre, por lo que los cálculos no tienen en cuenta el paquete fiscal recientemente aprobado en Estados Unidos… y elaboran un escenario moderado y otro severo.

En el marco del primer escenario leve nos vacunan a todos antes del verano y el crecimiento real repunta hasta el 6,4% en 2021. Alcanzamos los niveles de producción anteriores a la crisis en otoño de este año y la inflación termina en 2023 en un 1,7%. Estas proyecciones van sin embargo a la par que el progreso de la vacunación: son absurdas.

El escenario más negativo parte de una pandemia persistente y de una eficacia reducida de las vacunas, lo que empuja a los gobiernos a mantener las medidas de confinamiento hasta mediados de 2023. Como consecuencia, el crecimiento del PIB real sería del 2% para 2021 y no alcanzaríamos los niveles de producción anteriores a la crisis dentro de su horizonte de proyección.

La inflación se situaría en el 1,1% en 2023. El peor escenario afectaría por tanto mucho al crecimiento, pero menos a la inflación. El BCE tendría que esperar para ver cumplidas sus previsiones y el chivo expiatorio sería la Comisión. Sería como echar sal en la herida ya sufrida por la CE por su gestión amateur de la vacunación en toda la UE.

«Es complicado» es un argumento que todos compartimos y entendemos. Pero una crisis como esta, de la que hay una cada 100 años, requiere un fuerte liderazgo. La realidad actual es de desorden e incertidumbre creciente sobre los resultados económicos, sociales y políticos dentro de la UE durante los próximos 12 meses, el segundo año de la pandemia por COVID.

La situación en EE.UU.

Por el contrario, en Estados Unidos el cambio de guardia ha llegado justo a tiempo. El presidente Biden está cumpliendo con creces. Junto a un impulso monetario total desde marzo de 2020, el fiscal avanza a partir de marzo de 2021. Los efectos reflacionarios se hacen evidentes, ya que Estados Unidos está organizando una apertura ordenada de sectores clave. Han sido vacunados ya los trabajadores de la salud y los ancianos que así lo deseaban.

El siguiente paso para inocular a los profesores es inteligente y en varios estados se espera que los mayores de 45 años sean vacunados en las próximas semanas. Para el 1 de mayo podrían vacunarse todos los adultos a petición e iniciativa propia, por lo que la inmunidad de rebaño podría alcanzarse a principios del verano.

La cooperación entre el tándem formado por la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el presidente de la Fed, Jerome Powell, funciona como una orquesta sinfónica. Antes de la reciente reunión de la Fed, la opinión pública recibió una respuesta tranquila y sosegada cuando se les preguntó por la subida de los tipos a largo plazo. No es más que el reflejo de su exitosa colaboración.

El contraste con la UE es asombroso. La respuesta fiscal inflará los indicadores económicos reales. La Fed sigue en piloto automático y apoya plenamente medidas de alivio de la pandemia. No le preocupa demasiado si el efecto multiplicador será alto o bajo. Las clases media y baja de Estados Unidos se han visto muy afectadas, por lo que el dinero enviado a muchos hogares a partir de marzo era una condición necesaria para que empiecen a sanar las cicatrices del año pasado. La Fed está preocupada por la recuperación del empleo, cuyo máximo nivel tardará más en alcanzarse de lo que prevén las estimaciones. La Reserva Federal se atendrá al principio de prudencia.

No es de esperar que haya una retirada progresiva de los estímulos en 2021 en vista del desequilibrio de oferta de financiación que representan los 3,6 billones de dólares. Este desequilibrio alcanzará aún unos 3 billones de dólares en 2022. La retirada de estímulos de la Fed se prolongará en el tiempo y, en todo caso, afectará a las compras de T-Bills o de valores respaldados por hipotecas y (mucho) menos a las compras del Tesoro. La Fed utiliza la palabra «flexibilidad» en el mismo contexto que el BCE, la única diferencia es la credibilidad.

La credibilidad de la Fed está aumentando, lo que augura un buen impacto en el momento en que muestre su fuerza e intervenga para frenar la subida de los tipos a largo plazo. Se espera que los tipos de interés se mantengan sin cambios hasta finales de 2023. El mercado espera una Fed más agresiva y ve una subida a mediados de 2023.

Conclusiones

La cacofonía producida por las instituciones europeas, que intentan estar a la altura de los retos y la dura realidad que plantea la pandemia, está sonando fuerte y clara. La falta de unión fiscal y de auténtica solidaridad está poniendo de manifiesto los fallos de la arquitectura de la UE.

Bajo la presidencia de Jacques Delors, entre 1985 y 1995, la Comisión logró la unidad europea mediante la creación del mercado único. También presidió el Tratado de Maastricht, firmado en febrero de 1992. Los ánimos se animarían mucho si, 30 años después de Maastricht, la actual Comisión Europea pudiera dar señales de avance en la reconfiguración de la estresada arquitectura europea.

La subida de tipos de interés en EE.UU. está siendo ordenada, a medida que se afianzan las políticas de reflación. El impacto en los tipos europeos ha sido hasta ahora limitado, pero se avecina una crisis desordenada de los tipos europeos, ya que el experimento monetario-fiscal a este lado del Atlántico tiene cada vez más problemas.

Columna de Peter De Coensel, CIO de renta fija en DPAM

Las acciones de las empresas mineras de oro y plata están listas para rebotar

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Pixabay CC0 Public DomainMark Helper. Mark Helper

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Tras la esperadísima reunión de la Reserva Federal del pasado miércoles y el mensaje tranquilizador de Jerome Powell a los inversores, en el sentido de permitir aumentos de la inflación sin frenarlos con subidas de tipos, parece que podría haber un punto de inflexión para los tipos de interés reales (1) y, por lo tanto, para los inversores en metales monetarios.

Desde que las expectativas de inflación arraigaran el pasado verano, el mercado de renta fija ha estado preocupado por las subidas de tipos e, incluso, una reducción de las compras de activos por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, Powell ha confirmado que el taper tantrum de 2013 no va a repetirse y que los posibles ajustes a la política monetaria se llevarán a cabo avisándolos con mucha antelación. Al mismo tiempo, la posibilidad de un control de la curva de tipos sigue presente, acechando en segundo plano. Por lo tanto, el descenso de los tipos de interés reales parece inevitable, una situación que es alcista para el oro, la cobertura tradicional frente a la inflación. Consideramos que la continuación de los estímulos, las ayudas presupuestarias y monetarias y las políticas expansivas de los bancos centrales configuran la realidad de lo que sigue siendo un entorno macroeconómico con fuertes tensiones.

El oro, la plata y las grandes empresas mineras se encaminan hacia una racha alcista

A primera vista, sería excusable pensar que la importante divergencia entre las extractoras de oro y el conjunto de la bolsa (figura 1) sugiere que el fuerte repunte que vivieron las extractoras de oro y plata el año pasado fue flor de un día, otra decepcionante salida en falso.

Sin embargo, un análisis más detallado nos lleva a la conclusión como gestores activos de que, en realidad, estamos viendo mejoras trimestrales consecutivas en los resultados de explotación de la gran mayoría de empresas extractoras de oro y plata. Estamos viendo mejoras de los flujos de efectivo disponible, aumentos de los dividendos de las grandes del sector, éxitos en el área de exploración y una mayor actividad de fusiones y adquisiciones, elementos todos ellos que configuran unas perspectivas muy alentadoras para las mineras de oro y plata infravaloradas. En mi opinión, lo que le falta al oro, a la plata y a las empresas extractoras es un cambio en la dirección del viento y un impulso más amplio en los mercados.

Figura 1: Desconexión en la evolución de las extractoras de oro y el conjunto de la bolsa

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Fuente: Bloomberg, a 18.03.2021

 

Hemos querido aprovechar algunas de estas anomalías en las cotizaciones en nuestra estrategia de oro y plata. Por ejemplo, recientemente añadimos algunas excelentes empresas extractoras de oro australianas de mediana capitalización con un descuento del 50 % con respecto a su cotización del verano pasado.

Un entorno sostenible para las alzas de los precios del oro y la plata

Los precios del oro al contado sugieren que han rebotado al tocar un soporte técnico clave, a lo que hay que sumar un indicador de fortaleza relativa (RSI) alcista (2) y un sentimiento excepcionalmente débil.

Figura 2: Los precio del oro al contado (USD) han rebotado al llegar a un soporte clave

Jupiter AM

Fuente: Bloomberg, at 18.03.2021

 

Estas observaciones se refuerzan al observar el posicionamiento alcista en los mercados de futuros, donde los contratos largos de los inversores institucionales (una de las categorías de los futuros que mejor representa la inversión especulativa) se encuentran en niveles históricamente bajos (véase la figura 3).

Todo ello apunta, en nuestra opinión, a un entorno muy sostenido de aumento de los precios del oro y, por extensión, de los precios de la plata en cuanto reaparezcan los flujos de inversión. Esperamos que este cambio en la participación se active cuando los tipos de interés reales retomen su tendencia bajista a largo plazo después de la deriva alcista de los últimos seis meses que provocó que los rendimientos en el extremo largo de la curva subieran hasta niveles insostenibles. En la estrategia, seguimos estando posicionados para un escenario de mercado alcista en el oro y la plata.

Figura 3: Los contratos largos de los inversores institucionales se encuentran en mínimos históricos

Jupiter AM

Fuente: Bloomberg as at 18.3.2021

 

Tribuna de Ned Naylor-Leyland, gestor de fondos y jefe de estrategia en el equipo Gold & Silver de Jupiter Asset Management.

https://www.jupiteram.com/us-nrc/en/professional/insights/gold-and-silver-mining-equities-ready-to-rebound/

Anotaciones:

(1) La rentabilidad que los inversores pueden esperar conseguir una vez descontada la inflación.
(2) Un indicador de momento que mide la rapidez y variación de los movimientos de los precios.

 

Por favor, tenga en cuenta: los movimientos de los mercados y de los tipos de cambio pueden provocar alteraciones al alza o a la baja del valor de una inversión, y es posible que usted no recupere todo el capital inicialmente invertido.

Las opiniones expresadas en este documento pertenecen a las personas mencionadas en el momento de su redacción, no coinciden necesariamente con las de Jupiter como empresa y podrían estar sujetas a cambio. Eso es algo que sucede sobre todo durante periodos en los que las circunstancias del mercado cambian rápidamente.

Información importante:

El presente documento está destinado a profesionales de inversión, y no al uso o beneficio de otras personas, incluidos inversores minoristas. Su contenido se ofrece únicamente a efectos informativo y no constituye un asesoramiento de inversión. Ponemos todo el empeño en asegurar que la información sea correcta, pero no se ofrecen garantías ni seguridad a este respecto. Los ejemplos de empresas solo se ofrecen a título ilustrativo y no constituyen una recomendación de compra o venta. Publicado por Jupiter Asset Management Limited, domicilio social: The Zig Zag Building, 70 Victoria Street, London, SW1E 6SQ, United Kingdom, que es una sociedad autorizada y regulada por la Financial Conduct Authority.

Emitido en la UE por Jupiter Asset Management International S.A. (JAMI, la Sociedad Gestora), domicilio social: 5, Rue Heienhaff, Senningerberg L-1736, Luxemburgo, autorizado y regulado por la Commission de Surveillance du Secteur Financier. Ninguna parte de este documento puede reproducirse de ninguna manera sin el permiso previo de JAM. Para inversores en Hong Kong: emitido por Jupiter Asset Management (Hong Kong) Limited y no ha sido revisado por la Comisión de Valores y Futuros.

Queda terminantemente prohibido reproducir parte alguna de esto documento sin el permiso previo de JAM. 27261

2021: el año dorado para la consolidación bancaria

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Pixabay CC0 Public Domain. 2021: el año dorado para la consolidación bancaria

En toda Europa, se ha dado el pistoletazo de salida a la consolidación en su sector bancario. En España ya hemos sido testigos de dos grandes operaciones y es probable que haya más, lo que probablemente será positivo para el sector.

De forma similar, en el caso de sus vecinos italianos, no hay duda de la aceleración de la consolidación, dado que sigue teniendo casi 500 entidades de crédito diferentes. No obstante, será algo gradual. Los bancos se han enfocado en la transformación y mejora de sus propios balances y, aunque aún hay trabajo por hacer al respecto, empezamos a ver el paso natural hacia la consolidación. 

¿Por qué ahora?

2020 fue el año en el que los reguladores actuaron con más pragmatismo que según la teoría, un cambio que quizá haya sido más significativo en el enfoque normativo adoptado ahora con respecto a las fusiones y adquisiciones en el sector bancario europeo.

 Aunque durante mucho tiempo fuimos escépticos acerca de las fusiones y adquisiciones en Europa, a pesar de las claras razones estructurales, a finales de 2019 parece haber habido un cambio de tono. Con los bancos afectados por el entorno de bajos tipos de interés, el incremento de los costes de digitalización y los crecientes los costes regulatorios, parece haber habido un verdadero impulso por parte del sector para que los reguladores empiecen a pensar en la competencia de los bancos europeos a nivel global.

 En nuestra opinión, los costes regulatorios de las fusiones y adquisiciones han sido siempre un impedimento para la consolidación y, en retrospectiva, han sido perjudiciales para la solidez de todo el sector. Aunque sería falso afirmar que aún no estaba en el radar del regulador, la pandemia actual ha acelerado la obligación de actuar al respecto, al haberse incrementado el foco y la necesidad de un sistema bancario sólido. 

Las caídas estructurales de los beneficios provocadas por el entorno de los tipos de interés, el importante exceso de capacidad y el aumento de los costes relacionados con la digitalización son inherentes. Mientras que el mercado de tipos sigue fuera del control de los equipos directivos, la eliminación del exceso de capacidad y de la dinámica de precios poco saludable, así como las sinergias de costes generadas en ámbitos como la digitalización ―que supera actualmente el 10% de la base de costes de los bancos― es una palanca evidente.

 A lo largo de 2020, los mensajes sobre las fusiones y adquisiciones en los discursos de las autoridades políticas pasaron de ser tibios a abiertamente constructivos, con la voluntad de facilitar la consolidación desde una perspectiva prudente. Para echar más leña al fuego, el Banco Central Europeo (BCE) publicó en julio de 2020 una consulta especial sobre fusiones y adquisiciones, en la que aclaraba la posibilidad de utilizar el beneficio de adquisición (badwill) en el cálculo del capital. También se aclaró el uso de modelos internos y los requisitos de capital del Pilar 2, lo que abrió la puerta a operaciones que en el pasado tal vez se habrían considerado poco rentables.

De cara al futuro

La conjunción de los fundamentos estratégicos y la posición de los reguladores a favor de la consolidación debería ir claramente a más a lo largo de 2021. En 2020 ya vimos a equipos directivos oportunistas actuar rápidamente, con algunas grandes operaciones en Italia y España.

Parece que lo más probable será que la consolidación se lleve a cabo a nivel nacional, donde las sinergias siguen siendo más evidentes. Dicho esto, no descartaríamos del todo la actividad transfronteriza. Sigue habiendo impedimentos estructurales para las fusiones y adquisiciones transfronterizas, lo que las dificulta más, pero en ciertas líneas de negocio resultaría bastante lógico, especialmente por lo que respecta a la digitalización, que constituye una proporción cada vez mayor de las bases de costes.

En cualquier caso, creemos que esta tendencia hacia las fusiones y adquisiciones se va a acelerar en 2021, lo que resultaría en una dinámica positiva para el sector y para quienes invierten en él.

 

Tribuna de James Macdonald, gestor de carteras en BlueBay Asset Management.

Without You, There is No Us: una investigación sobre Corea del Norte

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Me encanta leer1. Leer – al igual que viajar- da la posibilidad de conocer otras realidades, otras culturas, otras formas de vida. Otras historias.

Es el caso de este libro, en el que la periodista Suki Kim expande lo poco que conocemos de Corea del Norte y la realidad de su gente.

Hermosamente escrito, arroja luz a la totalitaria Corea del Norte, que probablemente es la sociedad más cerrada del planeta. Una realidad oscura, desconcertante para el mundo occidental que conocemos y al que estamos acostumbrados, en el que la represión da forma a la vida diaria.

A través de una cuidadosa descripción de la realidad que vivió en los seis meses en los que residió como docente de inglés en la Pyongyang University of Sciencie and Technology (PUST) -exclusiva para hijos de la elite Norcoreana- alternada por la desgarradora historia de su propia familia y la de las dos Coreas- Kim describe un país aislado y deshumanizado, regido por una brutal dictadura.

Sus ciudades – lo más ¨rescatable¨ de ese país y de lo poco que los extranjeros pueden visitar bajo la atenta mirada de cuidadores designados – son bloques de concreto lúgubres y oscuros. Las pocas personas que pudo divisar ¨por fuera del protocolo¨ parecían una descripción de esclavos maltratados física y emocionalmente.

La vida en Corea del Norte es tan diferente a lo que conocemos que cuesta imaginarlo. La arbitrariedad, vigilancia permanente y la opresión a la que sus habitantes están sometidos es agobiante. Es una realidad aterradora.

Without You, There is No Us -My time with the Sons of North Korea´s Elite– resume el trabajo periodístico de investigación realizado durante los seis meses que la escritora Sur Coreana – Americana, estuvo en Corea del Norte durante 2011, a la que accedió por formar parte de un grupo de misioneros cristianos evangélicos. A continuación, transcribo un párrafo que describe la desgarradora realidad, en la que los habitantes parecerían no tener vida sino simplemente una rutina.

“Time there seemed to pass differently when you are shut off from the world, every day is exactly the same as the one before. This sameness has a way of wearing down your soul until you become nothing but a breathing, toiling, consuming thing that awakes to the sun and sleeps at the dawning of the dark. The emptiness runs deep, deeper with each slowing day, and you become increasingly invisible and inconsequential. That’s how I felt at times, a tiny insect circling itself, only to continue, and continue. There, in that relentless vacuum, nothing moved. No news came in or out. No phone calls to or from anyone.”

(gracias a mi amiga y compañera de deportes Natalia Techera por recomendarme y prestarme el libro)

 

1 Heredé el amor por la lectura de mis padres, aunque la que nos supera a todos es mi hermana Valeria, no solo por la velocidad de su lectura y por su capacidad de comprender e interpretar sino porque una memoria prodigiosa la hacer recordar prácticamente todo lo que lee. Papá leía libros en más idiomas que los que me alcanza contar con los dedos de la mano y tanto mi hermana como mi madre, cuando estudiaron en la Facultad de Humanidades, decidieron aprender griego y latín antiguo para leer a los autores en idioma original.   

 

¿Son los gigantes tecnológicos demasiado grandes?

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Pixabay CC0 Public DomainTecnología . Tecnología

¿Acaso el éxito, la influencia y el volumen de negocio pueden llegar a ser excesivos? Puede que averigüemos la respuesta a esta pregunta en los meses y años venideros, conforme las compañías de tecnología y de electrónica de consumo se enfrenten a un escrutinio normativo y antimonopolio cada vez más estricto.

Los Gobiernos llevan años tratando de controlar a las grandes compañías tecnológicas, y 2021 probablemente sea un año decisivo debido a la presión, cada vez mayor, que ejercen ciertos factores. Los agentes políticos, sociales y del mercado aúnan sus fuerzas con la mira puesta en las compañías como Alphabet, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft.

Por el mero hecho de tener el tamaño que tienen, estas compañías se ven sometidas a un gran escrutinio por parte de toda la sociedad, incluidos el Gobierno y los entes reguladores. De hecho, algunas de estas compañías también han desempeñado funciones clave en las dos últimas elecciones presidenciales de EE.UU.; cuando la política entra en juego, se entiende mucho mejor por qué el debate normativo reviste tanta importancia ahora mismo.

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Por otra parte, la pandemia de COVID-19 ha acelerado el ritmo de crecimiento de muchas compañías tecnológicas, lo que implica un aumento de su poder y su influencia en el contexto de una profunda recesión económica mundial. De las 10 compañías estadounidenses con mayor capitalización de mercado, 5 pertenecen al ámbito digital o tecnológico, y su valor de mercado total supera los 7 billones de dólares, una cifra que ha aumentado en un 54% solo en el último año.

 

El inicio de litigios históricos

Tal dominio del mercado es el caldo de cultivo perfecto de riesgos normativos y de monopolio considerables. Actualmente hay varios procesos en marcha. El primero se inició en octubre de 2020, cuando el Departamento de Justicia de EE.UU. presentó una demanda antimonopolio contra Google alegando que el titán de las búsquedas online no permite a sus competidores prosperar. Se trata del caso antimonopolio de mayor envergadura desde que el Gobierno se enfrentó a Microsoft en los tribunales en 1998.

En diciembre de 2020, la Comisión Federal de Comercio estadounidense demandó a Facebook alegando prácticas de competencia desleal por parte de la red social al adquirir Instagram y WhatsApp. Muchos estados de EE.UU. se han sumado a ambas acciones legales históricas en un contexto en el que también se realizan innumerables labores legislativas a nivel federal y estatal.

Finalmente, el pasado mes de febrero se presentó una ley en el Senado estadounidense que podría poner muchas trabas a las grandes compañías a la hora de adquirir competidores. En Florida, se está fraguando una iniciativa legislativa estatal que impondría multas a aquellas redes sociales que bloquearan perfiles de candidatos políticos.

Uno de los motivos por los que este asunto es tan complicado es porque los demócratas identifican estas compañías con una serie de problemas (relacionados con cuestiones antimonopolio, de privacidad y de incitación al odio), mientras que los republicanos las identifican con otro tipo de problemas, sobre todo en relación con la censura percibida de opiniones conservadoras. Por ello, no es posible llegar fácilmente a un consenso sobre el tipo de cambios que estas compañías deben aplicar para que todo el mundo esté satisfecho.

Otro factor que impulsa el ánimo normativo ha sido un suceso reciente: un grupo de inversores particulares se organizaron en un chat online para provocar la subida de los precios de las acciones de GameStop, AMC Entertainment y otras compañías con dificultades. Cuando las compañías de corretaje y las aplicaciones bursátiles impusieron límites de inversión, algunos de esos inversores individuales perdieron una gran cantidad de dinero. Tanto los republicanos como los demócratas, en una acción conjunta poco común, han convocado comparecencias en el Congreso para abordar este asunto.

 Influencia europea

Los políticos y los reguladores estadounidenses que aspiran a limitar el dominio de los gigantes tecnológicos pueden buscar inspiración en Europa. Las autoridades europeas han adoptado medidas mucho más agresivas en lo que respecta a las regulaciones, cuyas sanciones incluyen multas muy altas por la infracción de las normas de protección de datos y por las prácticas de competencia desleal.

La Unión Europea ha sido pionera en promulgar un conjunto de leyes de privacidad online en el marco del Reglamento General de Protección de Datos, adoptado en el 2018. Desde entonces, los legisladores de la UE han seguido esa línea proponiendo una serie de regulaciones diseñadas para bloquear ciertas adquisiciones, doblegar el discurso de incitación al odio y facilitar más información a los consumidores acerca de cómo pueden usarse sus datos para la segmentación publicitaria.

 

¿Acaso se han contabilizado ya los riesgos normativos?

Dadas las posibilidades de que se produzca algún tipo de intervencionismo del Gobierno sobre los gigantes tecnológicos en los próximos años, ¿cómo deberían elaborar sus previsiones sobre estas compañías los inversores? Una pregunta muy importante es: ¿las valoraciones de las compañías reflejan este riesgo? O, dicho de otra manera, ¿las valoraciones se han descontado ya en el precio de las acciones?

Tomemos las acciones de las FAANG como barómetro del riesgo normativo. Las dos compañías que se sitúan en el foco de los litigios más mediáticos, Facebook y Alphabet, están cotizando a unas ratios precio-beneficios (PER) considerablemente más bajas que otras, como Amazon y Netflix. De hecho, Facebook está cotizando justo por encima de la PER promedio del Standard & Poor’s 500 Composite Index a pesar de su gran ritmo de crecimiento y su estable flujo de efectivo libre.

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Facebook registró unos beneficios trimestrales que ascendían a 11.200 millones de dólares, lo que supone un aumento de un 52% respecto al mismo periodo del año anterior. Alphabet, que cotiza a una PER ligeramente mayor que Facebook, registró unos beneficios trimestrales de 15.700 millones de dólares, lo que supone un 40% más que hace un año. Estas compañías desarrollan su actividad en grandes mercados en crecimiento, tienen largas trayectorias de ingresos y son muy rentables, por lo que pensamos que, si los riesgos normativos no estuvieran sobre la mesa, las cotizaciones se multiplicarían.

 

Puede consultar más insights de los expertos de Capital Group en el site Capital Ideas.

Bitcoin: un activo en alza que capta el interés de inversores retail e institucionales

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Pixabay CC0 Public Domain. Bitcoin: un activo en alza, que capta el interés de inversores retail e institucionales

En el contexto económico actual, los inversores encuentran serios problemas para estructurar sus carteras debido a la escasez de rentabilidad que aporta la renta fija, y la mayor volatilidad en renta variable. A pesar de las recientes subidas en la parte larga de la curva de tipos de interés en Estados Unidos, el escenario previsto en los tipos, y sus perspectivas para el medio plazo, apunta a la continuidad de los tipos de interés en mínimos, dada la ausencia de presiones inflacionistas.

Sin embargo, el Bitcoin y en general el universo de las criptomonedas han vuelto a centrar la atención de inversores profesionales y particulares, tras tocar un nuevo máximo en más de 58.000 dólares por Bitcoin y, con un retorno que ha llegado a alcanzar niveles del 64,33% en este año, y del 422,53% en un periodo de doce meses.

Evolución del Bitcoin

El Bitcoin se encuentra en una tendencia alcista que pensamos que continuará a medida que su adopción como medio de pago vaya consolidándose. Esta tendencia no estará exenta de recogidas de beneficios, tal y como sucedió hace tres años, cuando llegó a perder dos tercios de su valor. Por ello, para tomar posiciones en el Bitcoin, es recomendable hacerlo de acuerdo con el perfil de riesgo de cada inversor por su alto carácter especulativo.

El Bitcoin nuevamente continúa en un proceso lateral con clara tendencia alcista, desde que tocara máximos cercanos a los 62.000 dólares (aproximadamente 50.000 euros). Tras este máximo, la criptomoneda de referencia ha rebotado en niveles de 53.000 dólares (unos 44.200 euros), consolidando ese nivel en el que parece un nuevo nivel de soporte, antes de continuar alcanzando nuevos máximos.

Esta evolución positiva comenzó en niveles de 43.000 dólares (unos 35.800 euros) en los últimos días de febrero, y ha llegado hasta los máximos que nos encontramos hoy en día, con subidas apoyadas por volumen confirmando la tendencia.

Los indicadores técnicos muestran, a su vez, que la tendencia continuará con una elevada probabilidad, apoyada en el mayor interés que se ha generado en las criptomonedas y, en especial, en el Bitcoin.

Este interés se ve claramente reflejado en los nuevos flujos de efectivo que se traducen en compras de Bitcoin. De acuerdo con un estudio publicado recientemente por JP Morgan, los flujos procedentes tanto de inversores particulares como institucionales están creciendo de forma continuada. 

Cabe destacar la inversión institucional del último trimestre de 2020, que alcanzó niveles de 306.658 Bitcoin, lo que casi duplica los 168.084 del trimestre anterior. Esta tendencia continuará en los próximos meses, apoyada por operaciones institucionales que se han producido en este final de primer trimestre y, que se verán reflejadas en los trimestres posteriores.

Este creciente interés ha provocado que la elaboración de informes profesionales y las consultas a bancos y brokers, sobre la posibilidad de invertir en Bitcoin, por parte de sus clientes, se hayan multiplicado de forma exponencial. Entre el cúmulo de informes publicados, queremos destacar el de Citi, con el título Bitcoin At the Tipping Point, que ha nutrido con sus argumentos muchas de las recientes noticias en medios, reforzando así el interés entre los inversores.

Perspectivas

El análisis de estos indicadores señala que, en las próximas semanas, la tendencia de compra seguirá al alza y que, aunque con pequeñas correcciones debido a la volatilidad por la aceleración en la subida, esta tendencia seguirá en el corto plazo.

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Las noticias en prensa, y la ausencia de rentabilidad de otros activos han ayudado significativamente a que esta criptmoneda atraviese un momento dorado. Las principales noticias permiten extraer que se afianzará paulatinamente su uso como medio de pago, respaldado por grandes compañías como Tesla, Visa o MasterCard, durante los próximos meses. 

Además, la perspectiva favorable sobre el Bitcoin se verá reforzada por la salida a bolsa de Coinbase, la principal plataforma de trading, que, sin duda, volverá a poner el foco en el mercado de las criptomonedas por su creciente actividad en la intermediación. Si bien no olvidemos que no se tratará de un viaje sin sobresaltos como el ocurrido hace unos años y que llevó al Bitcoin a perder gran parte de su valor.

Tribuna de opinión de Juan Pedro Asencio, profesor de la UNIR (Universidad Internacional de la Rioja) y experto en criptomonedas

Turquía y sus continuos problemas de gobernanza monetaria

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Pixabay CC0 Public Domain. Turquía y sus continuos problemas de gobernanza monetaria

La destitución del gobernador del banco central de Turquía, Naci Ağbal, agrava la crisis de confianza en la política monetaria del país, socavando, aún más, la estabilidad macroeconómica. Esto también es un factor negativo para su calificación soberana (B/Negativa).

El anuncio del sábado sobre el repentino cambio en la dirección del banco central, poco después de un ajuste de los tipos de interés de 200 puntos básicos, por encima de las expectativas, subraya el deseo del presidente Recep Tayyip Erdoğan de aplicar una política monetaria más flexible en apoyo de un crecimiento insostenible.

Bajo el nuevo gobernador Şahap Kavcıoğlu, es menos probable que el banco central sea proactivo a corto plazo para abordar los desafíos de una lira más débil, el aumento de la inflación y el elevado crecimiento del crédito. En su lugar, los importantes desequilibrios macroeconómicos de Turquía pueden volver a ser exacerbados en lugar de contrarrestados por la política del banco central.

La repentina destitución de Ağbal -después de haber subido los tipos de forma preventiva 875 puntos básicos desde noviembre del año pasado, logrando un elevado los tipos reales por el camino- socava una vez más la credibilidad de la banca central de Turquía.

Es probable que la inesperada salida de Ağbal provoque un nuevo deterioro de las reservas turcas tras la estabilización a corto plazo que se produjo durante su mandato. Las reservas brutas de Turquía aumentaron en unos 9.000 millones de dólares desde noviembre, hasta llegar a los 92.000 millones de dólares del 14 de marzo, que siguen siendo insuficientes. Los flujos netos de capital, excluyendo la inversión directa extranjera, han vuelto a registrar entradas netas en lugar de salidas netas.

Con más interrogantes sobre la independencia del banco central y la eficacia de la política monetaria, es probable que el banco central vuelva a recurrir a sus reducidas reservas de divisas para apuntalar una moneda en dificultades. La última venta de liras es especialmente inoportuna, ya que la moneda ya estaba bajo presión en un contexto de salidas de los mercados emergentes provocadas por las preocupaciones de reflación de Estados Unidos.

Las reservas oficiales podrían verse reducidas debido a las renovadas salidas de capital y a un mayor déficit por cuenta corriente. Las reservas no se han recuperado de los daños causados en los últimos años, con unos activos extranjeros netos sin swaps a corto plazo de 53.000 millones de dólares negativos en enero (un mínimo histórico), por lo que una nueva caída de las reservas aumenta el riesgo de una crisis de la balanza de pagos.

El crecimiento comparativamente robusto del 1,8% en 2020 y del 6,2% previsto por Scope este año, potenciado por el elevado crecimiento de los préstamos, dio lugar a la ampliación del desequilibrio económico. El déficit por cuenta corriente de Turquía aumentó al 5,6% del PIB hasta enero de 2021, cerca de los máximos alcanzados en la crisis de la lira de 2018.

Hemos sido escépticos en el pasado sobre el creciente optimismo de los inversores sobre los cambios favorables al mercado en la política del banco central turco desde noviembre, considerando el marco institucional sin cambios del país en el que el presidente Erdoğan supervisa en última instancia la gobernanza monetaria y mantiene su creencia poco ortodoxa de que los tipos altos causan inflación. La actual consolidación del poder de Erdoğan bajo la presidencia ejecutiva sigue siendo, como tal, un factor importante que subraya el deterioro estructural de la solvencia del país.

Al final, Kavcıoğlu (nuevo presidente del banco central de Turquía) podría ser destituido de forma repentina en caso de que la crisis se intensifique. Aunque las autoridades turcas han renovado sus promesas de lograr un descenso permanente de la inflación y garantizar la flexibilidad del tipo de cambio, las intervenciones del presidente turco en la gestión monetaria han contribuido a que el país sea cada vez más propenso a las crisis económicas en los últimos años, con importantes daños estructurales para el crecimiento, la salud de las finanzas públicas y la resistencia del sector exterior.

En el fondo, sigue existiendo una falta de entendimiento entre los dirigentes turcos con respecto al limitado espacio de política monetaria que tiene el gobierno para suavizar prematuramente los tipos con una inflación creciente. Turquía sencillamente no puede tratar de emular las políticas de tipos ultrabajos de las economías avanzadas con monedas de reserva, como EE.UU. y la eurozona, cuando el valor de la lira se enfrenta a una crisis de confianza y la inflación turca es de casi el 16%, más del triple del objetivo oficial. Cualquier flexibilización de la política monetaria dará lugar a una mayor volatilidad de la moneda y, posiblemente, a una vuelta a otras medidas antiliberales, como subidas de tipos con en el tiempo o la aplicación de tipos de control de capitales para evitar una salida demasiado rápida de las reservas.

¿Dinero en mano? Cómo reubicarlo en mercados saturados

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¿Dinero en mano? Cómo reubicarlo en mercados saturados
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Dinero en mano? Cómo reubicarlo en mercados saturados

Los inversores han almacenado un volumen récord de dinero en efectivo al margen del mercado ante la preocupación por las altas valoraciones y la volatilidad. Sin embargo, la seguridad a corto plazo tiene un precio. Mediante la definición clara de objetivos a largo plazo, los inversores pueden utilizar su efectivo inactivo con confianza, a pesar de la incertidumbre acerca del camino hacia la recuperación.

Cuando los mercados se desplomaron a principios de 2020, muchos inversores liquidaron sus participaciones en efectivo. Durante el rebote posterior, no obstante, el efectivo devuelto al mercado fue relativamente escaso. Según datos de Morningstar, los flujos netos hacia los fondos del mercado monetario en todo el mundo superaron los 978.000 millones de dólares en 2020, la cifra más alta en más de una década y por encima de los flujos hacia los fondos de acciones y bonos. A pesar de algunas pérdidas de efectivo en la segunda mitad del año, los activos totales del mercado monetario aumentaron hasta un récord de 6,24 billones de dólares en 2020.

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El efectivo es reconfortante en tiempos de incertidumbre. Ofrece un colchón de seguridad frente a los inquietantes episodios de volatilidad, habituales incluso en la recuperación del año pasado. Sin embargo, el dinero en efectivo no ofrece apenas rendimiento en un momento en el que los tipos de interés se encuentran en mínimos históricos y los tipos de interés son negativos en muchos mercados desarrollados. Los inversores pagan un elevado coste de oportunidad por mantenerse al margen del mercado. Mientras, el aumento de la curva de rendimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU., a principios de febrero de 2021, se considera una señal de fortalecimiento del crecimiento económico y de los beneficios empresariales.

Las valoraciones elevadas no siempre conducen al desastre

Para muchos inversores, las elevadas valoraciones son un obstáculo para colocar el efectivo hoy en día, especialmente si se trata de acciones estadounidenses, que alcanzaron nuevos máximos históricos a principios de febrero. Nuestros estudios sugieren, sin embargo, que la renta variable ha ofrecido una sólida rentabilidad a lo largo del tiempo, incluso para aquellos inversores que entraron en el mercado cuando las acciones parecían relativamente caras.

Desde 1950, el S&P 500 ha alcanzado o se ha acercado a sus máximos históricos en el 43% de los meses. Asimismo, si se invirtieran cantidades iguales en cada uno de los máximos del mercado, las acciones estadounidenses habrían ofrecido una rentabilidad media anual del 9,6%. Esto es un 1,9% menos que los rendimientos generados por inversiones realizadas en cada uno de los mínimos del mercado bajista. Pero un resultado sólido a lo largo del tiempo, en nuestra opinión.

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Las altas valoraciones no siempre conducen al desastre. En el caso de las valoraciones actuales, además, estas se han visto condicionadas por tendencias de mercado inusuales, generando mayor preocupación entre los inversores. El aumento de las valoraciones del precio/beneficio de las acciones estadounidenses ha sido impulsado sobre todo por un aumento de los precios de las acciones, no por el crecimiento de los beneficios. En otras palabras, los inversores han hecho subir los precios de las acciones en previsión de que la recuperación del crecimiento mundial impulsará un repunte de los beneficios empresariales.

En nuestra opinión, se trata de una tarea difícil. Creemos que es poco probable que los beneficios aumenten simultáneamente en todo el mercado, dada la incertidumbre sobre cómo saldrán los países de la pandemia, el ritmo de la recuperación económica y los retos empresariales en muchos sectores. Por ello, invertir en fondos cotizados (ETF) para obtener una exposición pasiva y de bajo coste en el mercado puede no ser la mejor manera de redistribuir el efectivo a la hora de aprovechar el potencial de recuperación.

Tres preguntas para dar con la inversión adecuada

Preferimos que los inversores consideren un amplio abanico de opciones activas que se adapten a sus necesidades individuales, a su apetito por el riesgo y a sus visiones personales sobre los mercados. Hay tres preguntas que pueden ayudar a determinar las opciones de inversión adecuadas:

  1. ¿Su horizonte de inversión es a largo o a corto plazo?
  2. ¿Deben sus activos ser líquidos y accesibles, o puede tolerar la iliquidez?
  3. ¿Prefiere las oportunidades consensuadas, o se siente cómodo invirtiendo en activos impopulares y desfavorecidos que pueden ofrecer mejores valoraciones?

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Para periodos más breves, considere la liquidez de las acciones y los fondos de renta fija. La inversión en acciones de crecimiento fue especialmente exitosa -y popular- en 2020, pero esta parte del mercado es la que plantea más problemas de valoración. La renta fija high yield ofrece acceso a una clase de activos que tiende a no estar correlacionada con la renta variable y ofrece una mejor reducción del riesgo de caídas, así como un mayor potencial de rentabilidad que el mercado de bonos en general.

Los inversores dispuestos a nadar a contracorriente pueden considerar carteras ‘contrarian’. Por ejemplo, los valores de bajo rendimiento dieron señales de vida a finales de 2020 y podrían experimentar un mayor repunte si se acelera la recuperación económica. Las acciones de valor cotizan a un diferencial con respecto a las de crecimiento que no se había visto desde la burbuja tecnológica de hace 20 años. Los valores ajenos a EE.UU. y los de pequeña capitalización también se comportaron bien a finales del año pasado, y suelen ofrecer valoraciones más atractivas que sus homólogos estadounidenses.

Los inversores con un horizonte temporal más amplio podrían explorar opciones sin liquidez. Entre ellas se encuentran carteras de private equity y hedge funds, que se han convertido en inversiones alternativas de consenso en los últimos años, o podrían incluir opciones ‘contrarian’, como los activos titulizados o el crédito privado. Cada una de ellas aprovecha un flujo de rentabilidad distinto, bloqueando al mismo tiempo los fondos durante un periodo prolongado, lo que evita las volátiles oscilaciones del mercado asociadas a las inversiones tradicionales en los mercados de valores públicos.

Es mejor participar en el mercado que no hacerlo

Aunque es probable que el mercado retroceda en algún momento de este año, teniendo en cuenta el entorno macroeconómico y todo el dinero en efectivo que se encuentra al margen, creemos que la corrección no será muy profunda. Con el tiempo, es probable que la mayoría de las clases de activos se comporten mejor que el efectivo, especialmente con los tipos actuales. Y dado que es casi imposible calcular los tempos de los puntos de inflexión del mercado, creemos que es mejor participar en el mercado que no hacerlo, incluso bajo las condiciones actuales. Gracias a enfoques de inversión activos y conscientes del riesgo, los inversores pueden recolocar el efectivo con convicción y captar selectivamente diversas fuentes con potencial de rentabilidad, incluso cuando las preocupaciones sobre el futuro siguen sin disiparse.

 

Tribuna de Scott Krauthamer, vicepresidente senior y director global de Gestión de Productos y Estrategia de AllianceBernstein.

 

Las opiniones expresadas en esta columna no constituyen un análisis, asesoramiento de inversión o recomendación comercial, y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB, además de estar sujetas a revisión con el paso del tiempo.