¿Y si la gestión de activos pudiera innovar tan rápido como Netflix?

  |   Por  |  0 Comentarios

Serm_Tham2
Foto cedida. Serm Tham

Vivimos en un mundo digital en el que nuestro día a día se ha visto impactado por la revolución digital. Pongamos como ejemplo la reproducción de vídeo en streaming: ahora tenemos una amplia variedad de elecciones en televisión y a la carta siempre que queramos, y damos por hecho que plataformas de reproducción de vídeo como Netflix son capaces de adaptarse al ritmo de nuestras demandas como consumidores. Verdaderamente, la razón por la que líderes tecnológicos como Netflix se han convertido en una parte ubicua de nuestras vidas es su capacidad para innovar constantemente su oferta y mejorar la experiencia del usuario. Lo que les diferencia es la rapidez con la que pueden lanzar constantemente nuevos productos y funcionalidades, sin interrumpir su servicio.  

Comparemos ahora este modelo con la forma de operar en el sector de la gestión de activos, donde a día de hoy las gestoras de fondos siguen necesitando semanas o incluso meses para desarrollar nuevos códigos con los que dar soporte al lanzamiento de un nuevo producto o cumplir con nuevas regulaciones. Mientras tanto, plataformas como Netflix consiguen hacerlo continuamente, al disponer de ingenieros que están desarrollando códigos cientos de veces al día, maximizando la agilidad y acelerando la innovación.

Una nueva era de innovación en la gestión

Al final, todo esto va de la gestión del cambio. Ahora estamos al comienzo de una nueva era de innovación en la gestión de activos que se verá impulsada de aquí en adelante por la transformación digital del sector gracias a la aparición de plataformas de tecnologías abiertas que permitirán un incremento masivo del ritmo de aplicación del cambio y la innovación. Es un proceso que ya está pasando en el mundo bancario, y revolucionará la manera en que se implementa la tecnología en la gestión de fondos.

La gestión de activos ha ido durante demasiado tiempo por detrás de otros servicios financieros, pero ahora está cambiando. En el centro de esta transformación digital está el movimiento de transición desde los antiguos sistemas tecnológicos propietarios, que requieren largos desarrollos y ciclos de actualizaciones, hacia una arquitectura moderna que permita metodologías más ágiles en las que se puedan desarrollar cambios continuamente, integrándolos y movilizándolos hacia las operaciones.

Los costes ascendentes de desarrollo y mantenimiento que generan los sistemas que han sido heredados por haber sido desarrollados in-house, junto con la necesidad de estar al día con las expectativas del consumidor, ya ha llevado a los bancos a demandar cada vez más soluciones innovadoras, flexibles y eficientes en costes. Ahora estamos a punto de ver una adopción mucho más extendida de este enfoque en la gestión de activos.

A este respecto, es clave la integración creciente de tecnologías en la nube, que permitirá a los administradores de fondos escalar rápidamente y con flexibilidad sus negocios, al tiempo que son capaces de transferir costes más bajos de tenencia, tiempos de respuesta más ajustados y un mejor acceso a datos. Los beneficios de volverse nativos de la nube son significativos, ya que se pueden ahorrar hasta diez veces más en infraestructura y generar respuestas cien veces más rápidas.

También se está acabando el tiempo de las migraciones complejas de TI, a medida que las gestoras de fondos van adoptando arquitecturas de microservicios, que construyen y entregan proyectos de TI como una serie de componentes pequeños e independientes. Cada componente tiene un propósito único y específico y encaja con otros componentes, como building blocks, para crear un proyecto mayor. Esto representa una transición desde las actualizaciones rígidas y monolíticas de TI a otras en las que los componentes individuales pueden ser reemplazados o actualizados individualmente, con lo que se consigue generar un ROI tangible en cada paso del proceso.

Otra tecnología clave para impulsar esta nueva fase de transformación digital es la adopción por parte de las gestoras de fondos de APIs (acrónico en inglés de interfaces de programación de aplicaciones), que sirven para conectar los servicios de la firma con un usuario externo o distribuidores terceros al permitirles el acceso controlado a datos. Uber es un buen ejemplo de uso de APIs: integra servicios de mapas y localizaciones de Google, junto con servicios de pago con tarjeta a través de APIs, y después usa más APIs para poder conectar a conductores y pasajeros. En el mundo de la banca, las APIs son tecnologías ya testadas, que han transformado la manera en la que compañías de este segmento proporcionan servicios a los clientes.

Adoptar APIs abiertas permitirá a la industria de gestión de activos conectar con un ecosistema más amplio de proveedores de tecnología financieros y no financieros y apalancar sus aplicaciones e innovaciones para crear nuevos productos y funcionalidades con los que acelerar el mercado. La compatibilidad está estandarizada, de manera que la colaboración con esta amplia comunidad de desarrolladores se puede hacer de forma más rápida, fácil y con menores riesgos.

La IA explicable es otra de las áreas que pueden revolucionar la gestión de activos, gracias a su capacidad para dar mayor transparencia y mejor entendimiento de las decisiones automatizadas de IA (Inteligencia Artificial) para automatizar procesos manuales y crear customer journeys sin interrupciones. Al mismo tiempo, la IA explicable reducirá el riesgo regulatorio, al proveer una ruta de auditoría clara a los reguladores.

Todos estos cambios en la tecnología moderna serán transformadores para la industria de gestión de activos. En el futuro próximo, las gestoras de fondos serán capaces de abandonar los tiempos rígidos de lanzamiento y ciclos lentos de producción para introducir múltiples cambios en respuesta a las peticiones de clientes sobre regulaciones en cuestión de horas, y para dar soporte al lanzamiento de nuevos productos en días, en vez de en semanas.

Esta transformación requería repensar con profundidad y perspectiva la forma en que las gestoras se apalancan en la tecnología. Hasta la actualidad, la atención se ha puesto principalmente en costes y eficiencias. Ahora, la pregunta clave que las gestoras necesitan empezar a hacerse es: “¿Cómo seré capaz de competir contra aquellos que sean capaces de generar la agilidad e innovación de un Netflix?”.

 

 

 

Tribuna de opinión de Sern Tham, Director de Producto de Temenos Multifonds.

 

 

 

Puede consultar otros contenidos de Temenos sobre innovación en la gestión de activos aquí

 

Exuberancia racional: argumentos a favor de una recuperación en forma de K

  |   Por  |  0 Comentarios

Ralph (Ravi) Kayden Curve Glass Unsplash
Pixabay CC0 Public DomainRalph (Ravi) Kayden. Ralph (Ravi) Kayden

En un momento en el que las bolsas se mueven cerca de sus máximos históricos, algunos inversores se preguntan si hemos llegado a niveles que sería mejor calificar de “irracionales”. Sin embargo, los acontecimientos se sitúan dentro de los límites de la racionalidad. A tenor de las condiciones existentes en los mercados, se da una situación en la que los actores del mercado están comportándose lógicamente, hasta el punto de generar divergencias inusuales en el valor de las inversiones. Eso está creando una economía a dos velocidades con ganadores y perdedores: la recuperación “en forma de K”.

Exuberancia irracional con un toque novedoso

El expresidente de la Reserva Federal de EE.UU. Alan Greenspan se hizo famoso por describir las fuertes alzas de los mercados durante la burbuja puntocom de finales de la década de 1990 con el término “exuberancia irracional”. Una generación después, este concepto ha vuelto con un toque novedoso y, en este caso, alimentado por el propio banco central estadounidense.

Está íntimamente ligado a otro concepto asociado a Greenspan, la “put de la Fed”, que se acuñó por primera vez durante el hundimiento bursátil de 1987 pero volvió a cobrar protagonismo con su sucesor, Ben Bernanke. Durante el mandato de Bernanke, era sinónimo de una red de seguridad por la que el banco central compraría deuda pública a precios elevados con el fin de reducir el tipo de los fondos de la Fed.

Actualmente, los grandes bancos centrales de todo el mundo están comprando una amplia gama de activos a una escala casi inabarcable. Se puede observar un nivel similar de amplificación del gasto en el plano fiscal, donde en algunos casos los crecientes déficits presupuestarios han compensado con creces el impacto de la recesión derivada de la COVID-19. Un ejemplo es la gran cantidad de desempleados estadounidenses que han visto cómo sus rentas aumentaban durante el confinamiento, superando lo que ganaban en su anterior trabajo.

Fidelity International

De ZIRP a FOMO y de ahí a TINA: los motores de la recuperación en forma de K

Nos enfrentamos a una situación extraña en la que el pensamiento económico convencional no puede explicar muchas de las tendencias imperantes: políticas de tipos de interés cero y negativos (ZIRP y NIRP, por sus iniciales en inglés), rentas disponibles al alza, aumentos de los déficits comerciales durante la recesión y máximos históricos en los mercados que ocurren mientras los beneficios se contraen a tasas récord.

Algunos de estos acontecimientos son temporales mientras que otros serán más duraderos, pero en general no tienen precedentes y carecen de lógica. La coincidencia de este mercado alcista con la caída de los beneficios ha sido posible gracias al entorno de tipos de interés cero, que está tirando al alza de las valoraciones. Los inversores están sumándose a esta huida hacia adelante para beneficiarse de las alzas de los mercados movidos por el miedo a quedarse fuera de las ganancias (Fear of Missing Out o FOMO) y, a tenor de los rendimientos tan bajos que ofrecen los bonos, muchos inversores creen que no existe alternativa (There Is No Alternative o TINA) a la inversión en bolsa. Esos son los parámetros definitorios clave de este mercado y probablemente se mantengan así durante algún tiempo.

Aun a riesgo de abrumar al lector con acrónimos y letras, algunos piensan que estamos ante una recuperación “en forma de M”, donde el momentum está provocando un fuerte rebote. Por el contrario, yo creo que habrá dos desenlaces claramente diferenciados: los que saldrán bien parados de la COVID-19 y los que saldrán mal parados, lo que denomino la recuperación “en forma de K”.

Ganadores y perdedores de la pandemia

A medida que los inversores se fijen en lo que hay debajo del barniz de la intervención fiscal y monetaria, las corrientes subyacentes se volverán mucho más acusadas. Las recesiones son potentes vectores de cambio, capaces de invertir tendencias completamente o acelerarlas. Antes de esta crisis, la digitalización ya era una fuerza notable, pero ahora ha cobrado impulso rápidamente. Hay empresas que están beneficiándose por dos vías de la digitalización: primero, por tener ya la infraestructura lista para absorber el aumento de la demanda (por ejemplo, empresas con acceso a almacenamiento en la nube, la cual puede modular la capacidad con facilidad); y segundo, por la reducción de los costes, como el descenso de los gastos de viaje y representación o los ahorros derivados de la optimización de espacios gracias al trabajo en remoto.

En el otro extremo del espectro se encuentran aquellas empresas con modelos de negocio diseñados para el “viejo mundo”: establecimientos comerciales tradicionales, empresas de combustibles fósiles y un largo etcétera. Este elenco de empresas en fuera de juego explica por qué existe tal divergencia en las valoraciones bursátiles. Es algo más que un mero debate entre crecimiento e infravaloración; es un salto generacional del viejo mundo al nuevo. 

Fidelity International

La discriminación volverá a las valoraciones

En un entorno de crecimiento económico bajo y rendimientos en mínimos, el capital compite por el crecimiento y las rentas. Estas características son cada vez más escasas y probablemente siga siendo así, lo que empujará aún más a los inversores —de forma bastante racional— a buscar títulos que ofrezcan crecimiento y rentas, a veces con valoraciones desorbitadas.

A medida que el brote del virus va sacando a la luz las vulnerabilidades de las empresas y sectores, muchos de estos inversores ahora están aplicando un filtro de calidad a su selección de valores. Las empresas con elevadas calificaciones de sostenibilidad generalmente reúnen los requisitos. Estas empresas se dedican a buscar un crecimiento sostenible, lo que puede reducirse de forma efectiva a una combinación de factores de calidad y crecimiento.

Pero el gran problema es la valoración. Estas compañías con crecimientos sostenibles presentan efectivamente perfiles financieros sólidos, pero los inversores las están comprando casi a cualquier precio. A medida que empiece a reafirmarse el escenario en K, esta vez en las rentabilidades previstas, preveo que la discriminación de las valoraciones volverá al primer plano. A corto plazo, la abundante liquidez hará oscilar a los mercados, pero los beneficios serán la vara con la que se medirá la evolución a largo plazo.

Fidelity International

El escenario de recuperación en K también vale para las acciones infravaloradas: empresas que cotizan con múltiplos bajos y en estos momentos muestran descuentos históricos frente a los títulos de crecimiento. Están surgiendo dos grupos dentro del segmento de acciones infravaloradas: los que tendrán que luchar para sobrevivir y los que pueden prosperar.

Las empresas de combustibles fósiles y los bancos con importantes redes de oficinas están perdiendo relevancia y se encuentran en declive. Las empresas del sector industrial, los fabricantes de productos duraderos e incluso algunas aerolíneas de bajo coste podrían sorprender gratamente a los inversores con su recuperación, sobre todo a rebufo de las políticas fiscales y monetarias expansivas. Los estímulos fiscales ayudarán a reparar los daños económicos provocados por la pandemia, mientras que la relajación monetaria ayudará al mercado a seguir subiendo.

Han pasado 24 años desde que se acuñara el término “exuberancia irracional” y, aunque todavía no he agotado las 27 letras del abecedario con acrónimos y nuevas designaciones para la recuperación, lo que estamos experimentando se encuentra dentro de los límites de la racionalidad, por exagerada que parezca.

Columna de Romain Boscher, CIO global de renta variable en Fidelity International.

 

Información importante

El valor de las inversiones y las rentas derivadas de ellas pueden bajar o subir y el inversor puede recibir menos de lo que invirtió inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicador fiable de los resultados futuros. Este documento tiene una finalidad exclusivamente informativa y está destinado exclusivamente a la persona o entidad a la que ha sido suministrado.

Este documento no constituye una distribución, una oferta o una invitación para contratar los servicios de gestión de inversiones de Fidelity, o una oferta para comprar o vender o una invitación a una oferta de compra o venta de valores o productos de inversión. Fidelity no garantiza que los contenidos de este documento sean apropiados para su uso en todos los lugares o que las transacciones o servicios comentados estén disponibles o sean apropiados para su venta o uso en todas las jurisdicciones o países o por parte de todos los inversores o contrapartes. 

Se informa a los inversores de que las opiniones expresadas pueden no estar actualizadas y pueden haber sido tenidas ya en cuenta por Fidelity. Son válidas únicamente en la fecha indicada y están sujetas a cambio sin previo aviso. Este documento ha sido elaborado por Fidelity International. No puede reproducirse o difundirse a ninguna otra persona sin permiso expreso de Fidelity. Esta comunicación no está dirigida a personas que se encuentren en los EE.UU. y no debe ser tenida en cuenta por dichas personas. Está dirigida exclusivamente a personas que residen en jurisdicciones donde los fondos correspondientes se hayan autorizado para su distribución o donde no se requiere dicha autorización.

Todas las personas que accedan a la información lo harán por iniciativa propia y serán responsables de cumplir con las leyes y reglamentos nacionales aplicables, debiendo además consultar con sus asesores profesionales. Estos contenidos podrían contener materiales de terceros que son suministrados por empresas que no mantienen ningún vínculo accionarial con ninguna entidad de Fidelity (contenido de terceros). Fidelity no ha participado en la redacción, aprobación o revisión de estos materiales de terceros y no apoya o aprueba sus contenidos explícita o implícitamente.

Fidelity International es el nombre del grupo de empresas que forman la sociedad internacional de gestión de activos que ofrece productos y servicios en jurisdicciones específicas fuera de Norteamérica. Fidelity, Fidelity International, el logo de Fidelity International y el símbolo F son marcas registradas de FIL Limited. Fidelity sólo informa sobre sus productos y servicios y no ofrece consejos de inversión o recomendaciones basados en circunstancias personales.

Recomendamos obtener información detallada antes de tomar cualquier decisión de inversión. Las inversiones deben realizarse exclusivamente teniendo en cuenta la información contenida en el folleto vigente y el documento de datos fundamentales para el inversor (DFI), que están disponibles gratuitamente junto con los informes anuales y semestrales más recientes a través de nuestros distribuidores y nuestro Centro Europeo de Atención al Cliente en Luxemburgo: FIL (Luxembourg) S.A. 2a, rue Albert Borschette BP 2174 L-1021 Luxemburgo o en esta misma página web. Fidelity Funds (“FF”) es una sociedad de inversión de capital variable (UCITS) con sede en Luxemburgo y diferentes clases de acciones. Publicado por FIL (Luxembourg) S.A., entidad autorizada y supervisada por la Comisión de Vigilancia del Sector Financiero de Luxemburgo (CSSF).

 

El futuro de las oficinas en un mundo post-coronavirus

  |   Por  |  0 Comentarios

paper-3213924_1920
Pixabay CC0 Public Domain. Jupiter AM nombra seis nuevos analistas para sus equipos de estrategias de inversión

A medida que los inversores empiezan a comprender el COVID-19, a muchos les preocupa que la reciente tendencia del teletrabajo reduzca la necesidad de espacios de oficinas. Ya hay informes de que varios negocios están reevaluando sus planes inmobiliarios a largo plazo.1 Incluso el presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció el pasado junio ante el Congreso que el COVID-19 ha acelerado los cambios que ya estaban ocurriendo en el espacio de trabajo.2 «La pandemia reveló cuántas oficinas estaban siendo gestionadas como reliquias del siglo 20», declaró recientemente The Economist.3

En este artículo, nos centramos principalmente en Estados Unidos, no solo por la importancia del país para los inversores en real estate, sino también por la abundancia de datos recientes sobre el espacio de oficinas en EE.UU. Sin embargo, sospechamos que algunas de nuestras visiones podrían ser trasladables a otros países.

Después de todo, la mayoría de los oficinistas del mundo se conectaron virtualmente durante el confinamiento. En Estados Unidos y en otros lugares, los empleados demostraron que el trabajo puede hacerse incluso en un entorno totalmente remoto gracias a los avances en la digitalización de las últimas décadas. La mayoría se adaptaron a los inconvenientes de la nueva rutina laboral, como las limitaciones de conectividad y las restricciones del espacio doméstico.

Usamos la palabra «rutina» deliberadamente. Según una influyente teoría sobre el cambio económico, las organizaciones aprenden y recuerdan haciendo4. Cuando el entorno empresarial es bastante estático, las rutinas mejoran, siguiendo un camino trillado de pequeños retoques. Las ganancias de eficiencia adicionales se exprimen de las prácticas de trabajo establecidas. Un buen ejemplo es que, en la última década, hemos visto aumentar sustancialmente la densidad de oficinas. Según nuestras estimaciones, el espacio medio utilizado por empleado disminuyó casi un 10% de 2009 a 2019. Las organizaciones han asignado cada vez menos metros cuadrados a los puestos de trabajo individuales.5

Una pandemia mundial es exactamente el tipo de acontecimiento inesperado que puede hacer que las organizaciones cambien repentinamente de dirección, con consecuencias duraderas. Una cuestión importante es si los trabajadores van a volver al entorno tradicional de la oficina o si preferirán un trabajo más remoto. Creemos que eso dependerá en gran medida de dos factores: su voluntad y su capacidad para trabajar a distancia. En nuestra opinión, esto guiará en última instancia las decisiones de las empresas sobre la asignación del espacio en los próximos años.

Por lo que estamos viendo, es probable que el teletrabajo se adopte solo parcialmente una vez que la pandemia haya terminado. Hay muchas encuestas recientes que han analizado los deseos de los empleados de EE.UU. Gensler, una firma de arquitectos, encuestó a más de 2.300 oficinistas a tiempo completo en compañías de 100 o más personas entre el 16 de abril y el 4 de mayo. Descubrió que solo el 12% quiere trabajar desde casa a tiempo completo y otro 18% quiere hacerlo tres o cuatro días. Antes de esta experiencia, solo uno de cada 10 oficinistas estadounidenses había teletrabajado regularmente, y menos de un tercio anteriormente tenía la opción de hacerlo. La investigación mostró que la gente quiere volver a la oficina de forma abrumadora, pero le gustaría ver cambios significativos.6

Una encuesta de GWL Realty Advisors reveló que el 40% de los oficinistas creen que el trabajo desde casa es menos productivo, y la mayoría desea volver a la oficina cuando se supere la crisis del COVID-19. Muchos han encontrado cosas que les gustan en los tiempos inusuales de la pandemia, ya sea evitar un viaje al trabajo, pasar más tiempo con la familia, o ser capaces de centrarse en su trabajo de forma más efectiva.

Sin embargo, el teletrabajo también ha creado desafíos de productividad7. Entre los problemas que se presentan cuando se trabaja desde casa, se encuentran la conectividad lenta y poco clara, la falta de equipos y la incapacidad de colaborar con los colegas. Según la encuesta de GWLRA, el 42% descubrieron que eran más productivos en casa, aunque a un precio. Además, el 22% de los que teletrabajaban hacían más, simplemente porque trabajaban más horas.7

La capacidad de trabajar a distancia también depende de la voluntad de las empresas y de las limitaciones funcionales que no permiten un trabajo sostenido desde el hogar (por ejemplo, las regulaciones de la SEC y las limitaciones de compliance). En algunos empleos, el teletrabajo puede aumentar el riesgo de fugas de datos y la seguridad.

Un análisis reciente revela que solo el 37% de los trabajos en los EE.UU. se pueden realizar completamente en casa, con una variación significativa entre ciudades e industrias8. Según la encuesta sobre el uso del tiempo en Estados Unidos de 2018, menos de una cuarta parte de los trabajadores a tiempo completo trabajaron en su totalidad desde casa en un día promedio. Hay una variación significativa entre las ciudades e industrias, como muestra la tabla.

DWS oficinas

 

Tribuna de Kevin White, co-director global de análisis y estrategia de alternativos, y Liliana Diaconu, responsable de análisis y estrategia de real estate, de DWS

Para leer su artículo completo, diríjase a este enlace.

 

1. https://www.economist.com/briefing/2020/09/12/covid-19-has-forced-a-radical-shift-in-working-habits

2. https://www.federalreserve.gov/newsevents/testimony/powell20200616a.htm

3. https://www.economist.com/leaders/2020/09/12/is-the-office-finished

4. Nelson, R. and Winter, S., 1982, An Evolutionary Theory of Economic Change, Harvard University Press, pp. 96 – 136.

5. CBRE Group Inc. as of July 2020

6. Gensler Research Institute as of March 2020

7. GWL Realty Advisors Inc. Survey as of May 2020

8. https://brentneiman.com/research/DN.pdf

 

For institutional investors only. Further distribution of this material is strictly prohibited. For institutional investor use and registered representative use only. Not for public viewing or distribution.

DWS and FundsSociety are not affiliated.

Important risk information

Alternative investments may be speculative and involve significant risks including illiquidity, heightened potential for loss and lack of transparency. Alternatives are not suitable for all clients. This information is subject to change at any time, based upon economic, market and other considerations and should not be construed as a recommendation. Past performance is not indicative of future returns. Forecasts are based on assumptions, estimates, opinions and hypothetical models that may prove to be incorrect.Investments are subject to various risks, including market fluctuations, regulatory change, possible delays in repayment and loss of income and principal invested. The value of investments can fall as well as rise and you may not recover the amount originally invested at any point in time. Furthermore, substantial fluctuations of the value of the investment are possible even over short periods of time.

This publication contains forward looking statements. Forward looking statements include, but are not limited to assumptions, estimates, projections, opinions, models and hypothetical performance analysis. The forward looking statements expressed constitute the author’s judgment as of the date of this material. Forward looking statements involve significant elements of subjective judgments and analyses and changes thereto and/or consideration of different or additional factors could have a material impact on the results indicated. Therefore, actual results may vary, perhaps materially, from the results contained herein. No representation or warranty is made by DWS as to the reasonableness or completeness of such forward looking statements or to any other financial information contained herein.

War, terrorism, economic uncertainty, trade disputes, public health crises (including the recent pandemic spread of the novel coronavirus) and related geopolitical events could lead to increased market volatility, disruption to U.S. and world economies and markets and may have significant adverse effects on the fund and its investments.

The brand DWS represents DWS Group GmbH & Co. KGaA and any of its subsidiaries such as DWS Distributors, Inc. which offers investment products or Deutsche Investment Management Americas Inc. and RREEF America L.L.C. which offer advisory services.

Certain DWS investment products and services may not be available in every region or country for legal or other reasons, and information about these products or services is not directed to those investors residing or located in any such region or country.

The material was prepared without regard to the specific objectives, financial situation or needs of any particular person who may receive it. It is intended for informational purposes only and it is not intended that it be relied on to make any investment decision. It is for professional investors only. It does not constitute investment advice or a recommendation or an offer or solicitation and is not the basis for any contract to purchase or sell any security or other instrument, or for

DWS and its affiliates to enter into or arrange any type of transaction as a consequence of any information contained herein.

Investments are subject to various risks, including market fluctuations, regulatory change, possible delays in repayment and loss of income and principal invested. The value of investments can fall as well as rise and may not recover the amount originally invested at any point in time. Furthermore, substantial fluctuations of the value of the investment are possible even over short periods of time.

DWS and its affiliates do not provide accounting, tax or legal advice and investors should consult their own advisors with respect to their particular circumstances.

For investors in Peru / Argentina / Chile: Without limitation, this document does not constitute an offer, an invitation to offer or a recommendation to enter into any transaction neither does it constitute the offer of securities or funds. The offer of any services and/or securities or funds will be subject to appropriate local legislation and regulation.

Additional disclaimer for Chile: This private offer commences on current date and it avails itself of the General Regulation No. 336 of the Superintendence of Securities and Insurances, currently the Financial Markets Commission. This offer relates to securities not registered with the Securities Registry or the Registry of Foreign Securities of the Commission for the Financial Markets Commission, and therefore such shares are not subject to oversight by the latter. Being unregistered securities, there is no obligation on the issuer to provide public information in Chile regarding such securities; and these securities may not be subject to a public offer until they are registered in the corresponding Securities Registry.

La presente oferta privada toma vigencia el date y está sujeta al Reglamento General No. 336 de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), conocida como la Comisión de Mercados Financieros (CMF). Esta oferta cubre aquellos instrumentos que no están registrados en el Registro de Valores o Registro de Valores Extranjeros de la Comisión de Mercados Financieros (CMF), por lo tanto, dichas acciones no están sujetas bajo la supervisión de la CMF. Debido a que no están registrados, el emisor no tiene la obligación de proporcionar información sobre dichos instrumentos en Chile, los mismos no pueden ser ofrecidos bajo una oferta pública hasta que estén registrados en el Registro de Valores que corresponde.

Additional disclaimer for Peru: The Products have not been registered before the Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) and are being placed by means of a private offer. SMV has not reviewed the information provided to the investor. This Prospectus is only for the exclusive use of institutional investors in Peru and is not for public distribution

For investors in Argentina: Without limitation, this document does not constitute an offer, an invitation to offer or a recommendation to enter into any transaction neither does it constitute the offer of securities or funds. The offer of any services and/or securities or funds will be subject to appropriate local legislation and regulation.

For investors in Mexico: The funds have not been and will not be registered with the National Registry of Securities, maintained by the Mexican National Banking Commission and, as a result, may not be offered or sold publicly in Mexico. The fund and any underwriter or purchaser may offer and sell the funds in Mexico, to institutional and Accredited Investors, on a private placement basis, pursuant to Article 8 of the Mexican Securities Market Law.

Without limitation, this document does not constitute an offer, an invitation to offer or a recommendation to enter into any transaction neither does it constitute the offer of securities or funds. The offer of any services and/or securities or funds will be subject to appropriate local legislation and regulation.

For investors in Brazil: The shares in the Fund may not be offered or sold to the public in Brazil. Accordingly, the shares in the Fund have not been nor will be registered with the Brazilian Securities Commission – CVM nor have they been submitted to the foregoing agency for approval. Documents relating to the [shares in the Fund], as well as the information contained therein, may not be supplied to the public in Brazil, as the offering of shares in the Fund is not a public offering of securities in Brazil, nor used in connection with any offer or subscription or sale of securities to the public in Brazil.

For investors in Uruguay: The sale of the [Products] qualifies as a private placement pursuant to section 2 of Uruguayan law 18,627. The Products must not be offered or sold to the public in Uruguay, except in circumstances which do not constitute a public offering or distribution under Uruguayan laws and regulations. The [Products] are not and will not be registered with the Financial Services Superintendency of the Central Bank of Uruguay.

For investors in Brazil: The shares in the Fund may not be offered or sold to the public in Brazil. Accordingly, the shares in the Fund have not been nor will be registered with the Brazilian Securities Commission – CVM nor have they been submitted to the foregoing agency for approval. Documents relating to the shares in the Fund, as well as the information contained therein, may not be supplied to the public in Brazil, as the offering of shares in the Fund is not a public offering of securities in Brazil, nor used in connection with any offer or subscription or sale of securities to the public in Brazil.

© 2020 DWS Group GmbH & Co. KGaA. All rights reserved. I-078705-1 (10/20)  ORIG: R-078566-1

Inteligencia artificial: una prometedora oportunidad de inversión a escala mundial

  |   Por  |  0 Comentarios

gears-1236578_1920
Pixabay CC0 Public Domain. Rentamarkets amplía su gama de renta fija con Rentamarkets Pulsar FIL

«¿Puede una máquina pensar?» preguntó Alan Turing en 1950 (en su trabajo «Computing Machinery and Intelligence»). Esta es la primera aparición de la inteligencia artificial (IA) mucho antes de que se acuñara el término. Después de un largo período de decepciones, las condiciones hoy en día sí están maduras, al menos eso creemos, para que la IA cumpla con sus promesas iniciales gracias al tremendo aumento de la potencia de computación, la explosión de la generación y tratamiento de datos, los avances en la ciencia cognitiva y el significativo aumento de científicos de datos formados en universidades de todo el mundo.

Como resultado, las tecnologías actuales posibilitan que las máquinas desarrollen las funciones cognitivas de las sensaciones (por medio de sensores); el concepto (por aprendizaje profundo) y la intención (por inferencia). En pocas palabras, la inteligencia artificial es la ciencia de los algoritmos de software de autoaprendizaje que ejecutan tareas que hasta ahora eran típicamente realizadas por los humanos. Con el tiempo, estas máquinas estarán equipadas para tomar más decisiones, ayudándonos a dedicar más tiempo al pensamiento de orden superior.

La inteligencia artificial ya está a nuestro alrededor. A diario, la usamos sin pensar más en ella: algoritmos de búsqueda de Google, Alexa y Siri para dar órdenes de voz para ayudar en nuestra vida diaria, Netflix y Spotify para determinar nuestro gusto por el cine y la música. La inteligencia artificial ya está permitiendo una medicina más personalizada y planes de tratamiento en la atención sanitaria. El reconocimiento facial, de voz y de huellas dactilares también se están volviendo más comunes.

Incluso en el sector financiero, la inteligencia artificial evoluciona a estos niveles. Se han creado índices especiales para esta tendencia en curso: el STOXX AI ya ha generado un rendimiento superior significativo (frente al MSCI World) desde su lanzamiento a finales de 2013. Es notable que este rendimiento superior se ha ampliado desde mediados de 2016, coincidiendo con el momento en que fue posible identificar claramente algunas empresas basadas en el tema de la inteligencia artificial.

En el futuro, creemos que habrá una creciente comunicación de las empresas que cotizan en bolsa sobre la inteligencia artificial. Como inversores, vemos nuestro papel en la distinción entre el bombo y la realidad, y en el desarrollo y la comprensión de hasta qué punto la inteligencia artificial puede realmente contribuir al valor para el accionista.

En ODDO BHF Asset Management hemos creado una nueva forma de gestión: un nuevo fondo temático que integra la inteligencia artificial en su proceso de inversión a través de algoritmos basados en big data, supervisado y coordinado por un equipo dedicado de experimentados gestores de cartera. Este fondo representa una innovación revolucionaria en la gestión de activos.

Hemos establecido un proceso de inversión que combina la inteligencia artificial y nuestra larga experiencia en la gestión cuantitativa de acciones con el objetivo de proporcionar a nuestros clientes una solución innovadora para la generación de alfa a largo plazo. El algoritmo analiza el universo del fondo basándose en noticias, hechos y cifras, compilando una lista de más de 300 acciones. Los gestores reducen entonces esta preselección a 60 empresas aplicando un modelo cuantitativo propio y un control de la calidad.

Desde ODDO BHF invertimos no solo en empresas que se dedican a la digitalización, la automatización, la inteligencia artificial y la robótica, sino también en empresas que se benefician directamente de estos factores. El fondo no es puramente tecnológico: una parte de él se invierte en valores tecnológicos, pero también invierte en empresas de todos los sectores que utilizan esas tecnologías. Con las herramientas inteligentes, las empresas trabajan de manera más eficiente y a veces ahorran mucho dinero, lo que las hace interesantes para los inversores.

El ODDO BHF Artificial Intelligence ha generado una rentabilidad neta del 5,5% YTD gracias a su exposición a subtemas como el trabajo desde casa (tecnología estadounidense), la estancia en casa (videojuegos globales), la infraestructura de China (semicapitalización estadounidense), la resolución del COVID-19 (sanidad estadounidense) y 5G. Desde su creación, en diciembre de 2018, el fondo alcanzó un rendimiento del 16,8% frente al 10,9% de su benchmark. Los inversores deben tener un largo horizonte de inversión para minimizar el riesgo de pérdida de capital potencialmente presente en cualquier inversión.

Tribuna de Brice Prunas, gestor de renta variable en ODDO BHF

¿Qué cabe esperar en la inversión pasiva y el private equity?

  |   Por  |  0 Comentarios

SupriyaMenon_Pictet

Dos fuerzas poderosas han dado forma al panorama de la renta variable global en los últimos años: la inversión pasiva y el private equity (PE). Una amplia gama de inversores ha recurrido a fondos de seguimiento de índices para una exposición de bajo coste al mercado en general. Mientras tanto, un grupo algo más pequeño, pero en crecimiento se ha inclinado hacia el private equity, atraído por sus beneficios de diversificación y retornos potencialmente más altos.

El crecimiento de la inversión pasiva y del private equity ha sido tal que, en conjunto, los activos gestionados por las «dos P» se han cuadriplicado durante la última década a unos 12 billones de dólares, superando al tradicional mercado de valores activos (situado en 11 billones de dólares).

En nuestra opinión, la inversión pasiva y privada podría tomar caminos diferentes en los próximos cinco años.

Cuando se trata de fondos pasivos, es posible que sus mejores días hayan quedado atrás. Los inversores y los reguladores son cada vez más conscientes de los riesgos que conlleva la expansión de los vehículos que replican índices y están preocupados por ellos. La investigación muestra que la inversión pasiva representa una amenaza para la estabilidad del mercado y la inversión sostenible.

Las perspectivas para el private equity parecen más prometedoras, aunque su capacidad de poder seguir aumentando su parte del pastel depende de que se vuelva más accesible y menos opaco.

  • Los inversores se han inclinado hacia el private equity, atraídos por sus beneficios de diversificación y retornos potencialmente más altos

Pictet AM

Históricamente, el private equity ha sido considerado un riesgo demasiado alto para todos, excepto para los inversores profesionales más experimentados. Pero ese ya no es el caso. Una de las razones es el enorme tamaño del mercado. Debido a que las empresas de propiedad de capital privado están proliferando mientras que el número de empresas que cotizan en bolsa disminuye, los argumentos para abrir el private equity a inversores individuales se han vuelto demasiado ruidosos para ignorarlos. Esto habla de la democratización de las finanzas.

Eso no quiere decir que la inversión pasiva se revertirá, solo que el ritmo de expansión puede ralentizarse a medida que los inversores y los reguladores descubran que las estrategias pasivas, aunque baratas y de fácil acceso, están lejos de estar libres de riesgos.

Volver a fijar el precio de los riesgos y beneficios

Si bien las bajas comisiones de la inversión pasiva pueden parecer atractivas en una era post pandemia en la que hay que apretar el cinturón, esta tiene un precio: los vehículos que replican un índice siguen todo el mercado, en lugar de elegir las mejores partes en un momento dado. Eso es un problema porque la mala fijación de precios que se ha producido durante los recientes episodios de volatilidad ha creado un terreno fértil para los selectores de acciones. La brecha entre acciones ganadoras y perdedoras solo se ampliará a medida que las empresas que adoptan la innovación y la tecnología prosperen y la solidez de los balances se vuelva cada vez más importante.

De manera más general, el aumento de la inversión pasiva amenaza la fijación de precios en un mercado eficientes. El mercado de valores depende de inversores activos para determinar un valor de equilibrio. Sin embargo, con el seguimiento de índices, las acciones de empresas con grandes ponderaciones atraen más capital independientemente de su desempeño financiero. Entonces, si el sistema está dominado por la inversión pasiva, el precio de un valor deja de funcionar como un indicador de las perspectivas subyacentes de una empresa, lo que lleva a una mala asignación de capital. Algo que podría empeorar las cosas es la concentración del mercado pasivo. Existe una creciente preocupación de que a medida que los fondos de seguimiento de índices continúen acumulando activos, la mayor parte de ese dinero fluirá a los tres grandes gestores de activos que controlan la industria pasiva.

En la actualidad, las tres principales casas de fondos pasivos ya poseen colectivamente más del 20% de las acciones de gran capitalización estadounidenses; también poseen el 80% de todo el dinero indexado. Si esas proporciones continúan aumentando, la concentración de participaciones resultante, conocida como propiedad común, podría reducir la competencia y amenazar el funcionamiento eficiente de los mercados. Existe un creciente cuerpo de investigación que da fe de estos efectos negativos.

Por ejemplo, un estudio de 2018 (1) halló que cuando los grandes inversores institucionales eran los principales accionistas de empresas que producían tanto medicamentos de marca como genéricos, era menos probable que los fabricantes de medicamentos genéricos produjeran versiones sin marca. Esto aumentó los precios para los consumidores. Se han documentado tendencias similares en otras industrias donde la propiedad común es alta, como las aerolíneas y el sector bancario. Esto está causando alarma entre los reguladores en Europa y los Estados Unidos, – tanto la Comisión Federal de Comercio como la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. han dicho que están monitoreando de cerca estos desarrollos-.

La inversión pasiva tampoco ayuda necesariamente al desarrollo del capitalismo responsable. Los fondos pasivos, por su naturaleza, no eligen las empresas en las que invierten. Eso reduce el potencial de los inversores para comprometerse con las empresas y que las anima a adoptar modelos de negocio responsables y sostenibles alineados con los principios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Las carteras pasivas tienden a invertir en tantas empresas que hacen poco práctico el compromiso directo con ellas, y la pequeña participación de cada participación dentro de la cartera reduce el incentivo en una empresa individual.

El private equity, por supuesto, también está lejos de estar libre de riesgos, pero podríamos argumentar que muchos de sus problemas pueden entenderse mejor y reflejarse en los precios.

Primero, está el problema de la transparencia. El private equity tiene un historial irregular en ESG, por ejemplo, y los requisitos de transparencia y divulgación para las empresas privadas son mucho menos estrictos, incluso si algunas ahora están tratando de cambiar eso.

Luego, está la deuda. El private equity también tiene un alto nivel de apalancamiento (poco menos del 80% de las operaciones de compra en 2019 se llevaron a cabo a más de seis veces el EBITDA con relación al aproximadamente 60% de las operaciones realizadas en el pico anterior de 2007, según esta medida) (2). Las inversiones en private equity también se realizan principalmente en empresas pequeñas y medianas, cuyos modelos comerciales están menos establecidos. Estos factores podrían influir en la rentabilidad del private equity en un período de debilidad económica inducida por una pandemia.

Además, las empresas propiedad de private equity están excluidas de algunos esquemas de rescate del gobierno, mientras que las que están disponibles tienden a presentar condiciones complejas que pueden relegarlas a un último recurso. Sin embargo, a más largo plazo, el sector de las empresas cotizadas puede ayudar a financiar empresas en un período en el que los mercados bursátiles pueden estar menos abiertos.

Es posible que veamos que más empresas públicas se vuelven privadas, así como fondos de private equity que adquieren participaciones minoritarias en empresas que cotizan en bolsa, con miras a aumentarlas más adelante.

Liquidez (dry powder)

Fundamentalmente, el private equity tiene una gran cantidad de liquidez, unos 1,46 billones de dólares según los últimos datos disponibles (3). Eso se puede utilizar para apuntalar los balances y, más tarde, para realizar nuevas inversiones, complementadas con dinero adicional que los principales inversores han indicado que les gustaría asignar en private equity. (La brecha notificada entre las asignaciones reales y las previstas se sitúa en más del 2% de los activos totales de los fondos de pensiones del sector privado) (4).

Un potencial cambio de las reglas de juego será el impulso para democratizar las finanzas. Históricamente, el private equity ha sido el dominio exclusivo de inversores institucionales y ultra-ricos, una disparidad que los reguladores ahora buscan solucionar abriendo el mercado a inversores individuales. Estados Unidos ha liderado el camino, sentando las bases para que los ahorradores ordinarios inviertan en fondos de capital privado a través de cuentas de jubilación 401 (k) patrocinadas por el empleador, que los analistas pronostican que podrían generar 400.000 millones de dólares en nuevo efectivo (5). El Departamento de Trabajo de EE. UU., mientras tanto, sanciona el uso de private equity en vehículos de inversión de múltiples clases de activos gestionados de forma profesional, como fondos con fecha objetivo, riesgo objetivo o fondos equilibrados. Otros países, incluido el Reino Unido, están considerando movimientos similares.

El potencial atractivo para los inversores de private equity actual y futuro incluye los beneficios de diversificación y un conjunto de oportunidades más amplio, no porque las empresas de private equity sean de alguna manera inherentemente mejores, sino porque tienden a tener características diferentes a las acciones cotizadas.

Para empezar, son más jóvenes. La edad media de una empresa que cotiza en bolsa en EE. UU. ha pasado de un promedio de siete años en la década de 1980 a 11 años entre 2010 y 2018. El mercado privado también incluye un gran número de empresas pequeñas, pero de rápido crecimiento con importantes activos intangibles. Por lo general, estas empresas no quieren divulgar públicamente sus investigaciones iniciales y, por lo tanto, favorecen a un grupo cerrado de accionistas. Es más, al menos en EE. UU., el conjunto de inversiones privadas está incrementando. Las empresas privadas están proliferando mientras que las cotizadas están en declive. Desde 2000, el número de empresas que cotizan en bolsa ha caído de 7.000 a 4.000.

El private equity también ofrece la posibilidad de beneficiarse de las mejoras operativas en la forma en que se gestionan las empresas. Cuando se ejecuta bien, esto puede generar rendimientos impresionantes.

Sin embargo, elegir las inversiones de private equity adecuadas no es nada sencillo. Las comisiones son relativamente altas y las estructuras de inversión son complejas. Además, el sector carece de transparencia, por lo que abrirlo a inversores individuales con menos experiencia (como los titulares de 401 (K)) presenta desafíos para los reguladores. De hecho, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. ha reprendido recientemente a los gestores de fondos de inversión y hedge funds por cobrar tarifas excesivas y parecer favorecer a algunos clientes sobre otros (6). Hay llamamientos para reformar la estructura de tarifas para hacer que la industria sea más sostenible, y algunas empresas ya han comenzado a moverse en esa dirección (7).

Los procedimientos de “due diligence” o de debida diligencia es mucho más importante en el private equity que en los mercados cotizados. Según nuestra investigación, en 2018 la diferencia de rendimiento entre el quinto y el nonagésimo quinto fondo con mejor rendimiento fue del 60% en el universo de private equity de EE. UU., frente a solo el 8,5 por ciento para los fondos de capital de pequeña/mediana capitalización de EE. UU. Los estudios también sugieren que la alta persistencia de los retornos de los gestores, que era una característica del private equity, ha disminuido, lo que significa que es menos probable que los ganadores de ayer encabecen las tablas mañana.

  • La debida diligencia es mucho más importante el private equity que en los mercados cotizados

Pictet

La debida diligencia es primordial: hay algunos indicios en los EE. UU. de que, en conjunto, la brecha de rentabilidad entre los valores cotizados y los de capital privado está empezando a reducirse. De hecho, durante los próximos cinco años, pronosticamos unos rendimientos globales de capital privado del 10,3 por ciento anual en términos de dólares, lo que representa una prima de solo 2,8 puntos porcentuales sobre las acciones públicas, casi la mitad de su promedio histórico a largo plazo. Eso se debe en parte al gran peso del capital que persigue oportunidades potenciales. Por supuesto, la alta dispersión significa que a algunos les irá mucho mejor mientras que a otros les irá mucho peor. Y, en un momento en el que los rendimientos de los bonos son muy bajos, incluso un exceso de rendimiento inferior al promedio puede resultar atractivo para muchos.

El private equity tiene el potencial de seguir capturando una participación cada vez mayor del mercado de valores, siempre que logre abrirse a una gama más amplia de inversores y demuestre su potencial para agregar valor. La inversión pasiva ya ha demostrado lo que se puede lograr con un enfoque democrático y seguirá haciéndolo bien, pero, habiendo crecido más rápido y durante más tiempo y atrayendo un mayor escrutinio de los reguladores, ahora puede estar más cerca de su meseta natural como proporción de activos bajo gestión en acciones.

Columna escrita por Supriya Menon, estratega sénior de Multiactivos en Pictet Asset Management.

 

Para acceder al informe de Perspectivas seculares de Pictet Asset Management que detalla las principales tendencias del mercado e ideas de inversión de los próximos 5 años, por favor haga click en este enlace.

 

Anotaciones:

(1) “Propiedad común y entrada al mercado: evidencia de la industria farmacéutica”, Newham, M., Seldeslachts, J., Banal Estanol, A., 2018 https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id = 3194394
(2) Informe de private equity de Bain 2020
(3) Preqin, a junio de 2019
(4) McKinsey Global Institute, «Una nueva década para los mercados privados»
(5) Evercore
(6) Comisión de bolsa y valores (SEC), junio de 2020
(7) “Un hecho inconveniente: rentabilidad de capital privado y la fábrica de multimillonarios”, L. Phalippou, 2020

 

Notas importantes

Este material va dirigido exclusivamente a inversores profesionales. Sin embargo, no deberá ser distribuido a ninguna persona o entidad que sea ciudadano o residente de cualquier lugar, estado, país o jurisdicción en el que dicha distribución, publicación o uso sea contrario a sus leyes o normativas. La información utilizada para la elaboración del presente documento se basa en fuentes que consideramos fiables, pero no se hace ninguna manifestación ni se da ninguna garantía en cuanto a la exactitud o integridad de dichas fuentes. Cualquier opinión, estimación o previsión puede modificarse en cualquier momento sin previo aviso.  Los inversores deben leer el folleto o el memorándum de oferta antes de invertir en cualquier fondo gestionado por Pictet. El tratamiento fiscal depende de las circunstancias individuales de cada inversor y puede cambiar en el futuro.  Las rentabilidades pasadas no son indicativas de rentabilidades futuras.  El valor de las inversiones, así como la renta que generen, puede disminuir o aumentar y no está garantizado.  Es posible que usted no recupere el importe inicialmente invertido.

Este documento ha sido publicado en Suiza por Pictet Asset Management SA y en el resto del mundo por Pictet Asset Management Limited, sociedad autorizada y regulada por la Financial Conduct Authority, y no podrá reproducirse ni distribuirse, ni parcialmente ni en su totalidad, sin su autorización previa.

Para los inversores estadounidenses, la venta de acciones en los Estados Unidos o a Personas de los Estados Unidos solo se puede realizar mediante colocaciones privadas a inversores acreditados según las exenciones de registro en la SEC en virtud de las exenciones a colocaciones privadas de la Sección 4(2) y el Reglamento D conforme a la Ley de 1933 y a clientes cualificados según lo definido en la Ley de 1940. Las acciones de los fondos de Pictet no se han registrado según la Ley de 1933 y, salvo en operaciones que no violen las leyes de valores de los Estados Unidos, no pueden ser ofrecidas ni vendidas ni directa ni indirectamente en los Estados Unidos ni a Personas de los Estados Unidos. Las Sociedades de Gestión de Fondos del Grupo Pictet no se registrarán según la Ley de 1940.

El papel de la corresponsalía bancaria transfronteriza en la lucha contra el blanqueo de capitales

  |   Por  |  0 Comentarios

chapel-4245437_1920
Pixabay CC0 Public Domain. La corresponsalía bancaria transfronteriza como vía para el blanqueo de capitales

La actividad de corresponsalía bancaria es siempre la gran olvidada a pesar de su gran importancia para el funcionamiento del sistema financiero a nivel mundial. Tan solo existen referencias en medios de comunicación a esta actividad cuando, debido a su capacidad para conectar economías de distintos países, es utilizada como vía para el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

El SEPBLAC ya alertó en un informe de junio de 2019 que la corresponsalía bancaria es un canal susceptible de ser utilizado para un fin delictivo. Esto se debe a que es posible mover gran cantidad de dinero a través de operaciones complejas entre países, facilitando la desvinculación de los fondos de su origen y, por tanto, haciendo imposible el seguimiento y su investigación.

Cada país cuenta con una legislación antiblanqueo diferente y estas transacciones se encuentran sometidas a la normativa del país donde están domiciliadas las entidades cliente, por lo que es una tarea ardua, aunque no imposible, seguir la pista al dinero. 

Por ello, además de la diligencia debida, obligación de información y medidas de control interno que deben aplicar todos los sujetos obligados según la Ley 10/2010, de 28 de abril, de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo, las relaciones de corresponsalía transfronteriza requieren de la aplicación de medidas adicionales.

En primer lugar, el SEPBLAC establece que, para que la cuenta de corresponsalía sea segura, la entidad de crédito debe justificar que la entidad extranjera es suficientemente conocida y/o no esté establecida en paraísos fiscales o zonas de riesgo respecto de las cuáles no existe constancia de las políticas de prevención del blanqueo aplicadas.

La jurisdicción de la entidad cliente, sus filiales y sucursales, además de la regulación y supervisión de ese país en materia de PBC/FT es fundamental para determinar el riesgo de la relación de negocio.

Pero el regulador también pone el foco sobre la gestión de la entidad cliente, su porfolio de productos y servicios, su base de clientes y la calidad de sus políticas y procedimientos para la prevención de las actividades de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo. Además, se debe analizar por parte de los sistemas de control interno cuál es la motivación para establecer una relación de corresponsalía bancaria.

Conviene matizar que no todas las actividades de corresponsalía son una vía para el blanqueo de capitales. Tanto los controles como el seguimiento de estas relaciones de negocio variarán según el riesgo que aprecie la entidad prestadora del servicio.

En este sentido, disponer de toda la información necesaria, tanto análisis de riesgos como nuevas circulares, informes y listados de países es fundamental para perfilar este sistema de medición de riesgos. A su vez, una revisión periódica de la entidad cliente y el establecimiento de un sistema de prevención interno efectivo y mantenido en el tiempo por parte de la entidad corresponsal serán igualmente claves para contrarrestar el riesgo adherido a esta actividad.

Tribuna de Ángela García, responsable Back Office PBC/FT y Compliance de CompliOfficer

 

Coronavirus: ¿qué les espera ahora a las economías y los mercados?

  |   Por  |  0 Comentarios

Mattia Belletti Barco de Papel billete 10 Eur
CC-BY-SA-2.0, FlickrMattia Belleti. Mattia Belleti

Europa lleva ya más de medio año inmersa en la pandemia provocada por el coronavirus después de pasar el primer trimestre de 2020 observando con impotencia cómo se propagaba la enfermedad por China y Oriente. Cuando el brote llegó a Europa, se impusieron cierres de fronteras, otras restricciones de viaje, el teletrabajo obligado y el distanciamiento social. Igual que sucedió en el resto del mundo, las economías europeas se llevaron un buen revés.

¿Cómo han reaccionado los mercados?

En un primer momento, las posiciones de cabeza las ocuparon los valores defensivos, liderados por los sectores de tecnología y productos farmacéuticos, y la situación se prolongó hasta que los títulos de valor marcaron sus cotas mínimas el 18 de mayo (1). En junio asistimos a una generalización del repunte en el mercado.

Los ratios de precio/beneficios de los bancos y los “cíclicos de valor” tocaron fondo, lo que no resultaba sostenible. Hasta finales de abril, numerosos gestores activos cosecharon resultados superiores a los del índice porque mantenían posiciones defensivas y, en esa fase, no parecía existir ninguna desconexión: los inversores se mostraban prudentes y los datos eran malos. Sin embargo, más recientemente, los mercados de renta variable se han desvinculado de la economía de los fundamentales, en especial en Estados Unidos.

Los valores cíclicos registraron un comportamiento horroroso hasta mediados de mayo, momento en el que retomaron la senda alcista: en un mes el subíndice del sector bancario se recuperó en un 30%. El sector de alimentación y bebidas, que se había visto beneficiado anteriormente por su condición de defensivo, pasó a convertirse en el farolillo rojo, mientras que los de minería y finanzas se alzaron a los primeros puestos. En ese periodo, los títulos orientados al valor se recuperaron del grueso de las pérdidas y los resultados en lo que va de año regresaron a terreno positivo. Los mercados asiáticos fueron los que registraron las fluctuaciones más extremas, puesto que la rentabilidad relativa de estos valores se invirtió por completo (2).

Hay quien considera esto más que un simple movimiento táctico, aunque nosotros no estamos tan seguros. Puede establecerse una clasificación de la correlación entre el factor de “crecimiento frente a valor” y otros factores: en primer lugar, con los rendimientos de los bonos, en segundo lugar, con el dinamismo del PMI (índice de gestores de compras, una medida de las tendencias económicas), seguido del dólar estadounidense y, por último, del precio del petróleo. Para que una rotación perdure, necesita la ayuda de estos factores, si bien la principal tarea de la Reserva Federal (Fed) estadounidense en estos momentos consiste en mantener controlados los rendimientos de los bonos.

Por tanto, la rotación está frenándose porque los rendimientos de los bonos se han estancado. Asimismo, aunque el dinamismo del PMI indicaría una recuperación en forma de V, al igual que el reciente comportamiento del mercado, seguimos un 20% por detrás de la antigua normalidad (3), por lo que identificamos un segundo factor: un cambio de tendencia en el dinamismo de actividad.

Pérdida de dinamismo

En enero, antes de que estallara la crisis del COVID-19, se había firmado la primera fase del acuerdo comercial entre EE. UU. y China, y la segunda fase era inminente. Parecía que el presidente Trump y China estaban cooperando y que todo apuntaba a que Trump sería reelegido para un segundo mandato.

Entonces llegó la crisis y los datos económicos se desplomaron. El mes pasado se produjo un repunte, pero esa tendencia no va a acelerarse a partir de ahora. Las ventas minoristas de mayo en Estados Unidos progresaron un 17% interanual, lo que supone un fuerte avance, pero habían retrocedido un 15% en abril. El crecimiento de las ventas comparables semanales ha vuelto a tender a la baja (4).

El gráfico 1 siguiente muestra el cambio de tendencia del índice económico semanal de la Fed de Nueva York. Parece que el índice de sorpresas económicas ha alcanzado su cota máxima y, a partir de ahora, puede deteriorarse. El PMI retrocedió a 20 puntos antes de recuperar el nivel de los 50, pero probablemente sea demasiado tarde para esperar que los valores financieros y cíclicos vuelvan despuntar.

Columbia Threadneedle Investments

Es cierto que la demanda tiende al alza. Por ejemplo, en pleno confinamiento resultaba prácticamente imposible comprar un coche o una casa, y ahora estamos recuperando el tiempo perdido: la demanda repuntará, pero no debemos olvidar que carecerá de dinamismo sostenible. Tomemos el ejemplo de las ventas de coches chinos, que recientemente registraron un descenso del 17% durante cuatro semanas y ahora han vuelto a los niveles de marzo (5). Se vieron respaldadas por el apoyo del banco central y las autoridades fiscales, pero creer que esta tendencia continuará implicaría unos rendimientos de los bonos más elevados y una (improbable) aceleración en el repunte del crecimiento.

Efectos secundarios del desempleo

En estos momentos, el mercado prevé una recuperación en forma de V, si bien creemos que la destrucción del empleo podría truncarla. A medida que las economías van reabriendo, los datos del empleo van empeorando. El aumento del desempleo perjudicará a los sectores que dependen de las masas (ocio, hostelería y venta minorista), puesto que su capacidad se verá reducida. El impacto en la economía mundial será de como mínimo el 10% a medida que salimos de la crisis; el Fondo Monetario Internacional estima que la economía mundial, valorada en 85 billones de dólares, perderá unos 10 billones de dólares (6).

Todo esto supone un peligro real para las economías orientadas a los servicios como el Reino Unido y, evidentemente, Estados Unidos. Así pues, con una pérdida del PIB del 10% y un mercado laboral renqueante, es imposible lograr una inflación del 2%, por lo que el rendimiento a 10 años será cero. Entretanto, los datos del PMI indican que China fue el primer país en entrar en esta espiral bajista y también el primero en salir de ella. En marzo, cuando el PMI chino avanzó de 30 a 50 puntos, las acciones de los bancos subieron un 35%, pero ahora han regresado a sus cotas mínimas relativas (7). En 2009, el crecimiento de la oferta monetaria se aceleró y los valores cíclicos se dispararon al alza; y lo mismo sucedió en 2016. Sin embargo, actualmente, la oferta monetaria china nos indica que no podemos confiar en que los valores cíclicos arrojarán buenos resultados a partir de ahora.

Dicho esto, si los rendimientos de los bonos y los índices PMI no pueden subir y la oferta monetaria china se está frenando, lo que perjudica a los títulos de valor y cíclicos, ¿qué títulos se verán beneficiados?

La consecuencia de que los sectores cíclicos se vean perjudicados es que cabe esperar que la tecnología y los productos farmacéuticos vuelvan a despuntar. Con la inflación y los tipos de interés en niveles próximos a cero, reviste cierta dificultad ofrecer argumentos en contra de los valores de crecimiento defensivos. Los irrisorios rendimientos de los bonos comprimen los tipos de descuento, lo que favorece a los activos de larga duración con flujos de caja elevados y sostenibles. El ratio de precio/beneficios relativo de los bienes de consumo básicos europeos se halla en su nivel más bajo en 10 años (8), y lo mismo se aplica a los servicios públicos, la tecnología, la atención sanitaria y otros activos de larga duración.

Una mirada al futuro

Uno de los efectos secundarios del desplome de los tipos de interés consiste en que los gobiernos tienen incentivos para contraer préstamos justo en un momento en el que más sustento necesitan las economías. En el gráfico 2 se observa una respuesta fiscal mucho mayor a la crisis provocada por el coronavirus que a la crisis financiera mundial de 2008-2009. Con esta combinación de reducidos tipos de interés y enorme relajación fiscal, no sorprende que la renta variable haya repuntado con tanta fuerza.

Columbia Threadneedle Investments

Si Joe Biden ganara las elecciones presidenciales, una posible derogación de las rebajas de impuestos impulsadas por Trump podría reducir las ganancias del S&P 500. Sin embargo, en Estados Unidos resulta complicado conseguir cambios a escala nacional; solo hay que recordar el intento fallido de Trump de derogar el Obamacare. Por tanto, bajo un mandato de Biden, cabría la probabilidad de que la anulación de las rebajas fiscales fuera solo parcial. ¿Qué conlleva esto para el dólar? El balance de la Fed en comparación con el del resto del mundo presenta correlación con el dólar, por lo que un balance en expansión asociado a un debilitamiento del dólar conllevaría riesgos para el comercio. ¿Por qué se ha depreciado el dólar? ¿Por el impulso de la Fed al crédito o por la reflación? No se puede saber con exactitud.

Si los beneficios tardan cinco años en recuperar la tendencia previa a la irrupción del virus, el valor actual de la renta variable debería ser más reducido. Sin embargo, los tipos de interés se han desplomado en todos los tramos y los rendimientos a 10 y 30 años han quedado pulverizados. Un tipo de descuento más reducido sería indicativo de una renta variable al alza, no a la baja.

 

Columna de Paul Doyle, director de renta variable europea (excluido el Reino Unido) en Columbia Threadneedle.

 

Si desea más información, visite columbiathreadneedle.com

 

Anotaciones:

(1) Bloomberg, junio de 2020.

(2) Análisis de Columbia Threadneedle / Bloomberg Stoxx 600 Sector, 15 de mayo-8 de junio de 2020.

(3) Datos de Bloomberg / análisis de Columbia Threadneedle Investments.

(4) Índice Johnson Redbook, junio de 2020.

(5) Datos de análisis de Wish, junio de 2020.

(6) FMI, «El reajuste económico mundial: Fomentar una recuperación más inclusiva», 11 de junio de 2020.

(7) Bloomberg, julio de 2020.

(8) Análisis de Columbia Threadneedle / Bloomberg, julio de 2020.

 

Información importante:

Exclusivamente para uso de inversores profesionales y/o cualificados (no debe entregarse a clientes particulares ni emplearse con ellos).

Este documento se ofrece exclusivamente con fines informativos y no debe considerarse representativo de ninguna inversión en particular. No debe interpretarse ni como una oferta o una invitación para la compraventa de cualquier título u otro instrumento financiero, ni para prestar asesoramiento o servicios de inversión. Invertir implica un riesgo, incluyendo el riesgo de pérdida de capital. Su capital está sujeto a riesgos. El riesgo de mercado puede afectar a un emisor, un sector económico o una industria en concreto o al mercado en su conjunto.

El valor de las inversiones no está garantizado y, por lo tanto, los inversores podrían no recuperar el importe inicialmente invertido. La inversión internacional conlleva ciertos riesgos y volatilidad por la posible inestabilidad política, económica o cambiaria, así como por las diferentes normas financieras y contables. Los valores que se incluyen aquí obedecen exclusivamente a fines ilustrativos, están sujetos a cambios y no deben interpretarse como una recomendación de compra o venta. Los valores que se mencionan pueden o no resultar rentables.

Las opiniones se expresan en la fecha indicada, pueden verse alteradas con arreglo a la evolución de la coyuntura del mercado u otras condiciones y pueden diferir de las opiniones ofrecidas por otras entidades asociadas o afiliadas de Columbia Threadneedle Investments (Columbia Threadneedle). Las decisiones de inversión o las inversiones efectivamente realizadas por Columbia Threadneedle y sus filiales, ya sea por cuenta propia o en nombre de los clientes, podrían no reflejar necesariamente las opiniones expresadas.

Esta información no tiene como finalidad prestar asesoramiento de inversión y no tiene en cuenta las circunstancias específicas de los inversores. Las decisiones de inversión deben adoptarse siempre en función de las necesidades financieras, los objetivos, las metas, el horizonte temporal y la tolerancia al riesgo del inversor en cuestión.

Las clases de activos descritas podrían no resultar adecuadas para todos los inversores. La rentabilidad histórica no garantiza los resultados futuros y ninguna previsión debe considerarse garantía de rentabilidad. La información y las opiniones proporcionadas por terceros han sido recabadas de fuentes consideradas fidedignas, aunque no se puede garantizar ni su exactitud ni su integridad. Ni este documento ni su contenido han sido revisados por ninguna autoridad reguladora.

En Australia: Publicado por Threadneedle Investments Singapore (Pte.) Limited [«TIS»], ARBN 600 027 414. TIS está exenta del requisito de contar con una licencia australiana de servicios financieros en virtud de la Ley australiana de sociedades (Corporations Act) y se fundamenta en lo dispuesto por la normativa Class Order 03/1102 relativa a la prestación de servicios financieros y de comercialización a los clientes mayoristas australianos, tal y como se define este término en la sección 761G de la Ley de sociedades de 2001. TIS está regulada en Singapur (número de registro: 201101559W) por la Autoridad Monetaria de Singapur (Monetary Authority of Singapore) de conformidad con la Ley de valores y futuros (Securities and Futures Act) (Capítulo 289), que difiere de la legislación australiana.

En Singapur: Publicado por Threadneedle Investments Singapore (Pte.) Limited, 3 Killiney Road, #07-07, Winsland House 1, Singapur 239519, entidad regulada en Singapur por la Autoridad Monetaria de Singapur (Monetary Authority of Singapore) de conformidad con la Ley de valores y futuros (Securities and Futures Act) (Capítulo 289). Número de registro: 201101559W. Este documento no ha sido revisado por la Autoridad Monetaria de Singapur.

En Hong Kong: Publicado por Threadneedle Portfolio Services Hong Kong Limited 天利投資管理香港有限公司. Unit 3004, Two Exchange Square, 8 Connaught Place, Hong Kong, firma autorizada por la Comisión de Valores Mobiliarios y Futuros de Hong Kong («SFC») para desarrollar actividades reguladas incluidas en el epígrafe 1 (CE:AQA779). Sociedad registrada en Hong Kong conforme a la Ordenanza de Sociedades (Capítulo 622) con el n.o 1173058.

En la región EMEA: Publicado por Threadneedle Asset Management Limited. Sociedad registrada en Inglaterra y Gales con el n.o 573204, Cannon Place, 78 Cannon Street, Londres EC4N 6AG, Reino Unido. Autorizada y regulada en el Reino Unido por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA). Este material lo distribuye Columbia Threadneedle Investments (ME) Limited, sociedad regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái (DFSA). Para distribuidores: Este documento ha sido concebido para ofrecer a los distribuidores información sobre los productos y servicios del Grupo y no está destinado a su posterior divulgación.

Para clientes institucionales: La información contenida en este documento no constituye asesoramiento financiero alguno, y está dirigida exclusivamente a personas con el conocimiento adecuado en materia de inversión, que satisfagan los criterios normativos para ser considerados Clientes Profesionales o Contrapartes de Mercado; ninguna otra persona deberá actuar sobre la base de esta información. Columbia Threadneedle Investments es el nombre comercial en todo el mundo del grupo de sociedades Columbia y Threadneedle. columbiathreadneedle.com

SEB European Small Caps Fund: las mejores cosas vienen en frascos pequeños

  |   Por  |  0 Comentarios

SEB European Small Caps Fund: las mejores cosas vienen en frascos pequeños
Pixabay CC0 Public Domain. SEB European Small Caps Fund: las mejores cosas vienen en frascos pequeños

Los inversores de renta variable europea han visto disminuir el crecimiento (tanto esperado como realizado) en Europa durante la última década. Sin embargo, las pequeñas empresas que se encuentran en etapas primerizas de su desarrollo han resistido esta tendencia creciendo más rápido que las de gran capitalización. También han sido más flexibles a la hora de adaptarse a los cambios dentro de sus industrias. Pero, aun así, ¿por qué deben los inversores agregar exposición a estas compañías en el contexto actual?

Además de la gran cantidad de apoyos anunciados, implementados y por implementar por parte de bancos centrales y gobiernos, y ante la posible llegada de una vacuna COVID-19 en los próximos meses, creemos que hay argumentos convincentes:

1. Vivimos en un mundo de bajo crecimiento, por lo que la principal ventaja de invertir en acciones de pequeña capitalización radica en el potencial de crecimiento a largo plazo que no logran las empresas con grandes capitalizaciones de mercado. Según la gestora escandinava SEB, el crecimiento esperado de los beneficios en 2021 es del 14,5% para las de pequeña capitalización frente al 8,7% para las de gran capitalización. El consenso de crecimiento esperado para las empresas en cartera es del 30,9%, lo que impulsaría un rendimiento superior.

2. El espacio ofrece un terreno fértil de oportunidades. Aproximadamente el 94% de todas las acciones en Europa son de pequeña capitalización. La asignación de activos ajustada por capitalización bursátil a este segmento debería estar entre el 15% y el 20%, y ningún índice cubre de manera eficiente este universo, que está formado por unas 3.000 empresas.

3. El promedio de cobertura de analistas cae a medida que disminuye la capitalización bursátil de una sociedad, lo que conduce a un análisis menos exhaustivo y, en algunos casos, a ineficiencias de precios. Las acciones de la cartera de SEB tienden a tener menos de 5 analistas que cubren la empresa, lo que sugiere precios menos eficientes.

Lars Knudsen y Anders Knudsen, los gestores del fondo, cuentan con más de 30 años de experiencia combinada en el sector. El fondo tiene una calificación de cinco estrellas Morningstar e invierte en empresas con un crecimiento de beneficios sostenible, que pueden resistir caídas en el ciclo económico, que demuestran características de capitalización en términos de rendimiento empresarial y que buscan líderes de mercado, impulsando la innovación.

4. Las empresas más pequeñas a menudo se centran en nichos u operan en un solo país. Esto significa que pueden desacoplarse hasta cierto punto y tener éxito en un entorno económico difícil. En general, dependen menos de las tendencias macroeconómicas mundiales, están impulsadas por problemas de nivel micro que son difíciles de encontrar en empresas de gran capitalización y tradicionalmente tienen un enfoque más regional. El crecimiento del PIB mundial y la globalización se han desacelerado con las tensiones entre China y Estados Unidos y la llegada del COVID-19, lo que favorecerá inversiones con carácter regional.

5. El sector de pequeña capitalización europea goza de valoraciones relativas atractivas, especialmente si se tiene en cuenta su fuerte perfil de crecimiento. La relación Precio/Beneficio ajustada estimada para el índice MSCI Europe Small Caps Net Return de 16,04 para 2021 está en línea con la del MSCI Europe (15,64), por lo que se encuentra a un nivel de valoración interesante. Debido a su crecimiento más fuerte y una rentabilidad de capital empleado (o ROCE) más alta, el fondo tiene una prima en comparación a su índice de referencia. Además, la valoración de algunas grandes capitalizaciones europeas como bancos o empresas de servicios públicos está disminuyendo, lo que se refleja en el nivel de valoración del índice.

6. Respaldo monetario y fiscal: La Comisión Europea ha propuesto un paquete de estímulo económico de 750.000 millones de euros, combinado con una revisión del presupuesto a largo plazo de la UE (2021-2027). La UE también ha anunciado que contribuirá a la protección de las pequeñas y medianas empresas con el fin de ayudar a las que se encuentran en desventaja frente a los competidores extranjeros subvencionados. La ola de estímulo fiscal debería beneficiar a las firmas europeas, en particular a las más pequeñas con acceso a la ayuda.

7. La actividad de fusiones y adquisiciones se está recuperando a nivel mundial. Tras el COVID-19 y la contundente bajada del coste de financiación, han aparecido oportunidades, especialmente para compradores estratégicos que buscan innovar y aumentar la rentabilidad, así como para fondos de capital privado que buscan poner su dinero a trabajar. Las empresas de pequeña y mediana capitalización suelen centrarse en un solo producto o servicio, lo que puede convertirlas en objetivos de adquisición atractivos para las compañías más grandes que buscan diversificarse o para aquellas que buscan construir una mayor escala.

Entonces, ¿por qué el SEB European Equity Small Caps Fund?

SEB Asset Mangement es una de las instituciones financieras más grandes de Escandinavia. La gestora tiene activos por valor de más de 100.000 millones de euros, lo que la convierte en una de las mayores de Europa. Se centra en productos nicho y soluciones a medida a gran escala basadas en nuestro concepto de boutiques múltiples: desde fondos del mercado monetario de bajo riesgo hasta productos de capital privado.

El SEB European Equity Small Caps Fund, lanzado en 1999, es un fondo long-only gestionado activamente que se centra en acciones europeas de una capitalización inferior a 3.000 millones de euros. Los gestores desempeñan un enfoque de selección fundamental en la intersección entre value y quality. Actualmente, cuenta con 245 millones de euros bajo gestión en una estrategia de alta convicción con aproximadamente 50 acciones.

En resumen, puede ser que a corto plazo las acciones de pequeña capitalización estén sujetas a mayor volatilidad, pero tiende a ser compensada por una mayor rentabilidad ajustada al riesgo. Si bien la confianza sigue siendo moderada en Europa, las valoraciones favorables y el impulso de las ganancias, junto con la lenta mejora del contexto macroeconómico, brindan una oportunidad para invertir en empresas de pequeña capitalización.

Tribuna de Nicholas Burdett, responsable de productos y análisis en Capital Strategies Partners

La parálisis del COVID-19 retrocede a medida que aumenta el riesgo político

  |   Por  |  0 Comentarios

corona-5153949_1920
Pixabay CC0 Public Domain. Las perspectivas negativas sobre la solvencia de los gobiernos de cara a 2021 reflejan el shock económico, fiscal y social del coronavirus

Después de un agosto boyante para los activos de riesgo, es probable que la recuperación se aplane. El aumento de nuevas infecciones en el otoño, un ritmo de recuperación nivelado y diversos riesgos políticos (política de EE.UU., Brexit, geopolítica) mantendrán el sentimiento de riesgo bajo control. Sin embargo, los datos de recuperación, el compromiso de los bancos centrales, la disminución de la letalidad del  COVID-19 y el optimismo sobre las vacunas siguen apoyando un ligero sesgo pro-riesgo.

Generali Investments mantiene una prudente sobreexposición a los activos de riesgo, centrada en paquetes de crédito de alta calidad. Busca aumentar el sesgo pro cíclico en las carteras a medida que se desvanece la parálisis provocada por el COVID-19. Incluso después del gran repunte de los activos de riesgo a lo largo del verano y a pesar de la persistente propagación del COVID-19, el valor de las acciones avanzó rápidamente en agosto (el MSCI World subió otro 6,6%), ayudado por la recuperación de los datos, unos ingresos mejores de lo esperado y la esperanza de obtener una vacuna. El S&P ha alcanzado nuevos máximos históricos, liderado por las empresas tecnológicas. Los diferenciales de crédito se redujeron aún más, compensando en gran medida el modesto aumento de los rendimientos básicos subyacentes. Estas tendencias dieron buenos resultados para nuestra (cautelosa) inclinación pro riesgo expresada en julio.

El aumento de nuevos casos en Europa y las renovadas restricciones en el otoño nos recuerdan que la crisis no ha terminado. La epidemia aún no se entiende del todo, y la estacionalidad podría ser un factor. Sin embargo, si acaso, nuestra preocupación por el otoño ha disminuido ligeramente últimamente. La mortalidad ha disminuido, en parte porque los hospitales han desarrollado mejores protocolos. Se espera que las vacunas estén en el mercado para el primer semestre de 2021, otro elemento en contra de los mercados bajistas. La caída de las tasas de mortalidad y el aumento de la capacidad de reserva en las UCI permitirán a los gobiernos evitar drásticos confinamientos.

La recuperación se enfrenta a riesgos políticos cada vez mayores

La recuperación económica es sólida, aunque después del rebote del tercer trimestre, su impulso se reducirá. La caída del empleo en EE.UU. (aún menos de un millón de solicitudes de desempleo por semana) y una inesperada caída en los PMIs europeos de agosto son nuevos recordatorios de que no estamos en medio de una recuperación en forma de V.

Después del fuerte repunte inicial, las cicatrices económicas sólo se curarán gradualmente. Los enfrentamientos políticos están aumentando, desafortunadamente. Mientras que la guerra comercial entre EE.UU. y China ha quedado en un segundo plano, el presidente Trump ha puesto centrado su ira en las principales empresas tecnológicas chinas (TikTok, WeChat, Huawei). Mientras tanto, la asertividad geopolítica de China en el Mar de la China Meridional está aumentando. El riesgo de un brexit duro aumenta con los planes del gobierno de Johnson de incumplir el acuerdo firmado con la UE. Además, el forcejeo entre Turquía y Grecia en el Mar Mediterráneo parece cada vez más peligroso.

El riesgo político de los EE.UU. también pesa. El Congreso sigue en desacuerdo sobre un posible nuevo paquete fiscal, que incluye un mayor apoyo a los desempleados, que expiró en julio (el ejecutivo de Trump propone sólo un arreglo parcial). Las elecciones de noviembre pueden dar lugar a una «ola azul» (los demócratas ganarían tanto la presidencia como el Congreso) que hace temer a los mercados por las subidas de impuestos a las empresas y a las grandes fortunas. En el peor de los casos, Trump pondría en entredicho los resultados, dejando margen para semanas de incertidumbre.

Todo esto hace que el panorama de los activos de riesgo siga estando al alza, pero menos optimista. Con la economía todavía recuperándose y los bancos centrales tranquilizándose con el apoyo de las políticas a largo plazo (como acaba de implicar la renovación de la estrategia de la política monetaria de la Reserva Federal), los mercados podrían seguir beneficiándose de un sentimiento de riesgo ligeramente favorable en medio de una búsqueda persistente de rendimiento. 

Por eso, Generali mantiene una sobreponderación prudente en crédito, en gran parte gracias al carry, especialmente en los paquetes más seguros y con vencimientos más largos. Es probable que los rendimientos básicos negativos mantengan el rango de negociación y ofrezcan poco valor (tenga en cuenta el potencial de aumento de 10 a 30 años). Mantenemos una pequeña sobreponderación en renta variable, y trataremos de aumentar el sesgo procíclico a medida que la parálisis del COVID-19 retroceda. Las perspectivas a medio plazo siguen siendo sombrías para el dólar, aunque a corto plazo el repunte del rally euro/dólar se prevé que se aplane.

En Europa, tras el fin del confinamiento total, la gradual relajación de las restricciones ha desencadenado un fuerte repunte de la actividad económica. Para junio, la producción industrial (IP) ha estado repuntando un 22,5% y el regreso del PMI manufacturero a territorio expansivo en julio/agosto sugiere que esta recuperación continúa. En junio, la PI todavía estaba un 11% por debajo del nivel anterior a la COVID-19. Por el contrario, la recuperación del sector de los servicios, más orientado al mercado interno, se ha visto afectada últimamente. El correspondiente PMI de agosto retrocedió a sólo 50,1, desde el nivel de 54,7 anterior. Parece que las restricciones de viaje más estrictas tras el último aumento de las infecciones del COVID-19 dejaron su huella. No es sorprendente que los componentes de previsión también se hayan deteriorado.

Turbulencias en el camino hacia la recuperación

El retroceso del sector servicios en agosto, así como del sentimiento del PMI compuesto, pone de relieve que la recuperación sigue siendo vulnerable. El riesgo clave es un aumento de nuevas infecciones que lleven a un nuevo endurecimiento de las restricciones. Esto afecta en primer lugar a las economías del sur de Europa que, de todos modos, presentan la peor tasa de crecimiento (debido a su fuerte dependencia del turismo y la hostelería. Además, cuanto más tiempo haya que aplazar la eliminación de las restricciones, más negativo será el impacto en el empleo. 

Las medidas de apoyo fiscal impiden actualmente los despidos y las garantías estatales ayudan a las empresas. Sin embargo, existe el riesgo de que estas medidas tengan efectos negativos de forma inesperada, aunque en Alemania, por ejemplo, el apoyo al trabajo a corto plazo se ha ampliado recientemente hasta el año 2021. Del mismo modo, un aumento de las empresas insolventes podría desencadenar ondas de choque a través de un aumento de los préstamos dudosos. Con todo, elevamos nuestro pronóstico de crecimiento no en toda la extensión implícita en los datos del PIB del segundo trimestre, que fueron mejores de lo esperado, ya que nos volvimos menos optimistas en el tercer trimestre. Ahora vemos un crecimiento en 2020 de -8,5% (desde el -10,0% anterior).

La estrategia en dos etapas del BCE sugiere más facilidades

El economista jefe del BCE, Lane, presentó en la reunión de Jackson Hole la respuesta del BCE más fundamental a la pandemia. Mientras que la primera etapa fue contrarrestar el efecto negativo sobre las perspectivas de inflación, la segunda etapa fue ajustar la política asegurando una convergencia oportuna en la senda de la inflación. Esto implica que el BCE aumentará el grado de acomodación en relación con la postura pre-pandémica a medio plazo. 

Tribuna de Vincent Chaigneau, responsable de análisis de Generali Investments.

El fin del riesgo soberano… ¿y eso qué implica?

  |   Por  |  0 Comentarios

Captura de Pantalla 2020-10-14 a la(s) 12
Pxfuel. ,,

Durante años, parte importante del mundo de las inversiones soberanas era la calificación de riesgo soberano y no era poca la “obsesión” de muchos países por buscar un grado de inversión (BBB hacía arriba). Desde el punto de vista conceptual, el grado de inversión garantizaba el acceso a mejores condiciones financieras en los mercados internacionales y nacionales, puesto que bajaba el riesgo de los inversionistas ya que un país, con el grado de inversión, tenía mejores posibilidades futuras de repagar su endeudamiento.

Por ello, era tan importante hacer una tarea juiciosa y consistente de indicadores financieros y económicos, controlar el endeudamiento como porcentaje del PIB, medir la solidez de las instituciones, la independencia del banco central, entre muchas otras. Con todo controlado, las calificadoras tenían el insumo para catalogar a un país como atractivo y, por ende, otorgar una buena calificación. Así crecimos muchos en el mundo financiero y aún llevamos el chip del grado de inversión, que se repite como un mantra, en no pocas ocasiones.

Sin embargo, desde la crisis financiera de 2008, el riesgo soberano ha tenido un cambio sustancial en su esencia más básica: entraron a escena unos jugadores con billetera ilimitada, que más allá de la calificación, sustentan los bonos gubernamentales…sí, los bancos centrales al rescate. Con estos jugadores en el mercado, es virtualmente imposible que exista un “default” soberano, especialmente en moneda local. En este 2020, sí que ha quedado demostrado que, cuando se necesite, los bancos estarán dispuestos a ir al rescate de sus bonos gubernamentales (otra historia es con bonos emitidos en moneda extranjera, donde los bancos no tienen potestad y están expuestos a los riesgos cambiarios; aunque esto lo han venido entendiendo los gobiernos, quienes han dado mayor relevancia al endeudamiento local, con lo cual cada vez es más claro que la posibilidad de intervención de algunos bancos centrales se amplía).

Para que veamos lo que ha sido el cambio en el riesgo soberano, a muchos se les olvida que Estados Unidos perdió, luego de la crisis de 2008, su calificación AAA, y una de las calificadoras le bajó a AA+… ¿cuál fue el efecto?: ninguno, !absolutamente ninguno!

En términos “normales” (quizá por ello ahora llamamos a esto, la “nueva normal”) eso hubiera tenido un impacto más allá de la anécdota que terminó siendo dicha bajada de calificación. Y creería, sin temor a equivocarme, que nadie piensa que EE.UU., entendido como su gobierno federal, tenga un mayor riesgo hoy que hace años atrás…eso a pesar de que su deuda sobre PIB es cercana al 120%, su déficit fiscal cercano al 5%, con crecientes déficits comerciales, una posición de inversiones internacionales netas deficitaria en casi el 50% de su PIB, entre otros. Si no me dijeran que es EE.UU. y me muestran estos indicadores, creería que es un país cuyo riesgo soberano lo llevaría a la categoría de “especulativo”…y claramente, no lo es.

¿Bien, todo esto qué implica? Sencillamente que, ya que no hay riesgo soberano, se deben empezar a evaluar otros indicadores, quizá el más importante, sea la inflación. Si bien los bancos centrales salen al rescate, lo hacen con cargo a emisión monetaria que entra al circuito económico y financiero, en algunos casos local, en otros casos, global. A más dinero, según la teoría monetarista, mayor inflación.

Claro, no hemos visto la inflación final (aquella del consumidor último) creciente en los últimos años, por muchas razones: porque el dinero no le llegó al ciudadano del común. En el 2020 2H Outlook de M&G Investment, hubo una gráfica que me quedó dando vueltas en la cabeza, la cual básicamente mostraba que desde 1950 la productividad acumulada en EE.UU. ha crecido un 252%, mientras que la compensación horaria lo ha hecho en un 116%, con un estancamiento desde la década del 70; la tecnología no ha permitido que suban los precios; entre otros. Un ejemplo: en muchos frentes no hemos tenido inflación, hemos tenido deflación, pero no nos hemos dado cuenta: el teléfono móvil que compraba hace 10 años, hoy vale mucho menos (deflación), lo que sucede es que ya no lo compro, porque hice un “upgrade” a un modelo nuevo (que sí, creo que vale mucho más), pero la realidad es que, proporcionalmente, el nuevo teléfono de hoy, cuesta proporcionalmente mucho menos (así su valor absoluto sea mayor) que el teléfono 10 años atrás.

Volviendo al punto central, el tema es que si a un banco central “se la pasa la mano”, podría crear inflación, y esa, realmente esa, va a ser la verdadera afectación de un inversionista. Con un bono de tasa fija y una inflación creciente, gana el deudor (paga lo mismo, pero es un pago disminuido por la inflación) y pierde el acreedor (porque recibe dinero devaluado por la inflación). Y también, es claro que la fórmula de inflación, para ajustar indicadores macro, no es nueva: la han usado muchos países a lo largo de la historia.

Finalmente, la relación deuda sobre PIB, es una relación, que para que baje se necesita alguna de las dos siguientes: que baje el numerador (deuda) o suba el denominador (PIB)…cuando hay inflación, sube el PIB, porque el mismo se mide en términos nominales, y si la deuda no se incrementa al mismo ritmo, por lógica, la relación baja…pero eso, a costa de la población que sufre la carga de mayores precios.

Entonces, en la medida en que muchas cosas han cambiado desde 2008, que han entrado de manera masiva actores que antes eran un poco más “conservadores”, que se ha incrementado la liquidez, que la teoría básica sobre la que sustentaban los mercados y la economía han cambiado, debemos pensar diferente: quizá el riesgo financiero ya no es el mismo con el que nos habíamos acostumbrado a vivir, y nos toca pensar de una manera muy diferente cuáles son las afectaciones que debemos controlar.    

 

Manuel Felipe García Ospina es vicepresidente Wealth Management de Skandia