Cómo pueden navegar los asset allocators por el nuevo orden mundial

  |   Por  |  0 Comentarios

Uzan_0

Los gestores de carteras de fondos no están preparados para el nuevo orden mundial que está emergiendo. Los próximos 40 años serán radicalmente diferentes a los últimos 40 para los asset allocators. Los inversores no solo afrontan una dinámica de la energía radicalmente nueva, sino que también tienen que lidiar con un entorno inflacionario incierto, y con dudas en torno al crecimiento global.  Esta es una situación muy compleja, y la realidad es que las carteras no están estructuradas para un entorno de inflación al alza con unos sectores de energía y materias primas fuertes. Más bien están estructuradas en su mayoría para la baja inflación e inversiones ESG.

Durante las últimas cuatro décadas, en general los inversores podían depender de la correlación negativa entre bonos y acciones. Pero desde la invasión de Ucrania, hemos visto que acciones y bonos se han ido a pique, mientras que las materias primas han repuntado. Sin embargo, la volatilidad inherente a los precios de las materias primas, salvo la cualidad tradicional de activo refugio del oro, no proporcionan por sí mismas una línea segura para un posicionamiento defensivo. Por tanto, creemos que los asset allocators deben expandir su diversificación al tiempo que recurren a la gestión activa para aprovecharse de las dislocaciones de los mercados. Desde mirar más allá de la relativilidad growth-value a incrementar la exposición a alternativos, voy a delinear cómo pueden aplicar los gestores de activos este acercamiento.

En renta variable, la calidad es la reina

El nuevo orden mundial hace que la dinámica growth-value sea menos relevante. Frente a un contexto de inflación más elevada, más incertidumbre y menos crecimiento, la calidad es la reina. Esto significa que hay que mirar más allá de las oportunidades relativas entre growth y value, y centrarse en los nombres de mayor calidad y menos volatilidad que pueden encontrarse en una variedad de sectores, desde la salud hasta el consumo básico.

Para los gestores activos, la volatilidad ha proporcionado puntos de entrada fértiles, pero debemos recordar que estamos en un entorno en el que el crecimiento se está ralentizando y la inflación todavía está subiendo. Claramente, los precios al alza también beneficiarán a los sectores de la energía y materiales básicos. Los precios de la energía también están impulsando una apuesta de valor relativo entre Estados Unidos y Europa. Los asset allocators han estado evitando Europa en favor de Estados Unidos, ya que Europa parece más vulnerable desde un punto de vista de seguridad y abastecimiento energético.  

No hay duda de que Europa está más expuesta a los acontecimientos de Ucrania y que sigue siendo dependiente del petróleo y el gas rusos. La dinámica de inflación también es diferente. Mientras que Estados Unidos está viendo un nivel de inflación más general que implica crecimiento económico, los indicadores de inflación en Europa apuntan a un menor crecimiento económico y a costes de producción más elevados.

Aprovéchate del pesimismo en el high yield  

Los bonos high yield también han sobrevivido al sentimiento negativo del mercado. Esta es una situación extraordinaria; normalmente, el high yield es una clase de activo atractiva en un entorno inflacionario, pero ha caído debido al uso que han hecho los inversores sofisticados de los ETF de bonos high yield para crear posiciones de cobertura.

Los gestores activos orientados al largo plazo, como nuestro socio Polen Capital Credit, argumentan que, aunque es imposible pronosticar cuándo se revertirá la tendencia actual de ensanchamiento de los diferenciales, la caída de este año ha creado un atractivo punto de entrada para invertir en high yield.  

Creen que la corrección actual está siendo impulsada por factores exógenos, en vez de por un cambio en los fundamentales subyacentes a los negocios, que se mantienen sanos y, además, han regresado a niveles pre Covid. Es más, los indicadores de estrés en el crédito se mantienen estable y la tasa actual de impago se mantiene históricamente baja, como lo están los indicadores de impagos futuros como los ratios distressed.

Diversifica a través de los alternativos

Desde la crisis financiera, la política monetaria acomodaticia ha permitido a bonos y acciones generar retornos, y los bonos han protegido las carteras cuando las acciones sufrían. Ahora temenos tanto a los bonos como a las acciones hundiéndose, y las carteras no tienen activos risk-off en los que refugiarse. Este es un gran desafío para los asset allocators.

Al no poder los bonos y las acciones inyectar diversificación en las carteras, abogamos por realizar una asignación mayor a activos alternativos, desde activos reales a estrategias líquidas e ilíquidas descorrelacionadas. Los hedge funds han tenido sus detractores, pero durante décadas, han demostrado ser capaces de rotar dinámicamente hacia los mercados correctos en los momentos correctos, así como de aprovecharse de los mercados bajistas al ponerse cortos. La crisis actual lo ha ilustrado,  con la reciente alza en la inflación y su equivalente en los precios de las materias primas así como la tendencia  la baja de los bonos. Por ejemplo, el ETF listado en EEUU imGP DBI Managed Futures, una estrategia de cobertura de replicación líquida y eficiente en costes, ha generado un retorno superior al 10 % en lo que va de año (datos a 21 de marzo), siendo las posiciones larga en materias primas y corta en duración las principales contribuidoras a las ganancias.  

 

La información o los datos contenidos en el presente documento no constituyen en modo alguno una oferta, recomendación o consejo para comprar o vender acciones de las participaciones del Fondo. Los inversores deben consultar la información clave para inversores («KIID») y el folleto del Fondo disponible en https://www.imgp.com para obtener más detalles sobre los riesgos implicados.

Mejores formas de alimentar al mundo

  |   Por  |  0 Comentarios

Al Midani Pictet Asset Management(2)

La subida de los precios de los alimentos y los problemas de abastecimiento –agravados por la invasión rusa de Ucrania– han puesto en el punto de mira lo que ya era un gran problema mundial: la seguridad alimentaria.

Se prevé que la demanda de alimentos aumente en un 60% de aquí a 20501. Sin embargo, la oferta tendrá dificultades para satisfacerla, debido a que la tierra cultivable y los recursos hídricos se están reduciendo y a que, incluso con los niveles de demanda actuales, en torno a 2.000 millones de personas sufren una nutrición insuficiente.

Se calcula que la guerra –que ha provocado escasez de cereales y fertilizantes y ha agravado la ya de por sí elevada inflación– habrá retrasado 10 años los avances en materia de seguridad alimentaria. Es probable que un número cada vez mayor de habitantes del sur de Asia y África gasten más del 20% de sus ingresos en alimentos, lo que agrava los problemas provocados por la pandemia de COVID-19.

Estos retos sociales y medioambientales son enormes, complejos y no existe para ellos ninguna solución milagrosa. Resolverlos requiere una variedad de soluciones a lo largo de la cadena de valor alimentaria. No obstante, la crisis debería servir para centrar la reflexión y acelerar tanto la adopción de alternativas a los cereales y a las proteínas animales menos eficientes como el desarrollo de una producción de alimentos eficiente y cadenas de suministro más cortas y seguras. Esto, a su vez, brinda una oportunidad para que las empresas innovadoras y los inversores puedan colaborar con el fin de mejorar la sostenibilidad, la accesibilidad y la calidad de los alimentos que necesitamos para la salud y el crecimiento.

Pictet AM

La agrotecnología –tecnología aplicada a la agricultura que permite mejorar el rendimiento de los cultivos con menos recursos– es una solución prometedora. Probablemente, el sector agrícola se centrará en reducir su dependencia de los fertilizantes debido a las actuales interrupciones del suministro (Rusia y Ucrania representan conjuntamente alrededor del 20% de las exportaciones mundiales de fertilizantes nitrogenados y el 30% de la potasa). Esto puede solucionarse gracias a las explotaciones verticales y la agricultura de precisión, ambas con la ventaja añadida de ser menos contaminantes.

Mientras tanto, a raíz de la escasez de cereales, la ganadería puede ser más eficiente mediante la mejora de los diagnósticos y medidas preventivas de salud animal tales como vitaminas, eubióticos (que favorecen la salud intestinal), enzimas y vacunas que mejoran la absorción y el rendimiento de los piensos.

Otra forma de paliar la escasez es aprovechar al máximo lo que ya tenemos. En este caso, la prioridad es reducir el desperdicio de alimentos, que actualmente representa una tercera parte de la producción alimentaria total –aproximadamente 1.300 millones de toneladas al año2. Para reducir la montaña de desechos hay que mejorar la logística, las redes de distribución y la seguridad alimentaria. Todo ello puede mejorarse con tecnología. Entre las innovaciones más prometedoras se encuentra el envasado aséptico –en el que los alimentos se esterilizan a altas temperaturas antes de envasarlos, prolongando así su vida útil sin necesidad de productos químicos ni refrigeración. Otro método, conocido como bioprotección natural, se inspira en los principios de la fermentación tradicional y utiliza cultivos alimentarios especialmente desarrollados para conservar mejor el yogur y el queso.

Además, los desechos alimentarios se reutilizan cada vez más, ya sea convirtiendo el exceso de aceite y grasa animal en piensos o biocombustibles, o (a menor escala) utilizando el suero de la fabricación de queso para crear envases para otros alimentos.

También hay que tener en cuenta la producción de alimentos. Un tema candente para los productores de alimentos es cómo hacerlos más nutritivos, asequibles e, idealmente, también más sostenibles.  Las empresas alimentarias se esfuerzan por desarrollar carne producida en laboratorio, encontrar alternativas vegetales a la leche (como la avena o las patatas) y mejorar su asequibilidad. También existe una fuerte demanda de ingredientes naturales que, a diferencia de los sintéticos, dependen menos del petróleo.

Producir más alimentos a nivel local es otra solución que tiene múltiples ventajas: el suministro es más fiable, se reducen los residuos, la huella de carbono es menor y ofrece una mejor trazabilidad. Los alimentos producidos localmente también alivian la presión sobre unos recursos cada vez más escasos, como son el suministro de agua dulce y las tierras cultivables. Las explotaciones verticales bajo techo, por su parte, también se están expandiendo rápidamente, ofreciendo la posibilidad de obtener alimentos locales de calidad en zonas donde el espacio es escaso o las condiciones climáticas son adversas. Las empresas que operan estas explotaciones están invirtiendo mucho. La empresa de agricultura vertical Kalera, por ejemplo, construirá este año una nueva megaexplotación en Singapur, con el objetivo de cultivar en torno a 500.000 kg de verduras de hoja verde al año, como parte de los planes del país insular para cubrir el 30% de sus necesidades nutricionales en 2030 (frente al 10% actual).

Las explotaciones tradicionales también están adoptando los avances científicos más recientes, que permiten a los agricultores aplicar el agua y los fertilizantes con precisión allí donde se necesitan, consiguiendo una reducción de hasta el 80% en el consumo de agua dulce y fertilizantes. Estas técnicas también pueden mejorar el rendimiento, preservar los recursos escasos y reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno.

La logística alimentaria también está experimentando una transformación.

Cada vez es mayor el interés por los servicios alimentarios directos al consumidor (como los kits de comida “del campo a la mesa”) y, de hecho, por casi cualquier modelo de producción y logística alimentaria de nueva generación que pueda acortar las complejas cadenas de suministro globales y reducir el riesgo de problemas logísticos, de deterioro y de contaminación.

Por primera vez prevemos un escenario en el que los gobiernos y los consumidores coinciden en el desarrollo de productos alimentarios y métodos agrícolas de mejor calidad y más sostenibles. También es un futuro en el que las empresas que operan en toda la cadena de valor alimentaria utilizan la tecnología que ya tienen a su disposición para satisfacer estas demandas.

La estrategia Pictet-Nutrition adopta un enfoque “bottom-up” a largo plazo para identificar e invertir en empresas esenciales para crear un sistema alimentario sostenible.

 

Tribuna de Mayssa Al Midani, gestora sénior de inversiones en el equipo de renta variable temática en Pictet Asset Management.

 

Descubra más sobre la experiencia de Pictet Asset Management en inversión temática.

Anotaciones:

(1) https://www.un.org/en/chronicle/article/feeding-world-sustainably

(2) https://www.unep.org/thinkeatsave/get-informed/worldwide-food-waste

Bonos high yield: el lado útil de las restricciones de la oferta

  |   Por  |  0 Comentarios

Gianni Scognamiglio Sea Containers

Advertisement¿Tiene que esperar varios meses para comprar un coche nuevo? No es usted el único. A menos que esté dispuesto a llevarse el modelo de exposición del concesionario, el tiempo de espera incluso para los modelos más básicos puede llegar a ser de varios meses. Los retrasos en los pedidos se han visto agravados por las demoras en la producción, ya que los confinamientos por el COVID-19 y el conflicto en Ucrania afectan al suministro de componentes fundamentales. Pero las restricciones de la oferta no se limitan a la economía física, sino que también las vemos en el mundo financiero, y un segmento de la renta fija con una oferta limitada últimamente ha sido el de los bonos high yield.

Escasez de oferta

Las emisiones primarias de bonos high yield han sido especialmente débil. En EE.UU., el primer cuatrimestre ha sido el inicio de año más débil en más de una década y se espera que total del año sea igualmente débil.

Janus Henderson

La falta de oferta es igual de grave en Europa, donde solo se emitió una operación por valor de 465 millones de euros en abril. En los primeros cuatro meses de 2022, solo se han emitido 13.000 millones de euros en bonos high yield no financieros, un 73% menos que en el mismo periodo de 2021 y el menor ritmo de emisiones high yield europeo desde 2016.1

Puede que la expresión «del festín al hambre» sea algo excesiva, pero era muy probable que las emisiones se ralentizaran; lo que ha sorprendido al mercado es la magnitud de la desaceleración. No olvidemos que 2020 y 2021 fueron años en los que el volumen del mercado high yield creció de forma aceptable. Esto reflejó una serie de factores:

  • La necesidad de los emisores actuales de pedir préstamos para suplir el déficit de ingresos provocado por los confinamientos
  • La rebaja de calificación de las empresas de categoría de inversión (investment grade) al universo del high yield
  • La llegada al mercado de nuevos emisores, generalmente en una fase intermedia de crecimiento en la que se requiere un mayor capital de deuda para financiar la expansión.

Esto contribuyó a un aumento del tamaño global del mercado high yield, con un incremento tanto del valor nominal total como del número de bonos emitidos.

Janus Henderson

En los últimos meses se ha producido una especie de retroceso. Algo que en parte hay que celebrar. Varios grandes emisores high yield se han convertido en «estrellas ascendentes», escalando a la categoría investment grade. Entre los valores conocidos que han dado este paso en los últimos meses figuran el grupo alimentario Kraft Heinz y la compañía minera Freeport-McMoRan.

Los emisores corporativos son oportunistas. En muchos casos, simplemente no hay necesidad de pedir más prestado cuando se financiaron todo lo que necesitaban hacer durante y después de la crisis del COVID-19. Al fin y al cabo, tenía sentido financiero emitir bonos el año pasado cuando los tipos eran bajos. Actualmente, las posiciones de tesorería son relativamente altas y, sin proyectos de expansión urgentes, cabe esperar que las empresas sean pacientes.

A ello se suma la reciente ralentización de la actividad de fusiones y adquisiciones, que suele requerir financiación. Para nosotros es un avance positivo, ya que comenzábamos a preocuparnos de que las empresas empezaran a mostrar un comportamiento poco favorable a los titulares de bonos, con más emisiones relacionadas con compras apalancadas y adquisiciones. Resulta difícil juzgar cómo afectará al crédito la reciente volatilidad de los mercados de renta variable, pues puede disminuir el entusiasmo por las fusiones y adquisiciones, animando a los consejos de administración a preservar la posición de caja, o a incrementarla, ya que los precios más bajos de las acciones pueden estimular las ofertas de adquisición oportunistas y las recompras de acciones.

Janus Henderson

¿Debe preocuparnos la debilidad de las emisiones?

Existe el peligro de que los emisores corporativos dejen más sus préstamos para la última parte del año. Por ejemplo, como se veía en el gráfico 1 anterior, 2016 comenzó de forma débil, pero una aceleración en los meses posteriores produjo un repunte de las emisiones, aunque el total anual siguió estando por debajo de la media. Sin embargo, esto requeriría un endeudamiento sorpresa, ya que el perfil de vencimiento de los bonos actuales implica que no hay necesidad urgente de refinanciación que sugiera una gran cantidad de emisiones a corto plazo. El endurecimiento de la política de los bancos centrales y la preocupación acerca de una posible ralentización de la economía tampoco animan a las empresas a endeudarse innecesariamente.

La escasez de emisiones primarias puede ser frustrante para los inversores, ya que suele ser una forma favorable de acceder a los bonos de un emisor. Para fomentar la adopción, las nuevas emisiones suelen ofrecer un pequeño descuento en el precio (o prima de rendimiento) con respecto a los bonos actuales de un emisor en el mercado secundario, por lo que un menor número de nuevas emisiones reduce las oportunidades de poder beneficiarse de esto. Dicho esto, una prima de rendimiento de una nueva emisión no es en sí misma razón suficiente para invertir en un bono, por lo que los inversores deben seguir haciendo los deberes sobre las fortalezas fundamentales del emisor y la valoración del bono. Una característica más valiosa de las nuevas emisiones es la diversificación. Una serie de nuevas emisiones en proceso ayuda a garantizar que la clase de activos no se estanque. Deseamos poder mantener valores en diversas empresas para diversificar el riesgo, por lo que con el tiempo resulta saludable que las empresas utilicen el mercado de bonos para obtener capital.

La otra ventaja importante de las nuevas emisiones es que actúan como señal de confianza y ofrecen una indicación o descubrimiento de precios de gran utilidad. La oferta regular de nuevas emisiones puede ayudar a los participantes del mercado a calibrar si el precio en los mercados secundarios es razonable. Un menor número de nuevas emisiones implica menos oportunidades de comparar los precios de los bonos actuales con lo que el mercado está dispuesto a pagar por las nuevas emisiones, lo que a su vez puede reducir la confianza en los precios y propiciar una mayor volatilidad.

En el lado positivo, una menor oferta supone que hay menos presión técnica que podría aumentar los diferenciales de crédito, ya que es más probable que la demanda y la oferta estén en equilibrio.

Hacen falta dos para bailar el tango

El otro lado de la balanza es la demanda. Los emisores están más dispuestos a emitir si pueden hacerlo a bajo coste (es decir, con bajos rendimientos) cuando la demanda de los inversores es fuerte. Últimamente, esa demanda ha sido más débil. La mayor aversión al riesgo por parte de los inversores ha provocado salidas de capital de los fondos high yield, sobre todo de los fondos cotizados (ETF). La preocupación acerca de la inflación ha hecho también que los préstamos (una forma alternativa de obtener capital de deuda) resulten populares entre los inversores, ya que suelen tener tipos variables cuyo cupón o interés que se paga por ellos se incrementa a medida que suben los tipos de interés.

Además, varios bancos centrales están abandonando la expansión cuantitativa para pasar al endurecimiento cuantitativo. Esto va a eliminar a los grandes compradores insensibles a los precios de los mercados de deuda pública y corporativa. En el marco de sus programas de compras de activos, los bancos centrales han intervenido en los mercados de bonos corporativos investment grade, sobre todo en el Reino Unido y Europa; aunque los bonos high yield no se han incluido normalmente en estos programas, es posible que los diferenciales se amplíen si la retirada del apoyo de los bancos centrales reduce el apetito de riesgo. Esto podría ser menos preocupante en EE.UU., donde las compras de activos se han centrado principalmente en la deuda pública y en los valores respaldados por hipotecas, aunque podría haber efectos indirectos. La forma en que los bancos centrales lleven a cabo el endurecimiento cuantitativo influirá en la reacción de los mercados de crédito, ya sea de forma pasiva, dejando que los bonos venzan y no reinvirtiendo, o de manera activa, vendiendo valores para acelerar la reducción de sus balances.

Admitimos que vienen meses complicados para los mercados de bonos high yield, pero con unos mayores rendimientos generalizados y una oferta técnica favorable, esto podría ayudar a mitigar parte de la creciente presión sobre los diferenciales resultante de la inquietud acerca las perspectivas de crecimiento económico. Podemos quejarnos de la escasa oferta, pero ahora mismo está resultando oportuna para compensar en parte la debilidad de la demanda.

 

Columna de Seth Meyer y Tom Ross, gestores de carteras de renta fija en Janus Henderson Investors

 

Glosario:

Diferencial de crédito: la diferencia de rendimiento entre valores con un vencimiento similar, pero con una calidad crediticia diferente. Los diferenciales de amplitud creciente indican generalmente un deterioro de la solvencia de los prestatarios corporativos, y si se están estrechando indican una mejora.

Diversificación: forma de repartir el riesgo mediante la tenencia de diferentes valores o activos. Se basa en la hipótesis de que los precios de diferentes valores o activos se comportarán de un modo distinto en una determinada situación.

Fondo cotizado (ETF): valor que sigue un índice (como un índice de renta variable, renta fija o materias primas). Los fondos cotizados (ETF) cotizan como una acción en un mercado de valores y registran variaciones de precio a medida que los activos subyacentes que componen el ETF suben y bajan de precio.

Bonos high yield: también denominados bonos de categoría especulativa o bono basura, estos bonos conllevan un mayor riesgo de impago o de volatilidad del precio, y pueden registrar cambios de precios repentinos y fuertes. Estos bonos conllevan un mayor riesgo de que el emisor incurra en impago, por lo que normalmente se emiten con un cupón más alto para reconocer el riesgo adicional.

Investment grade: bono emitido normalmente por gobiernos o empresas de los que se considera que tienen un riesgo relativamente bajo de impago de su deuda. La mayor calidad de estos bonos se refleja en su mayor calificación de crédito.

Apalancamiento: nivel de endeudamiento de un emisor. Un mayor apalancamiento implica unos mayores niveles de endeudamiento. Una compra apalancada es la compra de una empresa financiada principalmente mediante un préstamo o la emisión de deuda.

Valores respaldados por hipotecas: valores titulizados (o «respaldados») por un conjunto de hipotecas. Los inversores reciben pagos periódicos derivados de las hipotecas subyacentes.

Emisión primaria/mercado primario: se refiere a los bonos que se emiten por primera vez; el mercado secundario describe los bonos ya emitidos.

Expansión cuantitativa: política monetaria poco convencional utilizada por los bancos centrales para estimular la economía aumentando la cantidad de dinero total en el sistema bancario. Un método clave ha sido crear dinero y utilizarlo para comprar valores como bonos. El endurecimiento cuantitativo es lo contrario: el banco central reduce su balance y la oferta monetaria al no reinvertir los valores que vencen o venderlos activamente.

Recompra de acciones: cuando una empresa compra sus propias acciones. Tiene la ventaja potencial de apoyar el precio de las acciones, dado que las ganancias se reparten entre menos acciones. Aunque podría ser bueno para los accionistas, para los titulares de bonos puede ser menos favorable, ya que puede implicar menos efectivo o capital social en la empresa.

Factores técnicos: las condiciones de la oferta y demanda en el mercado para una clase de activos o un valor y el comportamiento de los participantes en el mercado.

Volatilidad: el ritmo y la medida en que sube o baja el precio de una cartera, un título o un índice de mercado. La volatilidad mide la dispersión de las rentabilidades de una inversión determinada.

Rentabilidad: el nivel de ingresos de un valor, expresado normalmente como tipo porcentual. Para simplificar, para un bono, se calcula dividiendo el cupón anual pagado entre el precio actual del bono.

 

Los puntos de vista que aquí figuran corresponden a la fecha de publicación. Se ofrecen exclusivamente con fines informativos y no deben considerarse ni utilizarse como asesoramiento de inversión, jurídico o fiscal ni como oferta de venta, solicitud de una oferta de compra o recomendación para comprar, vender o mantener ningún valor, estrategia de inversión o sector de mercado. Nada de lo incluido en el presente material debe considerarse una prestación directa o indirecta de servicios de gestión de inversión específicos para los requisitos de ningún cliente. Las opiniones y los ejemplos se ofrecen a efectos ilustrativos de temas más generales, no son indicativos de ninguna intención de operar, pueden variar y podrían no reflejar los puntos de vista de otros miembros de la organización. No se pretende indicar o dar a entender que cualquier ilustración/ejemplo mencionado forma parte o formó parte en algún momento de ninguna cartera. Las previsiones no pueden garantizarse y no es seguro que la información proporcionada sea completa o puntual, ni hay garantía con respecto a los resultados que se obtengan de su uso. A no ser que se indique lo contrario, Janus Henderson Investors es la fuente de los datos y confía razonablemente en la información y los datos facilitados por terceros.La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras. La inversión conlleva riesgo, incluida la posible pérdida de capital y la fluctuación del valor.

No todos los productos o servicios están disponibles en todas las jurisdicciones. El presente material o la información contenida en él podrían estar restringidos por ley y no podrán reproducirse ni mencionarse sin autorización expresa por escrito, ni utilizarse en ninguna jurisdicción o en circunstancias en que su uso resulte ilícito. Janus Henderson no es responsable de cualquier distribución ilícita del presente material a terceros, en parte o su totalidad. El contenido de este material no ha sido aprobado ni respaldado por ningún organismo regulador.

Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual las entidades que se indican ofrecen productos y servicios de inversión en las siguientes jurisdicciones: (a) En Europa, Janus Henderson Investors International Limited (n.º de registro 3594615), Janus Henderson Investors UK Limited (n.º de registro 906355), Janus Henderson Fund Management UK Limited (n.º de registro 2678531), Henderson Equity Partners Limited (n.º de registro 2606646), (cada una de ellas registrada en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (n.º de registro B22848, en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier) ofrecen productos y servicios de inversión; (b) En EE. UU., los asesores de inversión registrados ante la SEC filiales de Janus Henderson Group plc; (c) En Canadá, a través de Janus Henderson Investors US LLC, solo para inversores institucionales de determinadas jurisdicciones; (d) En Singapur, Janus Henderson Investors (Singapore) Limited (número de registro de la sociedad: 199700782N). Este anuncio o publicación no ha sido revisado por la Autoridad Monetaria de Singapur; (e) En Hong Kong, Janus Henderson Investors Hong Kong Limited. Este material no ha sido revisado por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong («SFC»); (f) En Taiwán (República de China), Janus Henderson Investors Taiwan Limited (con funcionamiento independiente), Suite 45 A-1, Taipei 101 Tower, No. 7, Sec. 5, Xin Yi Road, Taipéi (110). Tel.: (02) 8101-1001. Número de licencia SICE autorizada 023, emitida en 2018 por la Comisión de Supervisión Financiera; «(g) En Corea del Sur, Janus Henderson Investors Limited (Singapur), exclusivamente para Inversores profesionales cualificados (según se definen en la Ley de servicios de inversión financiera y mercados de capitales y sus subreglamentos); (h) En Japón, Janus Henderson Investors (Japan) Limited, regulada por la Agencia de Servicios Financieros y registrada como Entidad de servicios financieros que realiza actividades de gestión de inversión, asesoramiento de inversión y actividad de agencia y actividades de instrumentos financieros de tipo II; (i) En Australia y Nueva Zelanda, por Janus Henderson Investors (Australia) Limited ABN 47 124 279 518 y sus entidades relacionadas, incluida Janus Henderson Investors (Australia) Institutional Funds Management Limited (ABN 16 165 119 531, AFSL 444266) y Janus Henderson Investors (Australia) Funds Management Limited (ABN 43 164 177 244, AFSL 444268); (j) En Oriente Medio, Janus Henderson Investors International Limited, regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái como Oficina de representación. No se realizarán transacciones en Oriente Medio y cualquier consulta deberá dirigirse a Janus Henderson. Las llamadas telefónicas podrán ser grabadas para nuestra mutua protección, para mejorar el servicio al cliente y a efectos de mantenimiento de registros reglamentario.

Fuera de EE. UU: Para uso exclusivo de inversores institucionales, profesionales, cualificados y sofisticados, distribuidores cualificados, inversores y clientes comerciales, según se definen en la jurisdicción aplicable. Prohibida su visualización o distribución al público. Comunicación Publicitaria.

Janus Henderson, Knowledge Shared y Knowledge Labs son marcas comerciales de Janus Henderson Group plc o una de sus filiales. © Janus Henderson Group plc.

 

Pictet Asset Management: adoptamos una actitud más prudente

  |   Por  |  0 Comentarios

Luca Paolini Pictet AM

Inflación. Guerra. COVID-19. Todos estos factores están haciendo mella en los nervios de los inversores.

La ofensiva de Rusia contra Ucrania sigue restringiendo las materias primas, lo cual se suma a las presiones inflacionistas que crecieron durante la pandemia de COVID-19 y obliga a los bancos centrales de todo el mundo a subir los tipos de interés y a retirar liquidez del sistema financiero global.

La propia COVID-19 no ha desaparecido –sobre todo en China, donde cuanto más intentan las autoridades reprimir una nueva ola de contagios, más frenan la economía.

Esta perniciosa combinación de subida de los tipos de interés reales y preocupación por cómo la economía mundial hará frente a la escasez de combustibles fósiles y otras materias primas influye de forma considerable en las perspectivas de la renta variable. En consecuencia, hemos rebajado la clase de activos a infraponderada y elevado la liquidez a sobreponderada –esperamos que se confirme que la inflación y los rendimientos de los bonos han tocado techo antes de reasignar en renta fija.

Pictet AM

 

Aunque los múltiplos de valoración de la renta variable se han contraído significativamente –una caída del 30% desde septiembre de 2020 en términos de PER– aún no son lo suficientemente atractivos como para compensar los riesgos. Por ejemplo, las proyecciones del mercado sobre los beneficios empresariales no han tenido suficientemente en cuenta la perspectiva de una recesión. Paralelamente, los márgenes de beneficio se están contrayendo debido al incremento de los costes de los insumos.

En cuanto a la renta fija, es probable que su rentabilidad se atenga a las expectativas de inflación y las perspectivas de crecimiento nacionales.

Aunque los riesgos apuntan a la baja, nuestros indicadores del ciclo económico apenas consiguen mantenerse neutrales, aunque hay señales de advertencia de estanflación en todas las regiones principales. Hemos revisado a la baja nuestras expectativas de crecimiento global para 2022, desde el 3,4% del mes pasado al 2,9%, y revisado al alza la inflación, del 6,8% al 7,3%.

Hemos reducido nuestras proyecciones de crecimiento para la economía estadounidense, revisando a la baja nuestra previsión de crecimiento del PIB para el año en curso del 4% al 3%, ya que nuestro indicador adelantado entró en territorio negativo por primera vez desde agosto de 2020 y eso indica que la subida de los tipos hipotecarios está empezando a hacer mella en el mercado de la vivienda. En el lado positivo, las ventas minoristas han resistido bien y los balances de los hogares siguen en buena forma.

La revisión a la baja de las proyecciones del PIB de EE.UU. ha sido más significativa que las de la zona euro durante el mes pasado.

Aunque la Reserva Federal de EE.UU. ha sido la que ha marcado el ritmo del endurecimiento, otros bancos centrales, especialmente el Banco Central Europeo, han empezado a ponerse a la par. Pese a que la inflación regional tocará techo en mayo, el crecimiento salarial podría ser una traba. Existen indicios de subidas salariales considerables en algunos sectores de Francia y Alemania. Si esto empieza a repuntar, el nivel máximo de la inflación podría retrasarse.

Los confinamientos han sumido a la economía china en un profundo desplome. Las ventas minoristas, la producción industrial y la inversión en activos fijos se han visto sometidas a presión. Hemos recortado nuestra previsión de crecimiento de la economía para todo el año 2022 hasta el 4,2%, actualmente bastante por debajo del objetivo oficial del 5,5%, que siempre pareció ambicioso. Sin embargo, somos optimistas en cuanto a una fuerte recuperación en el segundo semestre, a medida que comiencen a abrirse de nuevo las regiones más importantes económicamente.

Pictet AM

Nuestros datos de liquidez muestran que los bancos centrales están retirando los estímulos a un ritmo más rápido que nunca –se ha producido una retirada de 600.000 millones de dólares en los últimos tres meses. Nuestro indicador de liquidez más negativo es el de EE.UU., y nuestros datos para la zona euro y Asia emergente, excluida China, también muestran una marcada reducción.

Creemos que EE.UU. se encuentra en la mitad de su ciclo de endurecimiento monetario –que incluye tanto las subidas de tipos de la Fed como el programa de endurecimiento cuantitativo del banco central. La Fed se encuentra, cada vez más, entre la espada y la pared –obligada a elegir entre endurecer y provocar una recesión o no endurecer lo suficiente y permitir que la inflación se afiance. Creemos que el primer escenario es el más probable. Sin embargo, de momento, la contracción de liquidez de la Fed se ve compensada en parte con un aumento de la concesión de préstamos al sector privado.

China es la excepción a la regla general de contracción de la liquidez. La relajación de la política de los bancos centrales está empezando a surtir efecto y el exceso de liquidez –la masa monetaria por encima de lo necesario para mantener las condiciones económicas actuales– ha aumentado.

Por primera vez desde el verano de 2011, tanto la renta fija como la variable parecen razonablemente atractivas según nuestros indicadores de valoración. Las materias primas, en cambio, siguen en su nivel más caro de los últimos 20 años. La deuda pública emergente en moneda local es positiva, mientras que las valoraciones del crédito “high yield” denominado en dólares y euros están mejorando gracias a la ampliación de sus diferenciales de rendimiento. Mientras tanto, el sector inmobiliario ahora parece barato.

Nuestros indicadores técnicos muestran que la tendencia de la renta variable se ha vuelto negativa por primera vez desde marzo de 2020, con un debilitamiento generalizado del ritmo de crecimiento en los mercados desarrollados, lo que perjudica las perspectivas para los próximos 6 a 12 meses, aunque a corto plazo existe la posibilidad de un repunte.

Las tendencias de los bonos siguen siendo negativas, aunque empiezan a mostrar signos de estabilización. Las encuestas sobre confianza y posicionamiento de los inversores muestran que el apetito por el riesgo sigue en niveles muy deprimidos. Los inversores han incrementado la liquidez hasta su nivel más alto en dos décadas, se han inclinado más hacia los activos defensivos e infraponderan renta variable y tecnología, según una encuesta a gestores de fondos muy conocida.

 

Tribuna de Luca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management.

 

Descubra las perspectivas macroeconómicas y de asignación de activos de Pictet Asset Management.

 

Notas importantes

Este material va dirigido exclusivamente a inversores profesionales. Sin embargo, no deberá ser distribuido a ninguna persona o entidad que sea ciudadano o residente de cualquier lugar, estado, país o jurisdicción en el que dicha distribución, publicación o uso sea contrario a sus leyes o normativas.

La información y los datos presentados en este documento no deben considerarse una oferta o incitación para comprar, vender o suscribir valores o instrumentos o servicios financieros.

La información utilizada para la elaboración del presente documento se basa en fuentes que consideramos fiables, pero no se hace ninguna manifestación ni se da ninguna garantía en cuanto a la exactitud o integridad de dichas fuentes. Cualquier opinión, estimación o previsión puede modificarse en cualquier momento sin previo aviso.  Los inversores deben leer el folleto o el memorándum de oferta antes de invertir en cualquier fondo gestionado por Pictet. El tratamiento fiscal depende de las circunstancias individuales de cada inversor y puede cambiar en el futuro.  Las rentabilidades pasadas no son indicativas de rentabilidades futuras.  El valor de las inversiones, así como la renta que generen, puede disminuir o aumentar y no está garantizado.  Es posible que usted no recupere el importe inicialmente invertido.

Este documento ha sido publicado en Suiza por Pictet Asset Management SA y en el resto del mundo por Pictet Asset Management (Europe) SA, y no podrá reproducirse ni distribuirse, ni parcialmente ni en su totalidad, sin su autorización previa.

Para los inversores estadounidenses, la venta de acciones en los Estados Unidos o a Personas de los Estados Unidos solo se puede realizar mediante colocaciones privadas a inversores acreditados según las exenciones de registro en la SEC en virtud de las exenciones a colocaciones privadas de la Sección 4(2) y el Reglamento D conforme a la Ley de 1933 y a clientes cualificados según lo definido en la Ley de 1940. Las acciones de los fondos de Pictet no se han registrado según la Ley de 1933 y, salvo en operaciones que no violen las leyes de valores de los Estados Unidos, no pueden ser ofrecidas ni vendidas ni directa ni indirectamente en los Estados Unidos ni a Personas de los Estados Unidos. Las Sociedades de Gestión de Fondos del Grupo Pictet no se registrarán según la Ley de 1940.

 

Bonos high yield: el lado útil de las restricciones de la oferta

  |   Por  |  0 Comentarios

Gianni Scognamiglio Sea Containers_1

¿Tiene que esperar varios meses para comprar un coche nuevo? No es usted el único. A menos que esté dispuesto a llevarse el modelo de exposición del concesionario, el tiempo de espera incluso para los modelos más básicos puede llegar a ser de varios meses. Los retrasos en los pedidos se han visto agravados por las demoras en la producción, ya que los confinamientos por el COVID-19 y el conflicto en Ucrania afectan al suministro de componentes fundamentales. Pero las restricciones de la oferta no se limitan a la economía física, sino que también las vemos en el mundo financiero, y un segmento de la renta fija con una oferta limitada últimamente ha sido el de los bonos high yield.

Escasez de oferta

Las emisiones primarias de bonos high yield han sido especialmente débil. En EE.UU., el primer cuatrimestre ha sido el inicio de año más débil en más de una década y se espera que total del año sea igualmente débil.

Janus Henderson

La falta de oferta es igual de grave en Europa, donde solo se emitió una operación por valor de 465 millones de euros en abril. En los primeros cuatro meses de 2022, solo se han emitido 13.000 millones de euros en bonos high yield no financieros, un 73% menos que en el mismo periodo de 2021 y el menor ritmo de emisiones high yield europeo desde 2016.1

Puede que la expresión «del festín al hambre» sea algo excesiva, pero era muy probable que las emisiones se ralentizaran; lo que ha sorprendido al mercado es la magnitud de la desaceleración. No olvidemos que 2020 y 2021 fueron años en los que el volumen del mercado high yield creció de forma aceptable. Esto reflejó una serie de factores:

  • La necesidad de los emisores actuales de pedir préstamos para suplir el déficit de ingresos provocado por los confinamientos
  • La rebaja de calificación de las empresas de categoría de inversión (investment grade) al universo del high yield
  • La llegada al mercado de nuevos emisores, generalmente en una fase intermedia de crecimiento en la que se requiere un mayor capital de deuda para financiar la expansión.

Esto contribuyó a un aumento del tamaño global del mercado high yield, con un incremento tanto del valor nominal total como del número de bonos emitidos.

Janus Henderson

En los últimos meses se ha producido una especie de retroceso. Algo que en parte hay que celebrar. Varios grandes emisores high yield se han convertido en «estrellas ascendentes», escalando a la categoría investment grade. Entre los valores conocidos que han dado este paso en los últimos meses figuran el grupo alimentario Kraft Heinz y la compañía minera Freeport-McMoRan.

Los emisores corporativos son oportunistas. En muchos casos, simplemente no hay necesidad de pedir más prestado cuando se financiaron todo lo que necesitaban hacer durante y después de la crisis del COVID-19. Al fin y al cabo, tenía sentido financiero emitir bonos el año pasado cuando los tipos eran bajos. Actualmente, las posiciones de tesorería son relativamente altas y, sin proyectos de expansión urgentes, cabe esperar que las empresas sean pacientes.

A ello se suma la reciente ralentización de la actividad de fusiones y adquisiciones, que suele requerir financiación. Para nosotros es un avance positivo, ya que comenzábamos a preocuparnos de que las empresas empezaran a mostrar un comportamiento poco favorable a los titulares de bonos, con más emisiones relacionadas con compras apalancadas y adquisiciones. Resulta difícil juzgar cómo afectará al crédito la reciente volatilidad de los mercados de renta variable, pues puede disminuir el entusiasmo por las fusiones y adquisiciones, animando a los consejos de administración a preservar la posición de caja, o a incrementarla, ya que los precios más bajos de las acciones pueden estimular las ofertas de adquisición oportunistas y las recompras de acciones.

Janus Henderson

¿Debe preocuparnos la debilidad de las emisiones?

Existe el peligro de que los emisores corporativos dejen más sus préstamos para la última parte del año. Por ejemplo, como se veía en el gráfico 1 anterior, 2016 comenzó de forma débil, pero una aceleración en los meses posteriores produjo un repunte de las emisiones, aunque el total anual siguió estando por debajo de la media. Sin embargo, esto requeriría un endeudamiento sorpresa, ya que el perfil de vencimiento de los bonos actuales implica que no hay necesidad urgente de refinanciación que sugiera una gran cantidad de emisiones a corto plazo. El endurecimiento de la política de los bancos centrales y la preocupación acerca de una posible ralentización de la economía tampoco animan a las empresas a endeudarse innecesariamente.

La escasez de emisiones primarias puede ser frustrante para los inversores, ya que suele ser una forma favorable de acceder a los bonos de un emisor. Para fomentar la adopción, las nuevas emisiones suelen ofrecer un pequeño descuento en el precio (o prima de rendimiento) con respecto a los bonos actuales de un emisor en el mercado secundario, por lo que un menor número de nuevas emisiones reduce las oportunidades de poder beneficiarse de esto. Dicho esto, una prima de rendimiento de una nueva emisión no es en sí misma razón suficiente para invertir en un bono, por lo que los inversores deben seguir haciendo los deberes sobre las fortalezas fundamentales del emisor y la valoración del bono. Una característica más valiosa de las nuevas emisiones es la diversificación. Una serie de nuevas emisiones en proceso ayuda a garantizar que la clase de activos no se estanque. Deseamos poder mantener valores en diversas empresas para diversificar el riesgo, por lo que con el tiempo resulta saludable que las empresas utilicen el mercado de bonos para obtener capital.

La otra ventaja importante de las nuevas emisiones es que actúan como señal de confianza y ofrecen una indicación o descubrimiento de precios de gran utilidad. La oferta regular de nuevas emisiones puede ayudar a los participantes del mercado a calibrar si el precio en los mercados secundarios es razonable. Un menor número de nuevas emisiones implica menos oportunidades de comparar los precios de los bonos actuales con lo que el mercado está dispuesto a pagar por las nuevas emisiones, lo que a su vez puede reducir la confianza en los precios y propiciar una mayor volatilidad.

En el lado positivo, una menor oferta supone que hay menos presión técnica que podría aumentar los diferenciales de crédito, ya que es más probable que la demanda y la oferta estén en equilibrio.

Hacen falta dos para bailar el tango

El otro lado de la balanza es la demanda. Los emisores están más dispuestos a emitir si pueden hacerlo a bajo coste (es decir, con bajos rendimientos) cuando la demanda de los inversores es fuerte. Últimamente, esa demanda ha sido más débil. La mayor aversión al riesgo por parte de los inversores ha provocado salidas de capital de los fondos high yield, sobre todo de los fondos cotizados (ETF). La preocupación acerca de la inflación ha hecho también que los préstamos (una forma alternativa de obtener capital de deuda) resulten populares entre los inversores, ya que suelen tener tipos variables cuyo cupón o interés que se paga por ellos se incrementa a medida que suben los tipos de interés.

Además, varios bancos centrales están abandonando la expansión cuantitativa para pasar al endurecimiento cuantitativo. Esto va a eliminar a los grandes compradores insensibles a los precios de los mercados de deuda pública y corporativa. En el marco de sus programas de compras de activos, los bancos centrales han intervenido en los mercados de bonos corporativos investment grade, sobre todo en el Reino Unido y Europa; aunque los bonos high yield no se han incluido normalmente en estos programas, es posible que los diferenciales se amplíen si la retirada del apoyo de los bancos centrales reduce el apetito de riesgo. Esto podría ser menos preocupante en EE. UU., donde las compras de activos se han centrado principalmente en la deuda pública y en los valores respaldados por hipotecas, aunque podría haber efectos indirectos. La forma en que los bancos centrales lleven a cabo el endurecimiento cuantitativo influirá en la reacción de los mercados de crédito, ya sea de forma pasiva, dejando que los bonos venzan y no reinvirtiendo, o de manera activa, vendiendo valores para acelerar la reducción de sus balances.

Admitimos que vienen meses complicados para los mercados de bonos high yield, pero con unos mayores rendimientos generalizados y una oferta técnica favorable, esto podría ayudar a mitigar parte de la creciente presión sobre los diferenciales resultante de la inquietud acerca las perspectivas de crecimiento económico. Podemos quejarnos de la escasa oferta, pero ahora mismo está resultando oportuna para compensar en parte la debilidad de la demanda.

 

Columna de Seth Meyer y Tom Ross, gestores de carteras de renta fija en Janus Henderson Investors

   

Anotaciones:                                                                                                                                                                                      

(1) Fuente: Morgan Stanley, European Credit Strategy, 3 de mayo de 2022.

 

Glosario:

Diferencial de crédito: la diferencia de rendimiento entre valores con un vencimiento similar, pero con una calidad crediticia diferente. Los diferenciales de amplitud creciente indican generalmente un deterioro de la solvencia de los prestatarios corporativos, y si se están estrechando indican una mejora.

Diversificación: forma de repartir el riesgo mediante la tenencia de diferentes valores o activos. Se basa en la hipótesis de que los precios de diferentes valores o activos se comportarán de un modo distinto en una determinada situación.

Fondo cotizado (ETF): valor que sigue un índice (como un índice de renta variable, renta fija o materias primas). Los fondos cotizados (ETF) cotizan como una acción en un mercado de valores y registran variaciones de precio a medida que los activos subyacentes que componen el ETF suben y bajan de precio.

Bonos high yield: también denominados bonos de categoría especulativa o bono basura, estos bonos conllevan un mayor riesgo de impago o de volatilidad del precio, y pueden registrar cambios de precios repentinos y fuertes. Estos bonos conllevan un mayor riesgo de que el emisor incurra en impago, por lo que normalmente se emiten con un cupón más alto para reconocer el riesgo adicional.

Investment grade: bono emitido normalmente por gobiernos o empresas de los que se considera que tienen un riesgo relativamente bajo de impago de su deuda. La mayor calidad de estos bonos se refleja en su mayor calificación de crédito.

Apalancamiento: nivel de endeudamiento de un emisor. Un mayor apalancamiento implica unos mayores niveles de endeudamiento. Una compra apalancada es la compra de una empresa financiada principalmente mediante un préstamo o la emisión de deuda.

Valores respaldados por hipotecas: valores titulizados (o «respaldados») por un conjunto de hipotecas. Los inversores reciben pagos periódicos derivados de las hipotecas subyacentes.

Emisión primaria/mercado primario: se refiere a los bonos que se emiten por primera vez; el mercado secundario describe los bonos ya emitidos.

Expansión cuantitativa: política monetaria poco convencional utilizada por los bancos centrales para estimular la economía aumentando la cantidad de dinero total en el sistema bancario. Un método clave ha sido crear dinero y utilizarlo para comprar valores como bonos. El endurecimiento cuantitativo es lo contrario: el banco central reduce su balance y la oferta monetaria al no reinvertir los valores que vencen o venderlos activamente.

Recompra de acciones: cuando una empresa compra sus propias acciones. Tiene la ventaja potencial de apoyar el precio de las acciones, dado que las ganancias se reparten entre menos acciones. Aunque podría ser bueno para los accionistas, para los titulares de bonos puede ser menos favorable, ya que puede implicar menos efectivo o capital social en la empresa.

Factores técnicos: las condiciones de la oferta y demanda en el mercado para una clase de activos o un valor y el comportamiento de los participantes en el mercado.

Volatilidad: el ritmo y la medida en que sube o baja el precio de una cartera, un título o un índice de mercado. La volatilidad mide la dispersión de las rentabilidades de una inversión determinada.

Rentabilidad: el nivel de ingresos de un valor, expresado normalmente como tipo porcentual. Para simplificar, para un bono, se calcula dividiendo el cupón anual pagado entre el precio actual del bono.

 

Solo para inversores profesionales y cualificados

Solo para uso fuera de US o con profesionales de US dando servicio a personas no US

Comunicación publicitaria

Queda prohibida la distribución posterior

Los puntos de vista que aquí figuran corresponden a la fecha de publicación. Se ofrecen exclusivamente con fines informativos y no deben considerarse ni utilizarse como asesoramiento de inversión, jurídico o fiscal ni como oferta de venta, solicitud de una oferta de compra o recomendación para comprar, vender o mantener ningún valor, estrategia de inversión o sector de mercado. Nada de lo incluido en el presente material debe considerarse una prestación directa o indirecta de servicios de gestión de inversión específicos para los requisitos de ningún cliente. Las opiniones y los ejemplos se ofrecen a efectos ilustrativos de temas más generales, no son indicativos de ninguna intención de operar, pueden variar y podrían no reflejar los puntos de vista de otros miembros de la organización. No se pretende indicar o dar a entender que cualquier ilustración/ejemplo mencionado forma parte o formó parte en algún momento de ninguna cartera. Las previsiones no pueden garantizarse y no es seguro que la información proporcionada sea completa o puntual, ni hay garantía con respecto a los resultados que se obtengan de su uso. A no ser que se indique lo contrario, Janus Henderson Investors es la fuente de los datos y confía razonablemente en la información y los datos facilitados por terceros.La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras. La inversión conlleva riesgo, incluida la posible pérdida de capital y la fluctuación del valor.

No todos los productos o servicios están disponibles en todas las jurisdicciones. El presente material o la información contenida en él podrían estar restringidos por ley y no podrán reproducirse ni mencionarse sin autorización expresa por escrito, ni utilizarse en ninguna jurisdicción o en circunstancias en que su uso resulte ilícito. Janus Henderson no es responsable de cualquier distribución ilícita del presente material a terceros, en parte o su totalidad. El contenido de este material no ha sido aprobado ni respaldado por ningún organismo regulador.

Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual las entidades que se indican ofrecen productos y servicios de inversión en las siguientes jurisdicciones: (a) En Europa, Janus Henderson Investors International Limited (n.º de registro 3594615), Janus Henderson Investors UK Limited (n.º de registro 906355), Janus Henderson Fund Management UK Limited (n.º de registro 2678531), Henderson Equity Partners Limited (n.º de registro 2606646), (cada una de ellas registrada en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (n.º de registro B22848, en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier) ofrecen productos y servicios de inversión; (b) En EE. UU., los asesores de inversión registrados ante la SEC filiales de Janus Henderson Group plc; (c) En Canadá, a través de Janus Henderson Investors US LLC, solo para inversores institucionales de determinadas jurisdicciones; (d) En Singapur, Janus Henderson Investors (Singapore) Limited (número de registro de la sociedad: 199700782N). Este anuncio o publicación no ha sido revisado por la Autoridad Monetaria de Singapur; (e) En Hong Kong, Janus Henderson Investors Hong Kong Limited. Este material no ha sido revisado por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong («SFC»); (f) En Taiwán (República de China), Janus Henderson Investors Taiwan Limited (con funcionamiento independiente), Suite 45 A-1, Taipei 101 Tower, No. 7, Sec. 5, Xin Yi Road, Taipéi (110). Tel.: (02) 8101-1001. Número de licencia SICE autorizada 023, emitida en 2018 por la Comisión de Supervisión Financiera; «(g) En Corea del Sur, Janus Henderson Investors Limited (Singapur), exclusivamente para Inversores profesionales cualificados (según se definen en la Ley de servicios de inversión financiera y mercados de capitales y sus subreglamentos); (h) En Japón, Janus Henderson Investors (Japan) Limited, regulada por la Agencia de Servicios Financieros y registrada como Entidad de servicios financieros que realiza actividades de gestión de inversión, asesoramiento de inversión y actividad de agencia y actividades de instrumentos financieros de tipo II; (i) En Australia y Nueva Zelanda, por Janus Henderson Investors (Australia) Limited ABN 47 124 279 518 y sus entidades relacionadas, incluida Janus Henderson Investors (Australia) Institutional Funds Management Limited (ABN 16 165 119 531, AFSL 444266) y Janus Henderson Investors (Australia) Funds Management Limited (ABN 43 164 177 244, AFSL 444268); (j) En Oriente Medio, Janus Henderson Investors International Limited, regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái como Oficina de representación. No se realizarán transacciones en Oriente Medio y cualquier consulta deberá dirigirse a Janus Henderson. Las llamadas telefónicas podrán ser grabadas para nuestra mutua protección, para mejorar el servicio al cliente y a efectos de mantenimiento de registros reglamentario.

Fuera de EE. UU: Para uso exclusivo de inversores institucionales, profesionales, cualificados y sofisticados, distribuidores cualificados, inversores y clientes comerciales, según se definen en la jurisdicción aplicable. Prohibida su visualización o distribución al público. Comunicación Publicitaria.

Janus Henderson, Knowledge Shared y Knowledge Labs son marcas comerciales de Janus Henderson Group plc o una de sus filiales. © Janus Henderson Group plc.

 

 

Cuando hablamos de descarbonización hablamos de datos

  |   Por  |  0 Comentarios

Umberto Nicoletti Green Crossroads

No es fácil hacer frente al cambio climático. Conlleva volver del revés el actual statu quo, inventar nuevas tecnologías y reducir las emisiones que provocan el calentamiento global. En resumen, significa colaborar juntos por un mismo objetivo vital.

¿Qué piensan sobre esto los inversores? El 58% de los inversores en Europa considera que la falta de datos es el mayor obstáculo para implementar la descarbonización. El 54% de los asiáticos considera que la escasez de estrategias y productos adecuados es el principal impedimento. El 45% de los inversores norteamericanos apunta a la falta de especialización interna y a la escasa demanda de los inversores finales.

Contener el calentamiento global significa reducir las emisiones de gases con efecto invernadero, así de simple. Sin embargo, los inversores se enfrentan al reto de obtener los datos necesarios para monitorizar tanto el nivel de las emisiones que provocan el calentamiento global como el ritmo de su reducción.

La envergadura del problema de recopilación de datos se hace patente cuando se trata de establecer la fuente inicial de las emisiones. Para entenderlo mejor; se clasifican en emisiones de alcance 1, 2 o 3. En pocas palabras, las emisiones de alcance 1 son aquellas directamente generadas por una empresa; las de alcance 2 son las procedentes de la generación de electricidad o calor necesarios para fabricar un producto; y las de alcance 3 son las provocadas por toda la cadena de valor, incluido el uso final del producto durante toda su vida útil.

Pero no solo se trata de ir sumando toneladas de metros cúbicos de gases con efecto invernadero, suponiendo que pudiera incluso obtenerse tal información. Existen tres problemas principales que se derivan del hecho de que, por definición, los datos recopilados sobre algo son siempre históricos.

Los datos no son retrospectivos. Un problema fundamental de los datos sobre la huella de carbono es que son retrospectivos, con un lapso de tiempo medio de alrededor de dos años. Por tanto, en el caso de la amenaza del carbono, de hecho, lo que vemos ahora es la realidad de 2019.

Eso significa que los datos no te informan sobre si una empresa está preparada para la transición verde. Lo que en realidad se necesitan son más parámetros prospectivos. La huella de carbono actual no nos dice nada sobre si una empresa va a descarbonizarse en el futuro.

Fuentes contrapuestas

El segundo problema no es que no haya datos suficientes, es que provienen de fuentes diversas y superpuestas que, a menudo, se contradicen. Los datos de alcance 1 y 2 son relativamente fáciles de obtener, pero su magnitud varía mucho entre los distintos proveedores de datos. El auténtico problema es que no proceden de una cuantificación, sino de un modelo; es decir, son una estimación.

Además, los propios datos de alcance no reflejan toda la realidad. Por ejemplo, aunque un fabricante de coches producirá unas emisiones de alcance 1 y 2 relativamente reducidas para fabricar un coche de gasolina, el conductor de ese coche utilizará combustible durante muchos años, provocando unas emisiones de alcance 3 muy elevadas con los gases de escape.

Pero el problema de los datos no debería ser un obstáculo para frenarnos. La falta de datos se utiliza a veces como excusa para no enfrentarse directamente al problema. Debemos ser más hábiles y no pensar que todo el problema son los datos; estos son más bien un reto analítico. Conocemos bien los sectores que generan más carbono, y ahí podemos actuar.

Numeradores vs denominadores

El tercer problema es decidir qué parámetros utilizar, ya que el enfoque actual es básicamente cuantitativo, cuando también debería ser cualitativo. La huella de carbono es el numerador, pero también existe un denominador.

Por tanto, ¿cómo analizamos las empresas, en términos de su huella de carbono por ventas o por valor de empresa? Estos factores conllevan enormes diferencias cuando la legislación de la UE exige una cosa y la de otras regiones y países exige cosas distintas. En definitiva, necesitamos disponer de un enfoque más específico y unificado.

En conclusión, aunque es cierto que los datos que tenemos no son perfectos, sí que son suficientes para tomar decisiones de inversión mejor fundamentadas.  Es por eso que en Robeco somos pioneros una vez más al haber lanzado las primeras estrategias climáticas, seguimos innovando y liderando la inversión sostenible a escala global.

 

Tribuna de Thijs Markwat, experto en datos del clima de Robeco, y  Ana Claver, CFA, directora general de Robeco Iberia, Latam y US Offshore. Presidenta del Comité de Sostenibilidad de CFA Society Spain.

 

Bonos high yield: el lado útil de las restricciones de la oferta

  |   Por  |  0 Comentarios

Gianni Scognamiglio Sea Containers_0

Advertisement ¿Tiene que esperar varios meses para comprar un coche nuevo? No es usted el único. A menos que esté dispuesto a llevarse el modelo de exposición del concesionario, el tiempo de espera incluso para los modelos más básicos puede llegar a ser de varios meses. Los retrasos en los pedidos se han visto agravados por las demoras en la producción, ya que los confinamientos por el COVID-19 y el conflicto en Ucrania afectan al suministro de componentes fundamentales. Pero las restricciones de la oferta no se limitan a la economía física, sino que también las vemos en el mundo financiero, y un segmento de la renta fija con una oferta limitada últimamente ha sido el de los bonos high yield.

Escasez de oferta

Las emisiones primarias de bonos high yield han sido especialmente débil. En EE.UU., el primer cuatrimestre ha sido el inicio de año más débil en más de una década y se espera que total del año sea igualmente débil.

Janus Henderson

La falta de oferta es igual de grave en Europa, donde solo se emitió una operación por valor de 465 millones de euros en abril. En los primeros cuatro meses de 2022, solo se han emitido 13.000 millones de euros en bonos high yield no financieros, un 73% menos que en el mismo periodo de 2021 y el menor ritmo de emisiones high yield europeo desde 2016.1

Puede que la expresión «del festín al hambre» sea algo excesiva, pero era muy probable que las emisiones se ralentizaran; lo que ha sorprendido al mercado es la magnitud de la desaceleración. No olvidemos que 2020 y 2021 fueron años en los que el volumen del mercado high yield creció de forma aceptable. Esto reflejó una serie de factores:

  • La necesidad de los emisores actuales de pedir préstamos para suplir el déficit de ingresos provocado por los confinamientos
  • La rebaja de calificación de las empresas de categoría de inversión (investment grade) al universo del high yield
  • La llegada al mercado de nuevos emisores, generalmente en una fase intermedia de crecimiento en la que se requiere un mayor capital de deuda para financiar la expansión.

Esto contribuyó a un aumento del tamaño global del mercado high yield, con un incremento tanto del valor nominal total como del número de bonos emitidos.

Janus Henderson

En los últimos meses se ha producido una especie de retroceso. Algo que en parte hay que celebrar. Varios grandes emisores high yield se han convertido en «estrellas ascendentes», escalando a la categoría investment grade. Entre los valores conocidos que han dado este paso en los últimos meses figuran el grupo alimentario Kraft Heinz y la compañía minera Freeport-McMoRan.

Los emisores corporativos son oportunistas. En muchos casos, simplemente no hay necesidad de pedir más prestado cuando se financiaron todo lo que necesitaban hacer durante y después de la crisis del COVID-19. Al fin y al cabo, tenía sentido financiero emitir bonos el año pasado cuando los tipos eran bajos. Actualmente, las posiciones de tesorería son relativamente altas y, sin proyectos de expansión urgentes, cabe esperar que las empresas sean pacientes.

A ello se suma la reciente ralentización de la actividad de fusiones y adquisiciones, que suele requerir financiación. Para nosotros es un avance positivo, ya que comenzábamos a preocuparnos de que las empresas empezaran a mostrar un comportamiento poco favorable a los titulares de bonos, con más emisiones relacionadas con compras apalancadas y adquisiciones. Resulta difícil juzgar cómo afectará al crédito la reciente volatilidad de los mercados de renta variable, pues puede disminuir el entusiasmo por las fusiones y adquisiciones, animando a los consejos de administración a preservar la posición de caja, o a incrementarla, ya que los precios más bajos de las acciones pueden estimular las ofertas de adquisición oportunistas y las recompras de acciones.

Janus Henderson

¿Debe preocuparnos la debilidad de las emisiones?

Existe el peligro de que los emisores corporativos dejen más sus préstamos para la última parte del año. Por ejemplo, como se veía en el gráfico 1 anterior, 2016 comenzó de forma débil, pero una aceleración en los meses posteriores produjo un repunte de las emisiones, aunque el total anual siguió estando por debajo de la media. Sin embargo, esto requeriría un endeudamiento sorpresa, ya que el perfil de vencimiento de los bonos actuales implica que no hay necesidad urgente de refinanciación que sugiera una gran cantidad de emisiones a corto plazo. El endurecimiento de la política de los bancos centrales y la preocupación acerca de una posible ralentización de la economía tampoco animan a las empresas a endeudarse innecesariamente.

La escasez de emisiones primarias puede ser frustrante para los inversores, ya que suele ser una forma favorable de acceder a los bonos de un emisor. Para fomentar la adopción, las nuevas emisiones suelen ofrecer un pequeño descuento en el precio (o prima de rendimiento) con respecto a los bonos actuales de un emisor en el mercado secundario, por lo que un menor número de nuevas emisiones reduce las oportunidades de poder beneficiarse de esto. Dicho esto, una prima de rendimiento de una nueva emisión no es en sí misma razón suficiente para invertir en un bono, por lo que los inversores deben seguir haciendo los deberes sobre las fortalezas fundamentales del emisor y la valoración del bono. Una característica más valiosa de las nuevas emisiones es la diversificación. Una serie de nuevas emisiones en proceso ayuda a garantizar que la clase de activos no se estanque. Deseamos poder mantener valores en diversas empresas para diversificar el riesgo, por lo que con el tiempo resulta saludable que las empresas utilicen el mercado de bonos para obtener capital.

La otra ventaja importante de las nuevas emisiones es que actúan como señal de confianza y ofrecen una indicación o descubrimiento de precios de gran utilidad. La oferta regular de nuevas emisiones puede ayudar a los participantes del mercado a calibrar si el precio en los mercados secundarios es razonable. Un menor número de nuevas emisiones implica menos oportunidades de comparar los precios de los bonos actuales con lo que el mercado está dispuesto a pagar por las nuevas emisiones, lo que a su vez puede reducir la confianza en los precios y propiciar una mayor volatilidad.

En el lado positivo, una menor oferta supone que hay menos presión técnica que podría aumentar los diferenciales de crédito, ya que es más probable que la demanda y la oferta estén en equilibrio.

Hacen falta dos para bailar el tango

El otro lado de la balanza es la demanda. Los emisores están más dispuestos a emitir si pueden hacerlo a bajo coste (es decir, con bajos rendimientos) cuando la demanda de los inversores es fuerte. Últimamente, esa demanda ha sido más débil. La mayor aversión al riesgo por parte de los inversores ha provocado salidas de capital de los fondos high yield, sobre todo de los fondos cotizados (ETF). La preocupación acerca de la inflación ha hecho también que los préstamos (una forma alternativa de obtener capital de deuda) resulten populares entre los inversores, ya que suelen tener tipos variables cuyo cupón o interés que se paga por ellos se incrementa a medida que suben los tipos de interés.

Además, varios bancos centrales están abandonando la expansión cuantitativa para pasar al endurecimiento cuantitativo. Esto va a eliminar a los grandes compradores insensibles a los precios de los mercados de deuda pública y corporativa. En el marco de sus programas de compras de activos, los bancos centrales han intervenido en los mercados de bonos corporativos investment grade, sobre todo en el Reino Unido y Europa; aunque los bonos high yield no se han incluido normalmente en estos programas, es posible que los diferenciales se amplíen si la retirada del apoyo de los bancos centrales reduce el apetito de riesgo. Esto podría ser menos preocupante en EE.UU., donde las compras de activos se han centrado principalmente en la deuda pública y en los valores respaldados por hipotecas, aunque podría haber efectos indirectos. La forma en que los bancos centrales lleven a cabo el endurecimiento cuantitativo influirá en la reacción de los mercados de crédito, ya sea de forma pasiva, dejando que los bonos venzan y no reinvirtiendo, o de manera activa, vendiendo valores para acelerar la reducción de sus balances.

Admitimos que vienen meses complicados para los mercados de bonos high yield, pero con unos mayores rendimientos generalizados y una oferta técnica favorable, esto podría ayudar a mitigar parte de la creciente presión sobre los diferenciales resultante de la inquietud acerca las perspectivas de crecimiento económico. Podemos quejarnos de la escasa oferta, pero ahora mismo está resultando oportuna para compensar en parte la debilidad de la demanda.

 

Columna de Seth Meyer y Tom Ross, gestores de carteras de renta fija en Janus Henderson Investors

   

Anotaciones:                                                                                                                                                                                      

(1) Fuente: Morgan Stanley, European Credit Strategy, 3 de mayo de 2022.

 

Glosario:

Diferencial de crédito: la diferencia de rendimiento entre valores con un vencimiento similar, pero con una calidad crediticia diferente. Los diferenciales de amplitud creciente indican generalmente un deterioro de la solvencia de los prestatarios corporativos, y si se están estrechando indican una mejora.

Diversificación: forma de repartir el riesgo mediante la tenencia de diferentes valores o activos. Se basa en la hipótesis de que los precios de diferentes valores o activos se comportarán de un modo distinto en una determinada situación.

Fondo cotizado (ETF): valor que sigue un índice (como un índice de renta variable, renta fija o materias primas). Los fondos cotizados (ETF) cotizan como una acción en un mercado de valores y registran variaciones de precio a medida que los activos subyacentes que componen el ETF suben y bajan de precio.

Bonos high yield: también denominados bonos de categoría especulativa o bono basura, estos bonos conllevan un mayor riesgo de impago o de volatilidad del precio, y pueden registrar cambios de precios repentinos y fuertes. Estos bonos conllevan un mayor riesgo de que el emisor incurra en impago, por lo que normalmente se emiten con un cupón más alto para reconocer el riesgo adicional.

Investment grade: bono emitido normalmente por gobiernos o empresas de los que se considera que tienen un riesgo relativamente bajo de impago de su deuda. La mayor calidad de estos bonos se refleja en su mayor calificación de crédito.

Apalancamiento: nivel de endeudamiento de un emisor. Un mayor apalancamiento implica unos mayores niveles de endeudamiento. Una compra apalancada es la compra de una empresa financiada principalmente mediante un préstamo o la emisión de deuda.

Valores respaldados por hipotecas: valores titulizados (o «respaldados») por un conjunto de hipotecas. Los inversores reciben pagos periódicos derivados de las hipotecas subyacentes.

Emisión primaria/mercado primario: se refiere a los bonos que se emiten por primera vez; el mercado secundario describe los bonos ya emitidos.

Expansión cuantitativa: política monetaria poco convencional utilizada por los bancos centrales para estimular la economía aumentando la cantidad de dinero total en el sistema bancario. Un método clave ha sido crear dinero y utilizarlo para comprar valores como bonos. El endurecimiento cuantitativo es lo contrario: el banco central reduce su balance y la oferta monetaria al no reinvertir los valores que vencen o venderlos activamente.

Recompra de acciones: cuando una empresa compra sus propias acciones. Tiene la ventaja potencial de apoyar el precio de las acciones, dado que las ganancias se reparten entre menos acciones. Aunque podría ser bueno para los accionistas, para los titulares de bonos puede ser menos favorable, ya que puede implicar menos efectivo o capital social en la empresa.

Factores técnicos: las condiciones de la oferta y demanda en el mercado para una clase de activos o un valor y el comportamiento de los participantes en el mercado.

Volatilidad: el ritmo y la medida en que sube o baja el precio de una cartera, un título o un índice de mercado. La volatilidad mide la dispersión de las rentabilidades de una inversión determinada.

Rentabilidad: el nivel de ingresos de un valor, expresado normalmente como tipo porcentual. Para simplificar, para un bono, se calcula dividiendo el cupón anual pagado entre el precio actual del bono.

 

Solo para inversores profesionales y cualificados

Solo para uso fuera de US o con profesionales de US dando servicio a personas no US

Comunicación publicitaria

Queda prohibida la distribución posterior

Los puntos de vista que aquí figuran corresponden a la fecha de publicación. Se ofrecen exclusivamente con fines informativos y no deben considerarse ni utilizarse como asesoramiento de inversión, jurídico o fiscal ni como oferta de venta, solicitud de una oferta de compra o recomendación para comprar, vender o mantener ningún valor, estrategia de inversión o sector de mercado. Nada de lo incluido en el presente material debe considerarse una prestación directa o indirecta de servicios de gestión de inversión específicos para los requisitos de ningún cliente. Las opiniones y los ejemplos se ofrecen a efectos ilustrativos de temas más generales, no son indicativos de ninguna intención de operar, pueden variar y podrían no reflejar los puntos de vista de otros miembros de la organización. No se pretende indicar o dar a entender que cualquier ilustración/ejemplo mencionado forma parte o formó parte en algún momento de ninguna cartera. Las previsiones no pueden garantizarse y no es seguro que la información proporcionada sea completa o puntual, ni hay garantía con respecto a los resultados que se obtengan de su uso. A no ser que se indique lo contrario, Janus Henderson Investors es la fuente de los datos y confía razonablemente en la información y los datos facilitados por terceros.La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras. La inversión conlleva riesgo, incluida la posible pérdida de capital y la fluctuación del valor.

No todos los productos o servicios están disponibles en todas las jurisdicciones. El presente material o la información contenida en él podrían estar restringidos por ley y no podrán reproducirse ni mencionarse sin autorización expresa por escrito, ni utilizarse en ninguna jurisdicción o en circunstancias en que su uso resulte ilícito. Janus Henderson no es responsable de cualquier distribución ilícita del presente material a terceros, en parte o su totalidad. El contenido de este material no ha sido aprobado ni respaldado por ningún organismo regulador.

Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual las entidades que se indican ofrecen productos y servicios de inversión en las siguientes jurisdicciones: (a) En Europa, Janus Henderson Investors International Limited (n.º de registro 3594615), Janus Henderson Investors UK Limited (n.º de registro 906355), Janus Henderson Fund Management UK Limited (n.º de registro 2678531), Henderson Equity Partners Limited (n.º de registro 2606646), (cada una de ellas registrada en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (n.º de registro B22848, en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier) ofrecen productos y servicios de inversión; (b) En EE. UU., los asesores de inversión registrados ante la SEC filiales de Janus Henderson Group plc; (c) En Canadá, a través de Janus Henderson Investors US LLC, solo para inversores institucionales de determinadas jurisdicciones; (d) En Singapur, Janus Henderson Investors (Singapore) Limited (número de registro de la sociedad: 199700782N). Este anuncio o publicación no ha sido revisado por la Autoridad Monetaria de Singapur; (e) En Hong Kong, Janus Henderson Investors Hong Kong Limited. Este material no ha sido revisado por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong («SFC»); (f) En Taiwán (República de China), Janus Henderson Investors Taiwan Limited (con funcionamiento independiente), Suite 45 A-1, Taipei 101 Tower, No. 7, Sec. 5, Xin Yi Road, Taipéi (110). Tel.: (02) 8101-1001. Número de licencia SICE autorizada 023, emitida en 2018 por la Comisión de Supervisión Financiera; «(g) En Corea del Sur, Janus Henderson Investors Limited (Singapur), exclusivamente para Inversores profesionales cualificados (según se definen en la Ley de servicios de inversión financiera y mercados de capitales y sus subreglamentos); (h) En Japón, Janus Henderson Investors (Japan) Limited, regulada por la Agencia de Servicios Financieros y registrada como Entidad de servicios financieros que realiza actividades de gestión de inversión, asesoramiento de inversión y actividad de agencia y actividades de instrumentos financieros de tipo II; (i) En Australia y Nueva Zelanda, por Janus Henderson Investors (Australia) Limited ABN 47 124 279 518 y sus entidades relacionadas, incluida Janus Henderson Investors (Australia) Institutional Funds Management Limited (ABN 16 165 119 531, AFSL 444266) y Janus Henderson Investors (Australia) Funds Management Limited (ABN 43 164 177 244, AFSL 444268); (j) En Oriente Medio, Janus Henderson Investors International Limited, regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái como Oficina de representación. No se realizarán transacciones en Oriente Medio y cualquier consulta deberá dirigirse a Janus Henderson. Las llamadas telefónicas podrán ser grabadas para nuestra mutua protección, para mejorar el servicio al cliente y a efectos de mantenimiento de registros reglamentario.

Fuera de EE. UU: Para uso exclusivo de inversores institucionales, profesionales, cualificados y sofisticados, distribuidores cualificados, inversores y clientes comerciales, según se definen en la jurisdicción aplicable. Prohibida su visualización o distribución al público. Comunicación Publicitaria.

Janus Henderson, Knowledge Shared y Knowledge Labs son marcas comerciales de Janus Henderson Group plc o una de sus filiales. © Janus Henderson Group plc.

 

 

Navegando a través de un entorno inflacionista en la renta variable estadounidense y mundial

  |   Por  |  0 Comentarios

boat-gd44b7e9fa_1920

Cuarenta años… ese es el tiempo que ha pasado desde la ‘Gran Inflación’, que duró de 1965 a 1982 y que hizo que la inflación en Estados Unidos llegara al 13,5%. Según Michael Bryan, del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, fue el «acontecimiento macroeconómico determinante de la segunda mitad del siglo XX… hubo cuatro recesiones económicas, dos graves carencias energéticas y la aplicación sin precedentes de controles de salarios y precios». Los orígenes de la Gran Inflación fueron las políticas de la Reserva Federal que, de forma similar a las actuales, apoyaron el crecimiento excesivo de la oferta monetaria.

El aumento de la masa monetaria y el buen estado de las reservas bancarias indican una mayor inflación en el futuro 

El aumento de la masa monetaria y el buen estado de las reservas bancarias indican una mayor inflación en el futuro

 

Es probable que la inflación siga por encima de los objetivos del banco central

Las previsiones de inflación de los economistas (gráficos siguientes) se han situado por encima del objetivo declarado por la Fed, y cuando se combinan con las cifras reales, sugieren una inflación sostenida a medio plazo.

Los pronósticos de inflación han desafiado las predicciones de la Fed

Los pronósticos de inflación han desafiado las predicciones de la Fed

 

Aunque la tasa de inflación actual (el índice de precios al consumo de la Oficina de Estadísticas Laborales midió un 8,3% en abril de 2022) está muy por debajo del máximo de los años ochenta, creemos que la inflación puede persistir por encima del objetivo declarado por la Fed del 2% por tres razones:

1. Estados Unidos tiene escasez de mano de obra. El fuerte repunte del crecimiento económico, unido al envejecimiento de la población y a las jubilaciones anticipadas durante la pandemia, ha limitado la disponibilidad de mano de obra y ha hecho subir los salarios. 

Escasez de mano de obra: agravamiento de la espiral salarial

Escasez de mano de obra: agravamiento de la espiral salarial

 

2. Hay un enfoque renovado en la seguridad energética y la defensa a nivel mundial debido al conflicto entre Rusia y Ucrania. Alemania, por ejemplo, ha anunciado que acelerará la construcción de terminales de gas natural licuado (GNL) para reducir su dependencia del gas natural ruso, así como aumentará el gasto en defensa hasta el 2% del PIB. Creemos que el gasto en seguridad energética y defensa será inflacionario.

3. China ya no exporta deflación. Durante años, China ha sido una fuente de bienes de bajo coste, representando el 18,6% de las importaciones de EE.UU. en 2020, según la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. Sin embargo, debido a las bajas tasas de natalidad, la población en edad de trabajar de China ha alcanzado su punto máximo, según Business Insider. Creemos que la disminución de la mano de obra se traducirá en un aumento de los precios de las exportaciones a Estados Unidos.

Consecuencias para la inversión: una rotación hacia sectores que deberían ir bien durante los periodos de alta inflación

Si la inflación persiste, y creemos que lo hará, sería un momento crucial para los inversores en renta variable, ya que los los tipos de valores que probablemente se comporten bien en un entorno inflacionista probablemente no sean los que se han comportado bien en los últimos años. Sugerimos lo siguiente como camino a seguir en el ámbito de la renta variable: 

Sugerimos lo siguiente como camino a seguir en la renta variable:

 

(1) Del pasado al presente

En el primer año de la pandemia, el índice tecnológico no rentable de Goldman Sachs se quintuplicó. Algunas empresas de redes sociales se dispararon, ya que la gente se conectaba en gran medida a través de los medios sociales en un entorno de permanencia en el hogar. Los inversores estaban dispuestos a mirar más allá de los fundamentos a corto plazo (falta de ingresos y beneficios significativos) para ver el potencial futuro. Los tipos de interés cayeron en picado, lo que favoreció las ganancias de los activos de larga duración, que se beneficiaron de un bajo coste del capital.

Qué diferencia hay con respecto a hace un año. La recuperación económica, unida a la fuerte subida de los tipos de interés, hizo que los valores de menor duración (empresas que ganan dinero) fueran más atractivos que los de duración más larga (véase el descenso del índice en 2022). En este entorno, creemos que los inversores podrían recompensar a las empresas en función de sus fundamentos actuales y no del potencial de ganancias en un futuro lejano.

Los valores tecnológicos no rentables languidecen: cesta tecnológica no rentable de Goldman Sachs

Los valores tecnológicos no rentables languidecen: cesta tecnológica no rentable de Goldman Sachs

 

2) Las valoraciones en el punto de mira, un caso práctico: pasar de pagar cualquier precio a pagar el precio adecuado

Nos fijamos en una empresa de biotecnología que utiliza la ingeniería genética para producir bacterias para su uso en aplicaciones industriales. La empresa generó ingresos en 2021, pero perdió dinero (Bloomberg, marzo de 2022). En previsión de futuros ingresos y ganancias, los inversores pagaron hasta cerca de 15 dólares por acción en noviembre de 2021. A finales de año, las acciones cotizaban en torno a los 8 dólares. El 15 de marzo de 2022, las acciones estaban cerca de los 3 dólares.

¿Qué ha cambiado? Según el banco de inversión que recomendó la acción a 10 dólares en diciembre de 2021, la respuesta es los tipos de interés o el WACC (coste medio ponderado del capital). «Estimamos que cada cambio de 100 puntos básicos en el WACC de la empresa recortará el precio de las acciones garantizadas en (unos) 3 dólares por acción», afirma el analista del banco.

En cuestión de meses, el cambio en el entorno de los tipos de interés ha hecho que los inversores se centren en algo que han ignorado más o menos en los últimos años: la valoración. Hasta el 17 de mayo, el quintil menos caro de los valores del S&P 500 ha ganado un 6%, a pesar de la caída general del S&P 500, mientras que el más caro cayó un 23% (véase el cuadro siguiente).

Quintil de valores del S&P 500 por relación precio/beneficio (P/E)

 

El value es actualmente el segmento más atractivo

¿Qué parte del mercado de renta variable creemos que tiene una valoración más atractiva? El universo value. Como se muestra a continuación, a pesar del reciente movimiento, los value stocks cotizan actualmente con un descuento en el costo/beneficio con respecto a los valores de crecimiento.

La prima de costo/beneficio del crecimiento con respecto al valor es amplia según los estándares históricos

La prima del crecimiento con respecto al valor es amplia según los estándares históricos

 

(3) Los riesgos de concentración subrayan la necesidad de una gestión activa: el rendimiento reciente del S&P 500 se concentra en un puñado de valores

Rentabilidad del S&P con y sin las 5 principales participaciones – del 31 de diciembre de 2019 al 29 de abril de 2022

Rentabilidad de S&P con y sin las 5 principales participaciones - del 31 de diciembre de 2019 al 29 de abril de 2022

 

A finales de 2021, estas 5 principales participaciones representaban el 38% del índice Russell 1000 Growth y el 23% del índice S&P 500. Dados los requisitos de diversificación, ha sido imposible para los fondos de crecimiento de gran capitalización estadounidenses diversificados y gestionados activamente mantener la misma exposición en estos valores que el índice Russell 1000 Growth. Aunque menos concentrado que el índice de crecimiento, el S&P 500 también se ha concentrado más que nunca.

La buena noticia para los gestores activos es que las rentabilidades de algunos de estos valores han empezado a decaer. Creemos que el S&P 500 se concentrará menos en los próximos años a medida que el crecimiento de las empresas más grandes madure, la regulación aumente y los inversores busquen otros rendimientos. Los gestores activos que se muestren cautelosos con los valores más grandes deberían beneficiarse de esta tendencia. Como contexto histórico, la última vez que la concentración en el índice S&P 500 cayó precipitadamente fue tras el estallido de la burbuja de las puntocom. El porcentaje de gestores activos que obtuvieron mejores resultados durante el periodo 2000-2002 fue superior al 60% cada año. Creemos que los próximos años pueden seguir un patrón similar, representando quizás el mejor momento para invertir con gestores activos en más de 15 años.

(4) De EE.UU. a la globalidad

Durante años, los rendimientos de las bolsas estadounidenses han dominado en gran medida los rendimientos de las bolsas mundiales, pero este dominio ha tenido un precio cada vez más alto. A principios de mayo de 2022, la renta variable estadounidense, medida por el ratio P/E a plazo del S&P 500, cotizaba con una prima a las acciones internacionales (18,2 veces los beneficios frente a 13,0 veces los beneficios, respectivamente). 

Las acciones estadounidenses suelen ser más caras que las internacionales

Las acciones estadounidenses suelen ser más caras que las internacionales

 

Mientras que la mayoría de los países cotizan por debajo de sus medias de PER a largo plazo, EE.UU. está actualmente muy cerca de su media histórica de 10 años. Además de la marcada diferencia de valoración entre los mercados estadounidenses y no estadounidenses, existe otro posible catalizador para que los valores no estadounidenses obtengan mejores resultados. El catalizador podría ser la continuación de la rotación de estilos desde el crecimiento al valor, impulsada por la inflación sostenida y los tipos de interés más altos. Si estas condiciones persisten, la composición de los índices internacionales (véase el cuadro) -que se inclinan más por los sectores de valor, como el financiero, y menos por los de crecimiento, como la tecnología de la información- puede ayudarles a superar a los valores estadounidenses.

International indices

 

Conclusión

Creemos que estamos avanzando hacia un régimen de alta inflación, cuyas semillas ya estaban presentes antes de la crisis de Covid-19 en forma de oferta monetaria excesiva, represión financiera y falta de inversión en infraestructura física. Los inversores deberían prepararse para este cambio de régimen incluyendo acciones en el espacio de valor y calidad que probablemente se beneficien de una mayor inflación.

Sin embargo, es poco probable que la rotación hacia mercados de valor, internacionales y menos caros en un entorno postpandémico sea lineal. También podría verse afectada por acontecimientos extremos del mercado, como la invasión de Rusia en Ucrania, cuando los inversores podrían preferir la resistencia de EE.UU. frente a regiones como Europa, debido a un impacto limitado en los beneficios empresariales estadounidenses. No obstante, los inversores deben tener en cuenta que estos beneficios estarían ahora descontados por un mayor coste de capital. Además, el entorno posterior a la pandemia, caracterizado por la incertidumbre sobre los beneficios, exige una mayor atención a la selección de valores y a los fundamentos de las empresas. 

Tribuna de Marco Pirondini, head of Equities y US Portfolio Manager; y Alec Murray, head of Equity Client Portfolio Management.

Radiografía de un “Bear Market”

  |   Por  |  0 Comentarios

Screenshot 2022-06-02 130129

Empecemos con algunas definiciones. Un bear market (o mercado bajista, en español) es el mercado que baja 20% o más, medido desde su último máximo, el cual no necesariamente es un máximo histórico. Por ejemplo, si el mercado baja 80%, luego sube 30% y después baja 25%, entonces ambas bajadas se consideran bear market, y claramente la segunda bajada no fue desde un máximo histórico. Cabe recalcar que la subida después de un bear market debe ser superior a 20%, de tal forma que, si no toca ese 20%, entonces no se puede considerar ese máximo local como el final del bear market actual.

Un bear market rally son las subidas que se dan dentro del bear market siempre y cuando no suba más allá del 20%. Si sube más allá del 20% entonces el bear market se da por acabado, y comienza un bull market (o mercado alcista, en español).

Ahora bien, desde diciembre de 1927 (el total de la historia del S&P500) han existido 25 bear markets (Gráfica 1). A la fecha en la que estoy escribiendo estas líneas, el S&P500 aún no ha bajado 20%, por lo que el movimiento actual del mercado no se considera un bear market. Sin embargo, si llegase a suceder, el actual movimiento de mercado sería el bear market número 26.

1

La duración promedio de los distintos mercados bajistas (la primera bajada de 20% desde el máximo más el bear market como tal) es de 297 días. Por otro lado, el movimiento actual lleva 138 días desde su máximo (sin llegar a ser aún un bear market). Con esto NO busco concluir que le faltan, en promedio, 159 días al movimiento actual. No. Solo buscó dar un poco de perspectiva.

Ahora bien, ¿Cuánto tarda un mercado bajista en convertirse en un bear market? En promedio tarda 189 días y, obviamente, va a ser bastante variable entre los distintos bear markets (Gráfica 2).

2

Por otro lado, el rendimiento promedio de estos bear markets es de -35.05%, comparado contra el movimiento actual, el cual aún no llega al -20%.

Ahora bien, al interior de un bear market suelen existir bear market rallies, lo cual nos puede dar una falsa esperanza de que el movimiento bajista ya terminó. Un bear market rally tiende a ser una trampa que nos empuja a comprar “barato”, aunque en realidad todavía le falte una buena corrección al mercado. En promedio, dentro de un bear market, el 21% del tiempo el mercado tiene estos rallies en donde sube por encima del 5% (rendimiento), el 7% del tiempo tiene rallies por encima del 10% y en 1% del tiempo tiene rallies por encima del 15%. De hecho, en promedio, las subidas más agresivas dentro de un bear market son del 13% (Gráfica 3). En el movimiento actual, la subida más fuerte ha sido de 11.05% (al 18/mayo).

3

Si bien todas estas son estadísticas históricas, y cada movimiento de mercado es único e irrepetible, nos ayuda a entender las magnitudes y alcances de un bear market. En este sentido, es importante ver que los bear markets tienden a durar varios meses, y tienden a “desaparecer” más de una tercera parte de la capitalización del mercado. Asimismo, tienden a llenarnos de falsas esperanzas que, al no concretarse, terminan por hartarnos de la dinámica del mercado. Con este último punto hay que tener mucho cuidado. El inicio del hartazgo podría ser una señal de que el bear market se está recrudeciendo, mientras que el máximo hartazgo podría ser una señal de que estamos tocando fondo.

En el lado positivo, una vez que acaba el bear market, los bull markets tienden a ser mucho más rápidos. De los 25 bull markets que ha habido, el promedio de días que hay entre el mínimo y el inicio del bull market (subidas arriba del 20%) es de 88 días, es decir, una fracción de la duración desde el máximo al inicio del bear market (188 días).

Esto nos arroja un par de lecciones:

  1. Si no estás invertido y tienes reservas de efectivo, busca momentos de entrada. Un bear market es el mejor regalo para entrar al mercado.
  2. Si sí estás invertido y estás a la mitad de un bear market, mantén posiciones. Recuerda que adivinar cuál es el mínimo del mercado es prácticamente imposible, y una vez que ese mínimo se toque, el rebote tiende a ser rápido, por lo que, si te desinviertes, es altamente probable que las pérdidas que realizaste no las puedas recuperar.

Todos los bear markets son distintos y tienen sus propias características. Lo importante para navegarlos es tener paciencia, no entrar en pánico ni tomar decisiones viscerales. Por más que sintamos que “lo perderemos todo”, si tu portafolio está bien diversificado, con empresas fuertes cuyo modelo de negocio hace sentido, entonces eventualmente se dará la recuperación, por lo que, tomar una decisión impulsiva podría evitar que participes en esa recuperación que eventualmente se dará.

Columna de Franklin Templeton México, escrita por Luis Gonzalí, CFA. VP/Co-Director de Inversiones

Más vale pájaro en mano que cien volando

  |   Por  |  0 Comentarios

Alfred Kenneally Robin

Los activos de riesgo arrojaron una rentabilidad históricamente decepcionante durante los primeros compases de 2022, un año en el que las carteras aparentemente diversificadas han generado unas rentabilidades en las que la diversificación brilla por su ausencia. Las acciones y la deuda pública han acusado caídas de dos dígitos, y la renta variable ha experimentado su peor rentabilidad en varias décadas.

Por su parte, la deuda corporativa con calificación investment grade ha firmado su peor rentabilidad desde principios de año de la historia. Los inversores apenas han dispuesto de opciones para refugiarse. En noviembre, comenté los riesgos que presentaba una correlación positiva entre las acciones y los bonos en un entorno de aumento de los tipos de interés. Ahora me gustaría abordar de nuevo esta cuestión desde otra perspectiva.

El halcón y el ruiseñor

En una fábula griega que data de alrededor del año 500 a.C., un halcón hambriento captura a su presa, un ruiseñor. Desesperado, el ruiseñor intenta convencer al halcón de que los arbustos que tiene a su espalda albergan pájaros más apetitosos. Los esfuerzos del ruiseñor resultan vanos, puesto que el halcón contesta que una comida ya capturada, por pequeña que sea, es mejor que una comida más abundante pero que todavía no se ha obtenido. A lo largo de los siglos, la historia acabó condensándose en el refrán “más vale pájaro en mano que cien volando”. Dicho de otro modo: aquello que se posee resulta más valioso que lo que se espera poseer (porque ya se tiene). Se trata de una metáfora acertada para valorar los activos financieros de riesgo en un 2022 convulso y de cara a los años venideros.

Aplicar la fábula

El ruiseñor equivale al rendimiento sobre el efectivo, que obtenemos de productos como las cuentas de ahorro y los fondos del mercado monetario. Durante los peores momentos de la crisis del COVID-19, en una coyuntura en la que los tipos de interés se desplomaron hasta cero en términos tanto nominales como reales (y, en numerosas ocasiones, por debajo de ese umbral), el valor del pájaro en mano (el efectivo) se evaporó.

El halcón representa a los inversores. Dada la desaparición del rendimiento de los activos seguros, el único atractivo comercial de los activos exentos de riesgo estribaba en que constituían un almacén de valor que devolvería a los inversores su principal en un futuro: esta no es una propuesta muy convincente. Los cien pájaros volando representan los activos de riesgo, desde la deuda corporativa hasta la renta variable cotizada y no cotizada, pasando por los bienes inmuebles y las criptomonedas, entre otras clases de activos similares. En vista de que los inversores se vieron obligados a escrutar los cielos en busca de su cena metafórica, la demanda superó con creces a la oferta. Con el propósito de ilustrar este fenómeno, cabe destacar que en 2021 los flujos netos en renta variable mundial rebasaron los flujos combinados de los últimos 20 años.

2022 trajo consigo un cambio de tendencia

A finales de 2021, cuando los inversores se dieron cuenta de que la inflación no era temporal y había aumentado mucho más de lo esperado, los segmentos de mayor riesgo del mercado de renta variable, como los de ofertas públicas iniciales, empresas de adquisición con fines especiales (SPAC, por sus siglas en inglés) y pequeñas capitalizaciones empezaron a obtener resultados inferiores. En vista de que el rendimiento previsto sobre el efectivo continuó aumentando al adentrarnos en el nuevo año, sus efectos pasaron a tener un mayor calado ante la oferta de nuevas inversiones competidoras que era necesario asimilar. El pájaro en mano brindó algo que no había ofrecido desde hace largo tiempo: rendimiento. Ello se tradujo en un aumento de la correlación entre las acciones y los bonos en un entorno en el que ambas clases de activos obtuvieron un rendimiento inferior.

En consonancia con los patrones históricos, la renta variable defensiva cosechó una rentabilidad superior a los valores cíclicos no relacionados con las materias primas y a los valores de crecimiento durante este periodo. En términos históricos, los inversores han tendido a pasar de invertir en activos que ofrecen un perfil de remuneración superior pero que revisten un elevado grado de dificultad (p. ej., empresas que no son rentables y cuentan con un modelo de negocio difícil de entender) a invertir en activos que brindan un perfil de remuneración inferior pero que presentan una dificultad menor (p.ej., empresas con beneficios demostrables y sostenibles). Continuando con la fábula, el pájaro sumamente delicioso que surca los cielos y resulta difícil de atrapar pasa a resultar menos apetitoso. Los inversores se decantan por pájaros más fáciles de cazar, generalmente en forma de empresas que presentan un mayor grado de certidumbre en lo que respecta a sus beneficios a largo plazo. En MFS, solemos preferir este tipo de compañías y las denominamos “valores que revisten un menor grado de dificultad”. Otros emplean el término de “valores de calidad”, que también utilizamos.

Elaborar una hoja de ruta

El marcado aumento de los tipos de interés ha provocado un cambio de tendencia, y ahora el pájaro en mano alberga valor y competirá por el capital de los inversores. Simplificando, vamos a proceder a sopesar la situación y elaborar una hoja de ruta. La subida de los tipos de interés a corto plazo podría conllevar un incremento de las correlaciones entre las clases de activos. No solo cabe la posibilidad de que las acciones y los bonos pasen a presentar una mayor correlación, sino que estilos como los de crecimiento y valor podrían mostrar una mayor sincronización que en el pasado. De ser así, la brecha de rentabilidad entre las clases de activos debería resultar menos marcada que en los últimos años.

A nuestro juicio, deberíamos hacer hincapié en la calidad de los activos que mantenemos en cada categoría, en lugar de en la categoría en sí misma. Por ende, la selección de valores revestirá una importancia fundamental. La visibilidad y el grado de certidumbre que presente el flujo de caja tanto de la acción concreta de crecimiento o valor como de los bonos específicos de alta calidad o alto rendimiento será lo que realmente importará, no la clase de activos general en la que se inscriban.

 

Columna de Robert M. Almeida, gestor de carteras y estratega de inversión mundial en MFS Investment Management.

 

Información importante:

Las opiniones expresadas pertenecen al autor o autores y pueden variar en cualquier momento. Dichas opiniones se ofrecen exclusivamente a título informativo y no deberán considerarse una recomendación para comprar ningún título ni una incitación o asesoramiento de inversión. Las previsiones no están garantizadas.

A no ser que se indique lo contrario, los logotipos y los nombres de productos y servicios son marcas comerciales de MFS® y sus filiales, y pueden estar registrados en determinados países. Distribuido por: EE. UU. – MFS Investment Management; América Latina – MFS International Ltd.; Canadá – MFS Investment Management Canada Limited. Ninguna comisión de valores o autoridad reguladora similar en Canadá ha revisado este comunicado.

Se ruega tener en cuenta que en Europa y Asia-Pacífico, este documento está destinado exclusivamente para su distribución a profesionales de la inversión y clientes institucionales. Nota para los lectores del Reino Unido y Suiza: Publicado en el Reino Unido y Suiza por MFS International (U.K.) Limited (“MIL UK”), sociedad de responsabilidad limitada inscrita en Inglaterra y Gales con el número 03062718, cuyo negocio de inversión está autorizado y supervisado en el Reino Unido por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA). MIL UK, filial indirecta de MFS® , tiene su domicilio social en One Carter Lane, Londres, EC4V 5ER. Nota para los lectores europeos (con la excepción del Reino Unido y Suiza): Publicado en Europa por MFS Investment Management (Lux) S.à r.l. (MFS Lux), sociedad autorizada en virtud de la legislación luxemburguesa como sociedad gestora de fondos domiciliados en Luxemburgo.

La sociedad ofrece productos y servicios de inversión a inversores institucionales y tiene su domicilio social como sociedad limitada en 4 Rue Albert Borschette, Luxemburgo L-1246. Tel.: 352 2826 12800. Este material no debe ser transmitido o distribuido a personas que no sean inversores profesionales (según lo autoricen las normativas locales) y no debe considerarse fiable ni distribuirse a personas cuando dicha consideración o distribución contravengan la normativa local. Singapur – MFS International Singapore Pte. Ltd. (CRN 201228809M); Australia/Nueva Zelanda – MFS International Australia Pty Ltd (“MFS Australia”) posee una licencia de servicios financieros de Australia (número 485343). MFS Australia está regulada por la Comisión de Valores e Inversiones de Australia; Hong Kong – MFS International (Hong Kong) Limited (“MIL HK”), una sociedad de responsabilidad limitada autorizada y regulada por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong (la “SFC”). MIL HK está autorizada para realizar operaciones con valores y actividades reguladas de gestión de activos y puede ofrecer determinados servicios de inversión a “inversores profesionales”, según se definen en la Ordenanza de Valores y Futuros (“SFO”). Para inversores profesionales en China – MFS Financial Management Consulting (Shanghai) Co., Ltd. 2801-12, 28th Floor, 100 Century Avenue, Shanghai World Financial Center, Shanghai Pilot Free Trade Zone, 200120, China, una sociedad de responsabilidad limitada china registrada para ofrecer servicios de asesoramiento de gestión financiera. Japón – MFS Investment Management K.K. está registrada como Operador de Negocios de Instrumentos Financieros ante el Kanto Local Finance Bureau (FIBO) con el n.º 312, miembro de la Investment Trust Association y de la Investment Advisers Association, Japón. Dado que las comisiones a cargo de los inversores varían en función de circunstancias tales como los productos, los servicios, el periodo de inversión y las condiciones del mercado, el importe total y los métodos de cálculo no pueden revelarse por adelantado. Todas las inversiones implican riesgos, incluidas las fl uctuaciones del mercado, y los inversores pueden perder el capital invertido. Los inversores deben obtener y leer cuidadosamente el folleto y/o el documento establecido en el artículo 37-3 de la Ley de Instrumentos Financieros y Bolsas de Valores antes de realizar cualquier inversión. Considero que los fundamentales de las empresas, con independencia de que invirtamos en acciones o en bonos, representarán los principales catalizadores de las rentabilidades de los inversores. En mi opinión, la hoja de ruta que debemos seguir en términos de construcción de carteras pasa por mantener activos de calidad y generadores de flujos de caja, sin importar su estilo o categoría. Este es el enfoque que he adoptado a la hora de posicionar las estrategias que gestiono para los clientes de MFS.