El nuevo Silicon Valley: mercados asiáticos

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Pixabay CC0 Public Domain. El nuevo Silicon Valley: mercados asiáticos

Cualquier inversor que aborde el tema de los ETFs no puede ignorar el índice MSCI World. No es sólo por su alto perfil que este índice se abre paso en muchas carteras que buscan una amplia diversificación. Pero, ¿qué grado de diversificación ofrece realmente el MSCI World? 

Presentado como una inversión distribuida globalmente con unas 1.600 empresas, alrededor del 65% de su peso corresponde a EE.UU., seguido de Europa, con cerca del 30%. El resto, obviamente pequeño, replica empresas asiáticas. Sin embargo, el equilibrio de poder mundial ha cambiado significativamente en los últimos años.

Un estudio de Global Fortune revela que un total de 203 de las 500 empresas con mayor volumen de negocio tienen su sede en Asia. Sólo China y Japón representan 188 de estas empresas. Teniendo en cuenta la velocidad de la innovación en Asia, ignorar el continente sería un grave error. En los últimos ocho años, la empresa media del MSCI World ha aumentado sus ingresos sólo un 4% al año. Las principales economías desarrolladas incluidas en el índice, encabezadas por Estados Unidos, deberían enfrentarse a una década de menor crecimiento. En cambio, vemos que países como Corea del Sur y China están invirtiendo mucho en investigación y desarrollo para desafiar con éxito la pretensión de liderazgo del mundo occidental, como ya se ha puesto de manifiesto en los últimos años.

Es por ello que, para poder beneficiarse de las tendencias del sector tecnológico en los próximos 10 años, no se puede ignorar el continente asiático en la asignación de activos. Por lo tanto, es lógico que desde MainFirst, hayamos lanzado recientemente el fondo MainFirst Megatrends Asia, con un volumen de inversión inicial de casi 90 millones de dólares, para ofrecer a nuestros inversores un acceso sin restricciones a este mercado en crecimiento.

Vemos aquí el Silicon Valley del futuro, al menos en parte. Al mismo tiempo, la velocidad con la que avanzan los nuevos modelos de negocio en Asia, promovidos por el Estado, sigue aumentando. Por ejemplo, China superó a EE.UU. en términos de gasto en investigación y desarrollo en 2020 y se espera que en 2025 la República Popular ya invierta aquí alrededor de 900.000 millones de dólares anuales. 

Las mayores oportunidades en Asia se concentran en áreas tecnológicas básicas como los semiconductores, los vehículos eléctricos, la inteligencia artificial, la robótica y la automatización. Los epicentros tecnológicos son los países de Corea del Sur, Japón, China y Taiwán. 

El impacto del avance económico y la creciente prosperidad se reflejará inevitablemente en los mercados de bienes de consumo. Aunque no se puede descartar que los grupos de marcas europeos también se beneficien de la dinámica asiática, el gobierno chino se está centrando cada vez más en la promoción de los fabricantes de marcas locales.

 

Tribuna de Frank Schwarz, gestor del MainFirst Global Equities Fund.

Desafíos y oportunidades para el nuevo gobierno chileno y para el mercado de capitales

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Foto cedidaHugo Aravena, presidente de CFA Society Chile. ,,

Finalmente ha llegado marzo de 2022 y, con él, el desafío de enfrentar un nuevo plan de gobierno con importantes reformas para el mercado de capitales. Desde el 2019 nuestro mercado ha presentado un sostenido deterioro, principalmente por variables internas, a las que ahora se suman factores globales de riesgo, en un desafiante entorno internacional.

En lo local, es urgente reconstruir confianzas e impulsar una agenda que aborde temas relacionados a impuestos, pensiones, estabilidad financiera, crecimiento económico y generación de buenos empleos. El presidente Boric y sus ministros han señalado que la primera gran reforma que presentarán será precisamente la tributaria.

La evidencia empírica reciente en Chile muestra que los gobiernos entrantes tienden al optimismo a la hora de proyectar un plan de recaudación, versus lo que finalmente se termina percibiendo. Sin ir más lejos, en el caso del segundo gobierno de Bachelet, se presupuestó un importante gasto fiscal en materia de educación y salud, que, mediante una agresiva reforma tributaria, pretendía reunir un 3% del PIB. La cifra lograda estuvo muy lejos de ese objetivo.

El aprendizaje que nos dejó esta experiencia, es que implementar reformas estructurales en corto tiempo es muy difícil, y que el voluntarismo puede jugar una mala pasada. Implementar reformas complejas como ésta, genera grandes impactos colaterales negativos en otras variables económicas y financieras como la inversión, el empleo, y, por supuesto, en el crecimiento económico.

El programa del nuevo gobierno pretende recaudar un 5% del PIB, una meta muy ambiciosa. Para lograrlo, es fundamental trabajar en la gradualidad de su implementación, pues se pueden afectar las expectativas de inversión. Además, es clave que esa recaudación se dé de manera sustentable en el tiempo, mediante tributos que permitan generar ingresos recurrentes, pues siempre es tentador financiar nuevos proyectos de gasto social mediante la emisión de deuda fiscal.

Por su parte, la inversión es una variable que depende, entre otras, de la institucionalidad propia de los países, así como de la certeza que puedan tener los inversionistas sobre las reglas del juego que rigen o regirán durante el periodo en que realicen las inversiones. En general, países que son política y financieramente estables y que, al mismo tiempo, promueven la innovación con los incentivos correctos, atraen más y mejores capitales. 

Según el Banco Central, con información de mediados del 2021, en Chile se apreció una salida de 50.000 millones de dólares en los últimos 24 meses, donde empresas e inversionistas privados explicaron la mayor parte de la fuga. Por lo mismo, mantener el atractivo relativo del país, tanto para inversionistas extranjeros como para los locales, es un tema de primer orden, que debería ser considerado al momento de discutir e implementar reformas profundas, con el objetivo de que éstas sean exitosas.

En tanto, si hablamos de la estabilidad financiera local, los inversionistas institucionales, como administradoras de pensiones y aseguradoras, han sido actores fundamentales. Estas compañías han ayudado a desarrollar, por ejemplo, el mercado de crédito hipotecario y de deuda, lo que ha permitido por muchos años acceder a costos financieros razonables en relación a otras economías comparables.

El impacto negativo por la incertidumbre en el marco de la reforma al sistema de pensiones, y los consecutivos retiros de fondos, han contribuido a la alta inflación, y al encarecimiento y baja disponibilidad de créditos hipotecarios para las personas. Estos son dos ejemplos concretos de lo que implica minar nuestro mercado de capitales y cómo esto afecta a todas las personas.

El apoyo a la institucionalidad e independencia del Banco Central de Gabriel Boric, el nombramiento de Mario Marcel en el ministerio de Hacienda y a Soledad Bernstein como presidenta de la CMF, han sido señales positivas, pero no nos podemos quedar sólo con eso. Hoy el gran desafío es fomentar la estabilidad financiera interna, la que, de lograrse probablemente favorecerá positivamente la posibilidad de implementación de las reformas sociales del nuevo gobierno y, por lo tanto, debiese ser un objetivo clave para sus primeros meses como presidente. 

Hugo Aravena es el presidente de CFA Society Chile

 

 

 

 

 

 

Descubriendo las joyas ocultas de mid caps europeas

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Pixabay CC0 Public Domain. 1

En medio del temporal que viven los mercados, afectados por la escalada bélica entre Ucrania y Rusia, la crisis energética y los últimos coletazos del COVID, es especialmente gratificante podernos hacer eco de una estrategia que, una vez pase esta tormenta, confiamos siga su línea ascendente. Nos referimos a Mirabaud Discovery Europe, un fondo de convicción que invierte en pequeñas y medianas compañías europeas y que obtuvo una rentabilidad absoluta superior al 33% en 2021 frente al 24% del índice de referencia.

Un activo especialmente atractivo por el dinamismo y la flexibilidad de las empresas más pequeñas que brindan potenciales recompensas, pero sólo a aquellos inversores dispuestos a dedicar el tiempo y el esfuerzo necesarios para identificar compañías con verdaderas perspectivas, antes de que lo haga el resto del mercado.

En Mirabaud consideramos empresas de pequeña capitalización a aquellas compañías con capitalizaciones de mercado totales inferiores a 5.000 millones de euros. Nos referimos a compañías con atractivas opciones de diversificación, así como -si se seleccionan con criterio- rendimientos también potencialmente muy atractivos.

Este tipo de compañías van más allá de su atractiva historia corporativa: el que hoy es un pececillo en el mar, podría ser el disruptor de mañana y el gigante del futuro. Las empresas de pequeña capitalización ofrecen a los inversores un mecanismo para acceder a este potencial.

Mirabaud Discovery Europe es un fondo concentrado, que invierte en un máximo de 50 compañías especialmente seleccionadas por los gestores tras un análisis riguroso de sus fundamentales y política de sostenibilidad, con foco en su estrategia corporativa y la calidad de su gestión

Dentro de su aproximación a las small and mid caps, el fondo se apalanca en las megatendencias a largo plazo que marcarán la economía del futuro. Integra en su cartera a aquellas compañías que son dominantes en los nichos de mercado, impulsan y se benefician de la transformación de las megatendencias, son líderes en innovación y tienen visión de futuro. El equipo gestor no adopta un rol de simple inversor, sino que acompaña a la compañía en su proceso de crecimiento, ayudándoles a acceder a otro nivel y a desarrollar su negocio.

Por otro lado, una de las ventajas de las small caps es que no suelen formar parte de los análisis de los gestores. Así, por ejemplo, en Europa, las compañías incluidas en el índice MSCI Europe suelen estar cubiertas por una media de 21 analistas. Sin embargo, las incluidas en el índice MSCI Europe SMID (Small and Mid Cap) solo están cubiertas por una media de 9 analistas cada una. Estamos ante lo que se conoce como un mercado ineficiente, lo cual es una oportunidad para que los gestores activos generen alfa.

Entrar en el negocio en el momento adecuado

La clave para formar una cartera de empresas pequeñas con grandes oportunidades es saber entrar en el negocio en las primeras fases de sus ciclos de crecimiento. Es decir, en el momento en el que estas compañías disruptoras destacan por estar a la vanguardia en cuanto a innovación o porque aprovechan las últimas tecnologías al alza en el mercado que operan.

Al incorporarlos a nuestras carteras antes de que sus productos o servicios maduren, los rendimientos pueden acumularse durante largos períodos de tiempo, acompañando a la empresa en su proceso de expansión.

Otro elemento clave es su flexibilidad. Las empresas más pequeñas pueden tener estructuras de incentivos materialmente diferentes: la mayor proporción de propietarios-gestores significa que su directiva asume la propiedad, lo que conlleva un gran interés por ofrecer productos innovadores y los mejores servicios de su categoría.

Los datos de Bloomberg vienen a confirmar esta afirmación. Las acciones de MSCI Europe tienen una media del 2% de propietarios de carácter interno, mientras que en el caso de las small cap del MSCI Europe la media asciende hasta el 5%. En la cartera de Discovery Europe un 12% de la misma está en manos de los consejeros delegados, altos directivos o consejos de administración de las propias compañías1.

Una gestión activa deberá contemplar, en su universo de gestión, este tipo de compañías con otras más maduras que suelen tener estructuras empresariales más establecidas, balances más sólidos y más acceso a los mercados de capitales.

Si nos remontamos a 15 años atrás, incluyendo tanto la crisis financiera de 2008 como la del 2020 provocada por la pandemia, las pequeñas empresas europeas, como clase de activo, han superado sistemáticamente el rendimiento de la renta variable europea en su conjunto:

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Solo una gestión activa y con convicción permitirá acceder a un rendimiento superior al identificar a empresas «por debajo del radar» que proporcionan beneficios significativos. Precisamente su menor escala les otorga flexibilidad para detectar y capitalizar las tendencias de crecimiento secular más rápidamente que sus competidores de gran capitalización.

Columna de Hywel Franklin, responsable de renta variable europea en Mirabaud Asset Management

[1] Source: Bloomberg, accessed 07/02/22

El choque energético de la invasión rusa hace que se replantee la política monetaria

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Pixabay CC0 Public Domain. El choque energético de la invasión rusa hace que se replantee la política monetaria

La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha conmocionado a la economía mundial, en particular al alimentar nuevas subidas de los precios de la energía y las materias primas. Los nuevos catalizadores inflacionistas tendrán efectos diferentes en los movimientos de la política monetaria, ya que las economías regionales parten de lugares diferentes, lo que determinará su capacidad para soportar el aumento de los precios de las materias primas.

La crisis de Ucrania está teniendo consecuencias trágicas para la población local, mientras que sus efectos macroeconómicos se dejan sentir en todo el mundo. La participación conjunta de Rusia y Ucrania en el PIB mundial es inferior al 2%, según datos del Banco Mundial. Pero esa pequeña cifra oculta su enorme impacto como exportadores de productos básicos, que probablemente perjudicará a la economía mundial de dos maneras. En primer lugar, el conflicto en Ucrania reducirá los envíos agrícolas e industriales. En segundo lugar, las sanciones occidentales impedirán las exportaciones de productos básicos rusos. En ambos casos, las limitaciones de la oferta probablemente harán subir los precios.

Los precios de los alimentos se enfrentan a la crisis del trigo y los fertilizantes

En conjunto, Rusia y Ucrania representan más del 25% de las exportaciones mundiales de trigo. Sólo Rusia representa alrededor del 13% de las exportaciones mundiales de fertilizantes nitrogenados. Como resultado, el conflicto inevitablemente hará subir los precios de los alimentos en todo el mundo. Nuestra investigación sugiere que el impacto se sentirá desproporcionadamente en los países de mercados emergentes que dependen más de las importaciones de Ucrania y Rusia, como Egipto, Indonesia, Brasil y Turquía.

El gas de neón es otra materia prima cuyo impacto es casi seguro. Iceblick, con sede en Odesa, suministra alrededor del 65% del gas neón del mundo, utilizado en el proceso de litografía láser, fundamental para la producción de chips informáticos. En este caso, las repercusiones afectarán probablemente más a los países desarrollados.

Pero el papel de Rusia como exportador de energía es potencialmente la variable más importante de todas. Rusia es el tercer productor mundial de petróleo, por detrás de Estados Unidos y Arabia Saudí, y el mayor exportador de petróleo a los mercados mundiales, según la Agencia Internacional de la Energía. En concreto, Rusia suministra alrededor del 40% de las necesidades energéticas de Europa.

El aumento de los precios del petróleo augura problemas

Incluso antes de la invasión rusa, los precios del petróleo estaban subiendo. Ahora, desde el 7 de marzo, los precios se acercan a los máximos de 2008, en torno a los 140 dólares por barril, y si suben, podemos enfrentarnos a una crisis mundial (ver más abajo).

Rissing commodity prices increase inflationary pressures

 

La eficiencia energética ha mejorado constantemente desde la crisis del petróleo de los años 70, facilitando a las empresas y a los consumidores la absorción de las fluctuaciones de precios. Pero una ruptura de los precios hacia nuevos récords supondrá un reto para los países que dependen de las importaciones. Y en Europa, varias economías dependen en gran medida de los suministros rusos y son vulnerables a la subida de los precios regionales del gas, que actualmente son más de diez veces superiores a los niveles anteriores a la crisis del petróleo.

Perspectivas de crecimiento amenazadas

¿Cómo se plantean los responsables políticos las crisis de la energía o de las materias primas? A corto plazo, el aumento de los precios de la energía es un factor de estanflación: impulsa los precios a corto plazo, pero perjudica el crecimiento a largo plazo, ya que el encarecimiento de la energía obliga a los consumidores a reducir el gasto en otros bienes y servicios.

En las últimas décadas, los responsables políticos han considerado las crisis de los precios de las materias primas como algo temporal. Por lo general, han hecho bien en abstenerse de endurecer la política en respuesta. Pero ahora, con las presiones inflacionistas ya elevadas, podría ser peligroso asumir que las expectativas de inflación son estables. Actualmente, la respuesta adecuada depende del equilibrio subyacente entre la inflación y el crecimiento, que difiere según la región.

Medir las diferencias regionales

Para evaluar este equilibrio, examinamos el crecimiento de los ingresos nominales y reales en Europa frente a los de Estados Unidos. Nuestro estudio muestra que los consumidores estadounidenses están en una posición mucho mejor para hacer frente a las actuales presiones sobre los precios, porque el crecimiento de la renta real -representado por nuestra aproximación al salario- es positivo. Esto da a los consumidores estadounidenses un colchón para absorber el aumento de los costes de la energía (ver más abajo).

Real income growth varies by region

 

En cambio, en la zona del euro, aunque el salario nominal crece a un buen ritmo del 4% -el más fuerte desde la crisis financiera mundial-, el crecimiento del salario real está estancado o incluso ha bajado ligeramente. Como resultado, el aumento de los precios erosiona el poder adquisitivo de los consumidores. Y eso no tiene en cuenta todavía el aumento del 60% de los precios del gas natural en las últimas semanas ni las posibles subidas de los precios de las materias primas blandas y los alimentos.

Si la inflación europea sigue subiendo, creemos que la región corre el riesgo de sufrir una crisis de demanda negativa este año. El Banco Central Europeo está pisando fuerte al señalar recientemente que podría subir los tipos de interés, porque los ingresos reales son precarios. En 2011, el BCE se saltó las normas de política al subir los tipos cuando los ingresos reales eran negativos, pero rápidamente se dio cuenta de su error y dio marcha atrás.

En el Reino Unido, la historia es algo similar porque los ingresos reales son negativos. Sin embargo, a diferencia del BCE, el Banco de Inglaterra ya ha iniciado un ciclo de subidas de tipos. Puede que subir los tipos no sea una gran idea en este momento, pero si el Banco de Inglaterra continúa, creemos que es probable que se detenga antes de lo que lo haría, dado el shock económico.

La dinámica en Estados Unidos es diferente. Aunque la inflación estadounidense es mayor que en Europa, los ingresos también son más saludables. El salario nominal está creciendo rápidamente, en torno al 10% anual, y el salario real está creciendo al 2,7%, en línea con su media a largo plazo. Puede que esto no se refleje en todos los hogares, pero en conjunto la economía está siguiendo el ritmo de la inflación y un poco más. Desde la perspectiva de la Reserva Federal, esto significa que la economía estadounidense puede soportar subidas de tipos. Dado que es improbable que una mayor inflación provoque una desaceleración drástica, no creemos que las presiones derivadas del conflicto entre Rusia y Ucrania deban disuadir a la Fed de subir los tipos.

Dicho esto, la precaución está garantizada. Los posibles resultados imprevisibles podrían afectar a las expectativas de los consumidores o debilitar la inversión empresarial. Algunos bancos pueden tener exposiciones ocultas a la región. Las incertidumbres creadas por la invasión rusa probablemente han llevado a la Fed a ser cautelosa, iniciando su ciclo de endurecimiento con una subida de 25 puntos básicos.

En los mercados emergentes, algunos bancos centrales se encuentran en una posición especialmente difícil. En América Latina y Europa del Este, las presiones inflacionistas han sido más agudas y, por lo general, los responsables políticos ya han aumentado los tipos de interés.

A los inversores nunca les gusta la incertidumbre y tienden a preferir un rango estrecho de resultados. Hoy no tenemos ese lujo. Pero en medio de la penumbra de la guerra, recuerde que no todos los posibles resultados macroeconómicos terminan en recesión. Por ejemplo, si el conflicto termina a corto plazo, los precios de las materias primas podrían bajar antes de que se produzca la destrucción de la demanda. Los responsables políticos de todo el mundo tendrán que hacer un delicado acto de equilibrio mientras se suben a un tren que se mueve rápidamente, dada la fluidez de la situación.

Tribuna de Eric Winograd, director de Investigación de Mercados Desarrollados y Markus Schneider, economista Senior-EEMEA en AllianceBernstein.

Más que una cobertura potencial de la inflación

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Incluso antes de la última guerra de Vladimir Putin contra Ucrania, la aceleración de las subidas de precios se ha convertido en un fenómeno mundial1. Con un 7,5%, el aumento de enero del índice de precios al consumo (IPC) de EE.UU. volvió a superar las expectativas del mercado, marcando la mayor subida interanual desde 19822. Y lo que es peor, las presiones sobre los precios parecen extenderse de los bienes duraderos y la energía a los alimentos y a los precios de los servicios más difíciles, como los alquileres, la limpieza en seco, la atención veterinaria y los cortes de pelo3.

Esto pone de manifiesto un reto adicional para los inversores. Aparte de los aumentos generales de los precios de los bienes y servicios, ha habido mucha variación en los precios relativos tanto de los insumos (incluyendo especialmente los salarios de la mano de obra) como de los productos. Como hemos subrayado en repetidas ocasiones, la clave para protegerse de la inflación es centrarse en empresas y sectores con un elevado poder de fijación de precios (para sus bienes y servicios), así como un fuerte control de los costes (para sus insumos, incluida la mano de obra)4 También en Europa hemos revisado al alza nuestras previsiones de inflación para 2022, con un 8% aproximadamente para la zona euro. A la luz de las interrupciones en el suministro de energía y otros productos básicos, la guerra añade incertidumbres adicionales a las previsiones en ambas direcciones.

Contra tal telón de fondo, los activos de infraestructura tienden a destacar en todas las dinámicas relevantes: desde los ingresos y los costes hasta los efectos de valoración de las variaciones de los tipos de interés nominales y reales. El carácter casi monopolístico de la mayoría de los activos de infraestructura significa que la demanda suele ser inelástica. Por lo tanto, en general existe una alta probabilidad de que la inflación se traslade a los clientes a través de un aumento de las tarifas. De hecho, en los sectores de infraestructuras regulados – como el agua, las redes eléctricas o las carreteras de peaje – la regulación suele incluir un vínculo explícito con la inflación, que permite que las tarifas aumenten en función de ésta. Por último, los activos de infraestructura suelen ser de larga duración y requieren grandes gastos de capital inicial, pero pueden necesitar comparativamente poco en términos de mantenimiento anual o gastos de funcionamiento, lo que limita las presiones de los costes. Las energías renovables, como las centrales solares, suelen ser un buen ejemplo en este sentido.

Sin embargo, si todo esto suena demasiado bueno para ser verdad, puede serlo. En los últimos años, la competencia entre los inversores por las grandes adquisiciones de infraestructuras ha sido feroz. Con los altos niveles de polvo seco en los fondos de gran capitalización, un universo más estrecho de acuerdos potenciales y un cambio hacia los procesos de subasta, la competencia por acuerdos que implican objetivos más grandes ha hecho subir los precios de entrada. Tanto COVID-19 como la guerra de Putin también han puesto de manifiesto algunos riesgos y oportunidades operativas que quizá no eran tan evidentes antes de la pandemia: pensemos en las carreteras de peaje o en los aeropuertos durante las cuarentenas.

O pensemos en el transporte y la distribución de gas natural. A pesar de estar regulados, estos activos pueden enfrentarse a retos de descarbonización algo similares a los que gestionan sus clientes en el sector de los combustibles fósiles. Mientras tanto, la lucha por el gas parece haber dado lugar a un gran poder de fijación de precios. La generación de energía ofrece otro ejemplo de recientes ganadores y perdedores. Al igual que en otros segmentos, la electricidad puede contratarse a largo plazo e indexarse a la inflación, con algunos matices intermedios según el régimen normativo preciso de que se trate. Alternativamente, las centrales eléctricas comerciales venden su energía en las bolsas de electricidad, de modo que los ingresos se determinan en función de las condiciones del mercado. Para los productores de energía europeos, este último modelo ha sido mucho más atractivo durante los dos últimos meses, ya que los precios del gas y, por tanto, de la electricidad, se dispararon.

Todo ello ilustra la importancia de los sofisticados procesos estratégicos de asignación de activos y construcción de carteras para mitigar los riesgos de una mayor volatilidad del rendimiento de los activos individuales y para contribuir a la generación de una sólida rentabilidad a largo plazo de las carteras. Esto incluye la reflexión sobre las posibles funciones de reacción política en varios países en respuesta a los aumentos del coste de la vida que están reduciendo los ingresos de los hogares. 

Después de haber gastado mucho durante la pandemia, las arcas de los gobiernos se han agotado, y el aumento del gasto en defensa se perfila ahora como una fuga adicional de recursos. En consecuencia, es probable que los inversores privados desempeñen un papel fundamental a la hora de proporcionar el capital necesario para apoyar la transición hacia plataformas de infraestructuras más ecológicas, descentralizadas e innovadoras. «Al igual que las políticas de descarbonización y la innovación tecnológica están reconfigurando la economía mundial, también están reajustando las perspectivas de las inversiones en infraestructuras», señala Gianluca Minella, Director de Investigación de Infraestructuras de DWS.  

En Europa, es probable que las recientes iniciativas de la Unión Europea en el marco de su nueva política propuesta estimulen la innovación tecnológica en materia de infraestructuras y creen varias nuevas oportunidades de inversión5. Por ejemplo, la directiva sobre el despliegue de infraestructuras de combustibles alternativos establece la responsabilidad de los Estados miembros de la UE de garantizar la provisión de estaciones de recarga electrónica en las principales autopistas cada 60 kilómetros, y de estaciones de repostaje de hidrógeno cada 150 kilómetros.

A medida que las tecnologías maduren y alcancen una fase avanzada de desarrollo, esperamos que surjan más oportunidades, sobre todo para las infraestructuras básicas y de valor añadido de los mercados pequeños y medianos en sectores como los combustibles alternativos y la infraestructura de repostaje relacionada, el hidrógeno verde o la eficiencia energética6.

El mercado también se mantiene muy activo en cuanto a las oportunidades de desarrollo y de nuevos proyectos en sectores de infraestructuras ya establecidos, como las redes, el material rodante y las energías renovables, y el capital institucional se siente especialmente atraído por los sectores en los que la regulación garantiza la visibilidad de los flujos de caja y el crecimiento. 

La Comisión Europea también propuso aumentar el objetivo de las energías renovables al 40% para 2030 (frente al 32%), con objetivos específicos para el transporte, la calefacción, la refrigeración, los edificios y la industria, y objetivos más ambiciosos para la bioenergía. Con la previsión de que los precios de la electricidad aumenten en la próxima década, prevemos que las energías renovables alcancen cada vez más la paridad de red en toda Europa. Este factor, junto con el continuo crecimiento del mercado europeo de acuerdos de compra de energía a largo plazo, se espera que apoye el crecimiento de la capacidad de las energías renovables en Europa y el continuo interés de los inversores institucionales.

Como resultado de estas medidas, esperamos un mayor crecimiento en el sector de los servicios de eficiencia energética y un mayor volumen de licitaciones públicas y asociaciones público-privadas centradas en la mejora de la eficiencia energética de las infraestructuras relacionadas con la administración en la UE. Por ejemplo, la reforma identifica medidas específicas para acelerar las renovaciones de edificios que contribuyan a la eficiencia energética. Además, el paquete incorpora la obligación de que el sector público reduzca el consumo de energía de los servicios públicos y exige al sector público que renueve los edificios gubernamentales a un ritmo anual del 3%7.

No hace falta decir que seguimos de cerca el proceso legislativo de las distintas propuestas de la Comisión. Y, aunque toda la legislación comunitaria es directamente aplicable en toda la UE, en la práctica puede depender mucho de cómo se apliquen las propuestas en los distintos Estados miembros. Sin embargo, la ambición y la dirección de este «Acuerdo Verde Europeo» son claras, nada menos que la «transformación de la economía y la sociedad de la UE para cumplir con las ambiciones climáticas».8 Además de las preocupaciones ambientales, esto tiene el beneficio de impulsar la independencia energética del régimen cada vez más errático de Putin.

En términos más generales, creemos que las infraestructuras están llamadas a desempeñar un papel fundamental en la consecución de una economía mundial más sostenible e inclusiva, y se espera que esta clase de activos contribuya a la realización de hasta el 72% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas9. Sin embargo, las ambiciosas políticas de descarbonización, el aumento de la inversión pública y el sólido crecimiento de las energías renovables pueden no ser suficientes: para lograr las emisiones netas cero pueden ser necesarios cambios transformadores significativos y mayores inversiones privadas en tecnologías de última generación. 

A medida que las infraestructuras evolucionan, la cartera de inversiones se amplía, con volúmenes de transacciones en los segmentos del mercado medio y de pequeña capitalización bien posicionados para capitalizar el mayor flujo de proyectos en sectores como las energías renovables, las soluciones de eficiencia energética, la electrificación del transporte, el almacenamiento en baterías y la infraestructura digital. Mientras que muchos de estos nuevos proyectos están respaldados por características normativas o contractuales que apuntalan la visibilidad del flujo de caja, y pueden ser atractivos para las estrategias «core plus», otros pueden estar todavía en una fase de maduración y pueden estar mejor posicionados para estrategias de mayor riesgo/retorno. A medio plazo, esperamos que la normalización de los marcos normativos y contractuales desempeñe un papel fundamental para apoyar la maduración de las tecnologías en fase avanzada y acelerar la inversión privada en infraestructuras.

Ya estamos observando un mayor volumen de transacciones en los segmentos del mercado medio-bajo y de pequeña capitalización, en los sectores de las tecnologías de infraestructuras y de las energías renovables en su última fase, con tamaños de billete medio cada vez más en el rango de 50 a 150 millones de euros. Los datos del mercado ya indican que el tamaño medio de las transacciones se ha reducido a 227 millones de euros en 2021, desde los 344 millones de euros de 2017. A medida que la captación de fondos para infraestructuras sigue creciendo y las estrategias vinculadas a la sostenibilidad se extienden, prevemos una mayor demanda por parte de los inversores a largo plazo de estrategias centradas en activos de infraestructuras sostenibles en el mercado de pequeña capitalización y medio. Estas estrategias parecen estar bien posicionadas para proporcionar una potencial diversificación de la cartera respecto a las infraestructuras básicas más tradicionales, al tiempo que contribuyen a apoyar los objetivos de sostenibilidad.

Tamaño medio de las transacciones de capital privado en infraestructuras, Europa

 

Los gestores de activos suelen realizar las operaciones de infraestructuras de pequeña y mediana capitalización a través de procesos propios y no mediante subastas competitivas, y los vendedores suelen mantener una participación en el negocio y buscan asociaciones industriales a largo plazo con los gestores, en lugar de limitarse a maximizar su precio de salida. Cuando se comparan con las adquisiciones de capital privado de pequeña capitalización, los precios de entrada de las infraestructuras de pequeña capitalización parecen algo más elevados, ya que su propuesta de riesgo-rendimiento está respaldada por condiciones normativas o contractuales que apoyan la visibilidad del flujo de caja.

 

Precios medios de entrada en el capital privado de infraestructuras, Europa

* Valor de la empresa / Beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones. Fuente: Estimación basada en la base de datos propia de DWS de operaciones de infraestructuras europeas no cotizadas, incluida la información de transacciones disponible públicamente de Infrastructure Journal, InfraNews, Pitchbook, Bloomberg, Preqin; a fecha de 21 de diciembre

Aparte de la descarbonización, las infraestructuras en el mercado medio y el segmento de pequeña capitalización también parecen estar posicionadas favorablemente para capitalizar otras megatendencias como la digitalización, apoyando la creación de valor a través de la expansión orgánica, las estrategias de plataforma y las fusiones y adquisiciones. Esto es frecuentemente opuesto a las estrategias de infraestructuras de gran capitalización, que tienden a centrarse en activos maduros que proporcionan rendimiento, y con un potencial de revalorización del capital limitado.

Por supuesto, algunas operaciones de infraestructura de pequeña capitalización y del mercado medio centradas en tecnologías de última generación pueden estar en un espectro de riesgo/rendimiento más alto en comparación con la infraestructura tradicional básica o básica plus. Aunque el potencial de generación de rendimientos a largo plazo es mayor, estos rendimientos también pueden estar más expuestos a la capacidad de los gestores para cumplir con éxito los planes de negocio y las iniciativas de crecimiento. Aun así, creemos que añadir selectivamente tecnologías de última generación puede ser una forma atractiva de respaldar las valoraciones de la cartera mediante un elemento de crecimiento resistente de los beneficios, ya que las valoraciones de las infraestructuras básicas están algo expuestas a un entorno de tipos de interés en aumento.

En resumen, las infraestructuras conllevan ciertamente sus propios riesgos, sobre todo para quienes tienen poca experiencia previa. La guerra de Putin pone de manifiesto los riesgos de enfrentarse a jurisdicciones erráticas en busca de mayores rendimientos. Sin embargo, en estos tiempos de incertidumbre, creemos que también puede ofrecer potenciales oportunidades para los inversores dispuestos a hacer sus deberes.

 

1.https://www.ft.com/content/088d3368-bb8b-4ff3-9df7-a7680d4d81b2

2.https://www.ft.com/content/7a0213d2-ad59-485f-bcc9-fc0e10a11988

3.https://www.bls.gov/news.release/cpi.htm; https://www.ft.com/content/34298da7-e4b0-4ce3-98ae-968da78d3381

4.https://dws.com/insights/cio-view/cio-view-quarterly/q4-2021/inflationary-paradigm-shifts/?setLanguage=en

5.Para más detalles, véase: https://www.dws.com/capabilities/alternatives/infrastructure/infrastructure-matters/eu-fit-for-55-and-infrastructure-investment/

6.Core plus describe las estrategias que ofrecen un mayor riesgo y una mayor rentabilidad potencial en comparación con las características de inversión de las inversiones tradicionales en infraestructuras. Por lo tanto, pueden añadirse a una cartera básica para aumentar la rentabilidad (de ahí lo de core plus).

7.Comisión Europea, «Propuesta de Directiva sobre eficiencia energética (refundición)», 14 de julio de 2021.

8.Comisión Europea, «European Green Deal: Commission proposes transformation of EU economy and society to meet climate ambitions», 14 de julio de 2021.

9.Universidad de Oxford, «Infrastructure needed to achieve 72% of Sustainable Development Goal targets», 2 de abril de 2019, citando a Nature Sustainability, «Infrastructure for sustainable development» (2019).

 

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La guerra, el terrorismo, las sanciones, la incertidumbre económica, las disputas comerciales, las crisis de salud pública y los acontecimientos geopolíticos relacionados han provocado, y pueden provocar en el futuro, importantes perturbaciones en las economías y los mercados de Estados Unidos y del mundo, lo que puede provocar un aumento de la volatilidad del mercado y tener efectos adversos significativos en el fondo y sus inversiones.

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Selección de acciones mexicanas por fundamentales y ASG, con HSBC AM

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Pixabay CC0 Public DomainCiudad de Mexico, Mexico.. Ciudad de Mexico, Mexico.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la economía de México, la segunda más grande de América Latina después de Brasil, creció un 5% en 2021, tras desplomarse un 8,40% el año anterior debido a la pandemia de COVID-19, de acuerdo con cifras oficiales preliminares publicadas a finales de enero.

Por otra parte, el Banco Central de México (Banxico) informaba recientemente que el desequilibrio en los riesgos derivados de la inflación continúa creciendo en México, en un panorama en el que las principales economías del mundo hacen frente a una aceleración de los precios a corto plazo.  Ante esta aceleración de los precios, los tipos de interés a nivel mundial han subido, especialmente en las economías avanzadas, lo que plantea riesgos para los mercados financieros, agregaba Banxico.

Puesto que el alza de la inflación está sucediendo a nivel global, México tiene a su favor dos factores que pueden apoyar su recuperación: su cercanía a la economía estadounidense y el Tratado de Libre Comercio (CUSMA) entre México, EE.UU. y Canadá, por una parte, y por otra el hecho de ser un importante productor de petróleo, ocupando la posición número 11 en el mundo, tras Kuwait y por delante de Venezuela.

La renta variable de la región latinoamericana ha tenido un comienzo de año relativamente superior al resto del mundo, llevando a la categoría VDOS de fondos de inversión de fenta variable internacional Latinoamérica a revalorizarse un 11,48% en el año. De esta categoría, uno de los fondos de mayor calificación, con mejor comportamiento tanto por rentabilidad como por volatilidad en los tres últimos años, es la clase AC de HSBC GIF Mexico Equity, al obtener una rentabilidad del 3,19%. En el último año se revaloriza un 34,92%.

Se propone como objetivo proporcionar un crecimiento de capital e ingresos a largo plazo invirtiendo en una cartera de acciones mexicanas. En condiciones normales de mercado invierte al menos el 90% de sus activos en acciones (o valores similares a las acciones) de empresas de cualquier tamaño, que tengan su sede o realicen la mayor parte de sus actividades comerciales en México. Puede invertir hasta el 10% de sus activos en otros fondos, incluyendo fondos de HSBC.

Se gestiona activamente, seleccionando sus valores en base a su análisis fundamental bottom-up de compañías. El equipo gestor está integrado por Erick Vega, Máster en Ciencias, director de Inversiones; Philippe Pequignot, CFA, CAIA; director de Renta Variable y gestor principal, y Ana Hernández; analista y operadora. 

Philippe Pequignot es gestor de carteras de renta variable del equipo de Gestión de Activos de México desde junio de 2020. Philippe es también el ‘Campeón ASG’ de la oficina mejicana de la gestora y responsable de gestionar las carteras locales de renta variable, así como de ejecutar las operaciones y monitorizar la cartera de acciones de Estados Unidos. Philippe se incorporó a HSBC en 2017 como operador de acciones y analista fundamental y ha estado trabajando en el sector desde 2012. Anteriormente, Philippe fue especialista en productos financieros en Thomson Reuters y especialista de mercado en la Bolsa Mexicana de Valores. Tiene una licenciatura en Administración de Empresas y es CFA Charterholder y CAIA Charterholder.

El proceso de inversión pasa por cuatro fases principales. En la primera fase, con periodicidad trimestral, se valoran las compañías en base a criterios tanto fundamentales como ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno). La segunda fase consiste en la actualización y creación de modelos fundamentales y cuantitativos como flujos de caja descontados, rentabilidad implícita, o TIR implícita del mercado, entre otros. La información obtenida con el análisis se complementa con un contacto continuado con la dirección de las compañías y, adicionalmente, se analiza y se debate en las reuniones y comités de la gestora.

Se construye así una cartera que, con datos a 27 de febrero pasado, incluye entre sus mayores posiciones Grupo Financiero Banorte (8,50%), América Móvil (7,74%), Walmart de México (7,20%), Fomento Económico Mexicano (6%) y Grupo Aeroportuario del Pacífico (4,60%). Por sector, consumo básico (27,5%), financiero (16,40%), industrial (15%), servicios de comunicación (13,70%) y materiales (12,30%) representan las mayores ponderaciones en la cartera del fondo.

Se posiciona por rentabilidad entre los mejores de su categoría (primer quintil) en 2020 y 2021. A tres años, su controlado dato de volatilidad es del 27,89% y del 18,76% en el último año, situándose respectivamente por este concepto en el mejor grupo (quintil cinco) y en el segundo mejor grupo (quintil cuatro) de su categoría. A un año, su Sharpe es del 2% y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 20,29%. La suscripción de la clase AC de este fondo requiere una inversión mínima de 5.000 dólares (aproximadamente 4.495 euros), aplicando una comisión fija de 1,75%.

La clase AC de HSBC GIF Mexico Equity es elegible para clientes retail, profesional o contraparte elegible, así como para asesoramiento independiente -retail, profesional o contraparte elegible y para asesoramiento no independiente sin acuerdo de honorarios-, retail, profesional o contraparte elegible. También para asesoramiento no independiente con acuerdo de honorarios -retail, profesional o contraparte elegible; RTO sin acuerdo de honorarios-, retail, profesional o contraparte elegible; RTO con acuerdo de honorarios -retail, profesional o contraparte elegible y DPM-, retail, profesional o contraparte elegible.

El equipo gestor espera que la recuperación económica continúe, en línea con la de Estados Unidos, lo que debería traducirse en un crecimiento estable de las ganancias y posibles revisiones al alza de resultados empresariales. También esperan que continúe el entorno inflacionario real, lo que se traducirá en una política monetaria más restrictiva. Como se ha demostrado en el pasado, ambos factores benefician a la renta variable mexicana, dada la gran proporción de empresas financieras y con posiciones dominantes en la mayoría de los sectores, capaces de hacer frente a un creciente aumento de los precios. Existe una clara correlación entre el ROE (rentabilidad sobre recursos propios) de México y la inflación. 

Esperan un apalancamiento operativo significativo en algunos sectores de México, dado el eficiente control de costes observado en los últimos dos años, combinado con una recuperación más rápida de lo esperado en volúmenes, tráfico y ventas. Finalmente, buscan compañías que ofrecen dividendos atractivos, que proporcionen diversificación y un colchón significativo a sus apuestas más arriesgadas. Esto es relevante teniendo en cuenta que algunas empresas pagarán más de un 8% de rendimientos por dividendos.

La rentabilidad de la clase AC de HSBC GIF Mexico Equity a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.

 

Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS y quefondos.com

Una visión a largo plazo: la guerra entre Rusia y Ucrania tiene implicaciones duraderas para la inversión

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Pixabay CC0 Public Domain. Una visión a largo plazo: la guerra entre Rusia y Ucrania tiene implicaciones duraderas para la inversión

Cuando el presidente ruso Vladimir Putin envió tropas a Ucrania, deshizo décadas de esfuerzos para cimentar la paz en Europa tras la Guerra Fría. Para los inversores, el nuevo orden mundial ha sacudido amplias cuestiones que conforman nuestro análisis de las clases de activos y valores.

La tragedia humanitaria que estamos presenciando en Ucrania ha conmocionado al mundo. Ya no podemos dar por sentada la paz y la seguridad que han prevalecido en gran medida en Europa desde que la Unión Soviética se derrumbó hace más de 30 años. Ahora, los inversores en acciones y bonos deben recalibrar su pensamiento sobre el impacto de los acontecimientos geopolíticos en la macroeconomía mundial, y cómo estas tendencias afectan a países y empresas individuales y dan forma a la selección de valores. Aunque todavía hay más preguntas que respuestas, he aquí algunas de las grandes cuestiones que nuestros equipos de inversión están empezando a explorar.

¿Cómo cambiará Europa?

Los países europeos han aumentado su dependencia de las importaciones de energía de Rusia durante años. Antes de la invasión, Rusia representaba aproximadamente un tercio de las importaciones de gas natural de la UE y el Reino Unido, siendo Alemania, Italia, Hungría y Polonia los países más expuestos a un corte de suministros. Europa también importaba alrededor del 60% del petróleo ruso, según la Agencia Internacional de la Energía. Ahora, los países europeos se están replanteando sus estrategias energéticas. Es probable que esto acelere el impulso de las energías renovables, al tiempo que exige fuentes alternativas de combustibles fósiles a corto plazo. Mientras tanto, si Rusia se queda fuera de los mercados europeos, puede intentar reorientar sus suministros hacia China y otros países asiáticos.

La defensa se ha convertido de repente en una prioridad europea. Por ejemplo, Alemania ha destinado 100.000 millones de euros en su presupuesto de 2022 a gastos militares -más del doble de su asignación para 2021-, una medida sin precedentes en la historia posterior a la Segunda Guerra Mundial. Incluso cuando los mercados de valores han caído en medio del conflicto, las acciones de algunos grupos de defensa europeos han subido.

Las necesidades energéticas y de defensa están galvanizando la región. Los días 9 y 10 de marzo, en Francia, los 27 líderes de la UE comenzaron a elaborar una estrategia para reducir la dependencia energética de Rusia y coordinar los planes de gasto en defensa. Los medios de comunicación sugieren que la UE podría emitir bonos conjuntos para financiar estas necesidades. Estos acontecimientos suponen un cambio radical en la integración política y económica de Europa, que podría tener grandes implicaciones para los inversores de todas las clases de activos.

¿Cuáles son las implicaciones para las materias primas?

El aumento de los precios de la energía, los metales y otras materias primas podría parecer un eco de las tendencias de hace dos décadas. Pero las condiciones actuales son muy diferentes a las de la década de 2000, cuando el superciclo de las materias primas estaba impulsado por la demanda. Esta vez, se trata de un choque de oferta.

Rusia y Ucrania suministran aproximadamente una cuarta parte del trigo mundial. Los fertilizantes son otra de las principales exportaciones rusas. A medida que los precios de los alimentos y los combustibles aumentan, los países de mercados emergentes, que son especialmente grandes importadores de Rusia y Ucrania, podrían ser vulnerables a las cicatrices económicas, el malestar social y el retraso en la consolidación fiscal. Las nuevas fuentes de suministro energético tardan en entrar en funcionamiento. Hasta entonces, la única forma de equilibrar la demanda puede ser a través de precios lo suficientemente altos como para destruir la demanda, posiblemente desencadenando una recesión en algunas partes del mundo.

Los mercados de materias primas están empezando a digerir las implicaciones de las sanciones. Pero, con el tiempo, estos mercados pueden tener un aspecto muy diferente al actual, con cambios potencialmente importantes en las fuentes de producción, así como en la capacidad de transporte y refinado. También estaremos atentos a la aceleración de las inversiones en fuentes de energía alternativas, eficiencia energética y nuevos materiales, para sustituir los suministros varados en Rusia y Ucrania.

¿Se acelera la desglobalización?

Durante la pandemia, las interrupciones de la cadena de suministro amenazaron con desmantelar décadas de globalización, que ya estaba amenazada por el aumento del populismo. ¿Se acelerará la desglobalización ahora que Rusia está bloqueada en muchos mercados? Es demasiado pronto para decirlo. Sin embargo, debemos observar los datos de las exportaciones y los indicadores de las inversiones en nuevos proyectos en busca de señales que indiquen que la desglobalización se está acelerando.

¿Qué ocurrirá si más empresas devuelven la producción a sus mercados de origen? Posiblemente más inflación, porque las empresas no fabricarán necesariamente en el lugar más eficiente. Sin embargo, la repatriación también podría dar lugar a una oleada de inversión nacional y a unos salarios potencialmente más altos que podrían impulsar la demanda interna.

¿Cómo podemos gestionar el riesgo geopolítico en las carteras?

Desde las elecciones hasta la guerra, es intrínsecamente difícil asignar probabilidades fiables a los resultados geopolíticos. Los inversores suelen estar atentos a las tendencias políticas, pero el análisis fundamental de las acciones y el crédito corporativo se centra más en los factores de rentabilidad y riesgo de las empresas. La guerra en Ucrania y la magnitud de las sanciones de Occidente han recordado a los inversores que se producen acontecimientos geopolíticos de baja probabilidad y gran impacto, con enormes consecuencias para las empresas y los mercados de capitales.

Puede que tengamos que replantearnos cómo aplicamos las primas de riesgo a los grandes acontecimientos geopolíticos. En algunos casos, podríamos llegar a la conclusión de que los riesgos de baja probabilidad son demasiado difíciles de evaluar y deberían ser simplemente ignorados por los inversores (lo que puede ser el enfoque correcto para los eventos verdaderamente cataclísmicos). En otros casos, ¿los posibles resultados que antes se consideraban poco probables harán que algunos activos de alto riesgo no se puedan invertir o, al menos, estén sujetos a primas de riesgo significativamente más altas?

¿Debemos replantearnos las cuestiones ESG?

La crisis energética ha suscitado grandes interrogantes sobre el impulso mundial hacia las emisiones netas de carbono cero. Incluso antes de la invasión, creíamos que el mundo necesitaba un plan de transición creíble que ofreciera un suministro de energía suficiente durante la próxima década en el camino hacia un mundo impulsado por las energías renovables. Ahora esas cuestiones se han agudizado.

La escasez de trigo y cereales podría provocar una mayor producción en países como Brasil, lo que complicaría los esfuerzos para detener la deforestación del Amazonas. ¿Cómo equilibrar las necesidades sociales de alimentos asequibles con las necesidades medioambientales en casos como éste?

¿Cambiará la guerra la forma de pensar de los inversores centrados en ESG sobre las empresas de defensa?

Muchos inversores centrados en ESG han evitado las empresas de defensa, pero si estas empresas se consideran cruciales para asegurar la libertad y la democracia en Ucrania, sus vecinos y Europa en general, esto también podría cambiar.

¿Debería darse más importancia al comportamiento de los gobiernos nacionales en el análisis ESG? Si es así, ¿cómo?

Para abordar estas cuestiones relacionadas con la ESG será necesario un enfoque reflexivo. Aplicaremos la investigación fundamental y el compromiso activo para comprender todos los aspectos de estas complejas cuestiones y alcanzar un punto de vista equilibrado que promueva mejores resultados ESG y financieros.

En medio de la niebla de la guerra, es difícil centrarse claramente en cómo el conflicto cambiará el mundo en el que vivimos e invertimos. Pero no es demasiado pronto para que los inversores empiecen a enmarcar las cuestiones que, sin duda, reconfigurarán la forma en que analizamos los países y las empresas y construimos las carteras en los próximos años.

Tribuna de Chris Hogbin, director de Renta Variable, y Scott DiMaggio y Gershon M. Distenfeld, vicepresidentes senior de AllianceBernstein.

Por qué los bonos high yield podrían ser la próxima frontera para el ESG

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Los fondos sostenibles
Pixabay CC0 Public Domain. Los fondos sostenibles

La selección de valores de high yield siempre ha requerido un mayor due diligence, pero cuando se incluyen los factores ESG, el análisis supone un mayor desafío.

Los desarrollos potenciales, como las regulaciones ambientales prospectivas, los impuestos al carbono, los cambios sociales y las presiones sobre los gobiernos corporativos, afectan de manera desproporcionada a las empresas de high yield. Esto se debe en parte a que sus mayores niveles de apalancamiento se traducen en que los efectos transformadores pueden magnificarse en las valoraciones de los activos.

Los inversores de hoy dependen en gran medida de los datos, pero la divulgación y las cifras vinculadas a las métricas ambientales, sociales y de buena gobernanza pueden ser menos completas en el espacio del high yield, en comparación con otros tipos de valores.

Sin embargo, esto hace que este segmento del mercado sea posiblemente una oportunidad ESG sin explotar, especialmente teniendo en cuenta las enormes franjas de capital, que ya están cargadas de valores ESG en su mayoría impulsados por el espacio tecnológico.

Profundizando en la materia

Invertir en el mercado del high yield, mediante un prisma ESG, implica una recopilación y un análisis de datos sofisticado.

Este es cada vez más palpable dada la creciente oferta de productos bajo estos criterios o bonos de sostenibilidad emitidos por empresas de high yield.

Es crucial aislar los riesgos ESG de una empresa y considerar qué medidas está implementando el emisor para mitigarlos y si son lo suficientemente integrales para reducir la posible desventaja.

Un elemento clave es cómo el equipo de liderazgo sénior de una empresa puede adaptarse positivamente al nuevo paradigma y reconocer los factores ESG en su pago, políticas e indicadores de desempeño. Estos pueden ser indicadores positivos para los inversores que están evaluando cada vez más los costos y oportunidades más amplios que enfrentan las diferentes empresas y sectores.

Es posible que algunos ya sean sostenibles, otros pueden necesitar cambiar, mientras que algunos pueden ser dinosaurios destinados a la decadencia terminal.

Realizando el trayecto

Es vital ver la sostenibilidad como algo que debe lograrse en lugar de simplemente excluir a cualquier empresa que aún no tenga las credenciales ESG perfectas.

Se podría argumentar que algunas compañías con el mayor progreso por hacer con respecto a sus credenciales ESG podrían generar los beneficios más grandes, además de tener la mayor ganancia marginal para la sociedad y el medio ambiente.

A medida que estas firmas maduren y se conviertan en líderes ESG, es probable que mejoren sus métricas de valoración.

Esta idea está respaldada por estudios que han demostrado que los bonos de empresas con calificaciones ESG más altas batieron a aquellas métricas más bajas durante la crisis financiera del 2008/09.

Entonces, hacer el bien acarrea beneficios tanto en los malos tiempos como en los buenos.

Conseguir el equilibrio

También es fundamental que los inversores equilibren su cartera con empresas que puedan dar grandes pasos en términos de credenciales de sostenibilidad, junto con aquellas que ya lo han hecho.

Las oportunidades de invertir en tales compañías harán que la deuda ESG sea más convincente y fomentará una importante reasignación de capital hacia la deuda sostenible.

Los activos ESG bajo gestión alcanzaron los 35 billones de dólares a nivel mundial en 2020, según Bloomberg Intelligence, y los fondos de deuda ESG representan solo 3 billones del total.

No obstante, los bonos ESG ahora se consideran una de las áreas clave de crecimiento en el espacio de la inversión sostenible, con predicciones de que para 2025, podrían representar 11 billones de un mercado total de fondos ESG de 50 billones de dólares.

El impulso y el cambio radical ya están produciéndose; los inversores pueden querer medir las oportunidades ahora, antes de que el espacio de la deuda ESG acumule tanta demanda como la renta variable ESG.

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Lila Fekih y Mark Remington, cogestores de cartera de New Capital Sustainable World High-Yield Bond Fund

EFG Asset Management (EFGAM) es un proveedor internacional de productos y servicios de inversión gestionados activamente para intermediarios financieros e inversores institucionales de todo el mundo.

Los fondos y estrategias New Capital de EFGAM ofrecen una gama enfocada de estrategias especializadas y gestionadas activamente en acciones, renta fija, alternativas y amultiactivos, tanto en mercados desarrollados como emergentes. Las estrategias están disponibles en una variedad de estructuras que incluyen AIF, CIT, SMA y UCITS, y están disponibles a través de vehículos domiciliados en Irlanda, Luxemburgo, Suiza, Hong Kong y los Estados Unidos.
EFGAM gestiona aproximadamente 32.000 millones de dólares (a diciembre de 2021).

Documento solo para inversores profesionales/prensa especializada. No debe usarse ni distribuirse a clientes minoristas.

Las rentabilidades pasadas no son indicativas de resultados futuros. Las opiniones contenidas en este documento son las de EFG Asset Management («EFGAM») a la fecha de este artículo y están sujetas a cambios en cualquier momento debido a las condiciones económicas o del mercado.
 

«Ojalá te toque vivir tiempos interesantes», dice la maldición china

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Lo cierto es que vivimos tiempos difíciles y, aunque el mundo occidental sigue siendo un oasis de paz y prosperidad, se nos recuerda brutalmente que los cambios históricos pueden ocurrir de manera rápida e inesperada.

No tendría sentido escribir sobre las inversiones sin mencionar el conflicto que se desarrolla a pocos kilómetros de nuestra frontera de la UE y sería igualmente insensible hacer suposiciones sobre los posibles resultados sin mencionar la tragedia indescriptible que afecta a personas inocentes. Esperamos que todas las partes involucradas logren negociar un alto el fuego lo antes posible.

En términos de inversión, pensamos que se negociará un acuerdo sostenible. Sin embargo, también creemos que se producirán algunos cambios permanentes y, en particular, en la política energética europea, que requerirá una inversión considerable durante muchos años para reducir la dependencia que tiene Europa de Rusia no solo en el petróleo y el gas, sino también en otros productos básicos. También las exportaciones de productos básicos de Ucrania tardarán en volver a su nivel anterior a la guerra. Asimismo, se espera se incrementen con más inversiones.

El elefante en la habitación es, y seguirá siendo previsiblemente, la inflación. La inflación está alimentada por la cantidad absolutamente gigantesca de dinero que los principales bancos centrales han inyectado en la economía mundial desde la Gran Crisis Financiera de 2008 (25 billones de dólares o aproximadamente el 25% del PIB actual).

La inflación, que se mantuvo latente por la baja velocidad del dinero, se ha disparado recientemente por las interrupciones de las cadenas de suministro y la reapertura de la economía mundial después de la pandemia de COVID y se verá exacerbada por los elevados precios de la energía y materias primas.

Sin duda, la inflación tiene un lado positivo para los gobiernos más endeudados en forma de una rápida disminución de sus pasivos. A fin de cuentas, la inflación controlada es una mejor alternativa que el default. Sin embargo, para los ahorradores, la inflación sostenida es un lastre si limitan sus ahorros a efectivo o bonos no indexados, pues verán cómo su poder adquisitivo se desvanece en pocos años.

Nada de esto es nuevo, la inflación es tan antigua como el dinero y la represión financiera ha sido utilizada por gobiernos de todo el mundo para reducir sus deudas y, al mismo tiempo, empobrecer o destruir a su clase media y pensionistas.

Como ahorrador a largo plazo, una de las medidas más efectivas y fáciles que se pueden tomar para proteger nuestros ahorros y nuestro poder adquisitivo es invertir en una selección de las mejores empresas del mundo:

– Negocios que tienen tanto éxito que sus nombres y marcas son conocidos y buscados por miles de millones de personas. Por ejemplo, cerca de 7.100 millones de personas reconocerían el logotipo de Coca-Cola si se les mostrara. Esto es el 90% de la población de la Tierra.

– Negocios cuyos productos son tan valorados y confiables que pueden servir como moneda alternativa cuando ya no se confía en la moneda local y no hay euros o dólares disponibles. Por ejemplo, las tiendas de Apple en Rusia tardaron solo unas horas en vaciarse una vez que la población entendió la gravedad de las sanciones. Los iPhones son una moneda perfectamente aceptable (si no muy eficiente) para los rusos, como lo fueron los vaqueros Levi’s durante la Guerra Fría.

– Negocios que están tan integrados en nuestra vida diaria que ni siquiera soñaríamos con dejar de usarlos: Microsoft, Amazon, McDonald’s, Visa, Google, Walt Disney, entre otros.

Todas estas empresas tienen algo en común, algo que solo unas pocas empresas en el mundo tienen: poder de fijación de precios.

Tienen esta extraordinaria capacidad no solo para hacer crecer su base de clientes a medida que crece la población mundial, sino también para mantener y, a veces, mejorar sus márgenes independientemente de la inflación, ya que simplemente trasladarán sus aumentos de costes a sus clientes.

Este maravilloso atributo ha sido buscado por los mejores inversores durante décadas y su apoyo más famoso es sin duda Warren Buffett, quien dijo: «La decisión más importante al evaluar un negocio es el poder de fijación de precios. Si tienes el poder de aumentar los precios sin perder negocio con un competidor, tienes un muy buen negocio. Y si tienes que rezar antes de subir el precio un 10%, entonces tienes un negocio ruinoso».

El fondo Nevastar Wealth Defender invierte en todo momento en estos negocios. Está relativamente concentrado pero suficientemente diversificado (29 grandes negocios). Son empresas multinacionales globales capaces de capturar las oportunidades en las partes del mundo que crecen más rápido y con un equipo directivo sólido y confiable. No es un fondo pasivo, sino que el gestor gestiona y rebalancea los nombres en cartera y también utiliza la volatilidad del mercado para mejorar la rentabilidad.

La volatilidad diaria del mercado puede alcanzar niveles extremos cuando ocurren choques inesperados, como pandemias o guerras. Esta volatilidad es a menudo fruto del nerviosismo de los inversores hasta que se dan cuenta de que los negocios subyacentes de este fondo han resistido, se han recuperado y, en ocasiones, se han beneficiado de tales conmociones en el pasado, cuando el mundo era en realidad un lugar mucho más peligroso de lo que es hoy.

En conclusión, para proteger nuestro patrimonio a largo plazo no hay sustituto para una asignación a largo plazo y paciente a estos negocios. La regla de oro es invertir progresivamente a medida que el exceso de efectivo esté disponible y, una vez invertido, seguir invirtiendo.

Columna de Olivier Rouget, socio fundador de Nevastar Finance

Tecnología global: calma ante la volatilidad

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Pixabay CC0 Public DomainEleni Afiontzi. Eleni Afiontzi

Tras dos meses, 2022 está siendo muy complicado para los inversores en bolsa. Dado el enorme peso que tiene el sector tecnológico en los mercados bursátiles globales, no es de extrañar que los valores tecnológicos hayan determinado la suerte de los mercados en general. A 16 de febrero, el índice MSCI All-Country World registraba un -4,5% en lo que va de año, lastrado en gran parte por el hundimiento del 9,4% del sector financiero. Una evaluación precipitada de esa rentabilidad podría llevar a pensar que el momento de gloria de la tecnología ya ha pasado. Pero nosotros no creemos que sea así. En su lugar, consideramos que la reciente volatilidad ha sido resultado de cambios en las valoraciones, por el reajuste de los mercados de renta variable a un periodo de tipos de interés más altos. En efecto, cuando analizamos los fundamentos corporativos ―lo que debería impulsar la rentabilidad de las acciones a largo plazo―, creemos que las perspectivas de gran parte del sector han mejorado en los últimos meses.

Un guiño a la macroeconomía

No es por casualidad que el sector tecnológico haya liderado los mercados en los últimos años. Con la preocupación por el crecimiento predominante durante la tensión comercial entre EE. UU. y China y, más tarde, la pandemia de covid-19, los inversores buscaron crecimiento donde podían encontrarlo y, ante la incertidumbre, las temáticas de crecimiento secular alentadas por los productos y servicios de las compañías tecnológicas y de Internet de megacapitalización fueron uno de los destinos preferidos. Muchas de estas temáticas se aceleraron durante la pandemia, ya que tanto las empresas como las familias confiaron cada vez más en las soluciones digitales para afrontar los tiempos difíciles.

Más recientemente, la reanudación de la actividad económico y las restricciones de las cadenas de suministro han provocado un aumento de la inflación y, con ello, una respuesta política de los bancos centrales. A finales de 2021, los mercados de futuros preveían tres subidas de los tipos de interés de 25 puntos básicos cada una por parte de la Reserva Federal estadounidense en 2022. A raíz de la persistente inflación, las expectativas del mercado han aumentado ahora hasta seis subidas. Esto es relevante, puesto que las subidas de tipos influyen directamente en los tipos de descuento que se utilizan para valorar las clases de activos de mayor riesgo. Y el impacto de unos mayores tipos de descuento es más pronunciado en los activos a largo plazo, incluidas las acciones de crecimiento secular, cuyo valor resulta en gran parte de los flujos de caja a años vista.

La reducción de las valoraciones en perspectiva

Eso es exactamente lo que ha sucedido en 2022. En total, el ratio precio-beneficio del sector tecnológico global se ha reducido un 13% hasta el 15 de febrero de este año.

Janus Henderson Investors

Pocos dudarían que la política monetaria flexible ha contribuido a las elevadas valoraciones de los distintos mercados financieros. Es lógico pensar que los múltiplos que están dispuestos a pagar los inversores por una unidad de futuros beneficios disminuyan si se retira esa «manga ancha». Las valoraciones de las acciones tecnológicas no son una excepción. Sin embargo, cabe apuntar que, en algunos casos, se ha ido demasiado lejos, sin separar el grano de la paja. Los valores de los semiconductores y el sector del software de aplicaciones ―que incluye muchas compañías de informática en la nube (cloud)― han registrado algunas de las reducciones de múltiplos más pronunciadas. Sin embargo, los chips de semiconductores y la informática en la nube son pilares fundamentales de la transición a una economía global más digitalizada. Estas temáticas han llegado para quedarse.

Primero, los modelos de negocio

Los tipos de interés influyen ―aunque no de forma determinante― en la inversión en tecnología y, aun reconociendo que los números que sostienen las valoraciones han cambiado, los modelos de negocio de estas compañías siguen intactos. Las perspectivas del sector tecnológico dependen de su capacidad para lograr eficiencias en toda la economía y, a la vez, multiplicar el crecimiento de los beneficios, y conseguir un porcentaje cada vez mayor de los beneficios corporativos totales. Como demuestran los beneficios publicados recientemente, muchos líderes del sector siguen por el buen camino.

Janus Henderson Investors

 

En los últimos tres meses, las expectativas de consenso para todo el año 2022 para el sector tecnológico global han sido revisadas un 4% al alza. Cabe destacar los valores de semiconductores, con una rentabilidad del -7,3% en lo que va de año, por la contundencia de sus revisiones al alza. Mientras tanto, el software de aplicaciones, que puede servir de indicador aproximado de los valores informáticos en la nube (cloud), han registrado en torno a un -15%, a pesar de unas perspectivas de beneficios para todo el año un 1,9% más altas. La incoherencia entre la caída de las cotizaciones bursátiles y las optimistas estimaciones de beneficios indica que hay algo más que los fundamentos que influye en la reciente evolución del sector. Si, la reducción de las valoraciones ante los tipos más altos puede ser incómoda a corto plazo, pero los inversores deberían tener presente que la capacidad de estos modelos de negocio para ejecutar sus estrategias a largo plazo es lo más importante para generar rentabilidades atractivas.

Convergencia de lo secular y lo cíclico

Creemos que la resiliencia de los beneficios del sector se debe un entorno cíclico favorable. Ante la amenaza de que la inflación merme los márgenes o frene el poder adquisitivo de los clientes, las empresas de toda la economía están tratando de mejorar las eficiencias operativas. Aunque la tecnología se utilizó durante los peores momentos de la pandemia para mantener las operaciones con los clientes, ahora vemos que las empresas se centran en racionalizar las funciones administrativas para mantener los beneficios. Esto se refleja en las perspectivas cada vez más optimistas de diversas empresas de software.

Las perspectivas de los productores de semiconductores han mejorado por distintas razones. Se está avanzando en la ejecución de las carteras de pedidos superando los persistentes problemas de las cadenas de suministro y los precios se mantienen fuertes, debido a la sólida demanda tanto de chips analógicos como digitales más complejos. Este apetito se ve impulsado por el hecho de que los directivos de empresas reconocen cada vez más que la recopilación de datos, el análisis, el aprendizaje automático y la automatización posibles gracias a la proliferación de chips puede seguir mejorando la economía operativa de una empresa de medio a largo plazo.

Bienvenido sea el reajuste

A los inversores casi nunca les parece bien la volatilidad. Pero el reajuste de las acciones que conlleva en el sector tecnológico puede tener un lado positivo. El sector ha recibido gran cantidad de capital, lo que ha elevado las valoraciones, en algunos casos sin hacer distinciones. El giro hacia el endurecimiento monetario ha retirado el apoyo a muchos valores que no lo merecían y, lo que es más importante para los inversores disciplinados, ha dejado puntos de entrada atractivos en las acciones con modelos de negocio sólidos cuyas valoraciones también se han estirado más allá de lo que merecían sus fundamentos.

Los inversores en tecnología deberían seguir atentos a los riesgos. Si hay subidas de tipos de las que ya descuenta el mercado, la volatilidad podría ir a más. También podrían inclinar la economía hacia una recesión. Aunque podría aguar la fiesta para los valores tecnológicos de crecimiento cíclico, los valores de crecimiento secular podrían volver a ser uno de los pocos segmentos del mercado en el que puedan confiar los inversores a largo plazo.

 

 

Tribuna de Denny Fish, gestor de tecnología global e innovación en Janus Henderson Investors.

 

 

La reducción de los múltiplos es la reducción del ratio precio-beneficio, lo que da a entender que los inversores otorgan menor valor a una acción.

La política monetaria se compone de una serie de medidas adoptadas normalmente por un banco central para controlar la cantidad de dinero en circulación para alcanzar ciertos objetivos económicos.

 

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