Los fondos se contratan más por la marca del distribuidor que por el gestor
| Por Alicia Miguel | 0 Comentarios

Los partícipes españoles de fondos han dado pasos adelante en su conocimiento sobre estos vehículos, pero no lo suficiente como para saber quién está detrás de la toma de decisiones de inversión. En este sentido, confunden comercializador con gestor: así, son más los que creen que es la entidad comercializadora la que realiza las inversiones del fondo (un 41%) –e incluso un 4% señala a su asesor independiente- que aquellos que apuntan a la existencia de un equipo de gestores profesionales (el 40%, si bien es una cifra mayor que hace dos años, cuando solo el 30% lo sabía).
En ese sentido, los fondos se contratan más por la marca del distribuidor que por la del gestor, una situación que solo cambia en el caso de los fondos de autor. “Los fondos de autor y los que se contratan por el gestor son la excepción, porque la visibilidad de quien gestiona no es muy profunda”, explica Gonzalo Rengifo, miembro del Observatorio Inverco, durante la presentación del II Estudio del Observatorio sobre “Partícipes: visión sobre los fondos de inversión y sus gestores”. Una conclusión que podría ser leída en clave positiva por parte de las entidades que han sufrido la pérdida de algún gestor en los últimos meses, como Mutuactivos, Bestinver, Santander AM o Fidelity, si bien en esos casos la visibilidad del profesional sí es significativa.
En geneneral, el estudio arroja datos positivos: el conocimiento sobre los fondos ha avanzado con respecto a los dos últimos años (y también la lectura y comprensión del folleto y de la información periódica -gracias en parte al documento simplicado DFI-), lo que está llevando a los inversores, en su ruta del ahorro y búsqueda de rentabilidad, desde productos como los activos inmobiliarios, los depósitos o los fondos garantizados hacia otros productos de gestión más activa, como los fondos mixtos (el producto en el que el 27% de los partícipes dice tener más patrimonio invertido, en igualdad de condiciones que los garantizados) y los de renta variable (con un 22% asegurando tener en estos fondos la mayor cantidad de su patrimonio).
Entre los inversores más dinámicos, el 64% asegura tener la mayoría de sus activos en fondos de bolsa y un 22% en productos mixtos, es decir, el 86% apuesta sobre todo por productos de mayor riesgo. En su caso, el conocimiento es también más amplio. Los conservadores se quedan más atrás tanto en diversificación como en acceso al riesgo y conocimiento, según el estudio, elaborado a partir de una muestra de 660 partícipes.
Hacia la diversificación, por entidades y fondos
Pero lo que cambian muy levemente son sus hábitos de comprar fondos en una sola entidad: el 73% de partícipes así lo hace, una cifra ligeramente inferior al 77% de hace dos años, y solo un 27% utiliza dos o más entidades, algo que hacen sobre todo los inversores con un perfil de riesgo más avanzado -el 44% de los dinámicos-. “Estos datos reflejan la bancarización el sistema español y el poder de las grandes redes de distribución pero podemos ver una tendencia positiva, sobre todo entre los inversores moderados y dinámicos, porque diversificar por entidades suele significar también diversificar por número de fondos”, explica Rengifo.
En España, la media de fondos por partícipe es de 1,3, cuando desde el Observatorio creen que el número óptimo sería entre 3 y 5, una meta aún lejana pero hacia la que podrían dirigirse los inversores con mayor perfil de riesgo. Con todo, matizan que con un producto perfilado podría conseguirse la diversificación deseada. “Pensamos que hay que diversificar las carteras y es cierto que ahora hay mucho patrimonio en fondos perfilados, de forma que puede lograrse la diversificación a través de un solo vehículo”, afirma Carmen Giménez, miembro del Observatorio, que también recuerda que el inversor español viene de invertir en imobiliario y depósitos y que, a medida que aumente su conocimiento por otros vehículos financieros, también incrementará el número de fondos que tiene en cartera.
Pasos hacia la racionalización y eficiencia…
Con lo que se muestra satisfecho el partícipe es con la oferta de productos: siete de cada 10 la creen “completa”, frente al 59% que así lo decía en 2012, y solo un 7% la juzga excesiva. La mitad tilda las comisiones de razonables (el 47%) o muy razonables (el 5%), frente al 31% y al 12% que las cree poco o nada razonables.
En este sentido, Rengifo considera que las entidades han hecho grandes esfuerzos en los últimos años, tanto de información como de racionalización de su gama y ajuste de precios, de forma que la “oferta es completa y eficiente”. “La aceptación de las comisiones avanza según aumenta el conocimiento del fondo y de la profesionalización de la gestión”, explica. “Los partícipes tienen la libertad de moverse entre distintos fondos si no están conformes con la rentabilidad neta –libre de comisiones- obtenida”, añade el director del Observatorio, Álgel Martínez-Aldama, que recuerda que las comisiones máximas están limitadas por ley.
En total, la satisfacción de los partícipes lleva al 84% a asegurar que recomendarían a un amigo invertir en fondos. En parte, porque van conociendo cada vez más sus ventajas: el 63% sabe que están supervisados por un organismo público; la mitad sabe que, en caso de quiebra de la entidad, no pierde su inversión; el 57% es consciente de que puede cambiar de fondo sin tributar y el 76% sabe que puede diferir el pago de impuestos hasta el momento de reembolso. Sin embargo, la mayoría desconoce sus ventajas fiscales frente a otros productos, como depósitos o inversión directa. En los fondos, los inversores se muestran sobre todo interesados por la rentabilidad que ofrecen, si bien también piden a su gestora que le dé buen servicio, experiencia y que se adapte con rapidez a las circunstancias de los mercados.
Ocho de cada diez invierten en fondos desde hace al menos tres años y un tercio lo hace desde hace más de una década, lo que muestra su potencialidad como vehículo de ahorro a medio y largo plazo.
Un paso natural
Un 4% de los inversores de cualquier perfil aseguran que tienen la mayoría de su patrimonio en fondos con rentabilidad objetivo. Para Giménez, y debido a la insistencia de la CNMV para que las entidades sean claras sobre sus características y el hecho de que no son garantizados –en un entorno de renovación de su oferta con estos fondos según van venciendo sus garantizados-, las entidades han informado con transparencia sobre estos productos. “Estos fondos han tenido su función para introducir, de forma paulatina, al ahorrador de depósitos a fondos. Es una forma natural de ir pasando de una gestión más de buy & hold a otra más activa”, explica. Eso sí, los fondos estructurados de renta variable, tanto garantizados como no garantizados, han sido incluidos en la lista de productos complejos, lo que les acarreará mayores exigencias de comercialización e información.