Vuelta a los Estados Unidos… vuelta a la URSS

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Foto cedida. CSP

Las ineficiencias de lo que era una economía por excelencia planificada por el Estado -la antigua Unión Soviética- eran especialmente cómicas. A pesar de emplear ejércitos de planificadores centrales muy bien formados, dichas economías fracasaron en su capacidad de suministrar lo que los consumidores necesitaban. La escasez era generalizada y endémica. Todo esto es comprensible: a los planificadores se les pedía que resolvieran lo imposible.

El trabajo de la oficina de planificación era fijar los precios y los objetivos de producción. Pero, como todo estudiante de economía sabe, no se puede fijar simultáneamente el precio y la cantidad de nada y precisamente el intento de hacerlo condujo a un sistema irremediablemente enmarañado y confuso. Por el contrario, las economías de libre mercado buscan la eficiencia respetando las preferencias individuales. Cuando todo funciona como debería, los precios «correctos» salen a flote y se corrige rápidamente la escasez (o los excedentes).

La cuestión es, entonces, ¿por qué nuestra economía de «libre mercado» experimenta escasez en una amplia variedad de bienes y servicios? Las empresas luchan por contratar trabajadores mientras millones de personas siguen en las filas del paro, los tiempos de espera para adquirir cientos de productos se han alargado «inexplicablemente». ¿Por qué?

Las «explicaciones» convencionales son tan plausibles como superficiales. Sí, hay restricciones del COVID-19, problemas en las cadenas de suministro, también una creciente presión social sobre la descarbonización mediante la reducción de los combustibles fósiles, y, evidentemente, esto limita la oferta. La pregunta más acertada es: ¿por qué el mecanismo de precios no ha corregido esto? Históricamente, las restricciones de la oferta se han producido debido a malas cosechas, huelgas laborales, interrupciones políticas o bloqueos comerciales. Pero las reducciones de la oferta deberían haber subido los precios, frenando así la demanda y, eventualmente, convocando nuevas fuentes de producción. Pero aquí estamos, acercándonos al segundo «aniversario» de pandemia, y la escasez continúa.

Las dificultades para equilibrar la oferta con la demanda sugieren que puede haber razones más profundas para este desequilibrio. ¿Cómo cuáles? Probemos esto: tal vez la economía estadounidense ha adoptado algunas características incipientes de una economía de planificación centralizada porque ha aplicado políticas que se ajustan más a una economía dirigida por el Estado que a un mercado «libre». De hecho, la constelación de políticas fiscales y monetarias aplicadas bajo la COVID-19 han aumentado drásticamente el papel económico del Estado. El gasto federal se ha disparado, incluso cuando la Reserva Federal llevó las compras de activos a nuevos niveles. Aunque todo esto se hizo al servicio de la estabilización de la macroeconomía, también puede traer consecuencias.

La demanda ha estado bien alimentada por estas políticas, tanto que el lado de la oferta no está -y no puede- siguiendo el ritmo. Las mediciones de la inflación convencional de un año a otro se sitúan por encima del 5%, incluso cuando la escasez sugiere que pueden ser necesarios más ajustes de precios al alza para equilibrar la oferta y la demanda. Lo más importante no es que la oferta no se esté expandiendo: el petróleo puede estar a 80 dólares/barril, sino que se espera que la producción mundial aumente a un ritmo respetable del 4% en 2021.

Si esta teoría es correcta, la cuestión de si el repunte inflacionista de hoy es «transitorio» puede muy bien depender de lo «transitoria» que resulte la expansión de la huella del Estado motivada por la pandemia. El índice Citi U.S. Inflation Surprise indica que las condiciones inflacionistas están empeorando a un ritmo superior al esperado por los inversores y los expertos:

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Para comprobar si las disfunciones actuales de los mercados son de hecho un producto directo del exceso de estímulo, obsérvese el aumento casi asintótico del tamaño del balance de la Reserva Federal yuxtapuesto a que casi la mitad de toda la deuda «sin riesgo» que se emite (principalmente bonos del Tesoro y MBS de agencia) ha sido engullida por el banco central:

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Por supuesto, toda esta compra de deuda por parte de la Fed ha permitido un aumento masivo del gasto por parte del gobierno nacional. Normalmente, tanto endeudamiento presionaría los tipos al alza, haciendo que la demanda del sector privado se moderara y con un poco de ayuda de sus amigos de la Fed, todo este endeudamiento se lograría sin encarecer el crédito.

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En efecto, aunque Estados Unidos no está inmerso en nada parecido a la planificación central microeconómica del estilo soviético, el régimen político actual es un tipo de planificación central macroeconómica que ha disociado la demanda de la oferta en algunos aspectos fundamentales. La Fed no es un comprador de valores en el mercado -es un comprador de cantidades y, como tal, sus transacciones están «fuera del mercado»-. Su continua supresión de los tipos añade una dimensión más a una economía cada vez más descoordinada, elevando los precios de los activos. Esencialmente, el papel tradicional de los tipos de interés como mecanismo de coordinación entre, por ejemplo, los bienes de capital y el consumo, ha sido desactivado. Mientras tanto, los precios inflados de los activos proporcionan la garantía contra la que el crédito puede expandirse de forma no natural, creando un nuevo poder adquisitivo hoy a riesgo de aumentar las vulnerabilidades mañana.

Entonces, ¿dónde nos deja esto a los inversores? Puede darse el caso de que la política estadounidense se mueva en una dirección más favorable al mercado en 2022. Una cierta reducción de la política fiscal, complementada con una reducción de la política monetaria, podría representar un retroceso parcial de esta mayor presencia gubernamental. Si esto ocurre, y reconociendo que una de las consecuencias de la inflación es también la disminución del poder adquisitivo, podríamos ver un periodo en el que la demanda se modere y la escasez se rehabilite. Otra posibilidad es que la desaceleración de la economía sea defendida por los políticos como una razón para redoblar los estímulos. Por lo tanto, lo que se traduciría en más de lo mismo en términos de política y de resultados: escasez y más inflación.

El resultado, por tanto, se reduce a la realidad básica del mercado de que los títulos del Tesoro a 10 años en torno al 1,5% no representan un «valor» fundamental en un entorno de inflación del 5%. No es probable que los inversores en bonos, que ya están sufriendo una pérdida de poder adquisitivo, acepten más estímulos. La política monetaria se ha visto en un aprieto: añadir más demanda puede no contrarrestar tanto una desaceleración económica como aumentar la inflación y promover una protesta del mercado en forma de tipos más altos. Pero, ¿cómo podría la economía volver a coordinarse si no se le da la oportunidad de reequilibrarse? Una desaceleración del crecimiento debido a la moderación de los estímulos o, alternativamente, un paso más hacia la estanflación parecen ser los escenarios más probables de cara al nuevo año.

TCW, basada en Los Ángeles (EE.UU.), tiene más de 50 años de experiencia en la gestión de fondos de renta fija. El fondo TCW Unconstrained Bond Fund es un fondo de crédito múltiple flexible con exposición a bonos corporativos, MBS, CMBS y bonos emergentes y con menos de 2 años de duración. No tiene correlación a los bonos del Tesoro americanos ni derivados ni operaciones de cambio y tiene un objetivo anual de LIBOR + 4%.  

Tribuna de Tad Rivelle, Group Managing Director y CIO de renta fija en TCW Investment Management Company.

Se rompe la racha alcista en Wall Street: ¿y ahora qué?

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Pixabay CC0 Public DomainFin a la racha alcista de la Bolsa americana. Wall Street

Las acciones estadounidenses experimentaron pérdidas durante el mes de septiembre, poniendo fin a una racha de siete meses consecutivos de retornos positivos. Aunque la tasa de infección de la variante Delta mostró signos de mejora respecto a agosto, los obstáculos generalizados en torno a las cadenas de suministro de las compañías y los cambios en la política de la Fed en respuesta a la inflación fueron los puntos primordiales de atención en septiembre.

Aunque la demanda al consumo se mantuvo consistente en términos generales, las preocupaciones en torno a la cadena de suministro, que están generando escasez de productos y costes al alza, han puesto presión sobre los márgenes de beneficio corporativos. Al acercarse la temporada de resultados para el tercer trimestre en octubre, el mercado se mantiene cauto, ya que se espera que las empresas afronten más dificultades en comparación con el segundo trimestre de 2021.

Jerome Powell, el presidente de la Fed, proporcionó señales cada vez más explícitas de que el programa actual de compra de activos de la Fed pronto sea acabado durante sus últimas intervenciones en el Congreso. El mercado se tomó con filosofía los primeros signos de tapering, al haber anticipado que esta acción se produciría en el corto plazo. Este sería el primer paso de la Fed, que quiere ayudar a combatir la inflación al alza, que sigue describiendo como “transitoria”.

La actividad global de M&A mantuvo su ritmo caliente en el tercer trimestre al alcanzar el volumen de acuerdos los 4,4 billones de dólares en el año, un incremento de más del 90% en comparación con 2020. Los primeros nueve meses de 2021 ya han sobrepasado el récord de todo el año que se estableció en 2015 en los 4,3 billones de dólares. Excluyendo las adquisiciones de las SPAC, que han anunciado el equivalente a 550.000 millones de dólares en operaciones en 2021, la actividad de M&A ascendió en total a los 3,85 billones de dólares. Los Estados Unidos siguen siendo el escenario principal para las operaciones, al ascender a 2 billones de dólares las compañías estadounidenses que han sido objetivo de una operación de M&A. Tecnología, Finanzas e Industriales han sido los sectores más activos.

Aunque hubo una serie de factores que empujaron a la baja a la renta variable global en septiembre, el perfil asimétrico de los convertibles ofreció algo de protección en este entorno volátil. El Russell 3000 cayó un 4,48% en el mes, mientras que el mercado global de convertibles retrocedió un 2,29%, capturando en torno al 50% de las caídas de las acciones. El volumen de emisiones fue un poco más suave de lo anticipado dada la volatilidad del mercado, pero aun así pudimos ver algunas operaciones grandes que impulsaron a la cantidad total a los 14.400 millones de dólares en el mes y a 124.000 millones en el año de forma global. Anticipamos que el ritmo de emisiones se ralentice durante la temporada de resultados, pero que repunte hacia finales de año, probablemente rozando el total de 2020.

 

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To access our proprietary value investment methodology, and dedicated merger arbitrage portfolio we offer the following UCITS Funds in each discipline:

GAMCO MERGER ARBITRAGE

GAMCO Merger Arbitrage UCITS Fund, launched in October 2011, is an open-end fund incorporated in Luxembourg and compliant with UCITS regulation. The team, dedicated strategy, and record dates back to 1985. The objective of the GAMCO Merger Arbitrage Fund is to achieve long-term capital growth by investing primarily in announced equity merger and acquisition transactions while maintaining a diversified portfolio. The Fund utilizes a highly specialized investment approach designed principally to profit from the successful completion of proposed mergers, takeovers, tender offers, leveraged buyouts and other types of corporate reorganizations. Analyzes and continuously monitors each pending transaction for potential risk, including: regulatory, terms, financing, and shareholder approval.

Merger investments are a highly liquid, non-market correlated, proven and consistent alternative to traditional fixed income and equity securities. Merger returns are dependent on deal spreads. Deal spreads are a function of time, deal risk premium, and interest rates. Returns are thus correlated to interest rate changes over the medium term and not the broader equity market. The prospect of rising rates would imply higher returns on mergers as spreads widen to compensate arbitrageurs. As bond markets decline (interest rates rise), merger returns should improve as capital allocation decisions adjust to the changes in the costs of capital.

Broad Market volatility can lead to widening of spreads in merger positions, coupled with our well-researched merger portfolios, offer the potential for enhanced IRRs through dynamic position sizing. Daily price volatility fluctuations coupled with less proprietary capital (the Volcker rule) in the U.S. have contributed to improving merger spreads and thus, overall returns. Thus our fund is well positioned as a cash substitute or fixed income alternative.

Our objectives are to compound and preserve wealth over time, while remaining non-correlated to the broad global markets. We created our first dedicated merger fund 32 years ago. Since then, our merger performance has grown client assets at an annualized rate of  approximately 10.7% gross and 7.6% net since 1985. Today, we manage assets on behalf of institutional and high net worth clients globally in a variety of fund structures and mandates.

Class I USD – LU0687944552
Class I EUR – LU0687944396
Class A USD – LU0687943745
Class A EUR – LU0687943661
Class R USD – LU1453360825
Class R EUR – LU1453361476

GAMCO ALL CAP VALUE

The GAMCO All Cap Value UCITS Fund launched in May, 2015 utilizes Gabelli’s its proprietary PMV with a Catalyst™ investment methodology, which has been in place since 1977. The Fund seeks absolute returns through event driven value investing. Our methodology centers around fundamental, research-driven, value based investing with a focus on asset values, cash flows and identifiable catalysts to maximize returns independent of market direction. The fund draws on the experience of its global portfolio team and 35+ value research analysts.

GAMCO is an active, bottom-up, value investor, and seeks to achieve real capital appreciation (relative to inflation) over the long term regardless of market cycles. Our value-oriented stock selection process is based on the fundamental investment principles first articulated in 1934 by Graham and Dodd, the founders of modern security analysis, and further augmented by Mario Gabelli in 1977 with his introduction of the concepts of Private Market Value (PMV) with a Catalyst™ into equity analysis. PMV with a Catalyst™ is our unique research methodology that focuses on individual stock selection by identifying firms selling below intrinsic value with a reasonable probability of realizing their PMV’s which we define as the price a strategic or financial acquirer would be willing to pay for the entire enterprise.  The fundamental valuation factors utilized to evaluate securities prior to inclusion/exclusion into the portfolio, our research driven approach views fundamental analysis as a three pronged approach:  free cash flow (earnings before, interest, taxes, depreciation and amortization, or EBITDA, minus the capital expenditures necessary to grow/maintain the business); earnings per share trends; and private market value (PMV), which encompasses on and off balance sheet assets and liabilities. Our team arrives at a PMV valuation by a rigorous assessment of fundamentals from publicly available information and judgement gained from meeting management, covering all size companies globally and our comprehensive, accumulated knowledge of a variety of sectors. We then identify businesses for the portfolio possessing the proper margin of safety and research variables from our deep research universe.

Class I USD – LU1216601648
Class I EUR – LU1216601564
Class A USD – LU1216600913
Class A EUR – LU1216600673
Class R USD – LU1453359900
Class R EUR – LU1453360155

GAMCO CONVERTIBLE SECURITIES

GAMCO Convertible Securities’ objective is to seek to provide current income as well as long term capital appreciation through a total return strategy by investing in a diversified portfolio of global convertible securities.

The Fund leverages the firm’s history of investing in dedicated convertible security portfolios since 1979.

The fund invests in convertible securities, as well as other instruments that have economic characteristics similar to such securities, across global markets (but the fund will not invest in contingent convertible notes). The fund may invest in securities of any market capitalization or credit quality, including up to 100% in below investment grade or unrated securities, and may from time to time invest a significant amount of its assets in securities of smaller companies. Convertible securities may include any suitable convertible instruments such as convertible bonds, convertible notes or convertible preference shares.

By actively managing the fund and investing in convertible securities, the investment manager seeks the opportunity to participate in the capital appreciation of underlying stocks, while at the same time relying on the fixed income aspect of the convertible securities to provide current income and reduced price volatility, which can limit the risk of loss in a down equity market.

Class I USD          LU2264533006

Class I EUR          LU2264532966

Class A USD        LU2264532701

Class A EUR        LU2264532610

Class R USD         LU2264533345

Class R EUR         LU2264533261

Class F USD         LU2264533691

Class F EUR         LU2264533428 

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The information and any opinions have been obtained from or are based on sources believed to be reliable but accuracy cannot be guaranteed. No responsibility can be accepted for any consequential loss arising from the use of this information. The information is expressed at its date and is issued only to and directed only at those individuals who are permitted to receive such information in accordance with the applicable statutes. In some countries the distribution of this publication may be restricted. It is your responsibility to nd out what those restrictions are and observe them.

Some of the statements in this presentation may contain or be based on forward looking statements, forecasts, estimates, projections, targets, or prognosis (“forward looking statements”), which reect the manager’s current view of future events, economic developments and nancial performance. Such forward looking statements are typically indicated by the use of words which express an estimate, expectation, belief, target or forecast. Such forward looking statements are based on an assessment of historical economic data, on the experience and current plans of the investment manager and/or certain advisors of the manager, and on the indicated sources. These forward looking statements contain no representation or warranty of whatever kind that such future events will occur or that they will occur as described herein, or that such results will be achieved by the fund or the investments of the fund, as the occurrence of these events and the results of the fund are subject to various risks and uncertainties. The actual portfolio, and thus results, of the fund may differ substantially from those assumed in the forward looking statements. The manager and its affiliates will not undertake to update or review the forward looking statements contained in this presentation, whether as result of new information or any future event or otherwise.

 

La COP26 da peso al inversor en la lucha contra el cambio climático

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Pixabay CC0 Public Domain. Sostenibilidad

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), organizada por el Reino Unido en colaboración con Italia y que tendrá lugar entre los próximos 31 de octubre y 12 de noviembre es, en nuestra opinión, la de mayor trascendencia desde la COP de 2015 en la que se cerró el Acuerdo de París. No en vano, tiene lugar tras la publicación de las conclusiones del último estudio del IPCC que otorga a la huella humana el protagonismo fundamental en la deriva del cambio climático, y la constatación de que la reducción agregada de emisiones comprometida a 2030 de las 113 economías analizadas por las Naciones Unidas proyecta incrementos del 16% respecto a niveles de 2010, cuando deberían reducirse en un 45% para cumplir con el objetivo de 1,5ºC del Acuerdo de París.

Con ella se espera que los países activen planes de recorte de emisiones más potentes ante la crisis climática, y ya se conocen las cinco líneas maestras de la cita en Glasgow: mecanismos de adaptación y resiliencia; protección y restauración de los ecosistemas; transición hacia energías renovables; nueva movilidad y transporte; y contribución del mundo de las finanzas.

Ejes todos de gran calado. Pero nos gustaría detenernos especialmente en el que hace referencia a la contribución del mercado inversor para avanzar hacia los objetivos firmados en el Acuerdo de París. Porque si de algo podemos estar seguros es del papel absolutamente protagonista que tiene -y ha de tener- el mundo financiero en general, y el inversor -especialmente el institucional- en particular, en la movilización contra el cambio climático y en el impulso coordinado al compromiso de las instituciones financieras públicas y privadas al respecto.

Recordemos que un objetivo clave del Acuerdo de París fue garantizar que los flujos financieros fueran compatibles con los límites de aumento de temperatura establecidos en el pacto. Posteriormente, se ha producido una carrera para animar a la industria financiera, y a las empresas en las que invierte -o a las que presta-, a alinear sus decisiones de asignación de capital con los objetivos de París. Desde el lado de la inversión se está adoptando así un papel proactivo y crítico, seleccionando en las carteras solo compañías que cumplan en su actividad con criterios ESG (medioambientales, sociales y de buen gobierno) o buscando un impacto directo de la inversión en proyectos que apuesten por la mejora de, entre otras cosas, la eficiencia energética.

La apuesta por compañías que demuestren su compromiso con el medio ambiente y la sociedad ha venido para quedarse. En ese contexto, la inversión en eficiencia energética como objetivo, y muy especialmente la relacionada con la renovación del parque edificado -responsable del 40% del consumo de energía- es un concepto clave.

La UE ha marcado objetivos a corto (2030), medio (2040) y largo plazo (2050) para acelerar la renovación de inmuebles y facilitar su modernización mediante tecnologías inteligentes. La Directiva 2018/844 sobre eficiencia energética insta a los estados miembros a establecer estrategias para facilitar la transformación “económicamente rentable” de los edificios y conseguir que su consumo de energía sea casi nulo.

El volumen del ahorro energético obtenido a nivel global en 2030 como consecuencia de la aplicación de las medidas de eficiencia energética superará al volumen consumido de energía procedente del petróleo, razón por la cual la UE considera la eficiencia energética como una “fuente de energía por derecho propio” que permitirá cumplir con los objetivos europeos de garantía de suministro, competitividad y lucha contra el cambio climático en un mundo descarbonizado. Por ello, la CE acaba de emitir un mandato político a los estados miembros en el que les insta a crear el marco legislativo necesario para situarla como fuente de energía principal, por encima de cualquier otra opción, incluidas las renovables. Recomienda, asimismo, priorizar las inversiones públicas y privadas en este ámbito.

Las carencias en España

En España carecemos de herramientas legislativas que permitan una verdadera convergencia del capital público -a todas luces insuficiente- y el privado para avanzar en proyectos de rehabilitación de edificios hacia la eficiencia energética. Un ejemplo es la reciente aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que marca una interesante hoja de ruta pero carece de las esperadas y ampliamente demandadas medidas concretas para impulsar la rehabilitación energética en España -nuestra tasa de renovación de edificios está por debajo del 0,3%, lejos del 3% recomendado por la UE- y sigue sin establecer el marco adecuado para resolver la cuestión de la financiación, uno de los mayores obstáculos a su desarrollo.

Tampoco se ha resuelto definitivamente esta financiación mediante el Real Decreto-Ley aprobado a primeros del presente mes de octubre con las medidas urgentes para impulsar la actividad de rehabilitación edificatoria en el contexto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Se ha perdido así en el último año una gran oportunidad para avanzar a mayor velocidad hacia el cumplimiento de los objetivos de descarbonización.

Los fondos estructurados y canalizados por Greenward hacia la financiación de proyectos de rehabilitación energética provienen de inversores institucionales privados con horizonte de largo plazo, por lo que se constituyen en instrumentos financieros muy eficaces para suplir o complementar el capital público en esquemas de colaboración público-privada bien articulados. En la actualidad, este tipo de inversores demandan incorporar activos alternativos a sus carteras que satisfagan las exigencias de inversión socialmente responsable y cumplan los criterios ESG.

Greenward está en fase de lanzamiento en España de un fondo específico centrado en eficiencia energética -como pide, por cierto, la propia CE en el mandato antes mencionado a los Estados miembros-. El principio de “Energy Efficiency First” se ha integrado en todo el proceso de inversión, desde el establecimiento de la misión y los objetivos del fondo hasta la monitorización y el reporte de resultados medioambientales, pasando por la generación de la cartera y la evaluación y selección de las inversiones. Un reto apasionante, con trabas no fáciles de sortear que serían más afrontables si la legislación española incluyera soluciones innovadoras como, por ejemplo y entre otras, los Préstamos para la Activación del Capital Ecológico (PACE).

El modelo PACE, de probado éxito en otros países, permite canalizar con suficiente seguridad el capital de inversores institucionales privados para cubrir las necesidades de financiación de proyectos de mejora energética de los edificios. Los préstamos se repagan exclusivamente con los ahorros generados por las mejoras, con la colaboración de los ayuntamientos en el proceso de recobro y con la única garantía adicional de los propios inmuebles. De esta forma, no penalizan los balances de los propietarios o gestores y pueden ofrecer rentabilidades atractivas a largo plazo para el inversor. Pero como digo, son solo un ejemplo. España, a día de hoy, presenta otras carencias en este nicho de mercado inversor: los créditos fiscales transferibles del Ecobonus, la existencia de bancos verdes como catalizadores de financiación privada, o la posibilidad de monetizar certificados de ahorro energético, por mencionar solo algunas.

Los fondos públicos a disposición son insuficientes y en España no contamos con iniciativas legislativas, fiscales ni financieras suficientes que permitan al ciudadano ser un actor de primer orden en el nuevo sistema energético hacia el que avanzamos, ni al inversor abrir nuevas vías en línea con el protagonismo que pretende en la lucha contra el cambio climático. Nos queda aún un importante camino por recorrer y la COP26 puede ser un buen escenario para plantear cambios. Estamos expectantes.

Tribuna de Fernando de Roda, CEO de Greenward Partners

¿Cuáles son las características ideales de un fondo que invierte en pequeñas y medianas compañías?

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de Arek Socha. Lonvia

En muchas oportunidades hemos escrito sobre las bondades que aportan las compañías de pequeña y mediana capitalización a un inversor que disponga de un horizonte temporal de medio/largo plazo. Hemos comentado, también, cómo el inversor ya ha empezado a incorporar esta categoría de forma estructural en sus carteras, mejorando así su binomio rentabilidad/riesgo y su exposición a modelos de negocio únicos e innovadores. Pero, ¿qué características son las más idóneas al momento de seleccionar un fondo de inversión en esta categoría? ¿Qué aspectos juegan un rol definitivo en el éxito de la estrategia y cómo logra el inversor cumplir sus expectativas?

Desde LONVIA Capital, estamos convencidos de que existe una serie de factores que juegan un papel determinante en la consecución de este mejor ratio rentabilidad/riesgo y que proporcionan consistencia al gestor en el largo plazo:

  1. Los volúmenes bajo gestión: creemos que una estrategia de pequeñas y medianas compañías debe gestionar volúmenes bajos y limitados para garantizar que el equipo gestor pueda tener la suficiente flexibilidad para adquirir modelos de negocios con capitalizaciones de mercado con mayor potencial de crecimiento. El hecho de que un fondo de esta categoría gestione volúmenes muy elevados trae como consecuencia una menor flexibilidad, un posicionamiento menos conservador en algunos nombres de menor capitalización bursátil y desvirtúa de forma directa el objetivo de la estrategia. 
  2. Experiencia del equipo gestor: en un segmento caracterizado por una mayor ineficiencia en la información y por disponer de miles de modelos de negocio que operan en nichos de mercado muy particulares, una dilatada experiencia del equipo es un factor fundamental. Esta característica está ligada a la fuerte especialización con la que debería contar el equipo a través de un track record consolidado en la identificación de este tipo de compañías.
  3. Una filosofía de inversión clara: con más de 5.000 compañías cotizadas en Europa de entre 100 y 15.000 millones de capitalización bursátil, estamos totalmente convencidos de que es necesario aplicar una filosofía basada en la claridad de ideas que permita al equipo gestor saber exactamente en qué tipo de compañías centrarse, cuáles seleccionar y ser muy eficientes al momento de analizar las mejores compañías para invertir con miras de largo plazo.

Con respecto a esta tercera característica de diferenciación, en LONVIA Capital hemos creado, desde hace ya muchos años, un concepto al que llamamos «el círculo virtuoso del crecimiento». Este concepto no es más que saber exactamente el tipo de compañías donde queremos estar invertidos durante los próximos 5,7,10 años. En nuestro caso, sabemos exactamente qué tipo de modelo de negocio nos gusta y, de esta forma, reducimos considerablemente el universo para centrarnos en aquellos campeones del mañana que queremos acompañar en los próximos años.

Estas características serían: reinversión estructural en tecnología, innovación, digitalización y en I+D, inversión en constantes mejoras operativas que permitan a la compañía ser cada año más eficiente y en mejorar su oferta de productos y servicios para encontrar nuevos drivers de crecimiento. Esto trae como consecuencia directa que la compañía atraiga el mejor talento e internacionalice sus ingresos de forma muy rápida a través de adquisiciones estratégicas o desarrollo de sus propias capacidades en geografías de fuerte crecimiento.

En este sentido, Europa juega un rol de liderazgo en muchos segmentos donde históricamente hemos contado con un fuerte know how y donde seguimos generando extraordinarios modelos de negocio que exportan ese conocimiento a otras geografías, por ejemplo: la tecnología médica, innovación digital, robótica, inteligencia artificial, industria 4.0, automatización de la industria, entre otros.

En conclusión, bajos volúmenes bajo gestión que permitan invertir en compañías con alto valor añadido, experiencia comprobada en la identificación y selección dentro de un segmento muy amplio y una filosofía de inversión basada en la claridad de ideas y en el crecimiento estructural de largo plazo, son para nosotros condiciones fundamentales para obtener ese mejor binomio rentabilidad/riesgo que caracteriza a las pequeñas y medianas compañías desde hace más de 25 años.

 

Tribuna de Francisco Rodríguez d’Achille, socio y director de desarrollo de negocio en LONVIA Capital para el Sur de Europa, Latam y US Offshore

Más allá del GARP: nuestro mundo según el SARP

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Foto cedidaLouis Larere y Luc Pez. Louis Larere y Luc Pez

En su afán por superar a Wall Street, Peter Lynch popularizó la filosofía de inversión «Crecimiento a un precio razonable» (GARP, por sus siglas en inglés). Durante su gestión del Magellan Fund, entre 1977 y 1990, Lynch obtuvo una media anual sin precedentes del 29,2%, lo cual le sitúa en el panteón de los inversores legendarios.

Lo hizo aplicando el estilo de inversión híbrido de GARP, que combina los estilos de inversión de crecimiento y de valor. Su tesis se basaba en la selección de valores en lugar de limitarse a mezclar ambos factores.

Lynch trazó su rumbo en la «zona de Ricitos de Oro» del universo bursátil, es decir, en aquellas empresas que presentaban tasas de crecimiento superiores a la media y que seguían cotizando a valoraciones razonables; ni demasiado caras ni demasiado baratas.

El mundo ha cambiado mucho desde que Lynch introdujo el GARP en el zeitgeist de la inversión, pero quizás uno de los mayores cambios en las tendencias de asignación de capital ha sido el crecimiento de la inversión sostenible y ESG. Aunque el ESG es apasionante, la carrera por las acciones ESG es, en gran parte, una respuesta emocional de los inversores que tratan de sacar partido de un tema nuevo y emocionante.

Perseguir una tendencia candente para que luego se enfríe no es nada nuevo en el mundo de la inversión: basta con ver el boom de las puntocom, en el que los inversores acabaron perdiendo el tren por dejarse llevar por una narrativa convincente.

El nacimiento de la inversión SARP

A medida que la inversión se vuelve verde, los gestores de activos están invirtiendo cada vez más en líderes de crecimiento que muestran altas puntuaciones ESG. Sólo hay unas cuantas agencias de calificación en este negocio, y está lejos de ser una ciencia perfecta.

Por ejemplo, los proveedores de calificaciones ESG difieren mucho en sus evaluaciones de la misma empresa.

Las calificaciones sólo tienen una correlación media del 61%. En el sector bancario, en cambio, las evaluaciones de la solvencia de diferentes proveedores para una empresa están correlacionadas en un 99%. Los inversores deberían considerar el uso de los ESG como una parte fundamental del proceso de inversión, y no como un filtro simplista o un atajo para seleccionar las mejores empresas. Además, la mera integración de los criterios ESG no debe equipararse a la inversión sostenible.

Hay muchas inversiones sostenibles interesantes fuera de los sectores de «crecimiento» del mercado. De hecho, muchas buenas empresas cíclicas o de valor suelen pasarse por alto.

Nuestro lema «Inversión sostenible a un precio razonable» refleja un nuevo mundo de inversión, en el que la exuberancia sobre el potencial no realizado de las acciones verdes está manipulando las valoraciones.

Los líderes de la sostenibilidad del futuro están ahora en transición: como estas empresas no tienen un halo verde legado por las agencias de calificación, cotizan a múltiplos muy interesantes.

A diferencia de otros fondos sostenibles, no utilizamos puntuaciones de terceros que puedan ser manipuladas por el proveedor de datos o un departamento de relaciones con los inversores de las empresas, y no hay cuestionarios binarios. En resumen, prestamos atención a la valoración y al precio que se paga por la exposición a la sostenibilidad.

En definitiva, el objetivo es la «sostenibilidad a un precio razonable», a diferencia de otros fondos sostenibles que buscan la «sostenibilidad a cualquier precio».

Este enfoque es sencillo, transparente y está respaldado por datos públicos que suelen encontrarse en los informes anuales de las empresas.

Las empresas del mañana hoy

De hecho, las empresas que mejoran «under-the-radar», o bajo el radar, ofrecen las oportunidades más atractivas tanto en términos de impacto en la sociedad como de rendimiento para los inversores.

Un buen ejemplo es Stora Enso, el proveedor finlandés de soluciones renovables en papel y embalaje. Hace apenas 15 años, obtenía más del 70% de sus ingresos de la fabricación de papel, un negocio muy poco sostenible.

Hoy, la mitad del valor de la empresa reside en sus bosques, que absorben alrededor de 3 millones de toneladas de CO2 al año, una cifra que crece con los bosques.

Stora Enso también fabrica envases de fibra, mucho menos intensivos en CO2 y más fáciles de reciclar que sus alternativas de plástico y vidrio, así como productos de madera que están sustituyendo al hormigón y al acero en la construcción.

El grupo ha finalizado recientemente la construcción de una instalación piloto que produce Lignode®, un material de carbono de base biológica procedente de la lignina que podría utilizarse como alternativa de bajo contenido en carbono al grafito sintético y natural en los ánodos de las baterías y ofrecer un impulso a las aplicaciones de almacenamiento de energía y vehículos eléctricos.

Calculamos que a partir de 2021 la producción de papel tradicional representará tan solo el 10% de los beneficios, ya que Stora Enso cierra fábricas papeleras o las destina a otros fines.

Nuestra filosofía no significa que el análisis ESG no sea crucial en nuestro proceso. Al contrario, los criterios ESG son una parte integral del proceso de selección de valores. Es poco probable que una empresa con prácticas controvertidas y sin signos de mejora acabe en alguna de nuestras carteras.

Pero como todo el mercado está recurriendo a los criterios ESG e ISR en busca de ideas de inversión rentables, los inversores tienden a concentrarse únicamente en un puñado de líderes actuales. Sin embargo, podría ser conveniente mirar a dos o tres años vista en busca de empresas que realicen mejoras radicales. De este modo, los inversores pueden diferenciar sus carteras de las de sus competidores y evitar los peligros de una «burbuja verde». Nuestro mundo, según el SARP.

 

Por Louis Larere y Luc Pez, cogestores del fondo OYSTER Sustainable Europe.

OYSTER Sustainable Europe cuenta con la certificación francesa de ISR, así como con el artículo 9 del SFDR.

 

Haga clic aquí para saber más sobre la estrategia OYSTER Sustainable Europe: https://www.imgp.com/es/focus-funds/oyster-sustainable-europe

Linkedin: https://www.linkedin.com/company/imsquare/

 

La información o los datos contenidos en el presente documento no constituyen en modo alguno una oferta, recomendación o consejo para comprar o vender acciones de las participaciones del Fondo. Los inversores deben consultar la información clave para inversores («KIID») y el folleto del Fondo disponible en https://www.imgp.com para obtener más detalles sobre los riesgos implicados.

Perspectivas del mercado de deuda high yield

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Pixabay CC0 Public Domain. Perspectivas de mercado de deuda high yield

Los factores técnicos siguen siendo un fuerte impulsor de la búsqueda de rentabilidad. La deuda de alto rendimiento (high yield) y la deuda subordinada son las únicas clases de activos de renta fija líquida que ofrecen rendimientos reales positivos (es decir, rendimientos nominales ajustados a la inflación). En Europa, el rendimiento nominal medio de la deuda pública es actualmente del 0% (índice ICE BOA ML ticker «W0GE» a finales de agosto) y el de la deuda privada con grado de inversión es del 0,28% (índice ICE BOA ML, ticker » ER00 «, a finales de agosto).

Por otra parte, las perspectivas de impago de la deuda high yield continúan siendo muy favorables, especialmente en Europa y Estados Unidos, gracias a la recuperación económica tras la crisis sanitaria y al apoyo de los bancos centrales (FED, BCE, BOE, etc.). La situación financiera de las empresas ha mejorado claramente, con un ratio de endeudamiento que ha vuelto al nivel anterior a la crisis.

Por último, la liquidez de las empresas nunca ha sido tan elevada frente a unos vencimientos muy reducidos: apenas el 7% del stock de deuda high yield de las empresas en Europa y Estados Unidos vence en los próximos dos años, frente a una posición de tesorería en el balance del 30% de la deuda bruta en circulación. La situación es algo diferente y menos favorable en los mercados emergentes.

Así las cosas, mantenemos sin cambios nuestras previsiones de impago para 2021: 3,5% para la deuda high yield estadounidense, que se reduce en un 50% en 2021, 2,5% para el high yield europeo (estable) y entre 4/7% para el high yield emergente. En nuestra opinión, las consecuencias tan temidas del fin de las ayudas estatales en Europa y Estados Unidos sobre la solvencia de las empresas serán insignificantes desde nuestra perspectiva. Por ejemplo, en Francia, según las últimas estadísticas de BPI France, el 67% de los Planes Garantizados por el Estado (PGE) concedidos nunca se han utilizado, y menos del 2% corresponden a empresas high yield francesas. De hecho, el 99% de los PGE fueron contratados por empresas muy pequeñas.

Desde el punto de vista macroeconómico, no vemos ningún elemento disruptivo a corto o medio plazo que pueda afectar a la actual recuperación económica y a las condiciones financieras. La situación sanitaria sigue siendo delicada en los países emergentes; el tapering de la Fed y las elecciones alemanas pueden crear un poco más de volatilidad en los mercados, pero no constituyen elementos disruptores que puedan provocar una ampliación significativa de los diferenciales de crédito y un aumento repentino de los impagos.

 En cuanto a la deuda high yield asiática y china, que hemos evitado desde principios de año, estamos adoptando una visión más «constructiva». Empezamos a aprovechar algunas oportunidades, sobre todo en China, en determinados emisores «de primera categoría», que presentan unos fundamentales sólidos, pero que han sufrido las recientes tensiones. Más concretamente, preferimos a los emisores «BB» o «Xover» con buena liquidez, balances sólidos y activos de calidad.

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De hecho, la prima de riesgo entre el mercado de high yield chino (ICE BOA ML ticker, «ACYC») y el mercado de deuda high yield mundial (ICE BOA ML Index, «HW00» ticker) se encuentra en su punto más alto desde 2011, con 720 puntos básicos, es decir, 3 desviaciones estándar de la media histórica (250 puntos básicos). En los niveles actuales, 1080 puntos básicos de diferenciales para el índice HY chino y 812 pb para el HY asiático (índice ICE BOA ML, ticker «ACHY»), los mercados están pronosticando una tasa de impago del 15,5% y del 12% respectivamente en los próximos 12 meses para estas dos zonas (suponiendo una tasa de recobro del 30%). Este nivel incorpora ahora en gran medida los casos específicos de empresas actualmente en dificultades, como Evergrande, y que, en nuestra opinión, es incompatible con la situación de las economías de esta región.

Este diferencial no se justifica por el distinto potencial de crecimiento económico entre China y el resto del mundo. Las previsiones de crecimiento de China para 2021 siguen siendo superiores a la media de los países desarrollados (8% para China frente al 6% de los países desarrollados). Además, refleja un resurgimiento de riesgos específicos tras una política deliberadamente restrictiva del Gobierno chino para limitar el riesgo de burbuja en el mercado inmobiliario y controlar el nivel de endeudamiento de las empresas (la política de las «tres líneas rojas» forma parte de este marco). Así las cosas, la intención del Gobierno chino no es provocar una oleada de quiebras incontroladas, sino eliminar las empresas morosas para una mejor asignación de los recursos a lo largo del tiempo. En China, los impagos son «supervisados» por el Gobierno central según las prerrogativas políticas, económicas y sociales. La reciente recapitalización de Huarong es un ejemplo perfecto de ello.
 

Tribuna de Paul Gurzal, responsable de Crédito, y Akram Gharbi, responsable de Crédito High Yield, de La Française AM.

En busca de las grandes tendencias

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Pixabay CC0 Public Domain. PUERTAS

En una era inexplorada en la que las nuevas tecnologías están transformando los paradigmas existentes, la demografía reconfigura las necesidades de la población mundial y altera los comportamientos de los consumidores, que a su vez fuerzan a modificar los modelos de negocio existentes e impulsan cambios drásticos en nuestro entorno físico, nos encontramos con la creciente necesidad de un marco coherente para hacer un seguimiento de estos temas y los vehículos de inversión que dan acceso a ellos.

En este escenario, el proceso de identificación de las poderosas tendencias disruptivas a nivel macro y las inversiones subyacentes que pueden beneficiarse de la materialización de esas tendencias, se convierten en la clave del éxito.

Por naturaleza, la inversión temática es una estrategia a largo plazo, orientada al crecimiento, que no suele estar limitada geográficamente o por las clasificaciones tradicionales de sectores/industrias, tiene una baja correlación con otras estrategias de crecimiento e invierte en conceptos relacionados.

En particular, la inversión temática no consiste en estrategias ESG, basadas en valores o impulsadas por políticas, a menos que representen una tendencia estructural disruptiva (por ejemplo, el cambio climático). Además, los fondos que se adhieren a los sectores tradicionales o clasificaciones por industria, que se utilizan principalmente para obtener exposición a tendencias cíclicas (por ejemplo, divisas, valoraciones, inflación) no se consideran temáticos.

Por último, las clases de activos alternativos, como la infraestructura cotizada en bolsa, los MLP (sociedades midstream de participación limitada) y las materias primas más extendidas, no se consideran temáticas.

Clasificando temáticas

¿Cómo podemos identificar un tema? Evidentemente, cada empresa tiene un sistema de clasificación diferente, pero hemos comprobado que un sistema de cuatro capas nos permite identificar temas disruptivos y clasificar el espacio de los ETF temáticos. A menudo, hemos visto definiciones contradictorias de la inversión temática en los medios de comunicación y el mundo financiero, lo que lleva a la confusión sobre qué ETFs son temáticos y qué temas están siguiendo.

Nuestro sistema de cuatro niveles de clasificación consiste en: 1) Categorías; 2) Megatemas; 3) Temas; y 4) Subtemas, siendo cada capa más estrecha en su enfoque.

Las «categorías» son el nivel más amplio y representan tres motores fundamentales de la disrupción: los avances exponenciales en la tecnología (tecnología disruptiva), los cambios en los hábitos de consumo y la demografía (personas y demografía) y la evolución del paisaje físico (entorno físico).

Un nivel más abajo están los «megatemas», que sirven de base a múltiples fuerzas transformadoras que están causando cambios sustanciales en un área común.

Conceptualmente, los megatemas son una colección de temas más específicos. Por ejemplo el Big Data es un mega-tema que se compone de aprendizaje automático/profundo, ciberseguridad, computación cuántica y computación en la nube/edge computing.

Más adelante, identificamos los «temas» como las áreas específicas de transformación que están impulsando la tecnología, cambiando las demandas de los consumidores o impactando en el medio ambiente. Actualmente, hay 39 temas en el sistema de clasificación.

Los «subtemas» son nichos más especializadas, como las aplicaciones específicas de los temas o las fuerzas ascendentes que los impulsan.

Los ETFs temáticos pueden dirigirse a una categoría específica, un megatema, un tema o un subtema. Nuestro proceso de clasificación trata de encontrar la mejor opción para un ETF específico, analizando su metodología, participaciones y objetivos establecidos. El sistema de clasificación temática se revisa trimestralmente para considerar nuevas categorías, megatemas, temas o subtemas potenciales. Cuando se lanza un nuevo ETF o se modifica su estrategia, se evalúa inmediatamente su clasificación.

El éxito de los ETFs temáticos

El éxito de los ETFs es evidente. En EE.UU., había 187 ETFs temáticos UCITS con un total de 144.000 millones de dólares en activos gestionados (AUM) a finales de agosto de 2021, lo que supone un aumento de más del 38% desde principios de año. Los temas de la categoría de entorno físico registraron el mayor aumento de los activos bajo gestión en lo que va de año (49%), seguidos de las tecnologías disruptivas (38%) y las personas y la demografía (18%). Los tres temas principales por crecimiento de activos bajo gestión en lo que va de año en EE.UU. son el desarrollo de la infraestructura de EE.UU. (475%), la movilidad (170%) y las fintech (77%). En Europa, aunque las cifras son menores, el crecimiento en los últimos años es enorme. A finales de agosto de 2021 había 69 ETFs temáticos de UCITS que sumaban 40.000 millones de dólares en activos gestionados, lo que supone un aumento de más del 45% desde principios de año. Los temas de la categoría de personas y demografía registraron el mayor aumento de activos bajo gestión en lo que va de año (62%), seguidos de las tecnologías disruptivas (44%) y el entorno físico (41%). Los tres principales megatemas de crecimiento de patrimonio en lo que va de año en Europa son movilidad (196%), como los temas de vehículos autónomos y eléctricos, fintech (136%), y conectividad, como el 5G y el internet de las cosas (130%).

Como vemos, las temáticas que han registrado un mayor crecimiento en ambos mercados son las que están cambiando nuestra sociedad de forma transversal: tecnología, personas y demografía, movilidad, fintech… Podemos concluir que los propios inversores saben cuáles son estas tendencias a nivel macro de las que hablábamos en primer lugar y simplemente quieren formar parte de ellas, quieren formar parte del cambio. El éxito de las firmas de gestión de activos será mayor si son capaces de proporcionarles las herramientas adecuadas para hacerlo en el momento perfecto.

 

Tribuna de Morgane Delledonne, directora de análisis de Global X ETFs.

¿Se enfrentan los mercados a una sorpresa otoñal?

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de S. Hermann & F. Richter. Mirabaud AM

Iniciamos el último trimestre de un año caracterizado por su gran agitación. Sobrestimé la rapidez de la apertura y la recuperación, pensando que durante las vacaciones de verano la actividad volvería casi a la normalidad. Sin embargo, la variante Delta aguó un poco la fiesta. En cualquier caso, sigo confiando en que el año 2022 tendrá un comportamiento más «normal», una vez superemos el invierno.

Por otro lado, también esperaba ver un resurgimiento de los mercados emergentes en el segundo semestre. Ciertamente, vimos un buen comportamiento de los EMHY (Emerging Markets High Yield bonds) en moneda fuerte/efectivo, pero la resistencia del dólar estadounidense ha retrasado en cierta medida cualquier renacimiento de la moneda local para 2021.

Como siempre, China sigue siendo un enigma. La represión de varios sectores ha servido para recordar a los inversores que el país oriental no es una típica economía capitalista de libre mercado. Todavía hay límites.

Para el resto de los mercados emergentes, los riesgos idiosincráticos siguen siendo elevados, y es difícil hacer suposiciones generales en lo que respecta a los activos como conjunto.

Ahora, la gran pregunta es: ¿qué podría alterar los mercados en estos últimos meses del año?

Es cierto que la recuperación ha empezado a flaquear, pero todavía no se ha traducido en las ventas que algunos estrategas del mercado esperan. ¿Hasta qué punto será mala la temporada de gripe? ¿Veremos una elevada ocupación de las UCI que pueda llevar o no a volver a restringir nuestra actividad?

En este momento es demasiado pronto para saberlo, pero sin duda habrá algún tipo de «efecto gripe», aunque es probable que no sea lo suficientemente importante como para tener un impacto crítico. Estamos aprendiendo a convivir con el virus, y cada oleada tiene un menor impacto que la anterior, especialmente con el programa de vacunas y el aumento de los niveles de anticuerpos. También parece que la variante Delta ha dejado atrás su punto álgido.

¿Qué pasa con la economía?

La narrativa dominante en este momento parece basarse en la idea de que alcanzaremos un pico de crecimiento económico, y que a este le seguirá un periodo de desaceleración, en el ciclo intermedio. También he empezado a oír la temida palabra «estanflación».

Seamos claros, puede que tengamos inflación con una economía en desaceleración, pero que aún mantiene cierta fortaleza, pero no creo que lleguemos a una situación de estanflación real: inflación combinada con un crecimiento económico estancado y un alto desempleo.

Los problemas serán más significativos si estas condiciones pesan sobre la confianza y el gasto de los consumidores. Si las cadenas de suministro superan sus dificultades, tal y como se espera, es posible que nos encontremos en un entorno de Ricitos de Oro (Goldilocks) para la renta variable si los rendimientos de los bonos se mantienen bajos y el tapering no provoca una rabieta.

Las cosas nunca salen como se espera, y tenemos que reconocer que los riesgos han aumentado: los precios de los bienes están subiendo, al igual que los componentes de esos bienes. Y los salarios también están subiendo. Esta situación va a provocar un deterioro de los márgenes y una presión sobre los beneficios a medida que avancemos. Además, la inflación parece convertirse en un problema más duradero, debido en parte a las continuas dificultades en la cadena de suministro mundial.

Es muy posible que tengamos una ola de ventas en las bolsas antes de fin de año como resultado de las altas valoraciones en un momento en que estos riesgos comiencen a impactar en los beneficios y las perspectivas de las empresas. El tapering también puede provocar una rabieta. Es probable que cualquier caída sea dolorosa, pero de corta duración. Todavía hay mucha liquidez en el sistema, por lo que el carrusel continúa.

La semana pasada se habló mucho del tapering, y la Reserva Federal no decepcionó, hablando debidamente de empezar a cerrar los grifos en noviembre, con una subida de tipos ya prevista para 2022.

Creía que el resultado era bastante agresivo, por lo que me sorprendió que los bonos del Tesoro no respondieran. Hicieron falta comentarios beligerantes del Banco de Inglaterra al día siguiente para incitar a tomar una postura más agresiva y encender los motores, logrando así un mayor movimiento de los bonos del Tesoro, los Bunds y los Gilts.

Evergrande fue el otro gran tema de conversación, y parecía que esta empresa inmobiliaria china sobreendeudada podría tener una importancia sistémica para los mercados financieros mundiales mucho mayor de lo previsto. Sin embargo, un día después de que saltara la noticia, este temor se había invertido.

En definitiva, seguimos considerando que nos encontramos a mitad del ciclo económico y, por tanto, mantenemos nuestra atención en el crédito.

Columna de Andrew Lake, director de Renta Fija de Mirabaud Asset Management.

Las tendencias globales impulsan las empresas internacionales de pequeña capitalización

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de Gerd Altmann. Aberdeen

Los inversores suelen omitir los valores de las compañías internacionales de pequeña capitalización. Sin embargo, creemos que hay razones de peso para considerarlos ahora que los mercados se enfrentan a importantes transformaciones que girarán en torno a cuestiones temáticas: el envejecimiento de la población, la transición energética y un mundo cada vez más digital. Estas tendencias han llegado para quedarse y las empresas internacionales de menor tamaño ayudan a los inversores a capitalizar las distorsiones del mercado.

No pase por alto lo internacional

Las empresas más grandes de Estados Unidos son tan grandes que son más difíciles de gestionar. Las megacompañías «todoterreno» no suelen ser tan ágiles como las pequeñas compañías de nicho que pueblan el universo de la pequeña capitalización. Las firmas más grandes pueden tener más dificultades para identificar las tendencias emergentes y corren el riesgo de quedarse anticuadas. Las más pequeñas, precisamente por su tamaño, son capaces de pivotar más eficazmente ante los cambios de los mercados.

Creemos que las empresas internacionales de pequeña capitalización pueden complementar de manera sólida las participaciones nacionales, tanto grandes como pequeñas. Esta clase de activos no se conoce tan bien, por lo que los gestores activos tienen la oportunidad de encontrar buenas empresas que pasan desapercibidas.

Las empresas internacionales de pequeña capitalización están orientadas a sus mercados locales, por lo que están expuestas a mercados y flujos de beneficios diferentes a los de las empresas estadounidenses. Esto significa que podrían ayudar a diversificar las carteras de inversión.

Además, las small caps internacionales tienden a tener una menor cobertura de los analistas que sus homólogas estadounidenses (ver gráfico 1). Con menos analistas recorriendo el mercado, el espacio internacional de pequeña capitalización puede estar lleno de oportunidades de inversión que son atractivas pero se pasan por alto.

Gráfico 1: Un menor número de analistas en el espacio de pequeña capitalización puede significar una mayor oportunidad

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Si los inversores quieren preparar sus carteras para los retos y las oportunidades que pueden crear las disrupciones del mercado en un mundo cambiante, pueden tener en cuenta estos tres temas clave que pueden influir en los mercados de renta variable hoy y mañana.

1. Cambio demográfico

Gracias a la mejora de la asistencia sanitaria y a la reducción de las tasas de mortalidad infantil, la población mundial se ha disparado desde la década de 1950, pasando de los 2.200 millones de entonces a los 7.700 millones actuales1.

Pero la población mundial no solo está creciendo: está envejeciendo. En 2018, por primera vez en la historia, había más personas mayores de 64 años que niños menores de cuatro años2. Esta tendencia está muy presente en los países de mayores ingresos, con menores tasas de fertilidad y mayor esperanza de vida. Los países de menor renta, con tasas de fecundidad más altas y menor esperanza de vida, aún no la están experimentando. Pero, a nivel mundial, se espera que el número de niños menores de cinco años alcance su punto máximo y se estabilice en este siglo3.

En los países cuya población ya tiende a envejecer (por ejemplo, Japón, EE.UU., Suecia, etc.), la mano de obra ha cambiado y seguirá cambiando. Con un mayor número de individuos de edad avanzada que abandonan la población activa y que viven más tiempo una vez que lo hacen, disminuye la proporción de personas que trabajan que apoyan a las que no lo hacen. Esto podría obstaculizar el crecimiento económico, a menos que la edad media de jubilación aumente. El envejecimiento de la población también puede modificar la demanda de bienes y servicios. Por ejemplo, una población más anciana podría hacer que aumentara la demanda de diversos productos y servicios en el sector sanitario.

Mientras tanto, en los países de renta baja (por ejemplo Brasil e Indonesia), existe la posibilidad de que aumente la proporción de adultos productivos y empleados en el mercado laboral y de que se reduzcan las tasas de fertilidad y aumente la esperanza de vida. Esto podría favorecer el crecimiento económico.

A medida que estos países se desarrollen y la calidad de vida mejore, no sólo cambiarán su fuerza laboral, sino también su riqueza total. Esperamos que la clase media crezca en muchos mercados emergentes y frontera durante las próximas décadas. A medida que una mayor parte de la población mundial acumula más renta disponible, aumenta el apetito por los bienes y servicios. En estos países podría aumentar la demanda de servicios relacionados con el ocio o de bienes de mayor calidad. También es posible que busquen servicios educativos superiores o extraescolares.

2. Demanda de sostenibilidad

A medida que la crisis climática se ha ido agravando, la demanda de prácticas sostenibles se ha disparado. Esto crea enormes oportunidades en varios sectores.

Los consumidores y los inversores quieren cada vez más productos, servicios y prácticas que ofrezcan soluciones respetuosas con el medio ambiente. La popularidad relativamente nueva de los vehículos eléctricos habla de este tema. Considere que algunos fabricantes de vehículos eléctricos son nombres conocidos, lo que no era el caso ni siquiera a principios de la década de 2010. Aunque todavía hay relativamente pocos vehículos eléctricos en la carretera en comparación con los de combustión interna, este mercado será cada vez más competitivo en los próximos años, impulsando la demanda a través de la cadena de suministro para las empresas de materiales y los fabricantes.

También vemos que este deseo impulsa la preferencia de los consumidores por los productos de origen ético en los sectores de consumo discrecional y de productos básicos, ya que la gente es cada vez más consciente de su huella medioambiental.

En una línea similar, vemos oportunidades atractivas en varios nichos de negocios industriales que ofrecen soluciones a los problemas medioambientales, incluidas las empresas que reducen el consumo de agua y el uso de productos químicos, o las que proporcionan fuentes de energía renovables.

3. Digitalización

El mundo ya se estaba digitalizando mucho antes de la pandemia, pero esta tendencia se aceleró durante el confinamiento, a medida que un número cada vez mayor de empresas se orientaba hacia modelos de trabajo desde casa y el comercio se trasladaba casi por completo a las plataformas en línea.

Esta transición está creando nuevos modelos de negocio. Por ejemplo, en los sectores de las finanzas y el consumo, muchas empresas han cambiado hacia servicios de Internet basados en la nube y han permitido el trabajo a distancia. Cuanto más dependen las personas y las empresas de sus dispositivos y de Internet, más oportunidades se abren dentro del mundo digital.

Los semiconductores por ejemplo tienen una mayor demanda a medida que más personas los necesitan para realizar su trabajo desde casa. La ciberseguridad es otro sector en el que se abren continuamente nuevas oportunidades. Trabajar desde casa requiere una ciberseguridad más robusta y menos centralizada, y los proveedores están aceptando el reto.

Cómo aplicar estos temas a una asignación de small caps internacionales

Las firmas internacionales de pequeña capitalización pueden ofrecer a los inversores una exposición a estas tendencias a través de empresas ágiles y menos conocidas que podrían ayudar a generar valor a largo plazo.

Al contemplar el futuro de una población que envejece, ¿por qué no pensar por ejemplo en las pequeñas empresas de investigación y ensayos clínicos, en lugar de en las gigantescas compañías farmacéuticas? Ambas tienen en cuenta el potencial aumento de la demanda de servicios sanitarios. Pero las empresas más pequeñas pueden tener el potencial de crecer mucho más que sus pares ya muy grandes.

O, en el caso de las crecientes clases medias de los países en desarrollo, los inversores pueden hacer bien en no centrarse únicamente en las grandes superficies que dominan el universo de las grandes empresas. En su lugar, o además, podrían considerar las oportunidades que ofrecen las marcas más pequeñas que suministran a estas tiendas. Las empresas locales de educación, como los programas de formación médica o los operadores universitarios, también podrían beneficiarse de una mayor clase media.

El espacio de las energías renovables está repleto de oportunidades de inversión entre empresas grandes y pequeñas. Pero, ¿por qué poner todos los huevos en la proverbial cesta de un solo fabricante de vehículos eléctricos sin considerar al menos las oportunidades de inversión entre las empresas que suministran a la industria de los vehículos eléctricos? Lo mismo ocurre con las empresas de energías limpias.

Dentro de la esfera digital, hay varias pequeñas empresas de software, servicios de recopilación de datos y empresas de ciberseguridad que salpican el panorama internacional de las pequeñas capitalizaciones. Estas empresas pueden estar preparadas para capitalizar las tendencias hacia la digitalización, con mucho más espacio para crecer que los gigantes tecnológicos.

Estas tendencias demográficas, de sostenibilidad y de digitalización están en marcha y se aceleran. Y creemos que hay numerosas pequeñas empresas internacionales de alta calidad bien posicionadas para crecer junto con estos temas. Esto crea una oportunidad para que los gestores activos encuentren un potencial de crecimiento a largo plazo para los inversores. En este caso, seguir el ritmo de las tendencias podría significar crear valor.

Columna de Andy Brown, Investment Director de renta variable global en abrdn

Notas
1. Our World in data, 2021
2. Ibid
3. Ibid

Sacar el capital natural del frío

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Con el mundo observando, el fracaso no es una opción en la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también conocida como COP26. Cada vez está más claro cómo sería la receta del éxito. 

Reducir las emisiones es el enfoque obvio, pero no es suficiente. Tenemos que difundir y mejorar las tecnologías para capturar el carbono existente en la atmósfera. Para ayudar en este sentido, los líderes mundiales deben centrar sus miras en los sistemas de fijación de precios globales para el carbono. 

Tras el éxito obtenido en el establecimiento de un tipo impositivo mínimo para las empresas[1], acordado por 136 países la semana pasada, es necesario un nivel de ambición similar para rectificar el hecho de que casi el 80% de las emisiones de carbono aún no están cubiertas por ningún precio del carbono[2].

El progreso no debe detenerse ahí. También tenemos que ocuparnos de los depósitos naturales de carbono que existen en la actualidad, es decir, nuestros océanos, la tierra y los bosques. Combinados, estos depósitos de carbono eliminan y almacenan aproximadamente el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero, como muestra el gráfico más abajo[3] 

Creemos que cualquier política climática creíble debe incorporar el papel fundamental de la naturaleza en la reducción y eliminación de emisiones. Los mares están siendo dañados por la acidificación, la contaminación por plásticos y productos químicos, la sobrepesca, la caza de ballenas, la destrucción de los hábitats costeros y la explotación de los fondos marinos, mientras que los bosques sufren la deforestación, los incendios y las sequías.

Las fuentes y los absorbentes de las emisiones de gases de efecto invernadero

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 *Gases de efecto invernadero Fuentes: Proyecto Drawdown – Drawdown Framework, IPCC (2014), Global Carbon Project (2019) DWS Investment GmbH a partir del 10/12/21

Por ello, los responsables políticos deben actuar con rapidez, por ejemplo, ampliando las áreas marinas protegidas y las zonas de conservación, garantizando la protección legal de los hábitats costeros y prohibiendo prácticas nocivas como la pesca de arrastre de fondo, la extracción de fondos marinos, la caza de ballenas, el cercenamiento de las aletas de los tiburones y poniendo fin a las perversas subvenciones a la pesca. También es necesario poner fin a la exploración y producción de combustibles fósiles en alta mar y asegurarse de que las industrias navieras y marítimas paguen por los daños que generan sus operaciones. Aunque la mejor manera de llevar a cabo estos esfuerzos es a través de los Estados, creemos que los inversores privados también tienen un papel importante que desempeñar.

En lo que respecta a los océanos, encontramos que sólo ocho industrias son fundamentales, a saber, el petróleo y el gas en alta mar, el equipamiento y la construcción marina, los productos del mar, el transporte marítimo de contenedores, la construcción y reparación de barcos, el turismo de cruceros, las actividades portuarias y la energía eólica en alta mar. Salvo en el caso de los productos del mar, los equipos marinos y la construcción, el tamaño de las 10 principales empresas de los demás sectores representa una proporción significativa del total de la industria, si se mide en términos de ingresos[4] Se trata, en su mayoría, de grandes empresas que cotizan en bolsa, lo que significa que existe la oportunidad de un compromiso enérgico de los inversores que permita acelerar las conversaciones sobre la gestión de los océanos. Por lo tanto, la comunidad de inversores tiene un gran interés en impulsar la defensa del capital natural en el centro de la agenda de la COP26, dadas las externalidades negativas que suponen para el rendimiento potencial de muchas clases de activos.

1 Reuters (8 de octubre de 2021). Se alcanza un acuerdo sobre el tipo mínimo del impuesto de sociedades a nivel mundial: OCDE.
2 Banco Mundial (2021). Estado y tendencias de la tarificación del carbono 2021.
3 Project Drawdown – Drawdown Framework, IPCC (2014) & Global Carbon Project (2019).
4 Verdin et al. (2021). The Ocean 100: Empresas transnacionales en la economía de los océanos.

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