Buscando trufas en la renta fija corporativa

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Andrea Cairone Truffle Hunting_0
Pixabay CC0 Public DomainAndrea Cairone. Andrea Cairone

El otoño en el hemisferio norte suele ser una época propicia para que proliferen los hongos. Pero los más cotizados —las trufas blancas tan apreciadas por su sabor— permanecen obstinadamente bajo la tierra. Su maravilloso aroma solo le es revelado a quien está dispuesto a realizar un tenaz esfuerzo de búsqueda. Esto puede requerir de la combinación de años de experiencia, un ayudante canino con un sentido del olfato desarrollado y el conocimiento de la topografía y la biología.

Podemos ver paralelismos entre la búsqueda de setas y los crecientes esfuerzos necesarios para descubrir oportunidades en los mercados de crédito. En parte, esto es una consecuencia de las valoraciones completas y en parte un reconocimiento de que algunos de los vientos de cola económicos están retrocediendo. La volatilidad podría aumentar, y los riesgos idiosincráticos están por todas partes. El valor está presente, pero a menudo se esconde bajo la superficie.

Niveles de deuda y valuaciones

Gran parte de 2021 se ha caracterizado por las campañas de vacunación de la población mundial, si bien es cierto que los países desarrollados de mayor renta han estado a la cabeza de dichos esfuerzos. La posibilidad, hoy ya hecha realidad, de la reapertura económica ha generado condiciones idóneas para que los beneficios empresariales se disparen y los flujos de caja se recuperen. Tal como cabría esperar de unos mercados con perspectiva de futuro, los activos de riesgo han repuntado con fuerza a medida que los inversores anticipaban esta mejora. A principios de septiembre, la renta variable estadounidense, representada por el índice S&P 500®, marcó un nuevo máximo histórico. Los diferenciales de los bonos high yield estadounidenses, aunque todavía por encima de sus mínimos históricos, se han contraído después de ampliarse a causa del COVID-19. Una historia similar se ha repetido en Europa, aunque Asia Pacífico y los mercados emergentes han experimentado mayor inestabilidad en 2021.

La deuda se disparó durante la pandemia, pero está viéndose apoyada por unos costos de servicio de la deuda contenidos. Unida a la política de dinero barato, la liquidez ha hecho que el apetito por los activos de riesgo crezca aún más. El debate sobre si unas condiciones laxas de financiación configuran un entorno positivo o invitan más bien a cometer excesos seguirá presente durante todo el año que viene. El stock agregado de deuda —sumando deudores soberanos y corporativos— está en niveles récord como se observa en el gráfico 1a.  Por otro lado, el gráfico 1b muestra que la deuda como porcentaje de la renta variable se encuentra en niveles históricamente bajos. Esto puede explicar más las elevadas valuaciones alcanzadas por los mercados de renta variable que los niveles de deuda corporativa.

Janus Henderson

Janus Henderson

¿Cuánta deuda es demasiada? Ambos indicadores nos dicen poco sobre esta cuestión. Unos niveles altos de deuda deben ponerse en contexto con la capacidad para atender dicha deuda y con la probabilidad de perder el acceso a nuevo capital. Por su parte, los ratios deuda-renta variable podrían sugerir un entorno en el que una gran inversión de recursos propios ofrece un colchón contra las pérdidas de capital para los tenedores de bonos. La realidad es que con frecuencia señalan unas valuaciones de la renta variable excesivas y anticipan un cambio de tendencia en el ciclo. Los mínimos anteriores tuvieron lugar antes de la crisis del petróleo de 1973, del pinchazo de la burbuja de las «puntocom» en 2000 y de la crisis financiera mundial de 2007-2009; en todos esos casos, las correcciones en los mercados bursátiles provocaron que los niveles de deuda, como porcentaje de la renta variable, se disparasen.

Los diferenciales de crédito suelen exhibir una correlación positiva con los mercados de renta variable, y unas valuaciones sobrecargadas en alguno o ambos de esos mercados invita a ser prudentes. Los fundamentales económicos, sin embargo, siguen siendo sólidos, y con la última crisis tan reciente, cabría presumir que cualquier ola vendedora en la renta variable tendría poca fuerza y duración, y que cualquier episodio de ampliación de diferenciales en el crédito sería, igualmente, modesto. Las tendencias de liquidez serán probablemente el principal determinante de estos mercados, salvo un deterioro de los fundamentales.

Las tasas de impago son bajas y en descenso. Las tasas de impago de Moody’s para periodos consecutivos de 12 meses en los segmentos especulativos de Europa y EE.UU. se han desplomado, pasando de los máximos del 5,1% y 8,9% respectivamente en el último año hasta el 3,7% y 3,1% hacia finales de julio de 20211. Los ratios de apalancamiento (que se calculan dividiendo la deuda bruta entre los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) se han reducido. Morgan Stanley señaló que la media del apalancamiento bruto (deuda sobre beneficios) entre los emisores de deuda corporativa estadounidenses con calificación investment grade ha caído hasta 2,4 veces los beneficios desde cerca de 3 veces en 2020, mientras que en el segmento high yield el apalancamiento bruto ha caído desde 4,8 veces los beneficios en 2020 hasta menos de 3,9 veces hacia finales del 2T de 20212. Creemos que esta dinámica podría haber continuado durante el 3T.

Una gran parte de esta mejora ya está reflejada en los spreads, que cotizan cerca de la parte más baja de sus rangos de largo plazo. Por ejemplo, a principios de septiembre de 2021, los spreads del high yield global, medidos por el índice ICE BofA Global High Yield, estaban unos 50 puntos básicos (pb) por encima del mínimo de cinco años de 311 pb registrado en 2018 y unos 130 pb por encima del mínimo histórico de 233 pb registrado en 20073. Aunque esto sigue dejando cierto margen de estrechamiento, el ratio remuneración-riesgo se está acercando más al equilibrio.

Un entorno como el descrito requiere un esfuerzo más concertado en términos de análisis de crédito. Un área de atención para nosotros consiste en identificar rising stars (o estrellas ascendentes, es decir, emisores que verán probablemente revisada al alza su calificación de crédito desde high yield hasta investment grade). El paso a una categoría crediticia más alta suele ir acompañado de una compresión de los spreads a lo largo del tiempo. Actualmente, existe un sano margen de spreads entre los bonos BB (high yield) y los BBB (investment grade), como se observa en el gráfico 2. De hecho, el ratio de los diferenciales de crédito de los bonos BB respecto a los BBB se acerca a la parte alta del rango de 10 años.

Janus Henderson

Retorno de la multiplicidad

De no mediar alguna nueva variante del virus, el obstáculo para la economía representado por el COVID-19 irá remitiendo. Entonces, ¿qué factor puede perturbar la relativa calma de los mercados de crédito?

La política es siempre una incógnita difícil de prever. Se ha producido un notable giro del tono en China, pues el Partido Comunista está interviniendo en las que considera áreas anticompetitivas de su economía con el fin de reducir las desigualdades sociales. Esto ha generado una onda expansiva en otros sectores a medida que los inversores tratan de recalibrar el potencial de beneficios de las empresas.

Las subidas de impuestos están penetrando en la agenda política global, ya sea como vía para financiar el cambio demográfico estructural —véase la tasa para cuidados sociales del 1,25% anunciada en el Reino Unido, destinada a ayudar a sufragar la atención social de una población cada vez más envejecida— o bien por el cambio de postura de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) respecto a la imposición a las ventas digitales. Los argumentos sobre la elevación del techo de deuda en EE.UU., un debate recurrente, animarán probablemente el Congreso estadounidense y pondrán un foco más agudo sobre los niveles de deuda en general. Estos temas probablemente irán disipándose, aunque existen riesgos.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26) que tendrá lugar en Glasgow (Escocia) en noviembre también pone de manifiesto la creciente importancia del cambio climático y los problemas más amplios de sustentabilidad. Desde la revisión del precio de las emisiones de carbono a posibles impuestos sobre el metano, existen numerosos factores capaces tanto de encarecer los costos para las empresas conforme se fija un precio por las externalidades como de crear oportunidades para aquellas empresas que están abrazando el cambio. Como resultado de este y otros factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), vemos ganadores y perdedores.

Sin embargo, la principal área que podría plantear un reto a los mercados en los próximos meses es cómo responden a los datos de inflación y a la política de los bancos centrales. La continua disrupción en las cadenas de suministro está complicando la valuación por los bancos centrales de las perspectivas sobre inflación. Ya hemos visto cómo algunos bancos centrales de Europa del Este y Latinoamérica aumentaban sus tasas de interés este año a medida que comenzaba un desacoplamiento de las políticas a nivel global. Con los rendimientos en niveles bajos, el riesgo de tasas de interés se vuelve una preocupación más acuciante para el mercado de crédito, incluso en áreas donde tradicionalmente ha revestido una menor importancia. Deutsche Bank observó a principios de septiembre que el 85% de los bonos high yield estadounidenses mostraban un rendimiento inferior a la tasa de inflación estadounidense medida por el IPC4. Los mercados están apostando fuerte a que la inflación es transitoria.

Inflación: la preocupación que no desaparecerá

Es una simplificación asumir que la inflación es mala para la renta fija. No cabe duda de que aquellos bonos con cupón fijo verán descender el valor real de dicho cupón. Pero el que esto se traduzca en una rentabilidad total positiva o negativa para el inversor dependerá de otros factores. ¿Cuál es el rendimiento corriente? ¿Cuál es la duración del bono? ¿Qué rendimientos ofrecen otras inversiones alternativas?  Pero, sobre todo, la inflación se convierte en una preocupación cuando obliga a los responsables de los bancos centrales a reaccionar a ella muy en serio. El endurecimiento de la política monetaria suele ser el principal factor detonante de un cambio en el ciclo.

Unos niveles elevados de inflación y rendimientos reales no tienen por qué ser malos para el crédito ya que típicamente son indicativos de expansión económica. Un entorno de crédito en fase de mejora compatible con una contracción de los diferenciales puede actuar como amortiguador de la presión alcista sobre los rendimientos. De hecho, el análisis de Morgan Stanley comparó el excedente de rentabilidad en el segmento investment grade y high yield estadounidense bajo diferentes condiciones (gráfico 3) y concluyó que unos niveles de inflación al alza eran típicamente positivos para la rentabilidad, mientras que producían resultados más ambiguos sobre los rendimientos reales.

Janus Henderson

No debemos tampoco pasar por alto el impacto que la inflación puede tener sobre los agentes económicos. De hecho, los mayores precios ya están empezando a afectar a los consumidores, como se observa en el gráfico 4. Los consumidores están empezando a ver los incrementos de precios con un prisma negativo en términos de intención de compra.

Janus Henderson

La inflación puede ser perjudicial si lastra la demanda o hace que los responsables de política reaccionen agresivamente para combatirla. Los mercados están percibiendo el repunte de la inflación como transitorio y parecen estar viendo el gradualismo de la respuesta de los bancos centrales (reducciones del PEPP por el BCE, tapering por el Banco Federal de Australia y cambio de lenguaje por la Reserva Federal) como una reacción adecuada ante una mejora de la economía. Esto representa un giro abismal respecto al discurso que suele provocar disgustos en los mercados.

Estamos de acuerdo en que gran parte del repunte de la inflación es transitorio. Si a los mercados les entrasen miedos, lo consideraríamos como oportunidad de compra. El mundo rebosa de excedentes de ahorro que normalmente acuden en masa de nuevo a la caza de rendimientos. Sin duda, una corrección nos ayudaría a detectar un mayor número de oportunidades aún ocultas bajo tierra.

 

Tribuna de Jim Cielinski, director global de renta fija de Janus Henderson Investors

 

 

Anotaciones: 

1Fuente: Moody’s, a 10 de agosto de 2021.

2Morgan Stanley, a 27 de septiembre de 2021. Apalancamiento bruto = Deuda/beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones.

3Fuente: Bloomberg, índice ICE BofA Global High Yield, a 9 de septiembre de 2021.

4Fuente: Deutsche Bank, Chart of the Day, 7 de septiembre de 2021.

 

Glosario de términos:

Punto básico (p.b.): centésima parte de un punto porcentual. 1 pb = 0,01%, 100 pb = 1%.

Correlación: la relación que existe entre dos variables. Una correlación positiva sugiere que los dos activos se mueven en la misma dirección., si bien no necesariamente con la misma magnitud.

Impago: el incumplimiento por un deudor (como un emisor de bonos) de su obligación de pagar intereses o reembolsar la cantidad original prestada a su vencimiento.

Duración: mide la sensibilidad del precio de un bono a los cambios en las tasas de interés. Cuanto mayor es la duración de un bono, mayor es su sensibilidad a los cambios en las tasas, y viceversa.

Dinero fácil (Easy money): política acomodaticia del banco central consistente en, por ejemplo, mantener las tasas de interés bajas o realizar compras de activos; lo contrario es una política restrictiva.

Producto bruto interno: una de las variables que mide la actividad económica.

High yield: bono con una calificación crediticia más baja que un bono investment grade. Estos bonos conllevan un mayor riesgo de que el emisor incurra en impago, por lo que normalmente se emiten con un cupón (pago de intereses) más alto.

Índice ICE BofA Global High Yield: el índice hace un seguimiento de la rentabilidad de la deuda corporativa denominada en USD, CAD, GBP y EUR de calificación inferior a investment grade y emitida al público en los más importantes mercados nacionales o de eurobonos.

Riesgos idiosincráticos: se trata de riesgos específicos al deudor en lugar de causados por factores económicos más generales.

Inflación: tasa a la que aumentan los precios de los bienes y servicios en una economía.

Bono investment grade: bono emitido normalmente por gobiernos o empresas de los que se considera que tienen un riesgo relativamente bajo de impago de su deuda.

Liquidez: la facilidad con la que los activos pueden ser negociados y/o el flujo de dinero a través de la economía.

Política monetaria/del banco central: las políticas de un banco central, para tratar de influir en el nivel de inflación y crecimiento de una economía. Incluye el control de las tasas de interés y la oferta monetaria. estímulo monetario es cuando el banco central aumenta la oferta monetaria y reduce los costos de endeudamiento. La restricción monetaria se da cuando el banco central actúa para frenar la inflación y desacelerar el crecimiento de la economía, elevando las tasas de interés y reduciendo la oferta de dinero.

Diferencial ajustado a opciones (OAS): mide el diferencial entre el tipo de interés de un valor de renta fija y la tasa de rentabilidad libre de riesgo, que se ajusta para tener en cuenta una opción implícita.

PEPP: Pandemic Emergency Purchases Programme – un programa del Banco Central Europeo destinado a la compra de activos, como bonos de deuda pública y privada, para ayudar a reducir los costos de financiación y estimular la economía de la zona euro con el fin de contrarrestar los efectos económicos negativos del coronavirus.

Rendimiento real: rendimiento nominal de un bono menos la tasa de inflación.

Activos de riesgo: valores financieros que pueden experimentar considerables movimientos en su precio (con el consiguiente mayor riesgo). Como ejemplos cabe citar las acciones, las materias primas, los inmuebles y los bonos con calificaciones de crédito bajas.

Diferencial/diferencial de crédito: la diferencia de rendimiento entre valores con un vencimiento similar, pero con una calidad crediticia diferente. Los diferenciales de amplitud creciente indican generalmente un deterioro de la solvencia de los prestatarios corporativos, y si se están estrechando indican una mejora.

Rentabilidad total rentabilidad global teniendo en cuenta los ingresos y cualquier variación de valor en el capital invertido.

Volatilidad: fluctuación al alza o a la baja del precio de un activo.

 

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Buscando trufas en la renta fija corporativa

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Andrea Cairone Truffle Hunting
Pixabay CC0 Public DomainAndrea Cairone. Andrea Cairone

El otoño en el hemisferio norte suele ser una época propicia para que proliferen las setas. Pero los hongos más cotizados —las trufas blancas tan apreciadas por su sabor— permanecen obstinadamente bajo la tierra. Su maravilloso aroma solo le es revelado a quien está dispuesto a realizar un tenaz esfuerzo de búsqueda. Esto puede requerir de la combinación de años de experiencia, un ayudante canino con un sentido del olfato desarrollado y el conocimiento de la topografía y la biología.

Podemos ver paralelismos entre la búsqueda de setas y los crecientes esfuerzos necesarios para descubrir oportunidades en los mercados de crédito. En parte, esto es una consecuencia de las altas valoraciones y, en parte, del reconocimiento de que los nubarrones para las economías están remitiendo parcialmente. La volatilidad podría aumentar, y los riesgos idiosincráticos están por todas partes. El valor existe, sí, pero a menudo permanece oculto bajo la superficie.

Niveles de deuda y valoraciones

Gran parte de 2021 se ha caracterizado por las campañas de vacunación de la población mundial, si bien es cierto que los países desarrollados de mayor renta han estado a la cabeza de dichos esfuerzos. La posibilidad, hoy ya hecha realidad, de la reapertura económica ha generado condiciones idóneas para que los beneficios empresariales se disparen y los flujos de caja se recuperen. Tal como cabría esperar de unos mercados con perspectiva de futuro, los activos de riesgo han repuntado con fuerza a medida que los inversores anticipaban esta mejora. A principios de septiembre, la renta variable estadounidense, representada por el índice S&P 500®, marcó un nuevo máximo histórico. Los diferenciales de los bonos high yield estadounidenses, aunque todavía por encima de sus mínimos históricos, se han contraído después de ampliarse a causa del COVID-19. Una historia similar se ha repetido en Europa, aunque Asia Pacífico y los mercados emergentes han experimentado mayor inestabilidad en 2021.

La deuda se disparó durante la pandemia, pero está viéndose apoyada por unos costes de servicio de la deuda contenidos. Unida a la política de dinero barato, la liquidez ha hecho que el apetito por los activos de riesgo crezca aún más. El debate sobre si unas condiciones laxas de financiación configuran un entorno positivo o invitan más bien a cometer excesos seguirá presente durante todo el año que viene. El stock agregado de deuda —sumando deudores soberanos y corporativos— está en niveles récord como se observa en el gráfico 1a.  Por otro lado, el gráfico 1b muestra que la deuda como porcentaje de la renta variable se encuentra en niveles históricamente bajos. Esto puede explicar más las elevadas valoraciones alcanzadas por los mercados de renta variable que los niveles de deuda corporativa.

Janus Henderson

Janus Henderson

¿Cuánta deuda es demasiada? Ambos indicadores nos dicen poco sobre esta cuestión. Unos niveles altos de deuda deben ponerse en contexto con la capacidad para atender dicha deuda y con la probabilidad de perder el acceso a nuevo capital. Por su parte, los ratios deuda-renta variable podrían sugerir un entorno en el que una gran inversión de recursos propios ofrece un colchón contra las pérdidas de capital para los tenedores de bonos. La realidad es que con frecuencia señalan unas valoraciones de la renta variable excesivas y anticipan un cambio de tendencia en el ciclo. Mínimos anteriores tuvieron lugar antes de la crisis del petróleo de 1973, el pinchazo de la burbuja de las «puntocom» en 2000 y la crisis financiera mundial de 2007-2009; en todos esos casos, las correcciones en los mercados bursátiles provocaron que los niveles de deuda como porcentaje de la renta variable se disparasen.

Los diferenciales de crédito suelen exhibir una correlación positiva con los mercados de renta variable, y unas valuaciones sobrecargadas en alguno o ambos de esos mercados invita a ser prudentes. Los fundamentales económicos, sin embargo, siguen siendo sólidos, y con la última crisis tan reciente, cabría presumir que cualquier ola vendedora en la renta variable tendría poca fuerza y duración, y que cualquier episodio de ampliación de diferenciales en el crédito sería, igualmente, modesto. Las tendencias de liquidez serán probablemente el principal determinante de estos mercados, salvo un deterioro de los fundamentales.

Las tasas de impago son bajas y en descenso. Las tasas de impago de Moody’s para periodos consecutivos de 12 meses en los segmentos especulativos de Europa y EE.UU. se han desplomado, pasando de los máximos del 5,1% y 8,9% respectivamente en el último año hasta el 3,7% y 3,1% hacia finales de julio de 20211. Los ratios de apalancamiento (que se calculan dividiendo la deuda bruta entre los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) se han reducido. Morgan Stanley señaló que la media del apalancamiento bruto (deuda sobre beneficios) entre los emisores de deuda corporativa estadounidenses con calificación investment grade ha caído hasta 2,4 veces los beneficios desde cerca de 3 veces en 2020, mientras que en el segmento high yield el apalancamiento bruto ha caído desde 4,8 veces los beneficios en 2020 hasta menos de 3,9 veces hacia finales del 2T de 20212. Creemos que esta dinámica podría haber continuado durante el 3T.

Una gran parte de esta mejora ya está reflejada en los diferenciales, que cotizan cerca de la parte más baja de sus rangos de largo plazo. Por ejemplo, a principios de septiembre de 2021, los diferenciales del high yield global, medidos por el índice ICE BofA Global High Yield, estaban unos 50 puntos básicos (pb) por encima del mínimo de cinco años de 311 pb registrado en 2018 y unos 130 pb por encima del mínimo histórico de 233 pb registrado en 20073. Aunque esto sigue dejando cierto margen de estrechamiento, el ratio remuneración-riesgo se está acercando más al equilibrio.

Un entorno como el descrito requiere un esfuerzo más concertado en términos de análisis de crédito. Un área de atención para nosotros consiste en identificar rising stars (o estrellas ascendentes, es decir, emisores que verán probablemente revisada al alza su calificación de crédito desde high yield hasta investment grade). El paso a una categoría crediticia más alta suele ir acompañado de una compresión de los diferenciales a lo largo del tiempo. Actualmente, existe un sano margen de diferenciales entre los bonos BB (high yield) y los BBB (investment grade), como se observa en el gráfico 2. De hecho, el ratio de los diferenciales de crédito de los bonos BB respecto a los BBB se acerca a la parte alta del rango de 10 años.

Janus Henderson

Retorno de la multiplicidad

De no mediar alguna nueva variante del virus, el obstáculo para la economía representado por el COVID-19 irá remitiendo. Entonces, ¿qué factor puede perturbar la relativa calma de los mercados de crédito?

La política es siempre una incógnita difícil de prever. Se ha producido un notable giro del tono en China, pues el Partido Comunista está interviniendo en las que considera áreas anticompetitivas de su economía con el fin de reducir las desigualdades sociales. Esto ha generado una onda expansiva en otros sectores a medida que los inversores tratan de recalibrar el potencial de beneficios de las empresas.

Las subidas de impuestos están penetrando en la agenda política global, ya sea como vía para financiar el cambio demográfico estructural —véase la tasa para cuidados sociales del 1,25% anunciada en el Reino Unido, destinada a ayudar a sufragar la atención social de una población cada vez más envejecida— o bien por el cambio de postura de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) respecto a la imposición a las ventas digitales. Los argumentos sobre la elevación del techo de deuda en EE.UU., un debate recurrente, animarán probablemente el Congreso estadounidense y pondrán un foco más acusado sobre los niveles de deuda en general. Estos temas probablemente irán disipándose, aunque existen riesgos.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26) que tendrá lugar en Glasgow (Escocia) en noviembre también pone de manifiesto la creciente importancia del cambio climático y los problemas más amplios de sostenibilidad. Desde la revisión del precio de las emisiones de carbono a posibles impuestos sobre el metano, existen numerosos factores capaces tanto de encarecer los costes para las empresas conforme se fija un precio por las externalidades como de crear oportunidades para aquellas empresas que están abrazando el cambio. Como resultado de este y otros factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), vemos ganadores y perdedores.

Sin embargo, la principal área que podría plantear un reto a los mercados en los próximos meses es cómo responden a los datos de inflación y a la política de los bancos centrales. La continua disrupción en las cadenas de suministro está complicando la valoración por los bancos centrales de las perspectivas sobre inflación. Ya hemos visto cómo algunos bancos centrales de Europa del Este y Latinoamérica aumentaban sus tipos de interés este año a medida que comenzaba un desacoplamiento de las políticas a nivel global. Con los rendimientos en niveles bajos, el riesgo de tipos de interés se vuelve una preocupación más acuciante para el mercado de crédito, incluso en áreas donde tradicionalmente ha revestido una menor importancia. Deutsche Bank observó a principios de septiembre que el 85% de los bonos high yield estadounidenses mostraban un rendimiento inferior a la tasa de inflación estadounidense medida por el IPC4. Los mercados están apostando fuerte a que la inflación es transitoria.

Inflación: la preocupación que no desaparecerá

Es una simplificación asumir que la inflación es mala para la renta fija. No cabe duda de que aquellos bonos con cupón fijo verán descender el valor real de dicho cupón. Pero el que esto se traduzca en una rentabilidad total positiva o negativa para el inversor dependerá de otros factores. ¿Cuál es el rendimiento corriente? ¿Cuál es la duración del bono? ¿Qué rendimientos ofrecen otras inversiones alternativas? Pero sobre todo, la inflación se convierte en una preocupación cuando obliga a los responsables de los bancos centrales a reaccionar a ella muy en serio. El endurecimiento de la política monetaria suele ser el principal factor detonante de un cambio en el ciclo.

Unos niveles elevados de inflación y rendimientos reales no tienen por qué ser malos para el crédito ya que típicamente son indicativos de expansión económica. Un entorno de crédito en fase de mejora compatible con una contracción de los diferenciales puede actuar como amortiguador de la presión alcista sobre los rendimientos. De hecho, el análisis de Morgan Stanley comparó el excedente de rentabilidad en el segmento investment grade y high yield estadounidense bajo diferentes condiciones (gráfico 3) y concluyó que unos niveles de inflación al alza eran típicamente positivos para la rentabilidad, mientras que producían resultados más ambiguos sobre los rendimientos reales.

Janus Henderson

No debemos tampoco pasar por alto el impacto que la inflación puede tener sobre los agentes económicos. De hecho, los mayores precios ya están empezando a afectar a los consumidores, como se observa en el gráfico 4. Los consumidores están empezando a ver los incrementos de precios con un prisma negativo en términos de intención de compra.

Janus Henderson

La inflación puede ser perjudicial si lastra la demanda o hace que los responsables de política reaccionen agresivamente para combatirla. Los mercados están percibiendo el repunte de la inflación como transitorio y parecen estar viendo el gradualismo de la respuesta de los bancos centrales (reducciones del PEPP por el BCE, tapering por el Banco Federal de Australia y cambio de lenguaje por la Reserva Federal) como una reacción adecuada ante una mejora de la economía. Esto representa un giro abismal respecto al discurso que suele provocar rabietas en los mercados.

Estamos de acuerdo en que gran parte del repunte de la inflación es transitorio. Si a los mercados les entrasen miedos, lo consideraríamos como oportunidad de compra. El mundo rebosa de excedentes de ahorro que normalmente acuden en masa de nuevo a la caza de rendimientos. Sin duda, una corrección nos ayudaría a detectar un mayor número de oportunidades aún ocultas bajo tierra.

 

Tribuna de Jim Cielinski, director global de renta fija de Janus Henderson Investors

 

 

Anotaciones: 

1Fuente: Moody’s, a 10 de agosto de 2021.

2Morgan Stanley, a 27 de septiembre de 2021. Apalancamiento bruto = Deuda/beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones.

3Fuente: Bloomberg, índice ICE BofA Global High Yield, a 9 de septiembre de 2021.

4Fuente: Deutsche Bank, Chart of the Day, 7 de septiembre de 2021.

 

 

Glosario de términos:

Punto básico (p.b.): centésima parte de un punto porcentual. 1 pb = 0,01%, 100 pb = 1%.

Correlación: la relación que existe entre dos variables. Una correlación positiva sugiere que los dos activos se mueven en la misma dirección., si bien no necesariamente con la misma magnitud.

Impago: el incumplimiento por un deudor (como un emisor de bonos) de su obligación de pagar intereses o reembolsar la cantidad original prestada a su vencimiento.

Duración: mide la sensibilidad del precio de un bono a los cambios en los tipos de interés. Cuanto mayor es la duración de un bono, mayor es su sensibilidad a los cambios en los tipos, y viceversa.

Dinero fácil (Easy money): política acomodaticia del banco central consistente en, por ejemplo, mantener los tipos de interés bajos o realizar compras de activos; lo contrario es una política restrictiva.

Producto interior bruto: una de las variables que mide la actividad económica.

High yield: bono con una calificación crediticia más baja que un bono investment grade. Estos bonos conllevan un mayor riesgo de que el emisor incurra en impago, por lo que normalmente se emiten con un cupón (pago de intereses) más alto.

Índice ICE BofA Global High Yield: el índice hace un seguimiento de la rentabilidad de la deuda corporativa denominada en USD, CAD, GBP y EUR de calificación inferior a investment grade y emitida al público en los más importantes mercados nacionales o de eurobonos.

Riesgos idiosincráticos: se trata de riesgos específicos al deudor en lugar de causados por factores económicos más generales.

Inflación: tasa a la que aumentan los precios de los bienes y servicios en una economía.

Bono investment grade: bono emitido normalmente por gobiernos o empresas de los que se considera que tienen un riesgo relativamente bajo de impago de su deuda.

Liquidez: la facilidad con la que los activos pueden ser negociados y/o el flujo de dinero a través de la economía.

Política monetaria/del banco central: las políticas de un banco central, para tratar de influir en el nivel de inflación y crecimiento de una economía. Incluye el control de las tasas de interés y la oferta monetaria. estímulo monetario es cuando el banco central aumenta la oferta monetaria y reduce los costos de endeudamiento. La restricción monetaria se da cuando el banco central actúa para frenar la inflación y desacelerar el crecimiento de la economía, elevando las tasas de interés y reduciendo la oferta de dinero.

Diferencial ajustado a opciones (OAS): mide el diferencial entre el tipo de interés de un valor de renta fija y la tasa de rentabilidad libre de riesgo, que se ajusta para tener en cuenta una opción implícita.

PEPP: Pandemic Emergency Purchases Programme – un programa del Banco Central Europeo destinado a la compra de activos, como bonos de deuda pública y privada, para ayudar a reducir los costes de financiación y estimular la economía de la zona euro con el fin de contrarrestar los efectos económicos negativos del coronavirus.

Rendimiento real: rendimiento nominal de un bono menos la tasa de inflación.

Activos de riesgo: valores financieros que pueden experimentar considerables movimientos en su precio (con el consiguiente mayor riesgo). Como ejemplos cabe citar las acciones, las materias primas, los inmuebles y los bonos con calificaciones de crédito bajas.

Diferencial/diferencial de crédito: la diferencia de rendimiento entre valores con un vencimiento similar, pero con una calidad crediticia diferente. Los diferenciales de amplitud creciente indican generalmente un deterioro de la solvencia de los prestatarios corporativos, y si se están estrechando indican una mejora.

Rentabilidad total rentabilidad global teniendo en cuenta los ingresos y cualquier variación de valor en el capital invertido.

Volatilidad: fluctuación al alza o a la baja del precio de un activo.

 

Información importante:

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El impacto económico del cambio climático será el protagonista de la COP26

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Wade, M. (2021). El impacto económico del cambio climático será el protagonista de la COP26. Funds Society AMÉRICAS, septiembre 2021 (nº28), págs. 12- 14.. Artículo Revista LATAM Septiembre 2021

 

Revista Funds Society

 

Hay mucho en juego en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se celebrará en noviembre y si los líderes mundiales aprueban los últimos y ambiciosos objetivos de la Unión Europea (UE) en materia de cambio climático, será un paso importante para el medio ambiente. Sin embargo, unas políticas de cambio climático más eficaces también podrían tener un gran impacto económico.

A mediados de julio, la UE anunció un paquete legislativo para respaldar su última actualización del Pacto Verde Europeo -denominado Fit for 55-, que acelera los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta, al menos, el 55% en 2030 respecto a los niveles de 1990. El modelo de la UE eleva la banda para que otros países asuman compromisos similares y agresivos en la COP26. La política pionera de la UE comprende una amplia legislación en materia de emisiones, energía y transporte, así como un nuevo precio del carbono en las importaciones, que ha llamado la atención de muchos observadores. Sin embargo, algunos aspectos cruciales de la nueva política han sido más sutiles y, probablemente, constituirán la base de la agenda europea en la COP26.

“El modelo de la UE de eleva la banda para que otros países asuman compromisos similares y agresivos en la COP26” 

Fit for 55 reconoce que el coste y el impacto social de la transición climática no ha sido adecuadamente captado por los métodos económicos tradicionales. Y, reconociendo que los planes de transición anteriores eran inadecuados para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, la UE dice que ahora impulsará un enfoque más coordinado y global para contrarrestar los efectos adversos del cambio climático.

La UE está trazando una línea en la arena, exigiendo un mayor compromiso global sobre el cambio climático porque se ha hecho evidente que el planeta no puede esperar más para actuar. El cambio real requerirá que los consumidores y las empresas se enfrenten a los costos sociales y al impacto del sistema de globalización impulsado por el consumo, que ha dominado la actividad económica mundial durante décadas.

El alto precio de los costes ocultos

El paquete de la UE establece un régimen en el que podemos empezar a cuestionar un producto “barato” de un país lejano, y si su precio ignora los costes ocultos asociados a su producción, como las emisiones, la contaminación o la explotación laboral. En su lugar, estos costes deben trasladarse al precio y suponer productos más caros o una disminución del beneficio para la empresa que lo fabrica.

Un aspecto central de este cambio es la noción de que, como sociedad, debemos cambiar nuestra mentalidad de consumidores globales para actuar como ciudadanos globales. Los inversores deben saber que esto podría suponer un gran coste económico al traducirse en precios más altos. Dicho de otro modo, no es tanto que los precios vayan a ser más altos, sino que los modelos económicos tradicionales han ocultado el costo real de las cosas. Ahora, si queremos hacer frente al cambio climático, tendremos que afrontar salarios más altos, tarifas de emisiones y, en última instancia, precios más altos.

«Los modelos económicos tradicionales han ocultado el costo real de las cosas»

Ya estamos viendo cómo las principales empresas adoptan la sostenibilidad a través de ejemplos como las empresas multinacionales de bienes de consumo de envasados, que se comprometen a tener cero emisiones netas desde la cuna hasta la estantería, o los fabricantes que utilizan blockchain para la trazabilidad de los productos y las empresas que reducen el uso de plástico y aumentan el reciclaje. Ahora, las empresas y los inversores necesitan más normas comunes para acelerar este progreso.

Mientras los líderes de la UE se preparan para impulsar su agenda en la COP26, los recientes fenómenos meteorológicos extremos en Estados Unidos, Alemania y China, como las olas de calor y las inundaciones, han servido para recordarnos duramente que los desafíos del cambio climático son muy reales y urgentes.

Como escribe el New York Times, nuestro sistema económico puede haber sacado a cientos de millones de personas de la pobreza, pero “ha hecho que la resiliencia climática sea menos prioritaria que el crecimiento económico”. La continuidad de la expansión económica en su forma actual -ya sea el crecimiento de las ciudades que agotan los recursos locales o la supervisión inadecuada de las fábricas que causan contaminación y realizan malas prácticas laborales- es insostenible. El desarrollo de modelos económicos más sostenibles requerirá la fijación correcta de los precios de la actividad económica, algo que la incorporación de factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en las decisiones de inversión intenta conseguir. Un informe reciente del Boston Consulting Group señalaba que las empresas que adoptan prácticas sostenibles mediante acciones como el reconocimiento del coste social total de sus productos obtendrán, en última instancia, “una clara ventaja competitiva”.

Con la UE y otros países industrializados presionando para que se tomen medidas, la COP26 puede servir de punto de inflexión para un mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático.

Todo esto, llega en un momento en el que Estados Unidos ha renovado su compromiso con el Acuerdo de París y tras una pandemia que ha aumentado la demanda de inversión sostenible por parte de los inversores. También llega en un momento en el que la comunidad mundial ya se enfrenta a un déficit de financiación para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU de hasta tres billones de dólares anuales.

Cerrar la brecha de financiación sostenible requiere normas comunes

Por eso es vital que los líderes de la COP26 acuerden establecer normas compartidas y globales para los instrumentos de financiación verde/sostenible. Esto facilitará comparar mejor los objetivos sostenibles, los indicadores clave de rendimiento y las regulaciones que pueden permitir una fijación de precios más precisa de los activos de riesgo (para incluir los costos sociales y otros costos indirectos), a la vez que permitirá valoraciones relativas más precisas entre las clases de… 

Puede acceder al artículo completo a través de este link.

Atravesando picos

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Pixabay CC0 Public DomainKenny Luo . Kenny Luo

Buena parte de los debates que se han producido en los mercados financieros en los últimos meses han tratado sobre máximos: de tasas de crecimiento económico, de tasas de infección por COVID-19 y (más recientemente) de tasas de inflación. Esto tiene mucho sentido. El crecimiento, la COVID-19 y la inflación son factores clave para la economía global y los mercados financieros, cuyo enfoque es prospectivo. Por tanto, el foco suele situarse en qué sucederá en el futuro —¿está mejorando o empeorando la situación?, ¿está mejorando o empeorando más rápido o más lentamente? —, más que en lo que está sucediendo ahora mismo.

Sin embargo, centrarse en la tercera (o incluso cuarta) derivada de una variable no siempre es útil. Por ejemplo, numerosos indicadores de confianza empresarial y económicos alcanzaron máximos en el segundo trimestre y han descendido desde entonces, si bien permanecen en niveles elevados en términos históricos. Creemos que estas series de datos son los indicadores más oportunos de las perspectivas para el crecimiento económico y, por ende, su descenso es una fuente de inquietud: el crecimiento se está ralentizando, por lo que es de esperar que la deuda pública evolucione adecuadamente y se produzcan oleadas de ventas de activos de riesgo.

Sin embargo, los mercados en realidad no han evolucionado de manera síncrona con los datos este año, muy probablemente por las extraordinarias circunstancias económicas que nos han rodeado: los índices de confianza subieron a máximos a comienzos de este año, pues se esperaba que las economías se recuperaran a gran velocidad tras los confinamientos.

Así fue y ahora el crecimiento ha comenzado a moderarse según la situación se aproxima a la normalidad. Sin embargo, esta moderación no significa necesariamente que la expansión económica haya finalizado; además, lo más probable es que el descenso de los índices de confianza no refleje los crecientes riesgos de recesión, como a menudo ha sido el caso en el pasado.

En resumen, centrarse demasiado en las variaciones de la tasa de crecimiento nos distrae del hecho de que esta se mantiene en un nivel saludable. Además, debido al estado muy poco habitual de la economía global, es poco probable que los índices de confianza puedan predecir —como solían hacer— cuándo el ciclo económico comienza a llegar a su fin. La clave que en ocasiones pasa desapercibida es que, en la mayoría de las economías desarrolladas, el crecimiento económico ha sido robusto y las perspectivas siguen siendo sólidas. Pensamos que esta situación brinda un entorno favorable para los activos de riesgo y supone que los bancos centrales pueden comenzar a retirar gradualmente el respaldo de emergencia que han brindado en respuesta a la pandemia.  

De manera similar, las curvas de las tasas de infección por el virus de la COVID-19 han sido el foco de muchos inversores —y de un ejército creciente de estadísticos epidemiólogos de salón—. El aumento de las infecciones ha sido motivo de preocupación para los inversores, así como para la humanidad. Sin embargo, el impacto económico del aumento de las infecciones se ha cambiado por el incremento de las tasas de vacunación, que ha alterado el vínculo entre las infecciones y las hospitalizaciones y los fallecimientos. Además del hecho de que las olas de infección han sido muy diferentes entre países, el impacto económico de estas también está siendo distinto, lo cual significa que el intento de desarrollar una tesis de inversión basada en las tasas de infección por el virus de la COVID-19 es cada vez más difícil.

El otro máximo que analizan los inversores es el de la inflación. A pesar de los datos muy elevados, no está claro si todavía nos encontramos en el punto álgido, ya que los datos de inflación continúan sorprendiendo al alza. Asimismo, incluso aunque ya hayamos superado el pico, numerosos economistas esperan ahora que los datos interanuales se mantengan en los niveles actuales durante otros 9 a 12 meses. En lugar de pronosticar un repunte brusco, el consenso apunta más a una meseta desde la cual solo descenderemos en la segunda mitad de 2022. El problema de la inflación no es tanto si hemos superado máximos, sino durante cuánto tiempo la inflación seguirá siendo elevada y si esta situación impulsará al alza las expectativas al respecto y obligará a los bancos centrales a actuar.    

El asunto es que, en estos tiempos extraños, es posible que el intento de determinar el punto de inflexión en diferentes tendencias no sea un ejercicio útil. Probablemente, sea mejor centrarse en cosas que podamos saber con más certeza: las perspectivas económicas siguen siendo positivas, la pandemia de COVID-19 sigue presentando riesgos a la baja y los elevados niveles de inflación parecen transitorios, aunque los inversores deberían estar atentos por si los bancos centrales empiezan a preocuparse en caso de que se mantengan estos datos durante demasiado tiempo. 

En lo que respecta a nuestras opiniones sobre el mercado, mantenemos posiciones largas en activos de riesgo (crédito corporativo, RMBS de no agencias de mayor tir, mercados emergentes) debido a las perspectivas económicas positivas y los sólidos fundamentales y a pesar de que los diferenciales de crédito son estrechos en términos históricos. Creemos que las tires de la deuda pública subirán a medida que los bancos centrales atisben la retirada paulatina de los estímulos, aunque no prevemos una liquidación desordenada.

Gráfico 1: Rentabilidad de los activos desde comienzos de año

MSIM

Nota: rentabilidad en USD. Fuente: Bloomberg. Datos a 31 de agosto de 2021. Los índices se facilitan con fines meramente ilustrativos y no es su objetivo describir la rentabilidad de una inversión concreta. La rentabilidad pasada no es garantía de resultados futuros. Consulte el apartado Información importante que figura abajo para conocer las definiciones de los índices.

 

Gráfico 2: Variaciones mensuales de monedas frente al USD

MSIM

Nota: una variación positiva indica apreciación de la moneda con respecto al USD. Fuente: Bloomberg. Datos a 31 de agosto de 2021.

Gráfico 3: Variaciones mensuales considerables de las rentabilidades a 10 años y los diferenciales

MSIM

Fuente: Bloomberg, JPMorgan. Datos a 31 de agosto de 2021.

Perspectiva para la renta fija

Por una vez, agosto fue un mes relativamente tranquilo para los mercados, como se supone que debe ser. La renta variable siguió subiendo, los diferenciales de crédito se mantuvieron prácticamente sin cambios y las rentabilidades de la deuda pública de mercados desarrollados avanzaron moderadamente. La actitud optimista se mantuvo a pesar de algunas reuniones importantes de los bancos centrales —en particular, la reunión anual virtual de la Reserva Federal de Estados Unidos en Jackson Hole—, que los datos económicos fueran dispares o negativos y que las cifras de inflación continuaran sorprendiendo sustancialmente al alza. ¿Por qué los mercados se mostraron tan calmados?

En nuestra opinión, la razón principal es que, si bien los datos económicos se han moderado rápidamente, aún son acordes con fuertes niveles de crecimiento económico. En particular, son las encuestas económicas prospectivas las que se han moderado con fuerza. Sin embargo, todavía se encuentran en niveles conformes con una expansión económica saludable, si bien siempre se esperó cierta moderación, ya que anteriormente alcanzaron máximos históricos. El muy rápido ritmo de recuperación tras los confinamientos no se podía sostener para siempre y, en cierto modo, las tasas de crecimiento actuales más lentas reflejan simplemente hasta qué punto las economías ya han podido recuperarse.

El mismo panorama de crecimiento positivo se puede observar en los mercados de renta variable, donde los beneficios correspondientes al segundo trimestre generalmente superaron las expectativas, lo que proporciona una justificación fundamental para la sólida rentabilidad de la renta variable observada hasta la fecha. Los mercados de crédito se han visto respaldados por el desplome de las quiebras y, en la mayoría de los casos, los balances de las empresas y de los hogares se encuentran en las mejores condiciones en años —gracias a la generosidad mostrada por los gobiernos en respuesta a la crisis—. Además, los bancos centrales siguen comprometidos con mantener condiciones de liquidez expansivas.

Por supuesto, la historia no es de color rosa en todas partes, ya que la variante delta del virus de la COVID-19 está generando niveles crecientes de infección incluso en economías desarrolladas con altas tasas de vacunación. Es el caso agravado de Estados Unidos, donde el irregular programa de vacunación y las limitadas medidas de distanciamiento social hacen que el aumento de las infecciones esté causando otra ola de hospitalizaciones y muertes, lo que no está sucediendo en Europa, donde las tasas de vacunación ahora superan a las de Estados Unidos. La consecuencia para los mercados ha sido que la Reserva Federal modere su actitud restrictiva, pero no es el único banco central que ha relajado las medidas a causa de la pandemia; por ejemplo, el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda decidió no subir los tipos debido a los nuevos confinamientos derivados de los nuevos brotes de coronavirus.

Sin embargo, en general, los bancos centrales están considerando cómo y cuándo retirar las extraordinarias medidas de política que tomaron en respuesta a la COVID-19. La Reserva Federal discutió este extremo en su reunión de agosto y el Banco Central Europeo lo hará en su reunión de septiembre, por lo que básicamente no existe ningún banco central que no haya comenzado a retirar los estímulos o no hable sobre cómo lo hará. Aparte de algunas subidas muy modestas en las rentabilidades durante el último mes —y una cierta ampliación de los diferenciales de la deuda soberana europea—, estas circunstancias realmente no han inquietado a los mercados.

¿Por qué? Desde la perspectiva de los activos de riesgo (acciones, crédito, etc.), los mayores rendimientos responden a la mejora de los fundamentales macroeconómicos; si bien no son útiles por sí mismos, el impulso de un mejor contexto macroeconómico es más importante. En segundo lugar, los mercados ya se han anticipado a la normalización de la política de los bancos centrales, por lo que, en la medida en que estos no se muevan más rápido de lo que los inversores han descontado, las rentabilidades no deberían subir más. En tercer lugar, como se mencionó anteriormente, parece claro que los bancos centrales relajarán las medidas restrictivas si perciben algún riesgo para la economía, derivado de la COVID-19 o de otros eventos.

¿Qué podría amenazar esta perspectiva positiva? Un riesgo obvio es la inflación, dadas las grandes sorpresas inflacionarias al alza que se han producido en todos los ámbitos este año, lo que podría representar una amenaza para los mandatos de estabilidad de precios de los bancos centrales. Hasta ahora, los bancos centrales se han mostrado muy optimistas sobre los datos, considerándolos resultado de perturbaciones transitorias y cuellos de botella presentes en la economía mundial. Esto debería solventarse con relativa rapidez y, en nuestra opinión, no justifican un endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, si parte del aumento de la inflación pasa a ser más permanente, generando expectativas de inflación más elevadas, podría haber razones para actuar. Así ha sido el caso cuando el aumento de los precios puede guardar relación con unos tipos de interés bajos derivados de la política monetaria, por ejemplo, el mercado de la vivienda y los costes de la vivienda.

¿Cómo afecta esto a nuestras opiniones sobre los mercados? En lo que respecta a la deuda pública, esperamos que las tires aumenten con el tiempo, pero no de manera pronunciada, siempre que la retirada de los estímulos se realice paulatinamente. Esperamos que los bonos del Tesoro estadounidense se mantengan dentro de un rango delimitado en los próximos meses con un sesgo hacia tipos más altos desde los niveles actuales. Nos encontramos sobreponderados de forma moderada en crédito con grado de inversión: los diferenciales son ajustados, pero los fundamentales son buenos, por lo que es mejor obtener cierto carry adicional que perderlo.1 

Estamos más sobreponderados en high yield, aunque con una posición todavía media, favoreciendo los bonos con una calificación de B frente a los bonos que cuentan con una calificación de BB; una vez más, los diferenciales son estrechos en términos históricos, pero los fundamentales son atractivos y los precios más altos de las materias primas también deberían ser favorables. Consideramos que los RMBS de no agencia son particularmente atractivos desde una perspectiva de rentabilidad ajustada por el riesgo, pero estamos infraponderados en MBS de agencia por las exigentes valoraciones y la reducción paulatina de las compras de la Reserva Federal. Estamos sobreponderados en mercados emergentes, pues nos posicionamos largos en una gama idiosincrática de valores, en lugar de invertir en esta clase de activos en conjunto.  

Tipos y monedas de mercados desarrollados

ANÁLISIS MENSUAL

Los mercados desarrollados estuvieron más tranquilos según se acercaba el final del verano. Sin embargo, las infecciones por la variante delta del virus de la COVID-19 continuaron cobrando impulso, lo que, junto con las continuas preocupaciones sobre la inflación y las perspectivas de crecimiento, generó incertidumbre en los mercados. Las tires fueron más elevadas en general en los diferentes mercados desarrollados.

PERSPECTIVA

La segunda mitad de 2021 marca la siguiente fase del ciclo económico impulsado por una pandemia que ha superado el pico inicial de crecimiento, inflación y respaldo vía políticas fiscal y monetaria. Aún se espera que las medidas de los bancos centrales sean un impulsor dominante para la evolución de los activos, aunque la recuperación de la economía hasta ahora justifica que los responsables de política estén considerando la forma de reducir las medidas de apoyo de emergencia sin amenazar la recuperación económica.

Aunque no esperamos oleadas de ventas masivas en los mercados de deuda pública, consideramos que el riesgo está orientado hacia una subida de tires, ya que los mercados descuentan una senda de normalización de la política monetaria. Esperamos que la inflación siga siendo alta durante algún tiempo y que este repunte sea transitorio en términos generales, aunque existe el riesgo de que se torne más persistente.

Consideramos que las monedas del G10 están cerca de sus valores razonables a medio plazo.  El dólar estadounidense ya no se beneficia de unos datos económicos notablemente mejores de lo esperado en comparación con otras economías del G10 —y la Reserva Federal quizá se encuentra a la mitad de su enfoque acomodaticio—, salvo en los casos del BCE y el Banco de Japón, que presentan un sesgo más expansivo.

Tipos y monedas de mercados emergentes                    

ANÁLISIS MENSUAL

Las rentabilidades de la deuda de mercados emergentes fueron positivas en agosto. La deuda soberana denominada en monedas fuertes obtuvo rentabilidades positivas, impulsada principalmente por la contracción de los diferenciales. El crédito de mercados emergentes también avanzó, superando en rentabilidad el high yield al grado de inversión. Los bonos en moneda local registraron rentabilidades positivas debido a la fortaleza de las monedas de los mercados emergentes frente al dólar estadounidense.2 Por sectores, las compañías inmobiliarias, de metales y minería y de transporte lideraron el mercado, mientras que las diversificadas, de consumo e industriales registraron rentabilidades relativas negativas.

PERSPECTIVA

El simposio de Jackson Hole que se celebró el mes pasado y que resultó en una posición menos restrictiva de lo esperado de la Reserva Federal puede brindar apoyo a los mercados emergentes en las próximas semanas, además de los factores ya existentes, como las valoraciones relativamente atractivas de los activos de estos mercados, los altos precios de las materias primas y la mejora en curso del proceso de vacunación en la esfera emergente. Los riesgos a medio plazo para nuestra opinión optimista sobre los activos de mercados emergentes, además de los contratiempos ocasionados por la pandemia de COVID-19, incluyen un retraso en la transición hacia la consolidación fiscal, que podría elevar las primas de riesgo de estos países, así como riesgos geopolíticos crecientes que podrían afectar a la percepción del mercado.

Crédito

ANÁLISIS MENSUAL

Los diferenciales de crédito se ampliaron ligeramente en Europa y Estados Unidos durante el mes. La fortaleza del mercado de renta variable y la menor volatilidad respaldaron en general a los mercados de crédito.3

PERSPECTIVA

Seguimos siendo fundamentalmente optimistas en materia de crédito y, aunque las valoraciones son exigentes, prevemos que los diferenciales se consolidarán en estos niveles. Probablemente, las condiciones financieras seguirán siendo favorables, lo que respaldará que continúen el repunte de la actividad económica y las bajas tasas de impago corporativo. Esperamos que las compañías mantengan los beneficios mediante enfoques conservadores hacia los balances mientras permanezca elevada la incertidumbre macroeconómica global. Por último, persistirá probablemente la demanda de crédito en general, ya que los activos libres de riesgo ofrecen rentabilidades reales y absolutas negativas, mientras que el exceso de liquidez busca segmentos donde invertirse.

Productos titulizados

ANÁLISIS MENSUAL

Agosto fue un mes tranquilo en general, con una desaceleración de las emisiones nuevas en comparación con el segundo trimestre y el ritmo de principios del verano, además de una actividad de negociación mínima en el mercado secundario.4 La volatilidad de los tipos de interés cedió durante el mes y estos se mantuvieron, en gran medida, en intervalos delimitados, aunque la curva se pronunció. Los diferenciales de los MBS de agencia se ampliaron en agosto, las compras de estos activos por los bancos se han desacelerado y los rumores acerca de la retirada gradual de las compras de esta clase de activos por parte de la Reserva Federal siguieron afectando al mercado. Los diferenciales de los RMBS de no agencia apenas variaron. Los diferenciales de los ABS estadounidenses se contrajeron ligeramente de nuevo , mientras que los diferenciales de los CMBS estadounidenses en esencia no cambiaron. En Europa, la actividad en los segmentos de RMBS, CMBS y ABS fue escasa, ya que los volúmenes de emisiones nuevas y la negociación en el mercado secundario se mantuvieron muy bajos. Los diferenciales de los activos titulizados europeos apenas variaron durante el mes.

PERSPECTIVA

Creemos que el mercado titulizado ofrece una combinación única de baja duración, atractivas rentabilidades y sólidos fundamentales crediticios. Mantenemos el optimismo con respecto al crédito titulizado y seguimos ligeramente sobreponderados en crédito en nuestras carteras. Seguimos siendo prudentes con respecto al riesgo de tipos de interés y continuamos gestionando las carteras con una duración relativamente corta.

 

Columna de Michael Kushma, CIO del equipo de Renta Fija Global, y Jim Caron, portfolio manager y director de Global Macro Strategies en el equipo de Renta Fija Global en Morgan Stanley Investment Management.

 

Anotaciones:

1 Índice Bloomberg US Corporate. Datos a 31 de agosto de 2021.

2 Fuente: índice JPM EMBI Global Diversified a 31 de agosto de 2021.

3 Fuente: Bloomberg, a 31 de agosto de 2021.

4 Fuente: Bloomberg, a 31 de agosto de 2021.

Los puntos de vista y las opiniones que se expresan corresponden a los del equipo de gestión de carteras a septiembre de 2021 y pueden cambiar en función de las condiciones del mercado, económicas y de otro tipo. La rentabilidad pasada no es indicativa de resultados futuros.

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¿Desaparecerán las sucursales bancarias?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto:Daniel Foster . Foto:

La tecnología y el confinamiento provocado por el Covid generaron un cambio en los patrones de comportamiento de los usuarios de los servicios financieros, lo que, junto con los corresponsales bancarios –es decir, establecimientos comerciales puedan realizar operaciones que antes solamente se podían llevar a cabo en una sucursal bancaria–, implicó una modificación en los modelos de negocio de los bancos.

Hace treinta o cuarenta años los bancos establecieron una gran cantidad de sucursales para atender a sus clientes. Algunos de ellos consideraron que tener más sucursales les generaba una ventaja competitiva sobre los demás. Esta estrategia fue muy popular en España, con muchas sucursales pequeñas, y en México lo puso en práctica Bital, el precedente de HSBC.  Las alternativas para realizar operaciones bancarias eran muy pocas, el uso de efectivo era más común y, por lo tanto, la necesidad de acudir a las sucursales era mayor.

Si bien desde hace algunos años aparecieron los corresponsales bancarios y junto con la tecnología aumentaron las opciones para realizar las transacciones bancarias, el uso de esta última se generalizó a partir del confinamiento que provocó la pandemia de Covid. La gente modificó sus patrones de consumo, dejó de salir a realizar compras y se realizaron en línea, que implicaba usar medios electrónicos para obtener los bienes pero también para pagarlos.

Esto ha provocado menor uso de las sucursales y mayor uso de la computadora o los teléfonos para realizar sus operaciones bancarias. En México, entre diciembre de 2019 –unos meses antes de que se iniciara la pandemia– y agosto de 2021, se cerraron 1.008 sucursales, lo que significa una reducción del 7,8%, a pesar de que los bancos que forman parte de grupos de cadenas comerciales las aumentaron por el incremento de tiendas.  Las operaciones en cajero automático bajaron de manera sustancial, confirmando que la gente utilizaba otros medios de pago diferente al efectivo. Entre agosto de 2019 y agosto de 2021, el uso de cajeros automáticos disminuyó 8,6%, y si se compara con diciembre de 2019, la reducción llega a 13,9%. En contraparte, las transacciones bancarias realizadas a través de celulares se incrementaron en 53,4% entre diciembre de 2019 y agosto de 2021.

Todos estos cambios en patrones de comportamiento son permanentes. Muchas personas, a pesar de que ya no hay confinamiento, continúan realizando sus compras a través de medios electrónicos. Los que se acostumbraron a hacer sus operaciones bancarias en teléfonos celulares ya no van a regresar a ir a una sucursal para realizarlas. La tendencia a nivel mundial es disminuir las sucursales bancarias y promover medios alternos para atender a los clientes. Inclusive en algunos países la función de los cajeros ya despareció y son los ejecutivos de cuenta los que atienden todas las necesidades de los clientes, los asesoran para resolver sus necesidades financieras, ya sea crediticias o de inversión, y a la vez son los que reciben los depósitos y liquidan los cheques.

El modelo de un banco sin sucursales, que ya había aparecido hace cerca de 30 años, se está popularizando en el mundo y no es de dudarse que sea el que prevalezca en un futuro. El confinamiento provocó que se utilizaran herramientas electrónicas que permiten generar y firmar documentos sin tener que acudir a ninguna oficina. Esa ya es la práctica normal en los trámites de varios créditos en Estados Unidos, como hipotecas, créditos automotrices, al consumo y tarjetas de crédito.

Cualquier banco que quiera prevalecer en el futuro y ser rentable tendrá que ajustar su modelo de negocio a las nuevas circunstancias del mercado, ofreciendo medios de atención al cliente que no requieran su presencia lo que implica reducir el número de sucursales.

Columna de Francisco Padilla Catalán

A un año de la Reg. BI los advisors deben seguir aprendiendo sobre la “Obligación de Cuidado”

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. Pexels

Ha pasado más de un año desde la fecha de implementación y cumplimiento de la Reg. BI de la SEC.   Durante el año pasado, tanto la industria como los reguladores han estado aprendiendo las complejidades del Reg. BI y su implicación.

Hasta ahora, el enfoque principal y la discusión se han centrado en la obligación de divulgación de la regla, conflicto de intereses y las obligaciones de cumplimiento.  De hecho, la mayor parte de la orientación reglamentaria y el enfoque de examen y revisiones se han centrado en la calidad del formulario CRS, cómo se gestionan los conflictos de intereses y el asegurar que las empresas tengan procedimientos de supervisión actualizados.

En cierto sentido, este enfoque era de esperarse, ya que el Formulario CRS es un elemento nuevo de divulgación, y las obligaciones de conflicto de intereses era algo en lo que los reguladores habían estado interesados durante algún tiempo.

Sin embargo, y desafortunadamente, no se ha discutido o hablado lo suficiente sobre cuál es la obligación clave de la regla:  la obligación de cuidado.  Y digo, que es desafortunado ya que esta es la obligación más difícil de implementar y cumplir, ya que hay muchas variables a considerar que pueden afectar la conclusión de lo que es mejor para el cliente.   

El Reg. BI define la Obligación de Cuidado como el requisito de que el representante registrado del broker/dealer ejerza diligencia, cuidado y habilidad razonables para:

(A) Comprender los riesgos potenciales, las recompensas y los costos asociados con la recomendación, y tener una base razonable para creer que la recomendación podría ser en el mejor interés de al menos algunos clientes minoristas.

(B) Tener una base razonable para creer que la recomendación es en el mejor interés de un cliente minorista en particular basado en el perfil de inversión de ese cliente minorista y los riesgos, recompensas y costos potenciales asociados con la recomendación y no coloca el interés financiero o de otro tipo del corredor, distribuidor o dicha persona física por delante del interés del cliente minorista.

(C) Tener una base razonable para creer que una serie de transacciones recomendadas, incluso si son en el mejor interés del cliente minorista cuando se consideran aisladas, no es excesiva y es en el mejor interés del cliente minorista cuando se toman en conjunto a la luz del perfil de inversión del cliente minorista y no coloca el interés financiero o de otro tipo del corredor,  distribuidor, o dicha persona física que haga la serie de recomendaciones antes del interés del cliente minorista.

Ahora, es importante tener en cuenta que la SEC ha declarado que un corredor de bolsa debe considerar «alternativas razonablemente disponibles” como parte de tener una «base razonable para creer» que una recomendación es en el mejor interés del cliente. 

 Aquí radica la complejidad de la Obligación de Cuidado. Para cumplir con los tres criterios mencionados anteriormente, debe haber una evaluación de otras alternativas de productos razonablemente disponibles para concluir que la recomendación realizada es en el mejor interés del cliente. 

Como se puede imaginar, este mandato puede ser abrumador, ya que el lenguaje en sí es vago. En otras palabras, ¿cuántas alternativas razonablemente disponibles son suficientes para llegar al estándar regulatorio?

Ciertamente la orientación del SEC no ha sido clara en cuanto a este punto. Aunque la SEC no espera que un broker/delaer o su representante a esté familiarizado con cada producto en la plataforma de un corredor de bolsa espera que una revisión de alternativas razonablemente disponibles sea conducida. 

Además, ordena que corredor de bolsas debe tener un proceso razonable para establecer y comprender el alcance de tales «alternativas razonablemente disponibles» que sean consideradas para el cumplimiento con la regla.

¿Cuál es la respuesta?

Implementar un proceso que defina lo que un representante debe considerar al hacer una recomendación y, lo que es más importante, establecer parámetros sobre cómo documentar la recomendación. Los broker/dealers deben adoptar un procedimiento detallado que describa qué y cómo el representante seleccionará los productos que se recomendarán.   

Recuerde, la obligación no es tener un proceso perfecto, sino uno que proporcione controles y afirme que las recomendaciones hechas a los clientes son en su mejor interés. 

Después de haber ayudado nuestros clientes con los exámenes FINRA que tocan Reg. BI y tener conversaciones con los reguladores, está claro que la industria en su conjunto todavía está descubriendo y aprendiendo cómo cumplir con la regla. Todavía estamos aprendiendo más de las expectativas que los reguladores tienen sobre el cumplimiento de Reg. BI y cómo mejor proceder. 

Como hemos dicho en el pasado, este es un proceso de aprendizaje.  A medida que tanto la SEC como la FINRA realicen más exámenes, se informará a la industria cuáles son los controles lo suficientemente razonables como para tener en su lugar.  Por lo que esperamos que más cosas lleguen.

Las propiedades no tradicionales ya no son un nicho, son el futuro del real estate comercial

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Pixabay CC0 Public DomainReal estate. Real estate

Europa se encuentra en la cúspide de cambios significativos en su universo de inversión inmobiliaria privada. Las tendencias digitales y estructurales, catalizadas por la pandemia del COVID-19, están ampliando y mejorando el universo de la inversión inmobiliaria. En particular, esperamos que la expansión de las propiedades no tradicionales o de nicho sea una de las características que definan el sector inmobiliario europeo en la próxima década y más allá.

Las tendencias digitales que han impactado tan profundamente en EE.UU. y en los mercados inmobiliarios cotizados están comenzando a ejercer su influencia en Europa,  y esperamos que las propiedades no tradicionales podrían constituir hasta el 10% del universo inmobiliario no cotizado en Europa para 2025.

Los mercados cotizados han liderado los tipos de inmuebles no tradicionales.

En Estados Unidos, el mercado inmobiliario cotizado ha incorporado las propiedades no tradicionales, que ahora constituyen el 65% de todo el índice. Aunque la escala de incorporación en los mercados cotizados europeos es menor, esperamos que se produzca una expansión importante en los próximos años a medida que los inversores adopten los temas seculares que sustentan su crecimiento.

Sólo en los últimos 10 años, el mercado inmobiliario cotizado en Europa para los tipos de propiedad no tradicionales ha pasado de ser una cantidad insignificante (menos del 1%) a más del 10% de la capitalización del mercado.

Gráfico 1

Los tipos de propiedad no tradicionales serán una parte integral del sector inmobiliario

Aunque se encuentra muy por detrás del mercado de REITs y de Estados Unidos en términos de escala e inclusión en las carteras de inversión, estamos viendo claros signos de apetito de los inversores institucionales por los tipos de propiedad no tradicionales en Europa. Tipos de inmuebles como los Data Centres, las naves frigoríficas, las oficinas sanitarias y las residencias para personas mayores han cobrado una gran importancia en los últimos 24 meses, contribuyendo a ampliar el tamaño del universo de inversión.

 De hecho, prevemos que para 2025, los tipos de inmuebles no tradicionales podrían representar casi el 9% del índice MSCI, lo que supone un aumento sustancial respecto a los niveles actuales.

Gráfico 2

Los tipos de propiedad no tradicionales captan los impulsores DIGITALES del crecimiento

Los motores estructurales y digitales que hemos identificado para la demanda inmobiliaria han recibido un potente catalizador gracias a la pandemia. Aunque es demasiado pronto para saber si algunos de los cambios en el comportamiento humano son estructurales o cíclicos, confiamos en que la demanda de tipos de propiedad no tradicionales se mantendrá.

En nuestra opinión, los tipos de propiedad no tradicionales reflejan un cambio estructural dentro de la economía en el que los motores digitales se han convertido en los motores dominantes del crecimiento y la demanda.

Nuestros principales impulsores digitales de la demanda -la demografía, las infraestructuras, la globalización, la innovación y la tecnología– tienen una clara repercusión en el crecimiento de los tipos de inmuebles no tradicionales (y tradicionales) dada su gran escala. Pero si profundizamos un poco más, hay subtemas específicos dentro de nuestro marco digital más amplio que están directamente relacionados con el aumento de los tipos de inmuebles no tradicionales y su creciente importancia, que destacamos en el Gráfico 3.

Gráfico 3

Los resultados de los REITs demuestran los beneficios de disponer de una cartera inmobiliaria

Mientras que los tipos de propiedad no tradicionales son todavía relativamente nuevos en los mercados privados, los valores europeos cotizados tienen un historial más profundo que puede ayudar a identificar los beneficios potenciales para una cartera de bienes raíces tradicionales.

Empezando por el rendimiento, los datos de los REITs cotizados revelan que los mayores rendimientos absolutos de los últimos 10 años los han proporcionado los tipos de inmuebles no tradicionales (Recuadro 4). La logística y las residencias de estudiantes son los tipos de inmuebles con mayor rendimiento, pero también son convincentes desde el punto de vista del riesgo.

Gráfico 4

Para los inversores, la mejora del rendimiento ajustado al riesgo también debería suponer beneficios para la cartera y, de hecho, el análisis de correlación del mercado cotizado demuestra aún más el beneficio de la diversificación que supone añadir tipos de inmuebles no tradicionales (recuadro 5). Quizás también ayude el hecho de que muchos REITs no tradicionales son entidades operativas con un elemento de construcción de núcleo que añade diversificación a los REITs puros.

Gráfico 5

Los inversores europeos se beneficiarán a medida que los inmuebles no tradicionales amplíen el universo de inversión

El futuro del universo inmobiliario comercial europeo se ampliará considerablemente a medida que los sectores no tradicionales se abran paso. En nuestra opinión, se trata de un desarrollo innegablemente prometedor que profundiza y mejora el universo de inversión y crea oportunidades de crecimiento estructural.

El mercado inmobiliario que cotiza en bolsa ya ha demostrado las numerosas ventajas que ofrece el sector inmobiliario no tradicional a los inversores en forma de un sólido rendimiento ajustado al riesgo, impulsado en parte por los cambios estructurales DIGITALES que está experimentando la economía europea. Esperamos que los inversores inmobiliarios privados se adentren en estos tipos de propiedades en crecimiento, mejorando y ampliando el universo y permitiendo el potencial de generar alfa adicional.

Tribuna de Indraneel Karlekar, Doctor en Filosofía, director gerente senior y jefe global de Investigación y Estrategia de Principal Real Estate Investors (Principal Global Investors). 

 

En España, Principal Global Investors distribuye sus fondos a través de Selinca AV Agencia de Valores. Las temáticas de inversión en las que la gestora es especialista son accesibles en el mercado local a través de algunos fondos destacables: renta fija emergente a través del fondo Finisterre Unconstrained Emerging Markets Fixed Income; renta fija high yield a través del fondo Principal Post Global Term High Yield; se puede invertir en acciones preferentes mediante el fondo Principal Preferred Securities; y el sector inmobiliario, a través de Principal Global Property Securities.

 

Principal Real Estate es el grupo dedicado a la inversión inmobiliaria dentro de Principal Global Investors. Nuestras capacidades inmobiliarias abarcan todo el espectro de inversiones de deuda y capital público y privado. Nuestro conocimiento especializado del mercado, equipos dedicados y experimentados en todo el mundo, y de los cuatro cuadrantes inmobiliarios apoyan nuestros esfuerzos para maximizar las oportunidades y encontrar el mejor valor relativo en nombre de nuestros clientes.

Hitos de Principal Real Estate

  • Top 10 entre gestores globales Real Estate

  • 96 bn $ en AUM en Real Estate

  • Más de 60 años de experiencia en Real Estate

Perspectivas para la inversión en acciones con impacto en el mundo real

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. sostenibilidad

El mercado de la inversión de impacto, con un valor de 715.000 millones de dólares, está preparado para una rápida expansión impulsada por el aumento de la demanda de los inversores, las iniciativas gubernamentales de crecimiento verde y la normativa que está dando un impulso a las finanzas sostenibles[1]

Aunque la inversión de impacto sigue siendo un nicho en comparación con el mercado más amplio de inversión sostenible, de 35,3 billones de dólares, el impulso está creciendo a medida que los inversores buscan soluciones a los problemas más acuciantes del mundo.[2] 

El aumento de la demanda de productos de inversión en renta variable de impacto ha sido estimulada por inversores estratégicos a largo plazo, como los family offices y los fondos de pensiones, que están cada vez más dispuestos a aumentar sus asignaciones. El activismo de los accionistas también desempeña un papel, ya que los llamados a la acción en cuestiones como la crisis climática y la desigualdad social orientan el comportamiento de las empresas.

Las iniciativas internacionales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, y las políticas gubernamentales, como el Green Deal europeo y los planes de infraestructuras y clima del presidente estadounidense Joe Biden, están ayudando a canalizar la inversión hacia productos sostenibles. Y factores de mercado como los precios del sistema de comercio de emisiones de la UE, que se espera que aumenten significativamente[3] durante la próxima década, están mejorando los argumentos de inversión para las acciones que ofrecen soluciones a los problemas medioambientales.

Las estrategias de impacto, el último paso en la inversión responsable, han ganado fuerza desde la adopción de los ODS de la ONU y la firma del Acuerdo Climático de París en 2015. La principal diferencia entre la inversión de impacto y otros tipos de inversión sostenible es que los inversores de impacto quieren tener un impacto neto positivo en el mundo, y miran más allá de las empresas que se contentan con realizar sus propias operaciones de manera sostenible.

En términos de desarrollo del mercado, la inversión de impacto está hoy donde la inversión sostenible estaba hace 10 o 15 años. Muchos inversores todavía están tratando de entender en qué consiste realmente el enfoque de impacto, pero la comprensión -y los flujos de inversión- se están poniendo al día rápidamente.

Así que, con la inversión en capital de impacto preparada para un rápido crecimiento, ¿dónde es probable que surjan oportunidades de inversión en los próximos cinco años?

Empecemos por el impulso, intensificado por la pandemia, de ampliar la asistencia sanitaria asequible. Por ejemplo, EE.UU. gasta alrededor del 18% del producto interior bruto – casi 4 billones de dólares[4] al año – en asistencia sanitaria, por lo que las empresas que pueden ayudar a reducir esa factura tienen una gran demanda. Los fabricantes de dispositivos médicos innovadores de alta tecnología, que pueden mejorar los resultados de los pacientes y reducir los costes de los tratamientos, son un buen sector que los inversores deben examinar. 

El segmento de las ciencias de la vida -empresas que desarrollan y fabrican productos farmacéuticos, medicinas basadas en la biotecnología y una serie de otros productos- también está creciendo rápidamente debido a la creciente atención a la prevención de enfermedades. Aunque es difícil elegir a los ganadores en el ámbito del desarrollo de medicamentos, muchos proveedores de este mercado, como las organizaciones de investigación clínica y los fabricantes de equipos de ciencias de la vida, ofrecen interesantes oportunidades de inversión.

Otro sector impulsado por la pandemia es el de las tecnologías de la información. Para los inversores, la informática es una de las perspectivas más atractivas, ya que el ritmo de la digitalización se acelera en todo el mundo. Empresas como las productoras de software suelen tener un elevado apalancamiento operativo y un rápido crecimiento de los ingresos, una combinación que puede impulsar los beneficios. Suelen tener fuertes ventajas competitivas, como el poder de los precios y una base de clientes leales. Y suelen tener un alto porcentaje de ingresos recurrentes impulsados por el software como servicio, por el que se accede al software en línea a través de una suscripción.

Las empresas de conectividad, que desarrollan y mantienen las redes e infraestructuras físicas, digitales y financieras del mundo, también deberían ser una buena apuesta. Las empresas que prestan servicios a la infraestructura física presentan importantes oportunidades, ya que los gobiernos tienen previsto gastar hasta 10 billones de dólares[5] para actualizar o sustituir las instalaciones y los sistemas deteriorados y obsoletos, y los planes de desarrollo ecológico conllevan un gasto a largo plazo en nuevos tipos de infraestructuras.

El sector de la ciberseguridad se está expandiendo rápidamente, ya que las empresas se apresuran a protegerse contra el tipo de infracciones de alto perfil que se han acelerado en los últimos años. El cambio hacia el trabajo a distancia y la transición a la nube están cambiando la forma en que las empresas protegen sus activos digitales, con una transición en curso hacia un enfoque multilocal capaz de cubrir a los empleados que trabajan desde casa. Este reto requiere nuevas soluciones, como el modelo de seguridad de confianza cero o sin perímetro, que se basa en el concepto de que no se debe confiar en los dispositivos por defecto, ni siquiera dentro de una red corporativa.

La creciente popularidad de las aplicaciones de pago digitales y las finanzas descentralizadas también crearán muchas oportunidades de inversión. Los procesadores de pagos ágiles y disruptivos están en camino de crear las llamadas redes de pagos y préstamos de circuito cerrado, es decir, ecosistemas de pago que eluden el sistema bancario tradicional y permiten a los usuarios obtener préstamos que no serían posibles a través de los canales estándar.

Más allá del ámbito digital, la urgencia de los esfuerzos para abordar el cambio climático se intensifica en el período previo a 2030, la fecha límite para los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU sobre cuestiones críticas, desde la reducción de la pobreza y el hambre hasta el desarrollo de energías limpias y la promoción de la igualdad social. La ONU ha calculado que se deben invertir hasta 7 billones de dólares al año para alcanzar estos objetivos antes de la fecha límite; los inversores de impacto harán una importante contribución a este impulso financiero.

[1] Fuente: Red Global de Inversión de Impacto

[2] Fuente: Alianza Global de Inversión Sostenible

[3] Fuente: Encuesta de la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones

[4] Fuente: Centros de Servicios de Medicare y Medicaid

[5] Fuente: McKinsey & Company

Disclaimer

Esta comunicación se dirige exclusivamente a los inversores profesionales de la MiFID. Ha sido preparada únicamente con fines informativos y no constituye una oferta, en particular un folleto o una invitación a tratar, comprar o vender cualquier valor o a participar en cualquier estrategia de negociación o en la prestación de servicios de inversión. Aunque se ha prestado especial atención al contenido de esta comunicación, no se ofrece ninguna garantía o declaración, expresa o implícita, sobre su exactitud, corrección o exhaustividad. Toda la información contenida en esta comunicación puede estar sujeta a cambios o actualizaciones sin previo aviso. Ni NN Investment Partners B.V., ni NN Investment Partners Holdings N.V., ni ninguna otra compañía o unidad perteneciente al Grupo NN, ni ninguno de sus directores o empleados pueden ser considerados directa o indirectamente responsables con respecto a esta comunicación. El uso de la información contenida en esta comunicación es bajo su propio riesgo. Esta comunicación y la información contenida en ella no deben ser copiadas, reproducidas, distribuidas o transmitidas a ninguna persona distinta del destinatario sin el consentimiento previo por escrito de NN Investment Partners B.V. La inversión conlleva un riesgo. Tenga en cuenta que el valor de cualquier inversión puede subir o bajar y que la rentabilidad pasada no es indicativa de los resultados futuros y en ningún caso debe considerarse como tal. Esta comunicación no está dirigida a personas de los Estados Unidos, tal como se definen en la Regla 902 del Reglamento S de la Ley de Valores de los Estados Unidos de 1933, y no está pensada ni puede utilizarse para solicitar la venta de inversiones o la suscripción de valores en países en los que esto esté prohibido por las autoridades o la legislación pertinentes. Cualquier reclamación que se derive de los términos y condiciones de este aviso legal, o que esté relacionada con ellos, se regirá por la legislación holandesa.

 

Amundi participa en la primera emisión de bonos verdes de España

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Aerogeneradores en un campo de cereales.
Pixabay CC0 Public Domain. “Amundi participa en la primera emisión de Bonos Verdes de España”

El mercado de bonos verdes avanza hacia una mayor diversificación sectorial: automoción, telecomunicaciones o la industria química se están convirtiendo en emisores de bonos verdes, además de los sospechosos habituales como bancos, inmobiliarias y servicios públicos. Los soberanos también están entrando con fuerza en el mercado, como ha sido el caso de España, que realizó con éxito su primera emisión de bonos verdes en septiembre.

Con esta emisión, España financiará programas de gasto público que contribuyen a los objetivos medioambientales de mitigación del cambio climático, uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marítimos, o la transición a la economía circular. Los proyectos incluyen la ampliación de la red ferroviaria eléctrica -el sistema ferroviario español asegura la movilidad urbana y ayuda a resolver la congestión del tráfico y la contaminación- o la protección del río Ebro para mejorar la calidad del agua y reducir los riesgos de inundación.

En Amundi hemos participado en esta operación en nuestras carteras y especialmente en nuestras carteras verdes, así como en nuestro fondo insignia, Amundi Responsible Investment – Impact Green Bonds. Esta primera emisión en España combina un precio relativamente atractivo y buenas credenciales verdes. Valoramos por ejemplo el desarrollo de la capacidad de energía renovable de 100 GW hoy hasta los 160 GW en 2030, así como la casi eliminación del carbón y la financiación sobre todo del transporte limpio.

Las emisiones de bonos verdes soberanos de la zona euro forman parte de nuestro universo de inversión, tanto en nuestra gama convencional como, más concretamente, en nuestra gama de soluciones verdes. Nos gustan las dos características principales que ofrecen: la liquidez y la seguridad, así como el efecto de señalización e impulso al desarrollo de las emisiones verdes corporativas. Nuestra asignación a uno u otro bono soberano verde depende de la categoría/»calidad» verde de los proyectos subyacentes y de los elementos de valor relativo. Por ejemplo, Alemania ofrece varios vencimientos verdes que son útiles para la gestión de la curva de las carteras verdes, pero a costa de algunas consecuencias de escasez. Otros emisores soberanos han optado por situar el importe en circulación en un nivel similar al de sus emisiones convencionales no verdes, pero a menudo emiten por encima de los 10 años, lo que puede no ser conveniente en todas las fases del mercado. Seguiremos participando en las emisiones verdes cuando combinen buenas características tanto verdes como financieras. Cumpliremos así nuestro deber fiduciario al tiempo que contribuimos a avanzar hacia una economía más respetuosa con el clima.

Celebrando su 5º aniversario, nuestra estrategia de bonos verdes de Impacto está bien posicionada con un rendimiento absoluto y relativo resistente frente al universo verde y sus pares. La estrategia cuenta con 5 globos de sostenibilidad y 5 estrellas según Morningstar y está clasificada como artículo 9 según SFDR. Los 800 millones de euros en activos bajo gestión reflejan el importante interés por parte de los inversores en esta temática. Cabe mencionar además que la estrategia ha evitado 395 toneladas de CO2 por cada millón de euros invertidos, lo que equivale por ejemplo al consumo de energía anual de 48 hogares.

Hemos lanzado recientemente la estrategia de bonos verdes de impacto también dentro de nuestra sicav luxemburguesa Amundi Funds; y junto con Amundi Responsible Investing Impact Green Bonds son buenas opciones para «ecologizar» la asignación en Renta Fija con un impacto medioambiental positivo.

Tribuna de Isabelle Vic-Philippe, directora de Gestión Euro Aggregate y co-gestora de la estrategia Impact Green Bond de Amundi.

¿Qué pasó el tercer trimestre y qué esperar en el cuarto?

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. China

Ha habido pocos años en los que las oscilaciones a corto plazo de los mercados hayan estado (al menos a mis ojos) más reñidas con las tendencias a largo plazo: venta de los sectores tecnológicos y de la salud, aumento de las empresas cíclicas frente al crecimiento secular y repuntes dramáticos que favorecen a un país en detrimento de otro.

A más corto plazo, en 2021 se ha producido la tan esperada rotación del value. En un entorno desinflacionista, las acciones de megacap growth tienden a ir bien; cuando las economías se reactivan y los rendimientos aumentan, las acciones growth ven cuestionadas sus valoraciones. Las empresas cíclicas como los bancos y los materiales se recuperan. Las empresas de menor tamaño disfrutan de un entorno más líquido: todos estos efectos se han producido este año y nos hemos esforzado por aprovecharlos cuando hemos podido.

El año ha sido bueno para la India, ya que el diferencial de rendimiento a un año con China ha alcanzado los 60 puntos porcentuales (a 30 de septiembre de 2021). ¿Por qué la India ha sido tan fuerte? Bueno, en parte se trata de una recuperación del crecimiento desde el punto más bajo de la pandemia. Sin embargo, esta no es una explicación suficiente, ya que los beneficios por acción se han recuperado hasta un punto que me parece superior a la tendencia. India ha experimentado un fuerte crecimiento de las exportaciones de productos manufacturados, sobre todo en el sector del automóvil, ya que la demanda se ha recuperado en el Sudeste Asiático y América Latina. ¿Es esto cíclico? ¿O es el comienzo de una creciente destreza manufacturera? Si es esto último, la reciente subida de las valoraciones es bien merecida. Sin embargo, es imposible saberlo con certeza. 

Japón ha tenido un comienzo de año difícil, pero a medida que las presiones reflacionarias han ido creciendo, el mercado se ha ido animando un poco más. Se ha visto favorecido por la reconstitución global de inventarios, ya que el sesgo manufacturero de Japón ha apoyado el repunte de la producción fabril. 

En el resto de Asia y en los mercados emergentes, han sido las empresas y economías más cíclicas las que han tendido a hacerlo bien. Pero es China la que domina los titulares. En las últimas semanas y meses, el mercado bursátil chino se ha visto sometido a una presión creciente. Las relaciones entre Estados Unidos y China siguen siendo tensas. Los propios reguladores chinos han impuesto costes de regulación a algunas empresas, en algunos casos hasta el punto de que la gran mayoría de los beneficios de una empresa pueden desaparecer. Políticos estadounidenses de todas las tendencias políticas han denunciado las inversiones financieras en China y a estas polémicas se ha añadido el grito de ¡China no es invertible! En efecto, ésta no es la China que conocí cuando era un joven estudiante en Pekín a finales de los años ochenta.

¿Pero es eso algo malo? ¿Para China o para los inversores? En absoluto. Porque la China que yo conocí seguía estando controlada centralmente. A los estudiantes que se graduaban se les asignaban puestos de trabajo. A mi compañero de cuarto, uno de los más brillantes de su clase, se le asignó un trabajo en la editorial estatal, sin duda produciendo tediosos tomos de torturados retoques del pensamiento marxista-leninista.

Sin embargo, él escapó de todo eso, y China también. Su generación está empleada en su inmensa mayoría en la industria privada (más de tres cuartas partes del empleo urbano corresponde a la pequeña y mediana empresa privada). Los ingresos se han disparado, junto con la propiedad de la vivienda, la capacidad de poseer un coche, de tener acceso a los medios de comunicación extranjeros, de viajar. De ser clase media. Las medias bursátiles, lastradas durante tanto tiempo por los vestigios cotizados de la vieja China, no reflejan esta increíble historia de crecimiento y descubrimiento. Pero un inversor sensible y activo podría formar parte de esta creación de riqueza seleccionando empresas en las áreas de demanda interna de la economía: el consumo, la tecnología, la sanidad, los servicios financieros y otros sectores.

Todo este esfuerzo y determinación no ha sido recibido con aplausos por el alivio de la pobreza masiva, sino con miedo y recelo. Occidente, que durante mucho tiempo fue un modelo para las reformas chinas, ahora trata de contener a China. Y China ha reaccionado tendiendo la mano a sus vecinos y vecinos de una y dos veces para ofrecer el mismo tipo de plan de crecimiento: infraestructuras, fabricación, comercio, desarrollo de la clase media.

Y ahí es donde se encuentra China ahora. Después de que se le dijera durante tanto tiempo que su crecimiento era un espejismo («son sólo exportaciones con bajos salarios»), China se encuentra ante las exigencias de unos ciudadanos que han desmentido tan erróneo análisis y que ahora trabajan en el sector de los servicios, las finanzas, la sanidad y la tecnología, y que llevan una vida que, a la vista está, no es muy diferente de la nuestra.

Así que las actuales medidas reguladoras son un intento de responder a las críticas de que el crecimiento de China ha sido ajeno a los daños medioambientales, a la salud, o que carece del tipo de educación adecuado (¡demasiado centrado en el aprendizaje memorístico!) para desarrollar mentes verdaderamente creativas. El gobierno chino ha reaccionado abordando cuestiones relacionadas con el acceso a la sanidad, la equidad en las transacciones de mercado y la igualdad en la oferta educativa. No cabe duda de que continuará atacando estas áreas, así como la especulación financiera: ya ha tomado medidas contra las criptomonedas.

Al hacerlo, los chinos no actúan a lo loco o sin previo aviso. No tienen el mismo proceso de consulta pública e implicación que tiene Occidente antes de actuar, y actúan. Es innegable, como hemos señalado antes, que la política pro-laboral ha sido un viento en contra para los beneficios y que las iniciativas reguladoras también pueden causar cargas adicionales a las empresas. Pero el grito de que China está en contra del capitalismo y no es invertible ignora el hecho de que China sabe que su gran creación de riqueza se debe a la empresa privada. 

Entonces, ¿cómo se invierte en este entorno? Pues bien, hay que estar atento a los beneficios monopolísticos y a su precio. Tenga cuidado con los modelos de negocio especulativos. Invierta en aquellas empresas que crean bienes y servicios en China para que los chinos los disfruten. Invierta en aquellas empresas que aumenten el acceso a la atención sanitaria, produzcan bienes de capital que mejoren la productividad, proporcionen a un coste razonable los servicios minoristas que demanda la clase media china y desarrollen la arquitectura financiera que apoye el crecimiento a largo plazo y la protección de la riqueza.

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